Partida Rol por web

Cronicas de la noche

Prologo del Principe

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09/10/2010, 14:54
Richard Doyle
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Al ver que el Sheriff no contesta el teléfono, cambio el orden de mi agenda. Saco de mi maletín la estilográfica y una hoja en blanco, y redacto una carta.

Querido (insertar nombre de Sheriff):

Hoy he recibido la peculiar visita de un Vástago de Oakland llamado Benjamin Rox, el chiquillo de Gregor Brest. Ante todo, debo elogiar sus modales, su claridad y su casi total ausencia de hipocresía. ¿Qué más se puede pedir?

Pues bien, el motivo de su visita es no menos sorprendente que su decorosa actitud. Por lo que me ha contado, han sucedido una serie de asesinatos de Cainitas por parte de un mortal, un profesional de nombre John. De su narración he aprendido que nuestro John, este Van Helsing aficionado, es parte de nuestro Rebaño; vive en San Francisco. Por tanto, me ha pedido autorización para abatirle. Owem, nuestro adorado príncipe vecino, asegura haber enviado él mismo a Rox... No me voy a extender hablando de la credibilidad del gobernante de Oakland; sería un triste desperdicio de tinta.

He dado mi consentimiento a Rox para que busque y capture a John, con intención de averiguar más acerca de sus motivaciones y métodos de captura; sabes que me fascina el poder de la voluntad humana, y parece que nuestro sujeto es un grande en este aspecto. He dejado a Ben la opción de acabar con él, pero sólo en última instancia.

Además de permitir a Rox que ejecute su tarea, le he otorgado facilidades y medios. Le he dicho que se ponga en contacto contigo de forma priortiaria, para recibir tu ayuda, apoyo y consejo. Su orgullo le ha impedido ver más allá de tu papel de carabina de guardería, pero confío en tu capacidad para que entienda que realmente estamos interesados en apoyar su causa.

Sin embargo, hay muchos hilos sueltos en este asunto. Es posible que te pida, en un futuro cercano, que refrenes el ímpetu del novato, si se diera el caso de que John pueda sernos más útil en libertad que preso.

Por favor, te ruego apoyes a Rox en lo que sea, dentro de los límites de tu tiempo y tu capacidad, y le otorgues soporte logístico y material. Como sabes, y siguiendo la línea habitual, tus esfuerzos serán recompensados generosamente.

Si tienes dudas, sabes dónde encontrarme y que, al revés que tu, suelo atender el teléfono cuando se trata de una llamada amiga.

Sin más, y deseándote mucha suerte en tus empresas, me despido.

Un saludo afectuoso,

Richard Doyle.

Repaso la carta un par de veces para asegurarme de que el mensaje es lo suficientemente ambiguo como para dar al sheriff libertad de acción y miedo a propasarse simultaneamente. Cierro la carta, me muerdo un dedo, y dejo caer una gota de sangre en el borde del sobre. Con una palmada en el aire, llamo a Dudley. Cuando aparece, le entrego la carta sin siquiera mirarle.

- Dudley, haz llegar esta carta al Sheriff cuanto antes. Y convoca en el muelle 33 a cierta Brujah de la que estuvimos hablando hace una semana... la Neonata. Debo verla inmediatamente. Gracias.

Cuando Dudley desaparece silenciosamente, hago una llamada para que tengan un ferry preparado en el muelle para ir a Alcatraz con la Brujah. Antes de salir, llamo por teléfono a alguno de mis contactos Nosferatu para ver si hay información acerca de John o del incidente de su hija, y si existe relación directa con Oakland y Owem.

Notas de juego

Cita:

Nuestro sheriff se encuentra apagado o fuera de cobertura XD ya me aviso de que podia tener problemillas para postear.

Ok, por algún motivo tenía la intuición de que así sería. Corregido para agilizar. ;)

Please, edita la carta para incluir el nombre del sheriff; puedo hacer malabarismos con las palabras para no poner nombres a veces, pero otras resulta imposible! XD

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09/10/2010, 16:42
Director
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La brujah acude rauda al llamado de su principe y le espera en el muelle, sentada en el capo de su coche, un deportivo negro.

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09/10/2010, 16:45
Diana
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Tal como me pide Doyle voy al maldito muelle, miro mi reloj de reojo, creo que he llegado algo pronto a la cita. Intento no parecer nerviosa asi que me siento en el capo tras pataarme medio medio muelle con un ir y venir constante.

