Partida Rol por web

Quizá luego podrías sacar el tema de las tareas como habías pensado. También habría que limpiar, sino acabaría todo con un dedo de polvo por encima. Por no hablar de la limpieza del baño.

Pero ya tocaba ponerse con la mesa. Howard os señaló donde habían cubiertos y platos y Emmett también colaboró. El anfitrión fue a por la comida a vuestras “habitaciones”, pero antes de salir del todo comentó – Gretchen ven, me ayudarás a traer alguna cosa y de paso te comento como tengo organizada la comida.

Me reí por cómo se había picado Emmett, pero siempre dentro del buen rollo. La verdad es que no parecía el tipo de persona con la que uno se pudiera aburrir.

- Vale. - Fue mi escueta respuesta antes de seguirle para que pudiera indicarme donde estaban las cosas.

Ahora que estábamos los dos solos, quizás fuera un buen momento para proponerle eso de las tareas.

- Howard, he pensado que si vamos a tener que estar aquí abajo una temporada, quizás podríamos hacer una lista de tareas. Así nos aseguramos de repartir el trabajo entre todos.

Esperaba que no lo tomara como que me estaba metiendo en sus cosas, pero a mí al menos, me parecía la manera más simple de convivir.

Comenzaste a tener claro que dentro de poco hasta te podías mover por el sitio con los ojos cerrados, todo el día en las mismas habitaciones era lo que tenía.

Howard pasó delante hasta la que venía a ser tu habitación y primero atendió a tu comentario – Me parece buena idea, haz esa lista y esta noche nos la dices – Bueno, al menos eso ya era una pequeña ocupación, enumerar todas las tareas que había que hacer y proponer a alguien para ello.

Ahora fue él el que habló - ¿Ves esta estantería? En vez de por tipo de comida está organizado por fecha de caducidad – Posó una mano en tu hombro – Era mi manera de saber que iba a caducar antes y usarlo antes de que se estropee – Esa mano comenzó a descender por tu espalda hasta posarse en tu trasero. Howard te miró con los ojos algo lascivos.  

Me alegré de tener algo que hacer, aunque fuera aquella lista, pues la verdad es que me parecía que allí el tiempo iba a pasar de manera muy lenta.

- Bien. Eso haré. - Le respondí con una sonrisa.

Me acerqué para observar lo que había en aquella balda, prestando atención a lo que me indicaba y la verdad, es que estaba tan confiada que ni presté atención a que me ponía la mano en el hombro. En un primer momento había temido que quisiera hacerme algo, pero al ver que se había comportado bien conmigo, se me había quitado el miedo.

Claro, que esto cambió en aquel mismo momento.

Se me congeló la sangre en cuando sentí aquella mano bajando por mi espalda y ya cuando agarró mi trasero se me hizo hasta un nudo en el estómago. Eso sí, mi respuesta fue del todo automática, sin pensar y levanté la mano con rapidez, dándole tal bofetón que resonó en toda aquella habitación.

- Te agradezco mucho que me hayas salvado de lo que sea que haya fuera, pero si ese es el pago que esperas recibir, será mejor que me dejes salir de aquí porque no pienso ser tu entretenimiento.

Tras mis palabras y la furia inicial empecé a tener miedo, mucho miedo y me alejé de él, buscando algo con lo que poder defenderme.

El bofetón sonó cuando golpeaste con la palma abierta la piel rasposa de su cara. Su primera expresión fue de sorpresa y su mirada alternó de uno de tus ojos al otro.

Temiste por tu seguridad, lo que había allí a mano y en cantidades eran botes y latas. Así que agarraste un par y te fuiste alejando de espaldas de Howard.

Oíste como expulsaba aire de los pulmones lentamente. Asintió con la cabeza despacio. Aunque no tenías muy claro si a lo que habías dicho o a algo que debía de estar pasándosele por la cabeza. El momento era tenso y él tardó en hablar.

- Será mejor… - Tragó saliva – Será mejor que lleve esto para comer – Agarró unas conservas y dándote la espalda se dirigió a la única puerta y en dirección a la sala principal.

