Tras lograr ganar acceso a aquella recóndita puerta la primera pregunta que surgió a la mente fue ¿qué escondería? Un leve chirrido se produjo tras girar el pomo y una bocanada de aire fresco chocó contra vuestro cuerpo dándoos un leve alivio frente al enclaustramiento de estar dentro del castillo.
Avanzasteis a través de la nueva galería que se abría ante vosotros, la novedad era que ésta se encontraba al aire libre, pero sin dejar de estar en pleno centro del castillo. Había luminosidad suficiente gracias a una gran variedad de candelabros que permanecían colgados con llamas danzantes en la oscuridad, sin lugar a dudas parecía un lugar acogedor, idea que se borró de vuestra mente en cuanto comprobasteis que todo el recinto estaba repleto de jaulas colgantes, todas ellas oxidadas y muchas con restos de huesos en su interior ¿estaría la mujer de Abraham cerca? ¿O estabais entrando directamente en la boca del lobo?
De repente, en mitad de la oscuridad se escucha un alarido, la voz provenía de entre la multitud de jaulas, procedía de un hombre, un hombre de avanzada edad o al menos eso era lo que aparentaba a primera vista.
Ayuuuuuda ~~~~
Ayuda por el amor de Dioooooss ~~~~
Tendríais que adentraros más a fondo entre las jaulas y la oscuridad para saber qué o quién estaba provocando aquel quejido ¿sería una víctima más de Drácula?¿o una trampa? ahora tocaba decidir si pasar de largo y continuar con la búsqueda del enemigo y la esposa secuestrada o por el contrario prestar auxilio a alguien que lo necesita...
Ignorar los gritos y seguir avanzando
Ir a investigar los gritos
El viaje a través del castillo no había hecho más que comenzar, pero ya había demostrado que iba a ser una prueba para sus cuerpos y para sus almas también. El alivio de poder ver el cielo duró tan solo un instante cuando Abraham se dio cuenta de que estaban en una especie de horrible mazmorra. El bosque de jaulas colgantes hizo que un escalofrío recorriera la mente del aldeano. ¿Estaría su Estrella sola y aterrada en una de esas jaulas?
No tuvo tiempo para ahondar en estos pensamientos, ya que de repente oyó los gritos. Sentimientos encontrados chocaron en su mente. Quería acudir al rescate de la fuente de los gritos, pero por otro lado ya desconfiaba demasiado de la naturaleza del castillo y no quería caer en otra trampa. A pesar de toda su cautela o de su nuevo carácter encontrado, no dejaba de ser ese sencillo hombre de Southshire, y la posibilidad de que alguno de sus amigos estuviera en peligro ante esos horrores que hasta hace nada desconocía le impulsaba a moverse.
- Creo que podemos echar un vistazo sin dejar de ser cuidadoso. ¿Qué pensáis?
Voto por investigar los gritos
Arthur se sorprendió de ver como estaba dispuesta la sala y se sintió fresco al recibir un poco de aire, pero le asalto la curiosidad y un poco de tristeza el saber que habían tenido a personas probablemente inocentes hay encerradas y que habían muerto allí, y cruzaron por su mente las preguntas de ¿Cuántas personas habrán muerto aquí a manos de Drácula y sus ciervos? ¿Cuánto tiempo habrán permanecido aquí encerradas? ¿de donde habrán venido estas personas? ¿Qué habrá pasado con sus familias? y otro montón de dudas que asolaban su mente, haciéndolo dudar de si este camino seria el correcto, en cuanto escucho los gritos
-vamos, debemos tratar de ayudarlo-
dijo Arthur en respuesta a Abraham tratando de sonar seguro pero en realidad lo que pasaba por su mente en ese momento eran mas y mas dudas sobre lo que les esperaba en esta "aventura"
Adelin se tomo un instante para recuperar el aliento mientras los gritos de ayuda interrumpian sus intentos por recuperar el aire. Los gritos de súplica hacían eco en el cuarto, pudo notar como Arthur y Abraham decidieron ir a investigar.
