Motivo: Ataque AP 0
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 17(+13)=30 (Exito)
Motivo: Ataque AP 0
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 8(+13)=21 (Exito)
Motivo: Ataque AP 0
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 13(+13)=26 (Exito)
Motivo: Ataque AP 0
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 6(+13)=19 (Exito)
Motivo: Daño al entero
Tirada: 2d8
Resultado: 5(+13)=18
Motivo: Daño fuego al entero
Tirada: 1d6
Resultado: 5
Motivo: Daño xxx
Tirada: 2d8
Resultado: 6(+13)=19
Motivo: Daño fuego xxx
Tirada: 1d6
Resultado: 3
Motivo: Daño xxx2
Tirada: 2d8
Resultado: 11(+13)=24
Motivo: Daño fuego xxx2
Tirada: 1d6
Resultado: 2
Ataque:
AB 8 + Fuerza 5 - Fuerza tras Furia 1 + Fuerzaagrandado1 - Tamaño 1 + Arma 2 - Rodela 1 - Def 4 + Ogna 4 = +13
Daño:
Fuerza 5 - Fuerza tras Furia 1 + Fuerza agrandado 1 + 1/2Fuerza 2 + Arma 2 + Ogna 4 = 13 + 2d8 + 1d6
Daños
23 (el de 17 muerto)
22 y 26 el de KK entero muerto (el tercer ataque es +8, pero entra)
El cuarto ataque falla (6 + 8 = 14)
Gratuita: Paso de 5' abajo/izquierda
Davros se encontraba rodeado de enemigos, recibiendo graves heridas pero, como era habitual en él, también provocándolas. El bárbaro probablemente se encontraba en aquella delicada situación por la mala coordinación y las nefastas decisiones tomadas por el grupo a la hora que escapar. Sin embargo se mantenía en pie, siempre amenazante con su imponente tamaño y con Jeldrich una y otra vez curando sus heridas de la misma forma que hizo con Kormack durante la batalla contra Triomertán.
La situación parecía complicada pero el contraataque, ahora sí de todos los componentes de grupo, hizo que poco a poco los enemigos fuesen quedando anulados o aniquilados directamente. Jeldrich quiso apuntarse también al combate, y tras un nuevo rayo curativo sobre Davros, el resplandor que rodeaba al clérigo aumentó en intensidad para después concentrarse en un abrir y cerrar de ojos en el escudo que portaba el símbolo de su dios. De ahí, un rayo tan brillante como cálido salió lanzado contra uno de los orcos que tras impactar en él cayó de rodillas sin vida a los pies de Kormack.
-¡ACABEMOS CON ESTO Y SALGAMOS DE AQUí!
Motivo: Curar Heridas Leves
Tirada: 2d8
Resultado: 8
Motivo: Daño Halo de Luz
Tirada: 1d8
Resultado: 7(+9)=16
Gratuita: 5' diagonal izda arriba
Estandar: Conjuro Curar Heridas Moderadas (Conjuro de Alcance)
Vida: 8 (Tirada) + 13 (Llamamiento Saber Curativo) x 1,5 (Potenciar Curación) = +31pg (DAVROS)
Movimiento: Descarga de conjuro Halo de Luz
Daño: 7 (tirada) + 8 (Nivel) + 1(Resplandor) = -16pg (MUERTO)
**Descontado conjuro nivel 2 y 2 expulsiones diarias
Miradas de reojo, golpes mal dirigidos y una falta total de decisión a la hora de avanzar contra Davros eran hechos que hablaban por sí mismos sobre lo que los tres orcos que permanecían en pie sabían acerca de su destino en caso de que Glombro no equilibrase la balanza. Sin embargo, al buscar éstos la ayuda de su gigantesco aliando su desánimo cayó aún más al ver reflejado en su rostro una estupidez más exacerbada que la mostraba a diario de por sí. Su labio inferior caía hacia abajo y hacia la derecha dejando que la saliva, numerosa debida a la excitación por el combate, gotease a mares desde su boca. Sus brazos reposaban flácidos a ambos lados de su cuerpo acentuando su chepa y la gigantesca clava no era más que un árbol derribado sujeto por sus velludas manos. Casi al unísono el trío de combatientes tragó saliva.
Losse, que ya veía como Hagen revoloteaba por encima de las murallas a una distancia prudencial, fue testigo de cómo una decena de orcos, a la que con seguridad se unirían los muchos que abandonaban los edificios que conformaban el patio de armas del fuerte, rodeaban al pequeño goblin que había huido del combate. Por los rápidos movimientos de sus brazos, sus chillidos y constantes saltos mientras señalaba hacia el hueco abierto en las murallas, éste instaba a sus compañeros de mayor tamaño a que diesen caza a los asesinos del Gran Muzhal.
