Al ver que varios enanos se acercaban a la barra, el orco se adentró en el diminuto almacén que tenía y sacó un barril gran reserva Bugman XXXXX. El solo descorcharlo hizo que los enanos que ya quedaban alrededor de la barra simplemente callasen y pudiesen oler como se les impregnaban la pituitaria con ese olor tan... característico de una gran cerveza.
- Ojú cada veh huelen ma´ fuerte estos barrileh. - soltó el orco mientras le enganchaba el grifo.
Esperó unos instantes a que, después de volcar el barril, la cerveza se asentase un poco. Sacó algo de espuma y sirvió la primera jarra, pero antes de ponerla sobre la barra, pudo ver que el viejo escriba no se encontraba entre los "supervivientes".
Salió de la barra, y... aunque el resto de enanos estuvieran protestando él los ignoró, simplemente se acercó al viejo y le vertió un poco de cerveza sobre los labios. Ese poco bastó para que éste recobrase la consciencia y poco a poco volviese al lugar.
- Toma anda... la primera eh pa´ ti. - dijo el tabernero poniéndole la jarra sobre la mesa y dándole unas palmaditas en la espalda. - Ya voy, ya voy... - dijo al resto mientras volvía a la barra y continuaba escuchando las quejas por la cerveza que aún no tenían.
Se puso a servir varias cervezas más y las hizo resbalar por la barra hasta los enanos sedientos y así saciar en parte la sed de la pelea.
Motivo: Levantar a Jerx
Tirada: 1d6
Dificultad: 6+
Resultado: 3(+3)=6 (Exito) [3]
Jerx se levanta.
Grimm, aún confuso sin distinguir si los enanos de frente eran Taka o no Taka, se quedó con la boca de tonto abierta mientras le decían que le invitaban a un trago. Con una sonrisa estúpida alcanzó a decir- TJHAKA! - y alzó los brazos abrazado a ambos enanos (a este punto cualquiera que le invitase a un trago sería "un Taka" para él). Entonces atontado recorrería luego con la vista al Orco verde mientras tiraba la cerveza sobre la cara de un enano del suelo (Jerx) y luego volvía para ponernos las bebidas frente a nosotros. -Hjeahjajahrhaj!! - una risa guturuda dejó escapar un par de escupitajos de sangre mientras cogía su codiciada jarra y miraba sonriente como un niño (con la cabeza llena de sangre y el casco abollado retorcido) a los enanos que tenía al lado.
Ogruk se dio cuenta de lo jodido que estaba una vez que paro el combate, la taberna no paraba de dar vueltas, y se agarro para no caer al suelo. Y por lo que podía ver, no mucho ya que tenía la cara bastante hinchada, los pocos que aun se sostenían en pie, estaban tan jodidos como el. -Menuda de tortas que se han repartido en poco tiempo.-
A Goldrun le dolían hasta las pestañas. Tan solo beber algunos buenos tragos de cerveza, ocasionaba muchos dolores en diversas partes del cuerpo. -Creo que tendremos que tratar de recuperarnos un poco, y a ver si logramos ayudar a esta gente. Puede que haya que llamar a algún curandero, algunos han recibido muchos malos golpes. Pero hasta recobrar un poco las fuerzas, bebamos y curemos nuestras heridas.-
Y casi la cerveza le podría quitar las penas, pero había un serio problema.-Estoy bien jodido, mañana tengo que ir a trabajar a la mina. Y no se yo, si lo que tendré que hacer es ir a buscar un buen curandero. Pero eso será mañana. ¡Camarero! Pon otra ronda de esa maravillosa cerveza que acabas de abrir. Que solo con el olor, tal vez se vayan despertando algunos de los caídos.-
El orco se dirigió rápidamente a la barra viendo que los pocos enanos que quedaban en pie estaban ansiosos por probar de ese barril que acababa de abrir, antes de que se volviesen agresivos de nuevo, pues parecía que ese líquido dorado era lo que les calmaba tras un duro día de trabajo.