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10/10/2010, 20:47
Richard Doyle
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El coche me lleva al muelle 33 rápidamente. Llevo conmigo mi maletín y poco más. Un abrigo oscuro que me queda ligeramente grande, unos zapatos con un poco de alza... Cuando veo a la Brujah esbozo una sonrisa algo incómoda.

- Bien, Diana. Has llegado pronto. Acompáñame.

Sin dejarle mucho tiempo, camino con paso decidido hacia la lancha que nos espera.

- Sube. Vamos a hacer un pequeño viaje.

Monto en la lancha y espero a que ella suba, con el maletín sobre mis rodillas. La miro con cierto distanciamiento.

- ¿Qué sabes de moda, Diana?

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11/10/2010, 03:33
Diana
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No esperaba un recibiento por parte del principe pero su total falta de protocolo me hace dudar por un segundo sobre si pudiera ser un tzimice disfradado. Tardo un segundo hasta que me cercioro de que es el en realidad o almenos estoy lo bastante segura. Acelero el paso para paliar el segundo de duda y no hacerle esperar.

- Buenas noches mi principe.- Saludo antes de responder a su extraña pregunta.- ¿Moda? Mi madre era modista, cosia bajos de pantalones y arreglaba vestidos para puestas de largo. Si os referis a moda como arte creo que puedo aportar muy poco al tema.

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11/10/2010, 12:55
Richard Doyle
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La lancha arranca y sigo mirando silencioso a la Brujah. Pasan unos minutos y ya estamos lejos de la costa, con el zumbido del motor de fondo y el agua salpicándonos levemente. La isla de Alcatraz comienza a dibujarse en el horizonte, haciéndose cada vez más grande.

- Pronto se celebrará la semana de la moda en Oakland. Necesito a alguien de mi total confianza para cubrir ese evento. No es que tenga ningún interés en la moda de los mortales... ese tema me da lo mismo, pero es una buena justificación para hacerle una visita de cortesía a nuestros vecinos. Necesito una persona inteligente, diplomática y con sus lealtades muy claras. Están sucediendo cosas en Oakland que me llaman la atención... y quiero saber más.

Casi hemos llegado a la isla. La lancha se posiciona para entrar por el lado sur, en un pqueño muelle no transitado por gente ni vigilado por guardias.

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11/10/2010, 13:04
Diana
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No puedo evitar tensarme cuando veo a donde nos dirigimos, he oido historias sobre lo que el principe hace en los sotanos de lo que fue una carcel para los humanos, pero sus palabras me calman, parece que tiene una mision para mi.

No tengo tanta edad como para ocultar un gesto de felicidad, por fin se confia en mi y se me asigna una tarea importante.

-Mi señor, quise decir que no se nada de moda pero si es por ayudaros soy capaz de aprender en una noche una enciclopedia entera. En cuanto a mi lealtad, sabeis que a sido siempre para vos y al entregarme una mision tan importante haceis que desee con todas mis fuerzas esforzarme a cualquier limite para no defraudaros. Bajo la cabeza en señal de respeto y agradecimiento.

 

 

 

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11/10/2010, 14:18
Richard Doyle
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Asiento de forma rutinaria ante las demostraciones de fidelidad. Creo en lo que me dice, pero estoy demasiado acostumbrado a escuchar palabras similares de boca de todo el mundo.  La lancha atraca en el muelle y bajamos, dirigiéndonos a una pequeña portezuela en el suelo, a unos metros del embarcadero.

Abro la puerta y entro sin esperar a ver si mi compañera me sigue o no. Los pasillos que se desarrollan por debajo de Alcatraz, con sus puertas metálicas, son algo aterradores; casi medievales. Lo único discordante es la luz de fuorescente plana e inhumana que cae desde el techo. Llegamos al final de uno de los pasillos, y abro una puerta. Detrás, hay un despacho amplio, con un escritorio, un ordenador, un armario y un camastro. Me siento frente al ordenador.

