- UB, encárgate. Secuencia P8 7 7 5 3 - comenta Ackbar a vustro droide para lo que pedís.
- ¡¡¡Gracias!!! - conseguís distinguir por el comunicador.
- Quizás sería buen momento para avanzar, ¿qué decís? - Preguntó Pollard
Si no te importa mi ritmo errático..., me apunto. Una vez a la semana si que puedo postear, sobre todo si no tengo que pensar mucho.
Creo que hay un poder para sentir vida o pensamientos..., búscalo y me comentas.
La misión es lo primero pero no quiero dejar tirada a Galaï. ¿Podría quedarse alguno de los Verpine para abrir y cerrar la puerta de la que hemos hablado y acompañar a Galaï hasta el hangar mientras salimos ya para allá?
- Por supsuesto, pero también lo puede hacer vuestro droide - os contestan - partid cuanto antes, no sé cuanto retendrán las puertas a esos soldados, pero no creo que tarden mucho
¿Y nuestro droide será tan rápido como un Verpine para salir de aquí?
¡Uh! ¡oh! - la pregunta del piloto parece desconcertar al Comandante - Creo que estás pidiendo que, en estos momentos, se les abran las puertas a vuestro piloto. Ahora estamos aquí, y no nos podemos ir mientras estemos operando con la información almacenada del proyecto..., ¿qué pretendes hacer? - pregunta algo nervioso - además, con tanta cháchara seguro que llegan los imperiales abriéndo las compuertas antes de poder hacer nuestro trabajo. ¡¡¡Necesitamos entretenerlos!!! - las alarmas continúan sin cesar, aumentando el ambiente de histeria general.
Comandante, la única forma de que nos atrapen es dejar que el nerviosismo nos domine. Tendremos tiempo para todo si se hace correctamente. Lo único que pido es que durante unos segundos se abra la puerta que corresponde a la sala donde está Galaï, cerrarla enseguida, ella llegará aquí, mientras tanto acabaréis de conseguir la información y nos iremos en menos que canta un gallo -el piloto hablaba con gran tranquilidad, como si cada día viviera una situación similar-.
Desde la primera explosión parece como si el tiempo hubiera volado, pero los múltiples relojes que acompañan en la sala de control no mienten, hace ya algunos minutos que rugió en vuestros oídos y aún seguis intentando dictaminar que hacéis.
Ruido de explosiones, sirenas y luces parpadeantes parecen que no os dejan ver la situación clara. De pronto, un gran testigo parpadea en el panel que muestra la distribución de salas y puertas del asteroide. Una de las puertas, la que da a la sal en la que se encuentra Galaï(1), parece que ha cedido, y, aunque es más fuerte que la ya superada, parcece que la que sale del hangar hacia el Centro de Comunicaciones(2) no le queda mucho, sin embargo, tenéis que buscaros una salida hacia la Pista de aterrizaje secundaria(3) lo más libre posible para que podáis huir los más que podáis, incluyendo a Ackbar y los mapas.
Os preguntáis como estará vuestra compañera, al tiempo que seguís contemplativos ante la situación.
(1) la sala enumerada como 6
(2) La 3.
(3) La 12 del mapa.
Alimar pulsa el botón del intercomunicador que le permite transmitir su voz y susurra con una mezcla de ansiedad y temor: ¿Galaï, estás bien?
Cuatro o cinco segundos espera la respuesta con un oído prácticamente pegado al aparato y pregunta al comandante: ¿cuánto tiempo más os falta?
Ya estoy de vuelta
- Más del que tardarán ellos en abrir las compuertas que faltan - os dice Ackbar con tono de preocupación.
Parece que el tiempo se está volviendo en vuestra contra...