En el exterior, Ogna, que estaba más separada del combate principal y tenía más libertad para examinar lo que ocurría a su alrededor, también vio como algunos miembros de varias patrullas que se dirigían a las trincheras excavadas en torno a Crímmor se detenían y miraban hacia el combate en la puerta del fuerte con cierta extrañeza, como si aquello realmente tuviese otra explicación distinta a la evidente.
Motivo: Ataque Davros orco con esquiva
Tirada: 1d20
Dificultad: 28+
Resultado: 3(+9)=12 (Fracaso)
Motivo: 2 orcos atacan a Davros
Tirada: 2d20
Dificultad: 27+
Resultado: 16(+9)=25, 7(+9)=16 (Suma: 41)
Motivo: Averiguar intenciones
Tirada: 3d20
Dificultad: 10+
Resultado: 15, 12, 15 (Suma: 42)
Exitos: 3
3 orcos atacan a Davros: 3 fallos.
Los 3 orcos son conscientes de que Glombro está "ausente".
Orcos - CA 16 (15 Desprevenido, 11 toque)
Goblins - CA 17 (14 Desprevenido, 13 toque)
Gigantes - CA 20 (Desprevenido 20, toque 8)
Ini. | NOMBRE | PG | Efectos no permanentes |
---|---|---|---|
19 | 22/41 | Guardia de la tienda Con Davros |
|
- | 41/41 | Con Davros | |
- | 17/41 | ||
17 | 52/52 | ||
6 | 87/94 | +4 ataque y Daño por canción de Ogna | |
8 | 53/53 | Escudo +4 ataque y Daño por canción de Ogna |
|
5 | 51/61 | +3 Ca durante 16 minutos (Escudo de Fe) 30 minutos de Llamamiento al saber curativo. +4 ataque y Daño por canción de Ogna |
|
6 | 58/88 |
Escudo (+4 CA) Agrandado +4 ataque y Daño por canción de Ogna |
|
1 | 96/102 | Bajo efecto de titiritero |
Vas a moveeeeeerteee ahíiiiiii, vaaaamoooooooooooooooooooooooooooooooos...
Aunque lo pareciera mover a un gigante con hilos mágicos no era nada fácil. Ogna empezaba a sudar como un enano ártico en un desierto. Sin embargo ponía todas sus ganas en ello. No todos los días podías convertirte, mejor dicho dominar, a un gigante. Cuando se quiso dar cuenta apenas le quedaban enemigos a los que atacar. Davros era demasiado rápido, demasiado mortal.
- ¡Cuidado que voy!- Advirtió a sus compañeros y, como si se reflejara en un espejo deformado, el gigante abrió la boca imitando de manera grotesca sus gestos. Era divertido. incluso el gigante podría apreciar la belleza de su poder mágico. Por una vez en su vida sería elegante y grácil como una porta-antorchas.
Cogió a Vishna con ambas manos, de la delicada empuñadura. Se imaginó que así manejaría el gigante ese enorme palo. Dio un paso y ojeó cómo el gigante la imitaba con torpeza. Elevó a Vishna por encima de su cabeza y bajó el arma con todas sus fuerzas. Cerró los ojos pues aún no confiaba ciegamente en su hechizo nuevo y, por nada del mundo, quería aplastar a Davros bajo el poderoso golpe del gigante.
¡¡PUM!!
El golpe resonó con fuerza en el campo de batalla. Orgullosa, Ogna permanecía con los brazos en jarras. Hubiera reído a carcajadas si no tuviera que mantener la canción que inspiraba la victoria en sus compañeros. Buscó a su querido Losse con la mirada y, aprovechando que el gigante sobrepasaba la barricada, le lanzó un beso ENORME.
Motivo: Ataque con Glombro vs Orco con Dav
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 13(+14)=27 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 2d8
Resultado: 8(+11)=19
+14 y 2d8+11
- Acción estándar: Ataque con Glombro. éxito. 19 de daño.
- Acción de movimiento: Lanzar beso a Losse.