- Siéntate, Diana. Éste será tu hogar durante los próximos cuatro días. Ese es el tiempo que tienes para ponerte al día con el mundo de la moda. Procuraré enviarte expertos que te den pautas. Podrías pasar por modelo, o por cazatalentos... o incluso por diseñadora, si te lo propones. Te proporcionaremos ropa, asesores de estilo y todo lo que sea necesario para que tu fachada sea creible.- Paro unos segundos, para que mis palabras empapen la mente de la Brujah.- En San Francisco, el mundo de la moda es un feudo controlado por muy pocos. Sólo yo, algunos primogénitos y un puñado de Toreadores que han ganado mi favor, tienen acceso a las modelos y a ese mundo. A ti te apasiona, y es algo en lo que quieres invertir gran parte de tu no vida. Por eso estás bastante molesta conmigo y con mi gobierno dictatorial. - Otra pausa, breve. vuelvo a arrancar con más fuerza.- Existen rumores de gente que desaparece en San Francisco sólo por llevarme la contraria. También se dice que no respeto el Elíseo a la hora de imponer mi ley. Tu crees a pies juntillas todos esos rumores. En resumen: eres una descontenta. Y vas a ir a Oakland, te vas a presentar al príncipe Owem y vas a expresar, con toda la delicadeza que puedas, ese descontento. Habla con gente de la ciudad. Ellos tienen sus propios problemas; por lo visto, un cazador ha estado haciendo estragos en su población. Ese cazador vive aquí, en mi Dominio, y no sería tan extraño que fuese un peón manipulado por mi. ¿Comprendes? - No le doy tiempo a responder, sigo hablando como si todo lo que estuviera diciendo fuera fácil y comprensible para un niño de seis años.- Ese es el argumento que tienes que llevarte a Oakland. Cuanto más te lo creas, mejor para todos. Durante el tiempo que permanezcas ahí, no entrarás en contacto conmigo, sólo podrás informarme de tus avances por email, escribiendo a una cuenta que nadie más conocerá, y procurarás hacerlo en clave. Te daré un cuenta de email para que recibas instrucciones, que también estarán en clave. Si eres descubierta, poco podré hacer por ti más que negar cualquier implicación, pero si consigues recabar la información que necesito, y ganarte la confianza de Owem, serás generosamente recompensada y contaré contigo en lo sucesivo. ¿Dudas?

La información sale de mis labios como un discurso aprendido, como una ametralladora de datos que sólo se detiene para permitir que las ideas se asienten unos segundos. Mi cara deja más que claro que no estoy dispuesto a repetir ni una palabra, pero que estoy abierto a dudas y preguntas.

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11/10/2010, 16:54
Diana
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Mi padre era militar, dirigia su casa como un cuartel. La forma de hablar del principe me recuerda tanto a el que me siento tentada a responderle con un firme .- Si mi sargento...- pero no lo hago, no seria apropiado.

Resumiendo quiere que aprenda de moda como tapadera para una incursion de espia en Okland. - Se hara como ordeneis, mi señor.-respondo para añadir.- Me alagais diciendo que podria pasar por una modelo, las modelos tienen fama de tener la cabeza bastante vacia y puede que aparentar un bajo coeficiente intelectual sirviera para justificar mi torpeza a la hora de criticar la politica de esta ciudad. En cualquier caso hare lo que me pidais y me pondre a estudiar de inmediato para levantar la mejor tapadera posible.

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14/10/2010, 21:12
Richard Doyle
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Satisfecho con la respuesta, me levanto de forma brusca y le dedico media sonrisa a Diana.

- Perfecto. En cuatro días volverán a buscarte. Hasta entonces, tienes Internet, y mandaré gente que te traiga material de estudio, ropa, profesores particulares y lo que haga falta. Suerte, Diana.

Sin esperar respuesta, me doy media vuelta y salgo de la celda, cerrándola desde fuera. Paso entre las jalas vecías, hace tiempo que no tengo prisioneros en ellas. Algo en mí se agita. El recuerdo de los tiempos de conflicto hierve ligeramente en mi sangre y me hace desear volver a la batalla, a la demagogia, a encaminar a cientos de mortales hacia la muerte por orden del Rey. Sin embargo, en estos tiempos, el Rey soy yo, y he conseguido lo que ninguno de mis patrones consiguió en su existencia: un periodo de paz. Casi resulta irónico. Vuelvo sobre mis pasos y salgo del complejo subterráneo para volver a la lancha e ir a palacio.

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14/10/2010, 22:39
Diana
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- Como ordeneis se hara mi principe.- Respondo y me quedo donde el me deja. Comenzando la labor que se me a confiado

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23/10/2010, 17:24
Director
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Sales de la prision. Acabas de recibir un mensaje de uno de tus informadores, es una llamada perdida ya que dentro de la prision la señal se corta y no da para atender ninguna llamada.