- Ya voy, ya voy. - dijo mientras saltaba la barra para mayor rapidez.
Tiró cuatro cañas rápidamente y las hizo deslizar por la barra hasta que llegaron a las manos de los enanos. Momentos después, el orco desapareció bajo la barra, y sacó una taza de lo que él llamaba "especial". De dentro de ésta salía humo y un olor fuerte y amargo inundaba todo. Los enanos se le quedaron mirando.
- Anteh de que preguntéih esto eh strrooogg, una bebia orca. Es muuu dura. ¿Querei brinda´?
Si alguien quiere brindar como último turno con el strrooogg, que tire 1d6, con un 1 le vuelca!! jajajaj
Como por arte de magia, justo cuando me termino la jarra, llega otra deslizándose frente a mí. Y es que estaba tan pasado a este punto que sólo veía la barra y movimiento a mi alrededor. Pero la cerveza era medicina asique cuando otra se me puso delante, la agarré igualmente. Su humo y acidez me llenan la cara haciéndome llorar los ojos, pero antes de que mi lento cerebro pudiera hacer 2+2, algunos brazos a mi alrededor estaban brindando - ehj uh, um.. BRgSTROGGGG!!!!! - Brindé con el resto antes de meterme aquello por la garganta.
Motivo: STRROOOGG!!
Tirada: 1d6
Resultado: 3 [3]
Jerx se incorporó después de haber ingerido el exilir que le había proporcionado el tabernero. Se levantó, mirando sorprendido a su alrededor, incapaz de creer la batalla tabernaria que se había producido en El Orco Feliz. ¿Cómo había escalado la acción y los golpes de tal manera? Se pasó una mano por la cabeza, sorprendido, y pensando sin duda que tendría que escribir lo sucedido en algún pergamino... Al menos la parte que podía recordar.
El enano escriba se acercó entonces a la barra para agarrar la jarra de cerveza que había solicitado antes.
-¡Strog! -brindó, levantando la jarra antes de darle un buen trago.
Motivo: Beber
Tirada: 1d6
Resultado: 1 [1]
Vuelca!
Aquella cerveza era divina, hasta se le estaban pasando parte de los dolores, no todos. Y luego llega el tabernero con aquella bebida orca. Y Ogruk no podía dejar pasar la ocasión.-Bebamos y brindemos por la salud de nuestros camaradas.-Y le dio un trago, aquello sabía a rayos, y era duro como el acero.-¡Joder con los orcos!-
Motivo: Vuelca?
Tirada: 1d6
Dificultad: 2+
Resultado: 4 (Exito) [4]
Goldrun no podía dejar pasar la oportunidad de probar aquella bebida orca. La cerveza era divina, la última jarra de aquel tonel especial, le había hecho que no sintiera las piernas. Y se animo con aquello que los orcos bebían.-¡A vuestra salud, amigos!-Y aquello se ve que fue demasiado para el pobre Goldrun, que ya tenía la cabeza bastante tocada. Aquello lo mando a dormir un rato, menudas cosas que bebían los orcos.
Motivo: Vuelca?
Tirada: 1d6
Dificultad: 2+
Resultado: 1 (Fracaso) [1]
A dormir, no ha soportado la bebida orca.
Ogruk al ver como Goldrun cae inconsciente al suelo, tras probar aquella bebida que era ciertamente dura. Trata de recomponer al enano caído.-¡Venga egoista, levanta que hay mucho trabajo! Tenemos una taberna llena de compañeros caídos, para que te eches a dormir. ¡No seas un blandengue!-
Pero aquello había sido justo lo que hacía falta para que Goldrun quedase tirado y sin sentido, tras tamaña paliza, aquel bebercio le había tumbado para un buen rato. No parecía posible, que al día siguiente, en realidad, en unas pocas horas, fuese a estar en condiciones de trabajar.