- Acción gratuta: Paso 5 pies dirección master,
El enano veía como los enemigos menguaban y para colmo Ogna volvía a comportase de forma extraña. Lo peor de todo es que el gigante también, parecía un espejo. El gigante parecía estar a la merced de la porta-antorchas. Eran como una llama y su sombra. Casi veía como ambos estaban conectados. Quizás había subestimado a la niña y quizás el miedo que sentía en el pasado sólo era un presentimiento. Bien sabido era la repulsa que tenía el enano por la magia. Sea como fuere, no era momento de divagaciones. El mangual del Gran Muzhal, que ahora portaba Davros, se agitaba de lado a lado y los enemigos caían. El que estaba delante suya fue abatido por el nuevo. -¡EEEH!- protestó al ver como los dos que estaban delante suya caían fulminados. Para colmo El gigante estampaba su maza en la cabezota de un enemigo.Los orcos escaseaban. El enano rápidamente corrió a por otro orco algo angustiado, clavó su hacha e intentó golpearlo usando el hacha y el escudo, pero el orco parecía estar avispado de la posición del enano. Las prisas eran sin duda malas consejeras y sus ansias por acabar con algún enemigo eran evidentes.
Motivo: At 1 ap4
Tirada: 1d20
Resultado: 11
Motivo: At 1 ap4
Tirada: 1d20
Resultado: 2(+10)=12
Motivo: At 3 ap4
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+6)=15
Motivo: daño 1
Tirada: 1d20
Resultado: 15(+16)=31
Motivo: daño 1
Tirada: 1d10
Resultado: 3(+16)=19
Motivo: daño fuego
Tirada: 1d6
Resultado: 6
Motivo: daño 3?
Tirada: 1d10
Resultado: 2(+16)=18
Motivo: daño 3?
Tirada: 1d10
Resultado: 7(+16)=23
Motivo: daño 3 fuego
Tirada: 1d6
Resultado: 1
Voy con escudo de Hierro
Gratuita: Paso 5'
Ataque: +13/+8
+ 8 A.B + 5 FUE. + 1 SOLTURA -4 (x2 armas) +1 (mágico) +4 Ogna -4 At. Poderoso = +11/+10 (escudo)/+6
Daño:
1d10 + 5 (Fuerza enana) + 2 (especializado en hachas) +1 (mágico) +4 Ogna +4 At. Poderoso= 1d10 +16
+1d6 (fuego)
CA: 27
Daño= 28PG
Ataque1: 11+11=20 (éxito) Daño: 19+6= 24 PG
Ataque2: Fail
Ataque3: 15 (mira si flanqueo) Daño:23+1= 24 PG
Al igual que al enano, las prisas podrían estar haciendo errar a Davros. Podía sentir como más y más orcos se acercaban a ellos. Pero tres enemigos aún permanecían en pie frente a él, parecían mantener cierta esperanza de resistir hasta que la ayuda llegase.
Davros podía manejar casi cualquier arma, y así lo había demostrado a lo largo de su aventura, siempre seleccionando la más idónea para cada situación pero, le costaba hacerse con ciertas armas, el nuevo mangual era fácil de manejar, pero en algunas ocasiones, daba la sensación que el peso estaba descompensado. La razón era la falta de costumbre, debido a ello, el guerrero alternaba certeros y potentes golpes con estrepitosos fallos.
Tras tres tremendos ataques que acabaron dos orcos, el mangual golpeó el suelo por dos veces, a algo más de un pie de su objetivo.
De no ser por la brillante actuación de sus compañeros, aún quedarían demasiados enemigos a su alrededor.
Jeldrich le daba apoyo y curación mágica, Kormack volvió al ataque en cuanto se percató de que no podían acabar de huir, Loose ensartaba una flecha tras otra desde su inmejorable situación y, Ogna, había vuelto a hacer de las suyas, tomando bajo su control al enorme gigante que quedaba.
A pesar de seguir concentrado en los supervivientes de aquella masacre, las palabras de la bardo le hicieron ser consciente de la presencia de aquel bello animal celestial. Cada vez más y más cerca - ¡No perdáis más tiempo... Preparaos para agarraos! -
Motivo: AP 1 al de 22pg
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 1(+12)=13 (Fracaso)
Motivo: AP 1 al de 22pg
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 5(+7)=12 (Fracaso)
Ataque:
AB 8 + Fuerza 5 - Fuerza tras Furia 1 + Fuerzaagrandado1 - Tamaño 1 + Arma 2 - Rodela 1 - Def 4 + Ogna 4 - AP 1 = +12
Daño:
Fuerza 5 - Fuerza tras Furia 1 + Fuerza agrandado 1 + 1/2Fuerza 2 + Arma 2 + Ogna 4 + AP 2 = 15 + 2d8 + 1d6
Fracaso, fracaso...
Gratuita, paso de 5' abajo.
Puede que aquellos orcos que combatían contra sus compañeros fueran valientes, muy valientes, pero Losse dudaba de su inteligencia viendo cómo caían uno tras otro ante las armas del grupo de aventureros y con el gigante bañado de ácido a merced de Ogna. La única suerte que estaban teniendo, quizá la necesaria para haberse largado de allí hace tiempo, es que Davros y Kormack no estaban totalmente acertados con sus ataques, y ésto les otorgaba unos segundos más de vida.