Una vez fuera escuchas a tu informador.

- señor, lamento molestarle pero el heraldo de la trajedi... quiero decir, el señor Ben, el cazador de cazadores... no a podido impedir otra desgracia. El primigenito toreador a fallecido...

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25/10/2010, 12:48
Richard Doyle
Sólo para el director

La noticia me pilla con la guardia baja, y paso unos minutos haciéndome cargo de mi propio asombro. Veinte puñetazos furiosos contra la pared más tarde, vuelvo a comunicarme con mi informador.

- ¿Qué ha pasado?  ¿Dónde? ¡Dimelo! Debo ir a verlo, a comprobar cómo lo ha hecho... Este cazador no va a quedar impune... de ninguna manera.

En mi cabeza, se desarrollan diferentes estrategias, formas de torturar y atormentar al maldito mortal. Recuerdo las palabras de mi sire, hace cientos de años, cuando me hablaba de la mejor manera de enfrentarse a un Cazador:  'Piensa como un Malkavian, actúa como un Brujah'. Mi cabeza se dispara... esta noche habrá masacre. Sólo mi informador escucha la sentencia que surge de mis labios, y luego es fulminado por una mirada llena de odio animal.

- Por cada Vástago que caiga, morirán veinte mortales.

Con un mensaje a Dudley, convoco una reunión de urgencia de la primogenitura para dentro de cuatro horas. Subo a la lancha y ordeno al chofer que me lleve de vuelta al muelle 33. Tengo cosas importantes que hacer. Dejo un mensaje idéntico a dos asociados Brujah:

Dirígete al sótano del Saint Francis Memorial Hospital. Ahí nos veremos.

John va a pagar.

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26/10/2010, 22:32
Richard Doyle
Sólo para el director

Notas de juego

Tengo una pequeña necesidad antes de acudir a la reunión de la primogenitura que yo mismo he convocado. Como verás, cite a los primogénitos para cuatro horas después, con un poco de tiempo todavía antes del amanecer, y convoqué a dos brujah de confianza en el Saint Francis Memorial Hospital para el 'ahora mismo'.

El Saint Francis Memorial Hospital es, ni más ni menos, que el hospital de quemados ede San Francisco. Está ubicado en la zona norte, cerca del muelle 33, de la torre de gobierno y del Elíseo, probablemente. Mi objetivo dentro de dicho hospital es el de matar a 20 mortales. Como suena. ¿Y la humanidad? No perdamos de vista al bueno de Richard Doyle... Viniendo de una época antigua, mostrando la clase de valores que suele mostrar, no sería sorprendente que siguiera algún 'Camino de Iluminación' o que pasara de su alma, aunque eso le haga más irascible todavía.

Lo que quiero hacer (siempre puedes decirme que es imposible, sin problemas!) es sembrar el caos en el hospital. Ejecutar a 20 mortales, todos ellos enfermos, a ser posible terminales, salvo uno, que sea el o la médico más joven y sana que podamos encontrar. Además, provocar un incendio y dejar varias pintadas a lo largo del hospital con spray rojo y con un mensaje muy claro:  'Es tu culpa, John' (o, si lo prefieres 'It's your fault, John'). El objetivo es que esas pintadas salgan en prensa y se corra la voz por la ciudad... que llegue a oídos del cazador, a ver si consigo cargar de culpa su alma y volverle completamente loco.

Hacer eso es un alarde de uso de disciplinas algo brutal, y requiere alimentación. No queremos romper la mascarada, así que las muertes deben parecer asesinatos humanos, nada sobrenatural. Para mantener alta la Celeridad y demás, podemos alimentarnos de bolsas de sangre del mismo hospital, cuidándonos mucho de no dejar pruebas ni bolsas vacías.

Ambos Brujah tienen que tener un perfil muy peculiar, y muy brutal, para acompañarme en una aventura tan grotesca. Ambos reciben un pago por su trabajo y un extra como garantía de su silencio. Particularmente frente al resto de Vástagos de la ciudad. No voy a anunciar esta acción a los miembros de la primogenitura. Si alguien me pilla y me cuestiona, tengo siempre en la manga el argumento blindado del Príncipe:  '¿Osas cuestionar a tu príncipe?'.

Voy a postear en Elíseo como si nada, manteniendo una cierta neutralidad a la espera de que me digas si mi plan es factible, o si se me va la cabeza demasiado por el motivo que sea.