Durante un tiempo, imposible decir cuanto, ni siquiera me moví, en realidad, me había quedado bloqueada cuando se había marchado y ahora, de no ser porque mi cuerpo cogía solo el aire que necesitaba ni siquiera estaría respirando. Eso sí, llegó ese momento en el que no pude más e incluso hasta mis manos se quedaron sin fuerza, dejando que las latas que tenía en la mano cayeran al cielo.

Lo bueno de todo, era que a pesar de mi "shock" las latas no se rompieron, simplemente se abollaron un poco, pero nada que fuera a influir a la hora de comerlas.

En cuando tuve las manos libres me las llevé a la cara y ahí sí que me puse a llorar. Ya no podía contenerme más y ahora lloraba por todo lo que me estaba pasando, por la preocupación de cómo estaría mi padre, de si estaría segura ahí dentro...

- Tengo que salir de aquí... - Sí, el miedo a lo que hubiera ahí fuera era menor al que tenía ahora de estar allí dentro.

Te quedaste anulada, en shock. Las latas sonaron al golpear el cemento cerca de tus pies. Y luego rompiste a llorar. Rodeada de muros de hormigón nadie podía oírte.

Fue al cabo de unos minutos cuando alguien golpeó la pared tímidamente con el puño y luego se entreabrió - ¿Gretchen? - Era Emmett, estabas tan encogida que le costó unos segundos localizarte. Y claro se dio cuenta de que algo te pasaba.

- ¿Estás bien? Perdón por entrometerme, si quieres estar a solas... Es que como no veías a comer pensé que… Bueno, qué más da… - Se quedó un momento a la espera de que lo echaras o no de allí. Con los ojos bien abiertos y expectantes.

Me sobresalté cuando escuché el sonido de que llamaban y miré hacia la persona que me estaba llamando. Traté de secarme las lágrimas de la cara como pude, pero no fui capaz de hacer nada más, pues era imposible que respirara bien y mucho menos que pareciera que estaba todo en su sitio.

No le podía decir que estaba bien, hubiera sido evidente que le estaba mintiendo, sólo había que verme la cara, así que me encogí de hombros.

- Tengo que salir de aquí Emmett... no quiero quedarme aquí dentro.

Y mucho menos estar sola donde Howard pudiera aparecer. Ahora sí que le tenía miedo, pues una cosa era sólo que tuviera que capear el carácter raro de alguien, pero otra cosa, pensar que cuantas más ganas tuviera de estar con una mujer, en peor situación me las vería yo.

No podías ni te sentías ni con fuerzas para disimular. Emmet miró atrás, entró en la habitación y cerró la puerta tras de si. Se acercó y se sentó a tu lado con la espalda apoyada en la pared.

Tus palabras tampoco daban a entender lo que había sucedido, así que tal vez interpretó que era un bajón por extrañar lo de fuera y lo sucedido a nivel general. Tardó unos segundos en encontrar las palabras apropiadas.

Con voz lenta y algo de pesar comenzó a hablar - Yo también me pregunto que habrá sido de mi familia ¿Sabes? Da la casualidad que me marché de casa dando un portazo. Me remuerde la conciencia no haberles dicho que pese a las riñas familiares… Que les quería. Que apreciaba lo que habían hecho por mi y lamentaba no haberlo hecho mejor como estudiante. Que me podía ver como mi padre llegaba cansado de trabajar, aunque lo hiciese de muy mal humor. Me siento mal, como un cobarde que vino a refugiarse aquí para salvar el pellejo.  

Ahora que no estaba sola estaba tratando de controlarme un poco, pero me era imposible, por lo que a pesar de que lloraba menos fuerte, las lágrimas seguían resbalando por mis mejillas.

- Lo siento mucho, seguro que los vuelves a ver. - Dije muy en serio, pues verdaderamente esperaba que pudiera ver de nuevo a su familia y que les pudiera decir que les quería y que no quería haberse ido enfadado.

