Partida Rol por web

No supo el momento exacto en que se rompió.

Siempre se había considerado fuerte, sobre todo tras superar la muerte de su padre. Una mujer con sus complejos, sus dudas, sus miedos... pero capaz de intentar afrontarlos todos. Ahora en cambio se daba cuenta que solo hacia falta un fuerte viento que sacudiera todo su mundo para demostrarle que se equivocaba.

De repente lo percibió. Golpeó varias veces aquel pecho que intentaba apresarla en su agonía en un intento de apartarlo, como si así pudiera liberar su dolor, como si quisiera demostrar que no lo necesitaba, para acto seguido aferrarse con desesperación a él

Un quejido parecido al de un animal atrapado le arañó la garganta antes de que las lágrimas brotaran. Enterró el rostro contra el cuerpo de Sergei y no contuvo el torrente de emociones que le sacudía el cuerpo. Quería contestar a sus dulces palabras pero no podía. Solo llorar. Llorar como hacia muchísimo tiempo que no hacia.

Abrigada por el consuelo de aquel hombre que acababa de conocer pero que a la vez la hacia sentir que le conocía desde mucho más. Aquel hombre que no pensaba ver en mucho tiempo pero que había aparecido en el momento en que, sin saberlo ella, más le necesitaba.

Poco a poco se fue agotando. Su respiración se fue normalizando. Sus brazos no aflojaron el abrazo ni apartó su mejilla del calor de Sergei - Estoy perdida - murmuró Saskia despacio - Se la han llevado y ahora... - repasó su labio con el borde de la lengua - ahora no se donde tengo que ir -

Su mente, ahora más despejada comenzó a filtrar información. Elevó el rostro para poder mirar el rostro enmarcado por aquel cabello dorado - ¿Cómo me has encontrado? ¿Me buscabas para...? - no pudo finalizar la pregunta porque quedaban demasiadas cosas en el aire. ¿Le habian mandado? ¿Había ido solo para verla? ¿Para despedirse también?

Senti esa rotura que yo mismo habia experimentado antes, pero sin nadie que estuviera alli para secarme las lagrimas. Solo la hoz y el martillo estaban y por ello, les estaba tremendamente agradecido, pero en estos dias, habia mas martillo que otra cosa. 

Como persona que cuidaba a alguien querido, arrancar a esa persona de tu mundo era algo dificil de aceptar, sobretodo cuando habias convertido a esa persona en tu mundo. 

Mis obligaciones eran cuidar de ti antes de la prueba, no tras la misma y aun asi, me habia asegurado de que aquello que sabia que podia ocurrir, no pasara o al menos estar ahi si era necesario. No era lo que se esperaba de mi, como no lo habia sido el mantener relaciones contigo y sabia que mi superior lo sabia… pero por el momento no se habia movido y eso en si mismo, no era una negativa. 

Senti tu abrazo, el ansia en tus dedos al cerrarse a mi alrededor mientras tu rostro s ehundia en mi pecho. Abrace y mime, acaricie y calle, escuchandote y esperando a que tu te abrieses a mi.  

Cuando las primeras palabras surgieron, yo asenti y con cuidado busque limpiar tu rostro de los rastros de lagrima. Habia ternura y cuidado, mas alla de todo lo que habias visto hasta el momento podias notar la sinceridad en unos gestos que aun tras vuestra anterior interaccion, nunca se habian sentido tan reales ni cercanos como ahora. 

Si lo sabes, solo que aun no ha empezado y por eso crees que estas en tierra de nadie. Ahora tienes una nueva vida Saskia, una que es de tu eleccion... una que es el camino que has elegido. – No era del todo cierto, pero era mejor frases directa y con peso, que ambiguedades. - Ella estara bien. La cuidaran y tu podras ir a verla durante las fases de descanso. Asi que no te preocupes por eso, que la ansiedad por su falta no aparezca, pues no es algo permanente. Volveras con ella y mientras ella estara cuidada y atendida en el mejor hospital de la Madre Patria. 

Un leve suspiro y una mirada mas tranquila mientras negaba. – He estado siguiendote por cuenta propia. Queria asegurarme que los cambios no te afectaban mucho y que si lo hacian, bueno, estar cerca para ti… - Mire a nuestro alrededor un segundo antes de mirarte. – Soy consciente de lo drastico que puede ser cuando por fin deciden moverse. 

