Tras dar dos certeros cortes y logrando abatir a uno de los asaltantes veo que Guillermo no va hacia donde le indiqué para poder torcer el combate a nuestro favor, sino que todo lo contrario. Aprovecha que estoy fuera de balance e indefenso para atacarme a traición y me corta el pie haciéndome caer al suelo y perder mucha sangre más la entereza y la furia que tengo por la traición me hacen mantenerme consciente.
- ¡FHILO DA PUTA! - Grito de bronca mientras con ambas manos trato de contener la sangre más el dolor se que no podré detenerlo, para rematar la situación veo como el cobarde Alaric sale corriendo por su vida sin pensar en la del resto del grupo. Solo el Fray hombre de Fe se queda con el resto del grupo. - ¡COBARDES, COBARDES Y TRAIDORES POR TODAS PARTES! - Había más honor en el barro mezclado con sangre en las batallas que en una estrategia armada y pensar que buscando seguir con el plan velé por la seguridad del asesino de Guillermo y así me las paga.
Alaric no vé motivo para quedarse por los alrededores, Guillermo es un asesino y un traidor, Don Diego morirá desangrado si nadie le atiende, nada le debe ni ha dado a entender que habría algún tipo de recompensa por ayudarle. Lo siente por el fraile, pero la vida es dura en estos tiempos que corren y no es cuestión de arriesgar el cuello por alguien con quien apenas ha cruzado unas palabras.
Lo primero huir, esconderse y moverse de forma furtiva - pensó Alaric - Luego ya veremos, pero nada se me ha perdido en Cornago ni en Casa Carrillo, lo mejor que puedo hacer es volver al frente a luchar con los míos, que bastante tiempo he perdido ya en menesteres de nobles que nada me importan
Como ya te dije no encuentro ninguna motivación para que el personaje siga adelante.
No tengo problema en llevar algún otro que crees para continuar la aventura y no dejaros tirados
Con Alaric huído, fray Juan rendido, uno de los soldados de la señora mal herido y un don Diego aún más maltrecho, no tarda en suceder lo inevitable; vuestra rendición.
Soltáis las armas y no tardan en caer violentamente sobre vosotros los bandidos. Pero lo peor llega cuando se dan cuenta de que vuestro cargamento está compuesto por barriles y arcones llenos de piedra y tierra: os muelen a palos con terrible dureza.
¡De que va todo aquesto! ─exclama el lider bandido ─¡¿acaso pensabais fazernos una celada?! ─el ambiente rápidamente se tensa hasta rozar límites inimaginables y, como no dáis respuesta que le satisfaga, pasan a cuchillo a uno de los jovenes soldados.
¡¿Váis a fablar?! ¿¡váis a darme explicación alguna?! ¿¡o queredes que dele matarile a aqueste como si fuere un cerdo en San Martín?! ─dice señalando al otro de los muchachos con su bracamante ensangrentado.
No marquéis a Alaric a partir de ahora.
¿Los soldados o alguno de nosotros lleva algo que nos identifique como que somos de Cornago?
Diego, Guillermo puedo intentar inventarme algo y hacer que se lo trague usando elocuencia (47). ¿Alguna idea?
¿Los soldados o alguno de nosotros lleva algo que nos identifique como que somos de Cornago?
No.
Diego, Guillermo puedo intentar inventarme algo y hacer que se lo trague usando elocuencia (47). ¿Alguna idea?
No hagáis metajuego ;). Ahora mismo no podéis habler entre vosotros para poneros de acuerdo. ¡Juegatela! :).
Una vez más mi mente se afana en buscar una salida al embrollo en que nos veíamos metidos. Pero no lo tiene fácil ante la somanta de golpes que recibimos. Sacudo la cabeza tratando de centrarme y comienzo a hablar casi sin pensar.