Me quedé un rato en silencio y decidí que era mejor contarle a Emmett lo que había sucedido para que no me dejara sola.

- Emmett... yo... No quiero irme de aquí sólo por mi familia, Howard... - Me trabé ahí y me puse a llorar de nuevo. - Él me ha tocado y yo le he gritado y se ha ido...

No le miraba al decirle aquello, me daba algo de vergüenza, como si cierta parte de los sucedido hubiera sido culpa mía aunque estaba claro que no había sido así.

- Me da miedo que...

- Ummm Un segundo porfa – Se levantó, husmeó en unas estanterías y volvió a la carrera para sentarse donde estaba – Ten – Te tendió un paquete de pañuelos de papel.

Retomando la conversación le dijiste lo de su familia – No lo sé, la verdad… Aunque dicen que no hay que perder la esperanza ¿No? - Dijo tratando de ver el lado positivo si es que lo tenía.

Luego le confesaste lo que había sucedido - ¡¿En serio?! - Dijo tan sorprendido como enfadado – Qué hijo de puta… Yo le parto… Le voy a partir la cara – A Emmett la sangre se le había subido a la cabeza y se puso en pie de nuevo dispuesto a cumplir su palabra.

Estábamos tres encerrados e íbamos a acabar a palos los primeros cinco minutos. La verdad es que aquello era lo que menos hubiera querido. Cuando vi que Emmett se ponía furioso, traté de agarrarlo, pues no quería que se armara, sólo quería marcharme de allí lo antes posible.

- Espera. No lo hagas.

Lo agarré del brazo y luego me coloqué delante de él.

- Sólo.. vigílame ¿vale? ¿Crees que me dejará salir de aquí?

No quería que se armara la tercera guerra mundial allí dentro y bueno, sabía que ahora Emmett me buscaría si veía que no aparecía, aunque claro, era Howard quien tenía las llaves.

Aquello era una mierda. Para cuando me quise dar cuenta volvía a llorar de nuevo.

Optaste por detenerlo. Lo agarraste del brazo y te colocaste entre él y la puerta. El fuego de la ira de sus ojos se apagó al encontrarse con los tuyos. Pudiste apreciar como sus hombros bajaban y su cuerpo se relajaba un poco.

Estiró un extremo de sus labios en una mueca de entrar en razón – Bueno… - Se tomó su tiempo y acabó asintiendo con la cabeza – Vale. Estaré pendiente – En otras circunstancias no hubiese dudado en bromear, pero no era el caso y esto era bastante serio. O así se lo tomó él.

A tu última pregunta él no tenía respuesta - ¿Salir del refugio? - Preguntó no falto de sorpresa. Levantó los hombros y negó con la cabeza – Ni idea ¿De verdad es lo que quieres hacer? ¿Has pensado en que no sabemos si hay radiación o algo tóxico en el aire? - Tampoco parecía interesado en convencerte, más bien te estaba transmitiendo sus propias dudas.

Te vio llorar de nuevo. Y ahora si se arriesgo a tocarte. Te abrazó con delicadeza como si te pudieses apartar de pronto y susurró – Vamos Gretchen, no me gusta verte así. Pero si necesitas llorar para desahogarte, hazlo.

Agradecía muchísimo que estuviera pendiente de mí, aunque contaba con poder salir de allí pronto y así no necesitar que estuviera demasiado preocupado por mi culpa. 

Entendía lo que quería decir, pero entre el miedo de quedarme ahí dentro y lo desconocido de ahí fuera, prefería arriesgarme con lo de ahí fuera. 

- Prefiero morir por la radiación que ser la esclava sexual de nadie... - No dije aquello en alto, pero es que me daba mucho miedo estar encerrada con alguien que quisiera ponerme las manos encima. Jamás había estado en una situación así y me estaba poniendo muy nerviosa. 

- Sí, quiero salir... - Dije en tono no muy alto. 

No me molestó que me abrazara. En aquel momento era el consuelo que necesitaba y durante un rato, estuve llorando en su hombro.