Acaricie tu rostro y acabe por besar tus labios con delicadeza, apenas efimero y suave contacto. Nada mas. – Estoy aqui por ti… 

Había explotado y había entrado en crisis, pero aquella inesperada red había amortiguado el golpe devolviéndola a la realidad. Esa red combinaba el confort de la calidez de su pecho con sus palabras directas y sinceras, como si supiera que necesitaba eso y no andar con falsas milongas que no servían para nada.

Ella había decidido aquello. Y no era el fin del mundo separarse de su madre, aunque después de todo si iba a ser un final, porque la mujer que la dió a luz y que la guió por su niñez y su juventud un dia desapareceria. Del todo.

– He estado siguiendote por cuenta propia. Queria asegurarme que los cambios no te afectaban mucho y que si lo hacian, bueno, estar cerca para ti… -

Su corazón se hinchó mientras sus ojos brillaban con intensidad. Cuando él miró alrededor ella contuvo levemente la respiración sin atreverse a apartar la mirada de aquel rostro cincelado por algún artista griego. No quería saber si alguien más andaba por allí o si solo había sido una simple precaución por parte de Sergei. Imaginó que no cuando él la besó de nuevo, insuflando algo más de vida y color las mejillas de la joven, dejándola con ganas de más.

- Creo que la incertidumbre es lo peor - volvió a acomodarse sobre la seguridad que le proporcionaba el cuerpo del joven - Es como un veneno lento que te va comiendo por dentro - sabía que nada de lo que dijera él podría calmar aquella sensación pues era algo con lo que tenia que lidiar una misma, pero le ayudaba compartirlo.

- ¿Y tú como estas? - dijo percatándose que no sabía como se sentía él - ¿Eres feliz? -  Aquella pregunta revoloteó en el aire logrando que se arrepintiera de haber hecho una pregunta tan compleja ¿Quién podría ser feliz en aquella vida fría?

Un leve asetimiento, suave pero sin apartar los ojos de los tuyos. - Lo es, pero no por ello debemos dejar que nos ate tan fuerte que olvidemos movernos. - Un susurro, dada la cercania. Un motivo personal, ese tono de quien sabe que es y lo dificil que es empezar a moverse despues. - Cuanto mas tiempo nos quedemos quietos peor... - Acae por asentir con una sonrisa que mostraba entendimiento y que parecia alegrarse de que tu lo entendieras, ante aquellas palabras tuyas. - Asi es.

Una sonrisa, una lenta caricia apartando un mechon rebelde.

Una pregunta, tan a sopeton que pillo por completo por sorpresa. Siendo obvio en mi rostro que no esperaba que la conversacion evolucionara hacia mi persona.

Me encogi de hombros levemente. - Estoy bien... - Una mirada hacia tu cabello. - O quizas deberia decir que estoy mejor que hace cinco minutos. Mucho mejor... - Despues de todo hacia 5 minutos no estabamos juntos. Una mirada a los ojos que expresaba mis pensamientos de forma clara.

Mas entonces llego aquella pregunta que era aun mas extraña. Notaste la duda, el no saber bien que decir o como decirlo. - Sin duda... eres diferente. - No habia maldad en el tono o la frase. - Creo que soy feliz, o al menos todo lo feliz que podria ser en este momento de mi vida. - Me apoye levemente en ti, para no perder esa intimidad y cercania. - El gris fuerte se ha ido rellenando de algo de color... y es interesante, curioso y me gusta... pero estoy acostumbrado al gris, asi que voy mirando de habituarme a esta nueva realidad.

Un gesto de cabeza, que delataba que estaba pendiente por si alguien escuchaba. - Pero soy feliz dentro de mis limitaciones, pero sin duda no diria que son infeliz, eso lo tengo claro.

Y tu? Como te sientes tu? Se que no es facil... y lo sera aun menos a partir de mañana, pero si necesitas olvidar... bueno, se me da bien escuchar. - Sergei, el que habia mas alla de lo que realmente fuera. El chico, el joven, solo eso.