Asintió con un golpe de cabeza a tus palabras de agradecimiento y suspiró mientras meditaba tu pregunta.
- Dado que parece que hay cosas raras por ahí, creo que estaría más seguro pasando la noche aquí y así partimos de buena mañana.
Se acercó y te dio un abrazo. Un abrazo seguramente necesitado por ambos después de un día tan intenso. Se apartó con una leve sonrisa en su rostro.
- Yo dormiré en el sofá del salón, quédate tu en mi habitación – Por motivos evidentes quedaba descartada la habitación de sus padres, en la que no sería agradable y casi que ni posible pasar la noche.
La verdad es que de noche todo parecía siempre más peligroso, así que a mí me parecía bien pasar allí la noche. Eso sí, lo que no tenía demasiado claro era que fuera a poder dormir demasiado después de todo lo que había pasado, aunque teniendo en cuenta lo que había dormido la noche anterior, quizás me llevara una sorpresa y mi cuerpo fuera por su cuenta.
- Vale. No cerraré la puerta del todo, así que si pasa algo, grítame.
Eso sí, en aquel momento me di cuenta de que no sabía cuál era su habitación.
- ¿Cuál es tu cuarto? - Pregunté con algo de vergüenza, pero es que no tenía ni idea.
Jamás hubiera pensado que mi vida se iba a complicar de esta manera.
- Está bien – Te respondió a lo de la puerta – Y si necesitas un abrazo nocturno también avísame – Trató de sonreír y esta vez le salió bastante bien
- Es la del final del pasillo, al lado del baño – Se levantó – Ven, te la enseño
Te guió hasta donde había comentado y abrió la puerta tanto del baño como la de su habitación. Estaba limpia y arreglada, la cama al lado de una ventana. Un armario y unas cuantas maquetas de avión. Debía de tratarse de una de las aficiones del chico - Por supuesto como ya te comenté puedes usar mi ropa, a mi me sobra
Aun era algo pronto para dormir - ¿Quieres que juguemos a las cartas un rato o que quieres hacer?
Emmett dijo aquello del abrazo bromeando, pero yo no podía descartar el que me fuera a hacer falta un abrazo de verdad, pues todo lo que nos estaba sucediendo te dejaba como poco, frío y bueno Emmett... No sabía ni cómo podía estar tan entero como se le veía.
- Vale.
Le seguí para que me enseñara la habitación y reparé en las maquetas que tenía. Parecía que era alguien con paciencia y creativo.
- Muchas gracias por todo.
Sí, ya le había dado las gracias muchas veces, pero es que verdaderamente estaba agradecida con todo lo que estaba haciendo por mí.
- ¿Ya quieres perder? Bueno, bueno, saca esa baraja, venga.
Lo mejor era distraernos de alguna manera.
Conseguiste hacerlo reír cuando le dijiste lo de si quería perder, pero esta vez no comentó nada al respecto. Pero si. Posiblemente distraerse era lo mejor que se podía hacer.
Y así pasasteis la tarde. En algún momento sentiste que dentro de lo fuerte que estaba resultando todo, que estar fuera de aquel bunker te hacía sentirte más libre, como si allí hubieses estado oprimida.
Más tarde no hubo problema para encontrar que hacer de cena. Lo único es que sin luz eléctrica, con la oscuridad y dado que tampoco os atrajo la idea de ir encendiendo velas o linternas que se podrían ver a mucha distancia.
La noche tenía pinta de que iba a transcurrir tranquila. No se daban las circunstancias para mucho más que intentar descansar. Te retiraste a la habitación y notaste algo la soledad. El chico se había quedado en el salón para dormir en el sofá.
Ya tumbada en la cama pensé en todo lo que había sucedido. Aún tenía miedo, pero era un miedo diferente al de estar dentro del bunker con aquel hombre. Saber que podía haber acabado como quien quiera que hubiera estado encerrada en donde estaba la depuradora del aire... Uff... En realidad no sabía lo que había pasado allí, pero mi propio instinto me decía que nada bueno.
- Menos mal que estaba Emmett y hemos podido salir...
Claro que ahora el pobre había llegado a casa y se había encontrado con todo esto, lo cual, era una putada. ¿Estaría muerto todo el mundo? ¿Con qué nos habían atacado para que la gente se muriera así directamente? ¿O sería alguna especie de enfermedad...?
Demasiadas preguntas que hacerse en la oscuridad de encima de una cama.
Al cabo de un rato dejé de pensar o intenté hacerlo, pero entonces me comencé a sentir sola y me di cuenta de que Emmett estaría aún peor. Yo en su lugar lo estaría.
Me levanté de la cama, sin haber pegado ojo todavía y bajé al salón. Algo me decía que Emmett estaría aún despierto.
Y es por la noche cuando normalmente vienen los pensamientos que nos inquietan. Cuando además poco se puede hacer en realidad para poner solución a nada.