En cambio, sobre las murallas, un elfo lunar, disfrutando de su cómoda posición, se encargaba de rematar a aquellos orcos que se empeñaban en mantener su posición. Dos de sus flechas certificaron la muerte de otro más de ellos, que caía tendido boca arriba con una flecha atravesándole el pecho y con su inerte mirada contemplándolos en señal de aviso a lo que les estaría por llegar. Gruznag, que también contemplaba la escena mientras intentaba sostener su su arma como buenamente le dejaban sus heridas, recibía un flechazo más del siervo de Mielikki, haciendo que su vista comenzara a nublarse lentamente. Su suerte estaba echada y era bastante probable que Jeldrich certificara su destino.
Motivo: Ataque 1 al orco que está a 22
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 13(+17)=30 (Exito)
Motivo: Ataque 2 al orco que está a 22
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 16(+17)=33 (Exito)
Motivo: Daño al orco que está a 22
Tirada: 2d8
Resultado: 6(+7)=13, 4(+7)=11 (Suma: 24)
Motivo: Ataque 3 Orco que está a 17
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 11(+12)=23 (Exito)
Motivo: Daño orco que está a 17
Tirada: 1d8
Resultado: 4(+7)=11
Motivo: Daño orco que está a 17
Tirada: 1d6
Resultado: 4
Acción de asalto completo - Ataque con disparo rápido: 17/17/12.
Ataque 1 - Orco a 22: Éxito
Ataque 2 - Orco a 22: Éxito
Ataque 3 - Orco a 17: Éxito
Orco que está a 22 - Muerto
Daño Orco a 17: 11 + 4 = 15 PG
Restantes: 17 - 15 = 2 PG (Flanqueado para el siguiente ataque antes de fin de turno)
Orcos - CA 16 (15 Desprevenido, 11 toque)
Goblins - CA 17 (14 Desprevenido, 13 toque)
Gigantes - CA 20 (Desprevenido 20, toque 8)
Ini. | NOMBRE | PG | Efectos no permanentes |
---|---|---|---|
- | 41/41 | ||
- | 2/41 | ||
17 | 52/52 | ||
6 | 87/94 | +4 ataque y Daño por canción de Ogna | |
8 | 53/53 | Escudo +4 ataque y Daño por canción de Ogna |
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5 | 51/61 | +3 Ca durante 16 minutos (Escudo de Fe) 30 minutos de Llamamiento al saber curativo. +4 ataque y Daño por canción de Ogna |
|
6 | 58/88 |
Escudo (+4 CA) Agrandado +4 ataque y Daño por canción de Ogna |
|
1 | 96/102 | Bajo efecto de titiritero |
Tras eliminar a su ultimo enemigo gracias al golpe de luz, Jeldrich quiso continuar con la ofensiva, cada vez quedaban menos rivales en pie y más cercana la posibilidad de huir y ponerse a salvo. Mientras, a varios aunque no tantos metros de allí, una lucha encarnizada entre orcos y humanos seguía su curso a pesar de que el bando enemigo ya no contaba con la figura de ningún líder.
Así pues Jeldrich tomó aire y se abalanzó con decisión contra el orco que lidiaba con Kormack. Ya habían sido varias las ocasiones en las que el enano había hecho de escudo humano para proteger a sus compañeros y esta acción (pensó Jeldrich) sería una forma idónea de devolverle tal sacrificio. Sin embargo, aunque el orco cayese fulminado tras el mazazo del clérigo contra su cabeza, la expresión de la cara de Kormack reflejaba todo menos agradecimiento…
Motivo: Ataque Maza
Tirada: 1d20
Dificultad: 14+
Resultado: 12(+8)=20 (Exito)
Acción-Ataque Orco: 12 (TIrada) +8 (Ataque) = 20 (exito)
Daño: No necesaria (MUERTO)
«Pies para qué os quiero…» debió pensar Volmeg cuando vio desplomarse a Gruznag tras el mazazo de Jeldrich, y si no lo hizo al menos así su rostro lo reflejó, pues cuando miró a ambos lados se encontró solo. Sí, quedaba Glombro, o al menos su cuerpo permanecía allí, porque de su intelecto, aunque siempre resultó ser limitado, no quedaba rastro alguno. Sus movimientos recordaban a los de un espantapájaros a merced del viento, pero con una diferencia: sus brazos aún disponían de la suficiente fuerza como para descoyuntarlo de un simple golpe. No, Volmeg no era ningún héroe, ni falta que le hacía serlo, pues raro era que uno de su raza fuese considerado así por el resto de sus congéneres, y si lo hacían era únicamente para mal, pues no le faltarían camaradas dispuestos a jugarse el tipo contra él para demostrar que eran mucho más fuertes. No…no compensaba en absoluto.
