-Te recuerdo el trato... 100 coronas de oro por encontrar un objeto que mi amo os indicará, con un adelanto de 20 coronas que ya has recibido. Tú y el resto vendréis conmigo a la casa, y después sois libres de buscar como prefiráis.
Fuera de la posada, espera Bertram al lado de una mujer con pinta de aventurera, como vosotros.
Más tarde habrá tiempo de conocer al nuevo aventurero... al menos hay que presentarse de todas maneras...
Observando la presencia de la nueva compañera el caballero varió su ruta camino al establo - Me presento con premura madame pues debo recoger el caballo antes de partir y no es mi deseo aumentar vuestra espera, soy Landuin Noirfeu, un placer - realizando una reverencia con el mano izquierda en el pomo de la espada y la derecha sobre el pecho
Fuera de la posada se encuentran Bertram, el caballero bretoniano y una mujer con aspecto de aventurera.
¿Será una guerrera o solo es una mujer que se escapó de su casa con las armas de su padre o su marido?
Ramiro se acerca a la mujer y da una vuelta a su alrededor mirando sus armas y armadura, si los lleva bien puestos, si se nota que esta acostumbrada a llevarlos, y en definitiva la inspecciona totalmente.
Saludos señora, espero que nos sea de utilidad en nuestra empresa
Salgo de la posada y me uno al grupo. Al ver a la aventurera que nombró Bertram me presento.
- Salud, señora. Soy Hans Ziegler, iniciado a sacerdote de Sigmar.- Me inclino en una reverencia.- A diferencia de nuestro amigo, el desconfiado estaliano, yo estoy seguro que será usted de utilidad en este asunto, ya que parece entrañar peligros que mejor serán resueltos cuantos más combatientes seamos.
La joven era seria y algo callada, y mas con gente desconocida, cuando ella habia aprendido que no debia fiarse ni de su propia sombra, pero aquella empresa era necesario tener compañia, y no tardaban en presentarse ante ela al llegar el grupo que anteriormente le habian dicho que tendría que acompañar.
-Mi nombre es Kima Soulan, y os acompañaré en vuestra gesta de ahora.
Su voz dulce era a la vez delicada y suave, pero determinante, segura de sí misma. Las palabras de aquel hombre de cabello oscuro y bigote espeso no fueron de su agrado, pero era normal que en un inicio desconfiaran de ella. Ella tambien lo hacia de ellos.
-Al igual que vos esperais un buen trabajo de mi persona, espero que ninguno sea un estorbo en mi camino.
Dicho ésto quedó en silencio, esperando que le dieran mas instrucciones.
Lo que me imaginaba, guerrera solitaria vestida con una armadura de dureza e independencia... más integrantes en alerta ¿qué demonios les ocurre a estas gentes? Ni en los momentos más tranquilos pueden superar su miedo a una puñalada por la espalda... propio de tierras sin honor... parecen tileanos...
Realizadas las presentaciones el joven continuó su camino a la caballeriza
Finalmente, salen de la posada el halfling y el imperial (siendo arrastrado cómicamente por el primero). Fuera están el resto de los aventureros, con la mujer y Bertram.
Tommy O'Toole llegó alegremente afuera de la posada silbando una pegadiza canción de marcha, cuando de repente la interrumpió, mirando a la mujer. La observó de arriba a abajo, y negó con la cabeza.
-Bueno, a quién estamos esperando?-dijo mirando a su alrededor con una sonrisa, con un tono claro de mofa, conocedor de que le estaban esperando a él y a Morgan, o eso parecía.
El grupo avanza, siguiendo a Bertram a través del pueblo. Les conduce hasta la zona más acomodada de la población: está sensiblemente mejor iluminada, las patrullas de guardia son bastante frecuentes y las casas y edificios son de bastante mayor tamaño y riqueza que las de otras zonas.
Finalmente llegan a una casa de dos pisos, relativamente modesta comparada con las de alrededor. Se alza sobre aproximadamente un kilómetro cuadrado de terreno, cercado por una verja de hierro que Bertram os ha abierto. Cuando entráis en la casa, llegáis a un amplio recibidor, con puertas a la izquierda y la derecha. Además, el recibidor está abierto al piso superior, con unas escaleras que suben a una galería que lo rodea. Pueden observarse unas cuantas obras de arte, incluidas algunas piezas relativamente exóticas, como algún cuadro de autor bretoniano o incluso estaliano.
Dado que Morgan se encuentra temporalmente ausente por vacaciones, vamos a darle otra patada a ésto.
-Esperen un momento aquí-dice Bertram, mientras se introduce en la puerta de la derecha.
Una bonita casa... de las mejores en la zona...
Tras dejar el caballo a la puerta, Landuin entró con el resto del grupo quitándose el yelmo para observar la decoración que el interior presentaba ante ellos, allí permaneció quieto como una estatua justo donde Bertram les indicó.
Un vistazo fue suficiente para sacar algunas conclusiones susurrando para si- Un hombre de mundo... o con amigos lejanos -
Debería haberme quedado en Estalia, me acompañan un halfling, un elfo y una mujer, si alguien me hubiera dicho esto en Magritta me hubiera reído de el, espero que esto acabe pronto y salga bien. ¿Un elfo y una mujer... acaso no es eso lo mismo?
Dirigiéndose a sus compañeros Ramiro habla.
Bien caballeros, espero que nos reciban pronto, por lo que he visto del Imperio aquí ni los nobles se comportan mejor que un campesino estaliano y antes de partir hemos de ir a hablar con Wil o si no es posible con el herrero o el cirujano para saber si dijo algo de sus asaltantes y de donde fue el ataque, tal vez allí encontremos alguna pista
- Ya me adelanté anoche... por desgracia, no fue posible hablar con el chico, aunque me informaron que hoy sería posible... - tras una pausa continuó - ... primero tenemos una cita con monsieur Dustermann. Si bien algo de razón no os falta, no debemos juzgar a monsieur Dustermann por las faltas de Bertram -
La puerta volvió a abrirse, y apareció el hombre, que se limitó a ponerse a un lado de la puerta abierta y decir:
-Adelante.
Como no parece que tengáis ganar de hablar, avanzamos más ésto xD.
Pasáis a un estudio que ocupa todo este ala de la casa. En el hay una chimenea, un escritorio, un aparador, varias sillas y muchísimas estanterías repletas de libros. Un hombre, noble de mediana edad, con un cabello negro que se torna gris en las sienes, está sirviendo vino en ocho copas. Coge una de ellas, y con una sonrisa nerviosa os indica que os sentéis.
-Gracias por venir, tomen asiento y permitan que les ofrezca una copa, por favor.
Me adelanto, cojo una copa y agachando la cabeza a modo de saludo me siento en una silla.
Entro en la habitación y observo con curiosidad el entorno, cuando nos ofrece una copa la tomo y me siento en la silla a la espera de que hable.
Parece un noble adinerado por el aspecto de la casa, aunque por el tamaño quizá no tanto como sus vecinos. Además es un gran lector a juzgar por la cantidad de libros que se ven en las estanterías, siempre y cuando no estén solo de adorno, como estoy seguro que pasa en muchas casas de nobles.
Nada más entrar hago una ligera reverencia como saludo y acepto su ofrecimiento.- Gracias.- Cojo la copa y me siento.- Le escucho con atención.