Tal vez fuera por eso por lo que no podías pegar ojo y además pensando en como debía de estar el chico. Finalmente decidiste levantarte, con la ropa que habías decido que sería lo sufientemente cómoda como para dormir y bajaste al salón.
Ahora en penumbra todo, pero no lo suficiente como para ver como se revolvía dando vueltas tumbado en el sofá. Se quedó quieto al escuchar el casi imperceptible sonido de la puerta - ¿Gretchen? ¿Tú tampoco puedes dormir? - Se sentó en el sofá y se frotó la cara con la mano.
Negué con la cabeza sin darme cuenta de que en aquella oscuridad era probable que no me hubiera visto hacerlo y me senté en el reposabrazos del sofá.
- La verdad es que no. Además, imaginaba que tú estarías más desvelado que yo, sobretodo, porque además estás intentando dormir en el sofá.
Me quedé un momento allí quieta en silencio y luego miré hacia el lugar en el que estaba Emmett.
- Podemos compartir tu cama si quieres. Total, si vamos a estar despiertos al menos, podemos hablar...
Además, así era probable que no nos sintiéramos tan solos después de lo que habíamos pasado. Yo al menos, iba agradecer que estuviera cerca mío.
- Ah… bueno, tampoco te sientas mal por ello – Suspiró lentamente – Lo que me pasa es que últimamente es todo tan extraño… Tengo una sensación de irrealidad de que yo no soy yo… No sé si me entiendes.
Te miró. Pero el caso es que si, parecía que la conversación podía dar para mucho. Y en la cama se hablaría más cómodos y hasta puede que el sueño os venciera más fácil, a parte de la sensación de compañía – Vale, vamos. Al menos recupero mi cuarto – Dijo como intento de broma.
Se levantó para ir al cuarto y meterse en la cama. Más que nunca el mundo parecía inmenso, pero de este modo la soledad desapareció y los temores se disiparon. Esperó a que te acostaras para retomar el tema iniciado en el sofá - ¿Tienes tú esa sensación?
De alguna manera sí que podía entender eso de que "no era él" pues la verdad es que todo aquello había que mirarlo en perspectiva y casi te hacía mirar las cosas hasta desde fuera de ti mismo. Era como si tuviéramos que decir algo así como "estamos vivos y no nos han tocado un pelo...". Eso sí, estaba claro que aún teníamos que saber lo que había pasado para que la gente se muriera como los padres de Emmett.
- Sí, creo que sí. - Respondí a sus palabras.
Lo de venirse conmigo a la habitación no le pareció mala idea. Parecía querer compañía al igual que la quería yo. En aquel momento lo que menos necesitaba era seguir sintiéndome así.
- Yo me siento sola de repente. Es extraño, pero es como si el mundo fuera demasiado grande desde que hemos salido del bunker.
Con ambos en la cama, el tono de la conversación bajó hasta convertirse en poco más que unos susurros. Pero uno al lado del otro no hacía falta más.
- Supongo que hay que ir poco a poco con lo del mundo. Pero una cosa si te puedo decir – Buscó tu mano y la estrechó con la suya – No estás sola. No lo estás
Llevó tu mano a sus labios y la besó, luego besó tu muñeca. Tras eso soltó un suspiro – Gretchen. ¿Te gusto… aunque sea un poco? - Claro, el chico hacía unas horas te había confesado que le gustabas. Pero no sabía que opinabas al respecto.
Sus palabras me reconfortaron y el gesto de que me besara la mano de aquella manera me hizo sonreír.
- Gracias. - Dije por el gesto y lo miré con una sonrisa dibujada en mis labios.
Al hacerme aquella pregunta recordé que me había dicho que le gustaba y bueno, con todo lo que había pasado no me había vuelto a acordar de ello.
La verdad era que había sido muy bueno conmigo, me había echado una mano cuando me había hecho falta y sobretodo, cuando me había sentido sola e intranquila había ido en su busca... Sí era probable que me gustara.
- Puede que un poco sí... - Bromeé respondiendo aquello, pero me acerqué a su cuerpo y le miré con una sonrisa en los labios.
Ambos comenzasteis a sentir el calorcito del otro y la soledad desapareció. De hecho todo lo demás pareció pasar a un segundo plano.
- Bueno, algo es algo – Prosiguió con tu broma, aunque pudiste notar que su sonrisa había aumentado.
Ambos os habíais quedado sonriendo. Miró tu bonita sonrisa, se acercó a ella y depositó un beso en tus labios. Se separó un poco de nuevo para observar tu reacción.
La verdad que en aquella situación en la que estábamos lo que menos esperaba era que un chico me fuera a gustar, pero vamos, Emmett estaba siendo un encanto y en mi caso, agradecía mucho tenerlo cerca, pues era una persona que me hacía sentirme más tranquila de lo que verdaderamente era.