Con esa última idea en mente, y tras cerciorarse de que podía hacerlo, el orco soltó su gran hacha, temeroso porque ésta lo ralentizase, y corrió todo lo rápido que sus zancadas se lo permitieron en dirección norte, hacia la abertura entre las murallas gritando a voz en grito: ¡ARHMULAG! ¡ARHMULAG! – Que en lengua común, como todos imaginaron, no significaba otra cosa que «Ayuda, ayuda».
Acción de asalto completo: salir del combate.
El grueso del ejército que ahora mismo rodea Crímmor lo forman, en la orilla sur, dieciséis campamentos, de los cuales el más grande es el que está en Fuerte Bueno.
La zona gris claro es el área en la que los orcos se dirigen hacia la ciudad, gritando y blandiendo sus armas para enfrentarse a los soldados, que según creéis, están saliendo por la puerta sur de la ciudad.
Las zona gris oscuro son los lugares en los que más orcos se juntan debido a que allí hay campamentos cercano o puestos de armas de asedio que castigan las murallas de la ciudad.
No pudo dejar de estar agradecido cuando vio como el último orco vivo ponía pies en polvorosa. Con un ejército de ellos rodeándolos prefería acabar con aquel combate de la forma más rápida posible, más tarde tendría tiempo para lamentarse por sus fallos.
- ¡Rápido, id rodeando la muralla oeste mientras llega Hagen! -
Parecía la mejor zona para esperarle, la más alejada de enemigos, aunque no por mucho tiempo.
¿Cual era la mejor opción ahora? Davros no sabía si más al Oeste se seguía extendiendo la marabunta, con suerte el hipogrifo, desde los cielos, sabría si era seguro y no tendrían que preocuparse más o, quizás el paladín le había indicado la mejor zona para dejarlos. El caso era que, de no ser por su gran ayuda, estarían en graves problemas ahora mismo y, seguramente, deberían intentar volver por donde habían entrado.
Por suerte, no hubo ningún percance grave, y la gran aventura continuaba para el grupo. Athkathla, su siguiente destino.
La víctima derrotada por Jeldrich no supuso otra cosa que la huida del último de los orcos y la confirmación de que la misión había sido un éxito. El gran Muzhal yacía muerto en sus aposentos, no había bajas que contar y casi tampoco heridas graves de las que lamentarse a excepción de Davros, sin duda el más castigado de la contienda.
Todos se miraron a los ojos esbozando una sonrisa cómplice que sin palabras celebraban lo que acaban de conseguir, ahora llegaba el momento de la retirada…
- No pasará demasiado tiempo hasta que esa rata vuelva con refuerzos, apuntó Jeldrich… - Marchemos ahora antes de que sea tarde, aquí ya no podemos hacer otra cosa que sucumbir ante el numeroso enemigo, sentenció mientras limpiaba su maza contra los ropajes de uno de los orcos.
El plan de huida parecía tan claro como el lugar donde podrían reunirse de nuevo con Allen. Davros, haciendo de nuevo gala de su valentía, se ofreció para huir por los túneles junto con Losse y una Ogna con la posibilidad de hacerse invisible. Mientras tanto Kormack y Jeldrich escaparían de la zona amenazada gracias a la montura celestial del paladín, que ante los gestos de Jeldrich comenzó a descender hasta su posición ahora que el peligro parecía lejano.
- Mucha suerte, amigos. No corráis riesgos innecesarios. Nos veremos al otro lado, se despidió así el clérigo mientras comenzaba a asegurarse para el arriesgado trayecto.
Eufórica por haber demostrado su poder en la batalla, tentada estuvo Ogna de rematar la jugada con una idea que se le pasaba por la cabeza. Controlando a Glombro por fin tenía la fuerza necesaria para hacerle pagar al enano todo el sufrimiento de su compañía. Lástima que no hubiera tiempo para ello perseguidos como iban a estar pro un ejército enrabietado por la muerte de su líder.
- Yo puedo hacerme invisible, tomad vosotros el primer vuelo.- Le decía más a Jeldrich que a Kormack. El muro de nuevo era el primero en huir. Ya empezaba a convertirse en costumbre.- Puedo retrasar a Glombro un poco más si es necesario o tratar de acabar con él.- Davros debía ganar distancia. Ella podría hacerse invisible y ocultar su rastro gracias a la magia. Si era necesario podría esperar a que Hagen volviese a por ella.
