Partida Rol por web

Disculpe la intromision Señor Legendre, pero tengo mis motivos... al parecer no ha tomado una buena decision viniendo a esta ciudad. Dice tranquilamente.

Su mirada se encuentra rapidamente con Mateo, al que no habia visto hasta ese momento parece sorprendido de verlo, pero no hace ningun comentario al respecto por el momento, si no que se encarga de decirle algo a uno de sus acompañantes al oido.

Mateo se encuentra parado en un sector de la esquina de la estancia sorprendido por la situación. Todavía toma su copa de vitae quien la deja delicadamente sobre una cómoda en un sector cercano...

-Qué significa todo esto Pablo? Se debatía entre la duda de permanecer allí, dispuesto a escuchar lo que tenía que decir de este hombre...por otro lado, no quería verse involucrado en cualquier negocio turbio que tuviera el recién llegado...Si quieres los dejo solo para que puedan...conversar tranquilos...creo que no me corresponde estar aquí...

Pablo mira a mateo tranquilamente, pero con un gesto muy serio y suelta una palabra corta -Espera-

La vampiresa sabía que la visita del Sheriff no iba a ser simple visita de cortesía. Aquel se había molestado en presonarse y sabía perfectamente que algo malo iba a pasar una vez estuviera frente a Alexander. Pero por más que quisiera, no podía contradecir las órdenes, aunque la verdad, tanto a ella como a Alexander no les importaba en absoluto las leyes de la Camarilla, eran neutrales a todos esos juegos. Pero ser nuetrales tenía pequeños inconvenientes.

Alexander la acercó protector y ella fulminó con la mirada de forma sistemática a los desconocidos y al guaperas del Sheriff. No pudo evitar un gruñido surgido de lo más hondo de su pecho, cuando alguien se ponía hostil cerca de su Sire las cosas se ponían feas y ella no se podía controlar. Parpadeó un par de veces para hacerse cargo de la situación, pero pintaba un poco fea. Esperaba que Alexander supiera salir del embrollo, porque ella no tenía ni idea.

- ¿Y esto a qué viene, señor Celman? - contestó con cierto veneno en la voz. - Estos no son los modales de unos anfitriones, ¿cómo esperan que nos comportemos si nos ponemos tan agresivos nada más conocernos?

Señor Celman, le aseguro que no tengo idea de porque esta falta de respeto hacia mi persona, pero no tengo nada que esconder asi que si quiere llevarme hasta el principe para arreglar este problema pulcramente estoy dispuesto a hacerlo.

Alexander no es ningun tonto, puede ver que la situacion no pinta nada bien y planea salir negociando tranquilamente de la situacion.

Pablo esboza una pequeña sonrisa, parece que lo que ha dicho Alexander le ha causado gracia. Por supuesto que lo llevare ante el principe señor Legendre. dice aun riendose Creo que ustedes son viejos conocidos, solo que el antes usaba el apodo Dio

La cara de Alexander cambia derrepente, de una cara totalmente tranquila a una alarmada, gesto que nisiquiera michaella habia visto a tal extremo.

Pero se queda inmovil y callado, uno creeria que estaba resignado pero no... solo se queda ahi, mirando fijamente a Pablo y sus acompañantes, estos extrañamente se quedan totalmente inmoviles al segundo, casi como si fueran estatuas. Michaella que ya conoce las estratagemas de su sire, rapidamente se da cuenta que esta haciendo uso de su disciplina de Dominacion.

Tranquilamente Alexander saca una pistola y apunta hacia los inmoviles, pero antes de que pueda hacer nada, pasan dos cosas muy rapidamente y casi al uninoso.

Primero la unica ventana de la oficina se rome y algo entra en el interior, no lo ven muy bien pero parece ser una especie de hibrido animal-humano, seguramente un gangrel usando su disciplina.

Segundo, Pablo rapidamente da un salto y se queda agarrado del techo como si fuera una araña, desde ahi salta y clava una estaca en el corazon de Alexander y de Michaella.

Y por ultimo, el pobre Mateo es estacado por el gangrel mientras intentaba escabullirse.

Todos quedan inconcientes y sin percibir nada mas...