-Deberíais poder cuidar de vosotros mismos -aseguró Hardestadt-. Pero si lo que queréis es crear un ghoul, no os lo impediré. Hacedlo. Sin embargo, no toméis a ninguno de los criados de mi casa. Y aseguraos de no extender la certeza sobre vuestra condición u os separaré la cabeza del cuerpo.
-¿Y por qué no nos lo ha comunicado aún? -preguntó Adana con extrañeza, y luego con molestia-. Dichoso Ventrue...
Damian tragó saliva con dificultad al escuchar sus últimas palabras.
- Descuidad, no tomaremos a vuestros criados. Si me disculpáis... - Y se retiró de la sala, cerrando la puerta tras de sí sintiendo la tensión en sus músculos. Deberían andarse con cuidad.
Leonore miró de reojo a la rubia.
-Bueno... Imagino que tendréis cosas que hablar.
Le dedicó una tibia sonrisa y se despidió. Esperaba no haber metido la pata con aquello.