La decisión tomada por el grupo sin lugar a dudas fue la más acertada. No tardaron en llegar hasta el campamento entre alaridos de frustración más de un centenar de enemigos, entre los que se encontraban orcos, goblins e incluso algún que otro ogro. Para entonces Kormack y Jeldrich ya volaban a salvo de flechas y rocas a lomos de Hagen en dirección al lugar que Allen había indicado al hipogrifo. Por supuesto, Jeldrich no quiso despedirse del asedio de Crímmor sin dar una muestra del poder que su Dios podía canalizar a través de sus manos. Grandes haces de luz salieron despedidos de su cuerpo para acabar explotando cientos de pies más abajo sobre los confundidos orcos quienes sólo podían contraatacar verbalmente a base de maldiciones e insultos incomprensibles para el humano.
Con el enano y el clérigo de Lazhánder a salvo, el repliegue de Ogna, Davros y Losse fue mucho más sencillo que de haber estado el grupo al completo. Los tres eran mucho más ágiles que sus dos compañeros acorazados y sus recursos, gracias a hechizos y pócimas, les valieron para llegar al túnel que los había llevado al interior del fuerte sin demasiados sobresaltos. Los dos orcos que habían decidido quedarse en las cocinas, sabedores de que nadie los echaría de menos en el combate frente a las murallas, se llevaron una desagradable sorpresa cuando las flechas de Losse y las armas de Davros y Ogna los silenciaron para siempre en un abrir y cerrar de ojos.
Para cuando los tres llegaron a las heladas aguas del Álandor el combate alrededor de Crímmor se había recrudecido de tal manera que por encima de sus cabezas volaban enormes rocas y afilados virotes de balista de una a otra orilla. Como salir fuera del agua hubiese sido lo mismo que suicidarse, los tres compañeros decidieron recorrer el espacio que fuese necesario, siempre y cuando el hielo se lo permitiese, ocultándose entre los cadáveres que llegaban flotando aguas abajo y que acababan varados entre las rocas y juncos congelados de ribera sur. Fue así como después de casi dos horas los tres compañeros, ateridos por el frío, fueron localizados por Hagen, que sobrevolaba los cielos después de haber dejado a Kormack y Jeldrich en una arboleda lo suficientemente tupida como para pasar desapercibidos durante un tiempo.
Desde que los cinco compañeros quedaron a salvo entre los matorrales del pequeño bosquecillo hasta que Allen llegó a ellos a lomos del extenuado Hagen no pasó más de media hora. No había llegado el sol a su cénit y las acciones de ese día habían sido de tal envergadura que el corazón de ejército enemigo había sido herido mortalmente, como quedaría comprobado tras los acontecimientos de los días sucesivos.
¡Enhorabuena amigos! – Exclamó el paladín tan pronto se apeó del hipogrifo y acudió a dar la mano a Jeldrich, que era el más cercano a él. – La confusión pasea a sus anchas entre las filas del ejército enemigo y su ataque absurdo contras nuestras fuerzas les ha valido para sufrir un golpe devastador en su moral. – Comentó el paladín bastante ilusionado para lo que solía ser su carácter. Tras ello, el seguidor de Tyr expuso cómo las tropas de la ciudad se había retirado al interior de las murallas justo cuando el grueso del ejército enemigo pretendía lanzarse sobre ambas puertas. Además, gracias a la ayuda de un agradecido Vhensijet, se habían creado grandes planchas de metal pulido que sirvieron para deslumbrar a las filas enemigas justo cuando éstas se preparaban para entrar en combate. La lucha continuaba y con toda probabilidad muchos serían los que morirían en los días venideros pero, al menos, la semilla de la derrota del ejército orco había sido sembrada.
5000 puntos de experiencia para cada uno. (Experiencia subida) Todos suben de nivel al 9, menos Jeldrich.
-Gracias, hermano, respondió Jeldrich a las felicitaciones del paladín para después fundirse con él en un amistoso abrazo. – La misión fue un éxito…y cuando las tropas orcas se retiren y comprueben lo sucedido, por seguro que será más probable una guerra entre clanes que un próximo ataque sobre Crimmor… ¡la victoria está cerca!, exclamó eufórico.