Es obvio que está todavía agitada por el ascenso, pero decide ir con ellos, aún recuperando el aliento, no podía articular palabras, así que solo pudo hacer un simple gesto de afirmación para aserles saber a ambos que está de acuerdo con los dos.
También elijo ir, perdón la tardanza, tuve problemas con la Internet
El grupo decidió ir a echar un vistazo allá de donde provenían los gritos de auxilio, algo complicado puesto que aquel lugar al aire libre podría tener fácilmente varias decenas de jaulas.
La instancia se vio temporalmente iluminada por el brillante resplandor de la luna llena, una luna que acalló los gritos de auxilio de aquella persona desconocida, unos gritos que fueron sustituidos por el sonido de algo romperse ¿huesos? ¿Barrotes de hierro? no estabais convencidos de que era exactamente pero una cosa estaba clara, algo estaba a punto de suceder y no tenía pinta de ser algo bueno.
Un aullido retumbó por todas las paredes junto con un gruñido que helaba la sangre ¿una nueva amenaza por parte de Drácula?
De entre la oscuridad surgió un ágil hombre lobo cuyo pelaje oscuro casi se camuflaba en la noche. Poseía unas poderosas garras que sacaban a la luz su peligrosidad. En un rápido gesto os miró a todos vosotros con sus fauces abiertas que no paraban de salivar y sus diminutos ojos que parecían inyectados en sangre. Sin dudarlo un solo momento alzó su hocico a la luna y comenzó a aullar de una manera tan estridente que era inevitable que os tuvierais que tapar los oídos, la pregunta era ¿cuánto tiempo podríais resistir algo así?
¡Debéis defenderos y acabar con la amenaza!
Sólo fue un instante, la luna era preciosa, como la perla más preciosa de un collar, a pesar de los gritos, la luna le relajaba a pesar de los gritos, y de que aún está un poco cansada, haciendo que su cabello brille como el oro bajo la luz del astro. Cerró los ojos y se relajó, a pesar de todo, en ese instante, se sentía tranquila.
Siempre me gustó ver la luna, incluso ahora, la peor de las situaciones imaginables
Pero de un momento a otro, los grito pararon, seguidos de un estruendoso aullido, a continuación, la imagen del licantropo, con un pelaje tan negro como la oscuridad, y sus colmillos que relucian con fervor asesino, pero irónicamente, no se sentía asustada, volviendo al recuerdo fresco de los animales siendo sacrificados, y cómo la impotencia de ese momento volvía, haciéndole estallar de furia.
La chica pasaba de ser la torpe pero dulce Adelin, para transformarse en la tormenta misma, una faceta que no sabía que tenía, el viento rugia a su alrededor, con los ojos llenos de furia, extendió y movió sus manos con mayor velocidad que contra cerbero, del suelo, de la pared, incluso del techo, surgieron picos afilados cómo lanzas, puramente de hielo.
-¿Qué esperan? Acaben con el- Ya no lo decía con tono de petición, ahora es una orden, la damita esta muy enojada, pero no menos centrada.
Motivo: Lanzas de hielo
Dificultad: 0
Habilidad: 3
Tirada: 7 9 9
Total: 9 +3 = 12 Éxito
Cuando los gritos de auxilio se convirtieron progresivamente en gruñidos bestiales y en sonidos horribles Abraham musitó una maldición entre dientes. Era una trampa. Los he llevado a una trampa. Ante ellos se alzaba un licántropo de pelo negro como la noche, con unas garras y unos colmillos que cuanto menos podrían dar cuenta de la carne de un humano en segundos.
Antes de que pudiera siquiera reaccionar Adelin lanzó diversos témpanos hacia el monstruo con un ímpetu que hasta ahora no había mostrado. Así que esta es ella en realidad. Puede parecer asustada o que la carga sobre sus hombros es pesada, pero cuando llega el momento nada de eso le importa. Solo importa lo que tiene que hacer. Debo ser igual que ellos si quiero sobrevivir esta noche. Para poder ver a Estrella una vez más, tengo que sobrevivir a esto y a esta noche.
