Ginosaji, por qué me has abandonado...
- Esto es comida de Sandniggers verdad? (pregunta si es comida de oriente medio)
A comer... qué se le va a hacer. Coño! está súperbueno... pero jamás lo admitiré!
- Vamos chicas hay que adepilarle lo de abajo. Que el otro dia se le salia la selva por los lados del bikini y parecía una tarántula gigante. Vamos a dejárselo como recien parida.
Preparo la cama de mi habitación con sábanas nuevas y toallas casi como si fuera a parir.
Son más de las ocho de la tarde. Estoy nervioso. La primera noche de expulsión va a comenzar de un momento. Si yo estoy de los nervios, cómo deben estar ellos… Cojo sitio en el sofá de la sala de las decisiones y me abrazo a uno de los cojines azules. Ya no llevo el traje super chuli que me han regalado ni el maquillaje, que para las galas hay que ponerse serio. A este paso empezaré a comerme las uñas. Justo hoy que me las acabo de pintar.
Estaba en el sofá. Había estado haciendo la maleta por si acaso esa misma noche tenía que irme de allí... e incluso me tomé algún que otro ratito para darme una ducha (que ya era hora) y arreglarme un poco. Pero, con tanto moverme, lo que no esperaba era que el sofá resultara tan calentito y apetecible que...
—ZzZzZz...
Sí, me había quedado frito. Mi culpa no es, había hecho más cosas en aquel día que en toda mi vida... Esconder la cagurria del pantalón, poner la mesa, ser amable, ducharme y arreglarme. Si a eso le sumábamos todas las noches de fiesta y desenfreno... ahí lo tienes.
—Quiero... galletas...
Ésa era otra. Llevaba sin comer galletas casi todo el día por eso de los remordimientos y las ganas de cuidar mi cuerpo después del sermón que me había soltado Kwentrice... solo había comido una a escondidas, pero eso no cuenta...
Mierda… quedaban menos de cinco minutos para que anunciaran a los expulsados… ¡Y yo no quería irme aún! Maldita sea… ¡Al cuerno, que me quiten lo bailao! Si me voy, al menos no me iré con la sensación de haberme dejado algo pendiente. Fui a donde estaba Yukina y le agarré del brazo para atraerle hacia mí y rodear su cintura.
-Por si no te vuelvo a ver.
Y le besé con toda la pasión y la lengua de la que era capaz en ese momento.