- Pues ya era hora, en unos minutos mas tendriamos que llevar a algunos mas - Dice el elfo que por su puesto, se encuentra completamente sobrio ya que apenas probo la cerveza. Hahasiah se levanta de su silla y comienza a seguir a Hanson
- Hanson, puedes llamarme Hanson. -dice sonriendo el humano- Señor Uzzer queda muy... demasiado formal.
Hanson cogió una de las espadas de madera que llevabais.
- Pero, ¿aún lleváis estas cosas? Creía que ya os habían dado armas. Dios mío. ¿Y os habéis cargado a tres bandidos con esto? ¡Menudo mérito! Nada más llegar os daré unas cuantas cosillas.
El humano se quedó mirando a la puerta de la taberna, esperando a que Aditus volviera.
Mreh, ¿a nadie se le ha ocurrido coger las dagas de los bandidos? xD
Ya es tarde, pero acordáos la próxima vez. xD
- ¡Hm! Ya veo donde está vuestro sentido de la alegría... muerto! Aix... estar contento es una bendición, amigo Hanson - acercandome a él, tambaleandome - Nunca sabes cuando la vida puede darte un soberano golpe en los morros. ¡No! Nunca lo sabes - poniendome serio de pronto. Me paro ante él y sonrío levemente, para después volver a estar serio. - Nunca.
Salgo de la taberna y me pongo mi verde capucha. Me paro en seco y miro hacia atrás.
¡Sabía que olvidaba algo!
Empiezo a andar y entro de nuevo en el establecimiento, me acerco a la que fue nuestra mesa y cojo mi arco.
¡Ja!Creías que te ibas a librar eh! Pues no! Deberias saber que tu amo es un... como era... ah, sí! Es un lince! - sin saber exactamente a que viene este último comentario, giro sobre mi mismo, un par de veces pues me he mareado algo, y salgo a fuera de nuevo, quitandome la capucha.
Perdonad, ayer no me dio tiempo a postear, ya sabes master, las bombillas!!!
Sixta, a pesar de estar bastante borracha entiende la indirecta de Aditus
Cita:
y se prepara para darle un golpe que jamás olvidará cuando Hanson interviene y los hace salir del local, cosa que Sixta hace con un poco de dificultad, puesto que su equilibrio no anda muy bien y camina de forma extraña, tambaleándose ante cualquier piedrita que se le atraviese.
me las pagarás idiota refunfuña en el camino, pero luego escucha las palabras de Hanson
Cita:
y no puede evitar sonreír, le parece genial obtener un arma de verdad, por lo que se acerca un poco más al grupo y espera ansiosamente llegar al campamento para equiparse con algo realmente digno de ella...
El viaje no resultó demasiado largo, y menos para los dos borrachos, a los que pareció pasarseles un poco la borrachera, a medida que avanzaban por el bosque conseguían mantenerse un poco rectos.
Una vez llegado al árbol que daba acceso al campamento, Hanson pronunció las palabras y el árbol se retiró dejando ver el campamento, en todo su esplendor.
Cambiamos de escena, nos vamos a "Campamento Uzzer".