Partida Rol por web

Ahora a Vivian no le tocaba nada más que esperar. Sus muñecas malditas harían el trabajo. Ella sólo tendría que transcribir sus efectos y darle algún toque dramático para obtener la mejor novela jamás escrita. Sería famosa. Pero antes todos estos incautos tenían que morir. Recorrió el sótano en dirección a una de las puertas por las que no había pasado. Su sonrisa se ensanchó aún más cuando encontró las escaleras que llevaban a la planta baja.

Maldita sea aqui no habia nada,¿donde esconderia el una muñeca?no paraba de pensar.Lo mejor seria seguir buscando hasta que se le ocurriera algo.
-Vamos-le dije al tipo,que apenas decia nada,y por momentos se me olvidaba que estaba.

Missy se sintió extraña por un momento. Sería la muñeca? Por suerte no pasó nada y la niña respiró tranquila.

Master daño en cordura, que esa casa vuelve loco a cualquiera xD

Darrin tenía una idea muy clara de dónde podía estar la muñeca vudú vinculada a él. Había sentido algo muy raro unos minutos antes. Como si una fuerza oscura oprimiera su corazón con puño de hierro. Pero la sensación pasó enseguida. Corriendo por la planta superior de la casa, se dirigía hacia el invernadero.

-Espera... no puedo seguirte -jadeaba el hombre que corría tras él.

Una vez llegó al invernadero, se lanzó de inmediato sobre los rosales que adornaban uno de los rincones. No le importó arañarse las manos con las espinas. Entre las ramas encontró lo que buscaba: una muñeca de trapo.

Ahí la tenía. Era la suya. Frenético, la arrancó de entre las rosas y comenzó a destrozarla con sus propias manos. El relleno cayó en el suelo junto con pedazos de material. En el instante en que acabó de destruirla, sintió un alivio inmenso. Era libre.

El encuentre entre ambas féminas fue raudo, a al escritora le pilló por sorpresa y pese a abalanzarse ya que obviamente no quería que su historia acabase mal su fuerza no se pudo comparar. No se había considerado tan mayor, sin embargo tantas horas delante de un libro mejoraron su intelecto, no su fortaleza corporal.

Vivian, fuera de sí tuvo la intención de agarrar a la incauta rubia, pero desde luego lo que no se imaginó es que el resultado fuese tan diametralmente opuesto. La mujer recibió un buen golpe, uno realmente fuerte que le hizo perder el equilibrio tropezándose con el mugriento decorado con un grito de dolor y si no había perdido el conocimiento por eso, fue un milagro. ¿Ese era el final que le esperaba? Seguramente, ¿el qué ella deseaba? Quién sabe.

Aquel golpe poseía la fuerza necesaria para hacer que la escritora carente de cordura, perdiese el equilibrio y acabase precipitándose por las escaleras. Aquellos segundos tan rápidos como el pestañeo humano, tal vez incluso más, la mujer no pudo ver que había sucedido, un instante antes estaba forcejeando con la rubia, y al siguiente sus pies ya no rozaban la terciopelada alfombre que ya no era tan majestuosa como lo fue antaño.

Y por último, aquel pedazo de tiempo tan minúsculo que le fue imperceptible a la causante de aquella noche llena de angustia, su cuerpo fue rodando escalera tras escalera, golpe tras golpe, se escucharon crujidos cuyo origen era bien incierto, ¿provenían del cuerpo de la mujer al chocarse contra la antigua madera? ¿O era el de la madera al recibir repetidamente varios kilos de masa humana? 

Tras el último escalón el cuerpo acabó estrellándose contra el suelo de la entrada, donde había empezado su aventura se había se había convertido en el último, en su tumba. La sangre empezó a manchar de un vivo carmesí todo aquello con que rozaba. Señal inequívoca de su abandono a aquella macabra obra. Su intervención había terminado.

Pero había un detalle, un detalle que daba a entender que pese a que la villana había salido de escena, aún no había sido derrotada. Una sonrisa, de unos labios donde la sangre salía irremediablemente gota tras gota.

Nerviosa y ansiosa de encontrar aquella muñeca y poder destruirla...
Cada me gustaba meno estar en este lugar, tenia miedo, y estabas casi sola, o sola del todo... Pues no veía a ninguno de mis amigos...  Entre en otra habitación y empece a buscar... En cualquier rincón  

Jenny pasó al vestíbulo, buscando las malditas muñecas. Desde ahí podía ver la entrada del sótano donde Heather se encontraba junto a Vivian. La mujer yacía al pie de las escaleras con el cuello torcido en una extraña postura y, aún así, sonreía con malignidad aún muerta.

Pero por mucho que buscó, no encontró ningún rastro de las muñecas en el Vestíbulo.

Turno de Missy

Missy salio corriendo asustada porel malestar que sentia, al ver que en aquella habitacion no habia ninguna muñeca, decidio usar algo el razonamiento segun ella o sus posibilidades, quien sabe como seria su razonamiento<< Donde estoy quiero salir ya de aqui... >>, Missy decidio salir de la bodega adentrarse en el cuarto de calderas hasta las escaleras del vestibulo