Sin perder un instante más Abraham asió en sus manos su fiel hacha y comenzó su avance hacia el hombre lobo. Mientras iba a la carrera le pareció oír una voz en su cabeza, intentando distraerle o alcanzar algún punto lejano de su mente, pero su determinación silenció cualquier posible distracción mientras alzaba su arma para golpear con fuerza.
Motivo: Hacha
Dificultad: 0
Habilidad: 2
Tirada: 2 7 9
Total: 7 +2 = 9 Éxito
Arthur se deslumbro con el hermoso resplandor de la luna llena y se lleno de una sensación familiar, sentimiento que no duro mucho, ya que los gritos se acallaron y fueron remplazados por el aullido de un licántropo, un aullido ensordecedor y que le pareció ser una distracción para no poder acercarse a este asi que trato de ignorarlo y pensar en otra cosa, no habia visto ninguno antes pero su padre le habia contado que lo mejor era matarlos lo mas rápido posible asi que Arthur se decidió a atacarlo y vio como Adelin le disparo varias lanzas de hielo rápidamente y con una actitud que no habia notado antes en ella,como de rabia, Abraham tambien ataco con su hacha con una fuerte decisión, asi que el no se quedaría atrás.
primero le lanzo su hacha desde lejos apuntando a la cabeza, como sabia que este golpe no seria suficiente se acerco rápidamente y agarro su hacha de nuevo y lo golpeo fuertemente en el cuello para rematarlo
Motivo: Golpes con el Hacha
Dificultad: 0
Habilidad: 1
Tirada: 2 4 10
Total: 4 +1 = 5 Éxito
Debéis narrar como acabáis con el Licántropo, sin embargo hay una mala noticia:
En la refriega, el Licántropo consiguió arañar a Abraham, haciéndole perder una vida.
Justo antes de finalizar el combate, el Licántropo mordió de gravedad a Arthur.
Ninguno cree que el guerrero Belmont pueda sobrevivir.
Lamentándolo mucho tu personaje ha recibido una herida fatal en el combate. Sabes que no podrás sobrevivir a dicha herida mortal.
En tu próximo mensaje podrás darle un homenaje a Arthur, es decir, será tu último post en la partida así que aprovecha bien la oportunidad por si quieres hacer o decir algo en especial
>_<
Arthur sintió una punzada en el abdomen y supo que no duraría mucho mas, supo que su viaje pronto acabaría, gracias a la ayuda de Adelin y de Abraham pudo asestarle su ultimo golpe al licántropo, cortándole la cabeza, pero recibiendo antes de esto un mortal corte en el abdomen que sabia acabaría con su vida, cayo bañado con la sangre del licántropo y pensó en que no quería que su viaje terminara tan pronto, no quería decepcionar a su familia aunque desde el principio supo que el no era el indicado, no quería dejar a sus compañeros solos, a su suerte, sabiendo que podrían terminar como el en estos momentos.
padre de verdad te he fallado, soy un inútil y ni siquiera pude completar el legado que me dejaste, padre por favor perdóname, dile a mama que la amo.
pensaba aun sabiendo que estas palabras jamás llegarían a donde estan sus padres, pero pensó en esto aun con esperanza de que pudieran alcanzarlos.
-chicos perdónenme, de verdad me hubieses gustado completar mi misión pero como ven no creo sobrevivir mucho mas, les dejare todas mis armas y solo les pediré una cosa, por favor mátenme, no quisiera transformarme en una cosa de estas- dijo mientras señalaba al licántropo que acababan de matar
se levanto lentamente de donde estaba mientras veía su sangre caer por todo el suelo y se acerco a donde estaba Adelin y sabiendo que en estos momentos no podría explicar sus sentimientos con palabras, la beso, trato de alargar lo mas posible ese momento pero el dolor que tenia era cada vez mas agudo, volvió a caer al suelo pero ahora sabiendo que esta vez no se iba a levantar, simplemente se termino de acostar en el suelo y sonrió.