Motivo: Levantar a Goldrun
Tirada: 1d6
Dificultad: 6+
Resultado: 2 (Fracaso) [2]
Goldrun no tenía dolores, ni sentía ni padecía, estaba feliz. En su profundo sueño mitad alcohólico mitad traumático, se encontraba en una hermosa mina, en la que había dado con un buen filón de oro. Trabajaba alegre pensando en toda la cerveza que se podría beber y las muchas juergas en las que podría participar.
- Jua ja jua ja juaaaa - reía el orco de manera un poco extraña ya para acabarse el cuarto chupito de aquella bebida.
Observó tras la barra como caían uno a uno los enanos. Jerx fue el primero, se ve que había acabado delicado tras la pelea y... aunque el reconstituyente que había recibido había sido suficiente para que se hubiera podido levantar, no pudo resistir el fuerte sabor de aquel brebaje.
Poco después lo acompañó Golgrun, que se le veía algo exhausto, pero no tanto como para que aquello pudiese con él y hacerlo caer.
- Ese enano... - señaló al que acababa de caer. - seguro´ que no sah llevao na´ a lah tripas.
Tiró unas cuantas cervezas más y las dejó sobre la barra.
- Vamoh que eso´ de ahí es lo ultimoh. Despue´ os hecho.
Cuando Grimm y Ogruk se quisieron dar cuenta, tenían por delante la ardua tarea de acabar con ocho enormes jarras más... No estaban seguros de poder acabar con ellas, pero parecía que el orco no les iba a dejar salir de allí hasta que se las acabasen, o peor aún, le arreglasen el pequeño estropicio que habían ocasionado y limpiado la taberna.
Mucho quería el tabernero que bebiésemos los dos que aun estábamos en pie. Acaso quería el cabrón que todos acabásemos en el suelo. Trate de levantar al cabronazo de Goldrun que se había puesto a dormir a pierna suelta. Pero era imposible, hasta dentro de unas horas permanecería noqueado.
-Bueno, pues tendremos que bebernos todo esto y arreglar un poco el desastre. Pero no saques nada más, y a ver si como buen tabernero nos echas una mano con alguna jarra.-Y levanto una jarra para brindar.-¡A vuestra salud!-
Motivo: Levantar a Goldrun
Tirada: 1d6
Dificultad: 6+
Resultado: 2 (Fracaso) [2]
Goldrun seguía soñando con una gran veta de oro que había encontrado en una mina. Pero tal y como estaba, a la mañana siguiente, en unas pocas horas, no podría ir a la mina, como se había comprometido. Bueno, ir si que podría, pero trabajar, no eso de momento tendría que esperar a que pasasen los efectos de la paliza unidos a los de la tremenda ingesta de alcohol.
Tras acabarse todas las cervezas, Grimm y Ogruk no estaban como para ayudar a que el resto se levantasen, estaban más bien para que se hubieran tumbado un rato a que se les pasase la moña.
Poco a poco se fueron despertando el resto de enanos que estaban al rededor de la mesa tirados, con magulladuras, luxaciones y restos de sangre seca.
- Oe oe oe ya os habéi acabao toa la cerveza. - coreó el tabernero a los dos enanos insaciables que estaban en la barra. - Es hora de recoge´.
Hizo unos aspavientos con las manos para espantarlos e indicándoles que se fuesen.
- Y llevao a toa esa chusma - señaló a los que aún quedaban ahí tirados. - que tengo que cerra´.
Tras esto, Grimm, bastante más borracho que Ogruk se acercaron a la mesa y despertaron por completo a alguno más, y entre los que quedaron ahí lograron sacar a la calle a los pocos que quedaban en la taberna.
Con ganas, el orco cerró la puerta... y no era para menos, pues aquella noche la habían liado más que de costumbre y la taberna estaba más sucia de lo normal, lo que significaba que le tocaba quedarse más tiempo de lo que en una noche "normal" le hubiera tocado.