Partida Rol por web

Viernes, 17:48

GOOOOOOOOOL!!!

Viernes, 17:48

Las puertas se abren y la rectora está por decir algo justo cuando...

GOOOOOOOOL!!!!!

—¡Me cago en la leche! Venga, denme esas hojas que las tengo que archivar. Fuera, y averigüenme quién hizo el gol.

Se fue caminando hacia una carpeta e su escritorio, y antes de que los jóvenes salieran corriendo agregó.

—Ah, Tomás, tienes una amonestación por lo del gordo ese de los snacks. Luego llamo a tus padres para que vengan el lunes a firmar.

-Pero si le he pedido disculpas y he ayudado a recogerlas. Vale, una amonestación.- Que putada, otra bronca en casa por una tontería sin importancia. Y además se estaba perdiendo el partido. 

Diego guardó el móvil en cuanto entró la rectora, más que nada por acto reflejo. Había estado chateando con Agneta y Tomás, hecho un manojo de nervios ante ya la seguridad de que se iba a quedar sin partido, cuando la rectora entró y le dejó salir.

Miró sin entender a la mujer y a Tomás, sin querer adelantarse a los hechos y celebrar una victoria no ganada. 

-Entonces... ¿podemos irnos?

Dejó las hojas en la carpeta sin molestarse en responder.

—¡Vamos! ¡Ush! Que tengo que cerrar con llave.

No hubo más respuestas de Diego. Y nada de Tomás. 

Para qué negarlo, Agneta estaba intranquila. No por el partido, sino por sus dos amigas. Y por las intrigas de la rectora, que se había pirado, puf, desaparecido. ¿Se perdía el partido esa guarra? la chica no se lo creía. Por algún lado andará , murmuró para sí.

-¡¡¡Goooool!!!

-Eh. ¡Goool! -Agneta estaba mirando el móvil, lo guardó y se levantó como todo el mundo a jalear el golazo de su equipo. No es que a ella le fuese en particular el futbol (si es que es fútbol), pero su instituto tenía que ganar sí o sí. 

Al final se olvidó de todo gracias al juego del equipo. Barrió a los rivales, 3-0, y, bueno, lo que más le moló fue el portero , que nunca se había fijado mucho en él, pero lo cierto es que el chico tenía su puntazo. Una presa para la próxima semana.

Tíos, ¿cómo os va? ¿Dónde estáis? 3-0 , hemos ganado. Dos goles de Marcos y otro del Gordo Subirats. -escribió cuando el árbitro pitó el final y los espectadores se pusieron en pie para ovacionar a los jugadores. 

"Lo sé!!!! GOOOOOOOOOOOOOOOLAZO" respondió Diego junto a un gif del tercer gol grabado desde arriba y en slow motion.

En cuanto quedó claro que la rectora les dejaba libres, Diego miró a Tomás un segundo apenas antes de poner pies en polvorosa. No se iba a arriesgar a que la mujer cambiara de opinión, ni a que Tomás le hiciera llegar tarde. Tenía que llegar cuanto antes al estadio, y así lo había hecho.

Nadie había tocado nada del escondite, todo estaba tal y como lo tenían preparado. Así que con una bolsa de patatas y su móvil, Diego se dispuso a grabar cada momento del partido. No le daban las manos para usar los espejos, y de todas formas, para cuando llegó iban ya 1-0 así que decidió confiar en sus compañeros hasta que necesitaran algo de ayuda.

Con tanta prisa había ido que se le había olvidado por completo avisar a Agneta de su libertad, acordándose solo cuando leyó su mensaje al final de partido. Para entonces, estaba eufórico y gritando por la victoria. Se había perdido una gran parte del partido, pero al menos su objetivo estaba cumplido, y al día siguiente podría fardar de los dos goles que había conseguido grabar.

"De la que nos hemos librado" añadió sonriéndole al móvil. "La próxima vez que haya partido, no nos metamos en líos."

"O al menos, que no nos pillen".

Una vez que aquella bruja les dijo que podían irse, salieron sin pérdida de tiempo, que de la misma cambiaba de opinión. Se había perdido el primer gol y le iban a poner un parte. Pero el susto y bien gordo, lo había tenido en cuanto la rectora comenzó con el laxante en la sopa. Desde luego que nada podían saber o hace tiempo que les habrían expulsado. Y fue el terrible descuido de hablar allí, lo que podría haberles costado la expulsión del Centro.

-Si disfrutemos del resto del encuentro y del fin de semana. El lunes ya se verá.- Realmente no había sido par tanto, o si? Qué tendría aquella bruja contra ellos? Si eran el alma de la fiesta del Centro, sin ellos aquello parecería un geriátrico. 

Viernes, 21:30, casa de Tomás

—¡Tomás! Al fin llegas. ¿Qué carajos es esto? Tengo acá un mensaje de que el lunes tengo que ir a tu escuela a firmar no sé qué mierda ¿Qué pasó? ¿Otra vez tapaste los inodoros? Que sepas que no pienso apagar una reparación más. Además, ¿qué se cree esta loca? El lunes yo tengo que trabajar. Buf.

Sábado, 9:15, casa de Agneta

—Ani, querida, ¿estás despierta?—ahora, después de la pregunta del padre, sí lo estaba.—Pobre niña. ¿Cómo estás? ¿Por qué no nos habías contado? Llamó la rectora para contarnos lo que hizo ese... ese tipo. Menos mal que ella estaba allí para detenerlo. Tú no te preocupes, ya tenemos los videos de seguridad y estamos coordinando con esa buena mujer para removerlo del cargo. Y mientras tanto, para que no te vuelvas a cruzar con él, la rectora nos consiguió lugar en otro colegio, así no perderás clases.

La madre de Agneta miraba desde la puerta del cuarto con los brazos cruzados y soplandose el flequillo de la cara.

—Igual no es justo. El que se debería ir es él. Yo digo que Ani no vaya el lunes y enviar un abogado a revisar los protocolos.

A casa de Diego no llegaron noticias del incidente. ¿Este es el final? No nos enteramos si Robles García conservó el trabajo, o si Agneta pido volver al colegio. Pero la serie se descontinuó por falta de presupuesto (y se nos fue el viernes).