-¡Basta de palos!- miro fijamente al lider bandido tratando de mostrarme seguro -¿Queredes saber de qué se trata?¿Estades seguro? – hago una pequeña, pausa como esperando respuesta, pero me apresuro a seguir antes de que tengan ocasión de darla –Vos la daremos pues. A juzgar por la zona en que nos hallamos, vos sodes los homes que habemos en Rincón de Olivedo. Rebelarvos la nuesa misión no nos supondrá mayor perjuicio, mas vos os habedes de arrepentir de lo fecho.-
Me incorporo y trato de adoptar la pose más digna y orgullosa que puedo. – Aquesto caballero que habedes malferido …- señalo educadamente a Don Diego - … es Don Diego de Villena, sobrino segundo de Alonso Carrillo de Acuña, arzobispo de Toledo, primo por parte de madre del marqués de Villena y caballero de la orden de Calatrava. – espero que los títulos hubiesen impresionado al malhechor.
- Aquestos homes – indico, ya con menos respeto, a los dos soldados – son soldados contratados por el señor de Villena, y aquelotro cobarde … - señalo con desdén al bosque por el que huyera Alaric – era el montañes que había de guiarnos por tierra de Navarra en la misión que fue encomendada en secreto a Don Diego por su tío el Arzobispo y su primo el Marqués. Y que vos habedes interferido, por cierto.-
Aunque la historia tenía lagunas, espero al menos poder ganar unos minutos para salvar el cuello del otro soldado y permitir la huida de Alaric.
Motivo: Elocuencia
Tirada: 1d100
Dificultad: 47-
Resultado: 93 (Fracaso)
No hagáis metajuego ;). Ahora mismo no podéis habler entre vosotros para poneros de acuerdo. ¡Juegatela! :).
Lo siento :) pedía ideas porque no se me ocurría ninguna mentira. Pero bueno ahí vamos. Tiro Elocuencia (47) y utilizo Suerte (¡bufff, faltó poco para la pifia!).
Viendo que nadie me quiere matar en este instante más como saber cuanto más hilo queda en el carretel corto con las manos un pedazo de tela con el cual me hago un torniquete no buscando que sea digno a la vista de un cirujano, solo que pare la sangre que me sale a borbotones.
Bien cruel había sido lo que contesçió a Diego y al resto de los compañeros. Avíase demostrado la cobardía de algunos y la sensatez de testa de otros... et también que yo, Guillermo, era el su mejor luchador. El de Santsoles manchaba de sangre la terra et cuidaba de fazer tripas corazón para aguantar y non morir.
Cuando el hombre de los Carrillo tomó las riendas no fize más que callar. Miraba las cosas del moribundo, pues eran bien presçiadas y vendriánme muy bien cuando tuviésemos que sacar los cuchillos y seguir con la misión. Pronto a Don Diego, aquellas prendas faríanse muy pesadas de levar; El cura Juan faló por encima de los gorgajos que soltaba el soldado degollado. El mozo había peleado mal y era su merecido. Sus estertores eran algo a lo que yo acostumbraba; cuando un alma salía de un cuerpo comoquier se escapa hasta la tierra y hacía ese sonido, que a mi mesmo me daba paz, pues no era yo el que partía al más allá.
Tuve a bien recoger las armas del de Santsoles, sopesándolas y mirando su calidad, non le diera por martirizarse más tratando de usarlas con aquellos bandidos. Por aquella espada de mano y media había reconocido al caballero y eso había salvado su testa. Pero ahora Unai seguramente querría de matarlo. Di un paso a su vera y le dixe cosas al oído. Esperando que tuviese mis palabras a bien, esperé a su lado con semblante serio.
Púseme cerca del oido de Unai y díxole:
—Conosco a estos omnes. Si non traen dineros, que lo dudo, quizá la cabeza de Don Diego pueda valer algo para los Luna. Creo que sería buena cosa de llevarlos a ver a los Carrillo antes de pasarlos a cuchillo tan facilmemte. El que ha huído es omne de montaña et sería buena idea darle persecución antes de que cante o venga con refuerzos tras nuestra. Que los tuyos les quiten las armas y corazinas, que buen uso podremos hacer de ellos.
Pretendía quedarme con aquella armadura y el caballo de Diego cuando este muriese. Su herida era fea, non duraría mucho, y si no, ya me ocuparía yo que non lo fiziera. Pero mejor que fuese una vez estuviésemos dentro de Ca Carrillo, dónde él quería que yo estuviese... desde dentro sería más fácil fazer el daño