Con tal daño sobre el corazón del ejercito orco, Crimmor tan sólo tendría que esperar acontecimientos refugiados tras los fuertes muros de la ciudad y a la espera de ver como su enemigo se iba debilitando él mismo poco a poco. Esto presentaba sobre la mesa un nuevo debate para los aventureros. ¿Debían esperar allí y dar su apoyo para asestar el golpe final contra los orcos? ¿O deberían regresar a Athkatla, donde estaba a punto de estallar otra guerra comandada por piratas? ¿O quizá viajar a Oaskville, dónde las últimas investigaciones presentaban aquella pequeña aldea como el foco de la guerra? Muchas posibilidades y muy lejanas unas con otras… el intrépido grupo de aventureros debía ahora elegir su próximo destino, cuidadosamente y conscientes de lo mucho que había en juego…
Kormack estaba apunto de cobrar su presa, tenía al orco justo donde quería, sangraba de su herida anterior y estaba apunto de desplomarse. Un mazazo por parte del nuevo, hizo que el combate se fuese al garete, la cara del enano era todo un poema que sólo un bardo podía cantar en una taberna. No hubo tiempo ni de réplicas, sus ojos fueron desesperados al último de los orcos, quien ya corría por su vida en busca de ayuda. -Mierrrda...- una leve queja casi inaudible se desprendían de los labios del enano.
Él último de los combates comenzaba. El enano contra el ogro, un combate que resultaría épico. Kormack, como toda su familia había sido entrenado para combatir a gigantes. Sólo tenía que agacharse justo cuando atacaban y desplazarse lateralmente, un truco que gracias a su baja estatura resultaba muy efectivo. Pese a que el combate era ansiado por todos, acabó con otro mazazo para el enano, que pensaba distraído en la montura de Allen que podía haber salido mal. Todas sus presas acababan en manos de sus compañeros. Incluso el gigante pareció preferir suicidarse antes que enfrentarse al enano. Ya no había combates como antes, dignos de un enano de las montañas. Desde el cielo veía a Davros el gigante, su lienzo cobraba sentido desde las alturas y su cuadro macabro dejaba una estampa horrible en el campo de batalla.
Habían escapado por los pelos pero el resultado había sido tan sumamente bueno que Ogna no podía parar de sonreír cuando se vio rodeada de nuevo por todo el grupo de aventureros y a salvo en la arboleda.
- ¡Tenías que haberlo visto Allen! Ni siquiera se dieron cuenta de que éramos nosotros y ...wuuualaaaaa...- Gesticulaba la porta-antorchas con las manos como si moviera uno de esos muñecos viejos a los que ataba hilos cuando jugaba a solas en el desván de casa de sus padres.- Muzhal cayó en mis garras y eso sólo indica que mi magia se hace cada vez más fuerte...lo controlaba como a una marioneta y luego a un gigante más grande que las murallas del campamento orco...- Omitió descaradamente el fallido intento de provocar el suicidio de Muzhal. Eran detalles que no añadían nada a una buena historia.- Y Dav, ooooooh, tenían que haberlo visto...bueno ya sabes, una picadora de carne y...y Losse...- En la huida ni siquiera se había dado cuenta de besarlo. Ahora interrumpió su relato para abrazarlo y darle múltiples besos por todo el rostro para acabar con uno apasionado con lengua.-...sentí cómo tus flechas me protegían a cada paso que daba...y Jeldrich, siempre posando sobre nosotros los cálidos rayos de su dios...- Al llegar a Kormack parecía que las palabras se le atragantaban. ¿Cómo dulcificar la actuación del enano que, a ojos de Ogna, no hacía más que poner pies en polvorosa?-...ah sí Kormack también mató a un orco que me acosaba.¡Todos estuvimos fantásticos! Y menos mal que enviaste a Hagen...
Si no estos dos hubieran sido pasto de orcos...
Ante las palabras de Jeldrich, Ogna asintió pero no parecía del todo satisfecha.
- Hubiera sido ya sensacional que el disfraz nos hbiera durado hasta el final. Pero aún así puede que, descabezado el ejército, se peleen como hienas por el mando. Sólo la llegada de Steznag podría evitar algo así. Se podía respirar la tensión que había por la tardanza del barco volador en presentarse aquí. Creo que poco más podemos hacer por Crímmor. El asedio aún llevará tiempo y las pistas nos llevan de nuevo a Oaksville.- Tenía muchas ganas de cerrar las cuentas pendientes con un pequeño y vil ser.- Deberíamos ir a ver a nuestro jefe, ¿no creéis?- Los ojos entrecerrados de Ogna y su sonrisa maléfica no dejaba lugar a dudas de a quién se refería y la suerte que iba a correrle.- Tenemos un largo camino por delante.
Los excitados comentarios de Ogna fueron recibidos con una cálida sonrisa por parte del paladín. Asentía una y otra vez con cada detalle de la exposición de la porta-antorchas sin perder detalle de lo que contaba y sin atreverse a interrumpirla. Aunque sabía que la muchacha solía describir la realidad adornándola y dando retoques donde creía que faltaba color no dudaba de que la incursión en el campamento del Gran Muzhal hubiera sido toda una muestra de valor y decisión.