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26/10/2010, 22:59
Director
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Notas de juego

Me encanta la idea ^^ Hagamos una cosa. ¿Te importaria jugar las dos escenas al tiempo? Es para no tener a los demas esperando. Naturalmente la escena del hospital seria antes de la reunion pero aun no se sabria nada de lo sucedido.

Al termino de la reunion puedes pedirles que miren por la ventana para ver arder el hospital ^^

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26/10/2010, 23:05
Richard Doyle
Sólo para el director

Notas de juego

Me parece estupendo. Ya veré cómo se desarrolla la reunión; quizá le cargue el mochuelo del hospital a Owem... Retorcimientos y retorcimientos. XDD

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09/11/2010, 05:38
Director
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Pasaron dos largas noches sin cambios hasta que alguien trajo un periodico con una nota resaltada. Un anuncio del hijo de john.

" Reunion de los amigos de John en el parque Mc Rain, esta noche a las 12"

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11/11/2010, 13:05
Richard Doyle
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Por ahora, todo va a la perfección, y eso me llena de alegría. Nadie parece saber nada del incendio, aunque las noticias deben estar hormigueando con información relevante al respecto; los cazadores se juntan todos en el mismo sitio para ser exterminados como a cucarachas... A pedir de boca. En este momento, debo darme mucha prisa. Abro mi maletín y saco el portátil, dispuesto a escribir una carta.

 

Cita:

Estimados amigos de John:

tregua.

(Del gót. trĭggwa, tratado).

    1. f. Cese temporal de hostilidades.
    2. f. Interrupción, descanso.

Esto es lo que os propongo. Cierto es que nuestras existencias valen más que las vuestras, aunque más no sea por acumulación de años y de sabiduaría. Pero no deseamos nada malo para los vuestros, al igual que suponemos, no deseáis nada malo para nosotros. Sin embargo, las hostilidades ya han comenzado, y a estas alturas ya lamentamos ambos las bajas de civiles.

Mi ley es clara: por cada uno de los nuestros que caiga bajo vuestras manos, morirán veinte inocentes. La culpa es de John. Puede no pareceros justo, ni justificado, pero tampoco creo que deseéis manchar vuestras manos de tanta sangre. Nosotros, os lo aseguro, no lo deseamos.

La muerte de John fue accidental. Mi intención nunca fue acabar con su vida. De hecho, la persona encargada de velar por su seguridad fue incompetente e indisciplinada, por lo que debe pagar en sangre. como muestra de buena fe, señalaré al culpable ante vuestros ojos, para que toméis la revancha que consideréis oportuna sin miedo a represalias. Su nombre es Owem, y reside en Oakland.

Sabemos que traéis nueva vida, que es esa vida por lo que lucháis con tanto esmero. Apreciamos y admiramos esa lucha, y estaremos de vuestro lado en todo lo concerniente a defender la vida, pero no toleraremos la agresión, la ofensa y la muerte. No toméis ese camino, o tendremos que tomar medidas drásticas; medidas que no os gustarán.

Os lo ordeno, cesad las hostilidades cuanto antes. Vuestros descendientes os lo agradecerán.

Afectuosamente:

James William Godfarth, Príncipe de San Francisco y Oakland.

Imprimo la carta a toda velocidad y salgo de la torre. Me dirijo hacia el coche, donde pido a mi chófer que me lleve a las inmediaciones del parque Mc Rain, consultando el reloj en todo momento.

Al llegar, entrego la carta al conductor.

- Toma. Necesito que hagas algo para mi. Busca a una persona que te resulte confiable, y págale estos doscientos dólares para que espere en el parque. Cuando vea reunirse a un grupo de personas, que les pregunte si son los amigos de John y, de serlo, que les entregue la carta. Quédate cerca, vigílale para que cumpla el encargo. Es importante que el grupo de personas no te vea ni te reconozca. Que no lea la carta. Tampoco la leas tu. Si lo haces, sabré que lo has hecho, y pagarás por ello. - Rebusco en mis bolsillos y saco más dinero.- Estos quinientos dólares son para ti, por las molestias. Me llevo el coche. Cuando el encargo esté cumplido, vuelve a la torre y comunícame los resultados. Te estaré esperando.

Monto en el asiento del conductor y me marcho, sin darle mucho tiempo a preguntarme nada.

Notas de juego

Si la reunión está empezada (mis tardanzas), la carta puede llegar en la mitad sin problemas.