Los ojos se abrieron de la incredulidad, el tiempo pareció detenerse, solo fue un instante, creyó que hielo mantendría al licantropo lejos de ellos, debía tener cuidado, usar el látigo, y no exponerse.
Pero esa mordida, esa maldita mordida, hicieron que los ojos de la chica se llenarán de lágrimas.
¿Por qué? ¿Por qué dije eso? ¿Por qué les dije que se encargaran de él? Lo tendría que haber hecho yo, Arthur... entre gimoteos, le vio caer al suelo, al mismo tiempo que caía la cabeza de él hombre lobo.
-Arthur... - mirando su herida, las lágrimas caían a ríos, cómo la sangre que no dejaba de manar. Después de levantarse y escuchar sus palabras, la chica tenía tanto para decir, tanto para hacer, quería decirle que le gustaba, que lo amaba, que quería pasar su vida con él, pero fue interrumpida, las palabras no salieron de su boca, por que el muchacho le había alcanzado, y le dió algo que ella no esperaba, correspondió ese beso con todo su corazón, sujetando el rostro del chico con ambas manos, no quería soltarle nunca, quería quedarse así para siempre.
Pero su cuerpo cedió a la gravedad, y ella le acompañó deteniendo su caída torpemente, hasta el suelo, arrodillandose a su lado, acomodó su cabeza sobre su regazo, sentada ya en el suelo, mirando impotente cómo la vida de su amado Arthur Belmont se iba de este mundo.
-No me dejes... Por favor... No me dejes... No mueras... - Decía con los ojos empapados, sintiendo que su corazón en mil pedazos se rompía, destruyendo su alma, y su vida
A pesar de que su hacha impactó en el hombre lobo, la bestia también dio en el blanco con sus garras, que perforaron la carne del aldeano a la altura del pecho. Cayó de rodillas atenazado por el dolor, y no pudo ser testigo de cómo Belmont acababa con el licántropo. Maldita sea, eres demasiado viejo y débil para esto. Acabarás por llevarte a la muerte antes de saber del destino de Estrella.
Cuando Abraham recuperó la compostura no pudo sino mirar con impotencia a un Arthur ensangrentado en el suelo. El cazador se levantó y compartió un instante con la hechicera antes de caer de nuevo al suelo para no volverse a levantar. Adelin se arrodilló junto al guerrero mientras su vida se apagaba. Solo el llanto amargo de la hechicera rompía el silencio de la escena, y para Abraham no fue más que un recordatorio de sus fracasos. Había fallado a la hora de proteger a su esposa, y ahora había sido un mal compañero. Se había dejado herir y no había sido lo suficientemente fuerte para apoyar a su compañero de viajes, y esto le había costado la vida. Aun con dificultades, se alzó para así poder acercarse a sus dos compañeros.
- Lo siento mucho... yo... no fui... - comenzó la frase, sin dejar muy claro si hablaba con la hechicera o con Belmont. - Acabaremos el trabajo, te lo prometo.
Decidió dar a la muchacha un momento para mostrar su dolor, aunque pasados algunos minutos volvió a acercarse a Adelin y al cuerpo ya sin vida de Arthur Belmont.
- Creo que deberíamos continuar. - dijo mientras ponía una mano en el hombro de la hechicera. - El tiempo es oro, pero cuando esto acabe volveremos aquí y llevaremos su cuerpo a un lugar donde podamos darle un entierro apropiado. - Echando un último vistazo al cuerpo del heredero del clan Belmont, y pensando todo lo que el chico podría haber vivido y nunca viviría, cogió el látigo Matavampiros en sus manos y se lo dio a Adelin. - Me contasteis que esto era muy importante. Él hubiera querido que lo llevaras tú. Asegurémonos de sobrevivir y de devolverlo a su familia...
En el momento que Abraham tocó el legendario látigo éste tuvo que soltarlo inmediatamente puesto que su mano ardía con un poder sobrenatural.