El siervo de Tyr permaneció inmutable; no concedió a sus sentimientos el lujo de expresarse a través de su cuerpo. Sin embargo, ello no significaba que no hubiese añorado formar parte de aquella arriesgada misión; al contrario, en su interior una poderosa lucha había tenido lugar y de no haber sido por la férrea disciplina, adquirida durante sus años en el templo de Cherrybroof, con total seguridad los hubiese acompañado a través de los túneles que les llevaron hasta Fuerte Bueno. Ahora, viendo que sus compañeros habían conseguido salir victoriosos sin su ayuda, la sensación de culpa quedó atenuada por la satisfacción de verlos sonreír pese a los riesgos a los que se habían enfrentado. Lamentablemente, aquel equilibrio interior del paladín duraría poco. El anuncio de que no podría acompañarlos hasta donde con total seguridad se decidiría el destino de Amn le dejaría fuertemente abatido. Pero era necesario, debía ser así aunque le doliese.
Coincido contigo Ogna. – Dijo, retomando el control de sí mismo tras el intenso debate emocional. Sus manos, enfundadas en los ensangrentados guantaletes de mithril, aferraron los hombros de Jeldrich y Davros - . Poco podéis hacer aquí, vuestras acciones serán de mucha mayor envergadura en otro lugar y creo que ése, sin duda, es Oaksville. Si nuestro mensaje ha llegado a tiempo a Athkatla la ciudad sabrá cómo defenderse. Además, viendo cómo el ejército enemigo ha rebasado Crímmor en su avance hacia el oeste, veo más segura la ruta Crímmor Oaksville, aunque sean caminos de pastores, que la que lleva de Crímmor a Athkatla, probablemente más patrullada por orcos y demás bestias en su afán porque no lleguen refuerzos desde la capital –. Tragó saliva de una forma más sonora de lo que le hubiese gustado-. Yo…permaneceré aquí durante unos días hasta que todo esto se haya solucionado - . Volvió la mirada hacia Crímmor, oculta en el horizonte tras una espesa nube de polvo y humo -. Pero no temáis, os tendré en mis oraciones y os daré alcance tan pronto el general Heomar no necesite de mis servicios. – El aire escapó de sus pulmones de forma tan intensa que el suspiro fue inevitable. Venga amigos, idos ya, tenéis un largo trecho hasta las tierras donde nos vimos por primera vez.
No lo olvidéis, esto es sólo un «Hasta luego» ¿De acuerdo? Cuidaos mucho… - Deseó con los ojos vidriosos volviéndose hacia Hagen, el cual aguardaba moviendo la cabeza de arriba abajo deseoso por entrar en batalla. No obstante, antes de levantar el vuelo, el paladín desató un par de bultos de la silla de combate y la depositó en el suelo. - Sé que no es mucho, pero con estas provisiones, y lo que el buen Losse cace por el camino, tendréis de sobra hasta llegar a Oaksville.
El pequeño respiro que los orcos ofrecieron al grupo permitió que Ogna y Davros corrieran hacia la muralla y treparan por ella gracias a la cuerda que Losse les había tendido. Los tres con aspecto humano ya, corrieron hacia el pozo del que anteriormente habían cortado la cuerda del cubo y emprendieron su huída subterránea hasta salir a las gélidas aguas del Álandor, cosa que hubiera sido mortal para ellos de no ser por los hechizos que aún mantenían activos y que les protegían del frío. No podían detenerse demasiado, pues la presencia enemiga en la zona aún amenazaba las zonas circundantes.
Losse no tuvo problemas en orientarles hasta la arboleda donde Allen y sus otros dos compañeros les esperaban. Todo había salido mucho mejor de lo que esperaban, pues aún podían contar la historia todos los que la emprendieron. - ¡Ha sido algo digno de las leyendas! Cuando todo acabe, espero que escribas una buena canción, jeje. - Le dijo a Ogna mientras ésta se abalanzaba hacia él para besarlo.
Allen y Ogna estaban en lo cierto al marcar Oaksville como su siguiente parada. En una batalla de tales dimensiones, podrían destacar, por supuesto, pero, como esta guerra se extendía mucho más allá de los límites de Crimmor, había lugares que llamaban menos la atención y que eran tanto o más importantes que las contiendas que se libraban actualmente. - Pues no se hable más. Pongámonos en marcha. Esperemos que ese pequeñín aún esté allí para recibirnos y podamos "saludarle" como se merece. -