En aquel momento, cuando nos habíamos quedado mirando el uno al otro, se acercó y me besó y eso me hizo sentir como unas cosquillas en el estómago. Mi sonrisa se ensanchó cuando me miró, pues me di cuenta de que estaba comprobando mi reacción.
Eso sí, no supe qué decir, así que simplemente me quedé allí en silencio, quizás pareciendo algo tonta, pero es que me había dejado sin palabras.
Al final para lo horrible que había sido el día, al final se estaba arreglando un poco. El beso te había hecho sentir bien.
- Me encanta tu sonrisa – Susurró – Me gusta mucho verte así de sonriente – Acabó suspirando, relajándose por su momento de incertidumbre.
- ¿Intentamos dormir? - Te preguntó. Aunque los dos estabais muy a gusto quizá sentía que ya había tentado demasiado a la suerte y prefería ir poco a poco a pasarse de frenada. Pero era evidente que le gustabas.
El momento en el que me dijo que le encantaba mi sonrisa, ésta se amplió, pero es que no sabía cómo responder de otra manera a un halago tan directo.
- Gracias. - Opté por decir pero se veía que lo hacía como algo cortada.
Asentí cuando dijo aquello de intentar dormir, pues la verdad era que aún con todo lo que había pasado, el cansancio pasaba factura y aún teníamos que ir a buscar a mi padre y asegurarnos de que estaba bien.
- Sí, aún tenemos que descubrir qué es lo que está pasando y es mejor poder pensar con claridad.
O al menos poder intentarlo. Eso sí, de todas maneras ahora no quería separarme demasiado de Emmett así que me acomodé a su lado.
La relación con Emmett se había estrechado, era un hecho. Y aquella noche ambos domisteis bastante a gusto.
Pero al día siguiente había que ponerse en marcha, partir temprano hacía la pequeña ciudad en la que vivías con tus padres cuando no estabas en el rancho. Y por el camino… de nuevo nada. De vez en cuando algún coche abandonado, o accidentado y algún cadáver más sin signos de violencia.
La cosa empeoró cerca de la ciudad y aquel olor desagradable a descomposición. No había nadie con vida y eso te hizo temer lo peor. Llegasteis a tu casa pero allí… no había nadie, tampoco había ninguna nota. Todo estaba en orden como si hubiesen salido para algo y jamás hubiesen regresado.
Pudiste dejar una nota si ese era tu deseo. Pero no creías que fueran a volver y en este ambiente tan poco salubre lo mejor era salir de la ciudad. No se podía demorar más el momento, Emmett te recordó aquella transmisión de radio que seguía ahí. Había que tomar una decisión. ¿Refugio para civiles de Raven Rock o Centro de reclutamiento para combatir, en Fort Hood?
Bueno, escribe el último post de la partida xD Aunque parezca extraño la peli termina así, tomando esa decisión xddddddd
Jamás hubiera pensado que el llegar a la ciudad fuera así. Era más, jamás se me hubiera ocurrido pensar el que llegar a una ciudad fuera a ser tan horrible. Allí no se escuchaba nada, era como si de repente todo el mundo hubiera desaparecido, pero vamos, por el olor que había le quedaría claro a cualquiera que de desaparecer nada, lo que olía tan sumamente mal eran los cadáveres en descomposición y mi cuerpo, desde luego, no aguantó aquello pues eché incluso más de lo que había desayunado. Fui incapaz de contener las nauseas.
Para cuando conseguí llegar a casa tenía el estómago encogido, la garganta me ardía y veía borroso de los lagrimones que había tenido que soltar. Desde luego, aquel no era mi mejor momento.
En casa al menos no estaba el cadáver de mi padre, lo cual era algo, así que le dejé una nota después de ponerme de acuerdo con Emmett en hacia donde ir.
"Estoy viva. Vamos al refugio de Raven Rock."
No era muy dada a escribir "te quieros" en las notas ni nada parecido, así que simplemente firmé como "G.B." debajo, pues no sabía quién iba a poder leer aquello, pues capaz de haber alguien vivo e ir paseándose de casa en casa.
Así, hice una pequeña maleta con ropa, enseres personales y algunos medicamentos y fui al coche de nuevo con Emmett. Estaba deseando salir de aquella ciudad.
Quedó claro que había un problema bien gordo y general. De ámbito nacional o tal vez mundial. Haciendo de tripas corazón llegasteis a casa de tus padres y… bueno, lo de no encontrarlos… quizá fuera mejor así.
Entre los dos hubo consenso y decidisteis ir al refugio de civiles. Ya habíais tenido demasiadas emociones fuertes, allí tal vez se pudiese empezar una nueva vida.
¿Con Emmett? Quizá. Ahora se había convertido en la persona que más conocías y eras sabedora de que se podía confiar en el chico. Pero quien sabe que cosas nuevas os espera en aquel refugio. Aunque para ello, primero hay que llegar y aún quedaba un largo camino por delante. Emmett aceleró para dejar la ciudad atrás.
- Fin -