¿A caso no podía ni rozar un arma así?
Tras la pérdida de Arthur debéis avisarme en notas con un "listo" cuando queráis continuar.
Adelin miro al hombre al levantarse, tenía los ojos rojos, y una mirada que no salía del cuerpo de Arthur, cerró los ojos antes de devolverle la mirada.
-Debe cortarle la cabeza señor Abraham, los licantropo transmiten su maldición, mordiendo a sus víctimas-fue lo que dijo cuando el campesino terminó de hablar. Sin dejar de mirarle,la sola idea de decapitar su cuerpo le desgarra más profundamente que un puñal en el corazón, pero es necesario, para evitar que la maldición se propague por el cuerpo de su amado Arthur.
-Yo... Creo que tiene razón señor, pero antes... Haga lo que el pidió-
Al ver cómo el látigo reaccionó en las manos del hombretón, no le sorprendió, sólo un miembro del clan Belmont puede usarlo.
Adelin le embolvio con un paño que tenía -Solo un Belmont puede usar el látigo, el matavampiros fue hecho para ellos hace mucho tiempo, pero agradezco el gesto, señor-
Le sonrió al sujeto, aún con los ojos empapados, mientras se le hacen ojeras de haber llorado tanto, se dio vuelta a esperar a qué el decapitara su cuerpo, mientras temblaba de tristeza.
Ya está "lista" para continuar
Abraham escuchó con atención las palabras de la hechicera, mientras echaba un último vistazo con asombro al látigo mientras la muchacha lo envolvía en un paño. Realmente solo el chico podía usar esa arma. Era su destino, aunque eso le haya llevado a la muerte. Un nuevo sentimiento de respeto hacia Arthur afloró en su interior, pues comprendió que era muy probable que el cazavampiros no deseara la responsabilidad que tuvo sobre sus hombros, y esto mismo le llevó al fin prematuro. Cumplió su deber hasta el final.
Había tanto que desconocía acerca de este mundo al que se había visto arrastrado de manera involuntaria que no podía sino sentirse pequeño en su ignorancia, pero no era el momento de dejarse llevar por la desesperación. La misión estaba en un momento muy delicado y si su determinación caía ahora el fracaso estaba asegurado.
Así que estos monstruos transmiten su maldición a mordiscos... ¿es posible...? Un escalofrío recorrió la espalda del aldeano. De nuevo centrado en la tarea entre manos se dirigió a Adelin. - Ve tú delante, te alcanzaré pronto. - Bajo ningún concepto quería que la muchacha tuviera que presenciar lo que iba a ocurrir.
Una vez a solas con el cuerpo de Belmont, se tomó un instante para despedirse de ese joven al que no conoció bien, pero cuyo destino estuvo ligado al suyo en la noche más horrible de su vida. - No te avergüences, has cumplido con tu deber, chaval. No sé si yo mismo sobreviviré a esta noche, pero te prometo que mientras viva no permitiré que nada le ocurra a ella. - Tras esta despedida improvisada, el aldeano alzó su hacha y cumplió con el último deseo de Arthur. Se aligeró para alcanzar a Adelin.
- No te dejes llevar por la pena. Toma todas esas emociones en tu interior y úsalas contra nuestros enemigos, como me pasa a mí, que aun no sé si mi esposa está en este reino o en la otra vida. - dijo mientras apoyaba su mano en el hombro de la hechicera, intentando que se mantenga en el presente, pues cada segundo en este horrible castillo es un desafío para sus mentes y sus cuerpos. - Vamos a continuar. El señor del castillo va a pagar caros sus crímenes. - finalizó el aldeano con una chispa de odio en sus ojos hacia el ser capaz de conjurar tanto horror.
Listo para continuar
Notas la llamada de la noche en tu sangre, en tu pecho, en tu boca… ¡necesitas aullar!
Has ganado la capacidad "Ferocidad Lupina" la cual te hace aumentar en +1 tus habilidades de y
El cuerpo del licántropo dejó un reguero de sangre que empapó a los allí presentes bajo la hermosa luz de la luna. Aquella escena parecía demasiado tétrica, y más teniendo en cuenta que el cadáver del licántropo recobró su apariencia humana, un hombre de avanzada edad casi sin carne en sus huesos y que quizás no era consciente del daño que había provocado ¿o sí? Desde aquel momento el viaje no iba a ser el mismo... y más tras la pérdida de Arthur.
De repente unas sonoras carcajadas comenzaron a apoderarse de todo el complejo penitenciario. Aquellas carcajadas fueron acompañadas por unos gritos que helarían la sangre al más débil.
Como por parte de magia, una criatura cadavérica armada con una enorme guadaña apareció ante ustedes, su cráneo yacía vacío y envuelto en un aura mística, pero lo que más preocupaba no era eso, sino el hecho de que entre sus brazos estaba una hermosa mujer que agitaba su cuerpo para intentar escapar.
La mismísima Muerte estaba ahí, con la esposa del ciudadano retenida.
- Por un momento pensé que descubriríais a nuestra hermosa rehén, ju, ju, ju, menos mal que vuestros ojos no estaban lo suficientemente preparados - la vil criatura estaba a la suficiente distancia como para que ninguno de vuestros ataques surtiera efecto. ¿Significaba aquello que la mujer del ciudadano permanecía escondida en aquella prisión? ¿Tan cerca estabais?
- Si queréis recuperarla tendréis que ser más rápidos... oh si... ¡¡¡mucho más rápidos!!! - dicho aquello Muerte salió volando a gran velocidad por la única salida que tenía la prisión, la única buena noticia era que parecía que la mujer estaba sin un rasguño ¿pero a donde se la llevarían?
Debéis narrar vuestras impresiones y como continuáis vuestro camino por la única salida disponible.
No le sorprendió la vuelta a la forma humana del hombre lobo, le llenaba de rabia no haberlo aplastado antes con sus témpanos, hasta rebentarlo como un mosquito entre las manos, si lo hubiera hecho, Arthur Belmont seguiría con vida ahora mismo, pero no por eso dejó de dedicarle una oración al sujeto.
Aún dolida, ignoró lo que Abraham dijo, aún tratando de consolarla, pero ella permanece inmutable, con ojeras, y algunas lágrimas aún. Pero en el instante en que el monólogo terminó, apareció la mismísima Muerte, con una mujer hermosa en sus brazo libre y una guadaña en la otra.
Dicho aquello, desapareció a toda prisa, Adelin permanece inmutable, pero estallando una enorme furia en su alma, solo pudo mirar al hombre en espera de lo que decida hacer.
Una vez finalizada su muestra de respeto a Belmont, Abraham observó con horror cómo el licántropo que los había atacado volvía a su forma humana en un charco de sangre. Así que eso ocurre a los malditos por la bestia lobo. No tuvo tiempo de explayarse en esta escena, pues algo aun más perturbador estaba por aparecerse ante él.
Todo comenzó con unas sonoras carcajadas. Abraham había visto los diferentes grabados que había en la pequeña capilla de Southshire. Todos mostraban a una figura esquelética con una guadaña que mandaba a los difuntos al inframundo. Ninguno de ellos hacía justicia al ser que se mostraba ante ellos. Abraham se hubiera quedado paralizado de no ser por la infame burla del monstruo, que tenía como rehén a la esposa del aldeano. - ¡Estrella! ¡Suéltala, monstruo! ¡Tranquila Estrella, vamos a liberarte y nos marcharemos para siempre de este castillo!
El hombre tuvo que luchar contra el odio sin límite que se acumulaba en su pecho y amenazaba con salir. Cuando la Parca hubo acabado su burla se marchó por una salida, hacia la cual se apresuró Abraham, dispuesto a no fallar esta vez. Al ver que Adelin lo miraba buscando un plan, le dijo simplemente - ¡Vamos, aprisa!