Partida Rol por web

—¿Y crear más enemigos? —replica Moses, ladeando la cabeza—. No, gracias. Si la sacamos así luego nos perseguirán como fugitivos y no nos dejarán en paz. Prefiero hacerlo en ley y luego no tener nada que lamentar, ya tenemos a bastante gente a por sus cabezas.

—No nos busquemos más problema, Kei. Señor Moses, 400 de oro es demasiado dinero para nosotros. Yo apenas tengo unos 50, y tengo que arreglar mi martillo el cual tiene el mango destrozado— hago botar la pelota de playa —Pero bueno, así no arreglaremos nada. ¿Jugamos un rato? Podríamos seguir hablando mientras nos divertimos un poco.

—¿Tiene una hija bastarda?—Pregunte tras meditarlo un momento y que Moses usara el termino femenino para referirse a la persona encerrada.—¿Y está encerrada en Okuplok?—No pude evitar una pequeña sonrisa. La pequeña de sangre  y acabo siendo una pilluela, a quien me recordaría.

—Conozco gente en Okuplok que podría hacernos un préstamo. Aunque me gustaría saber más de la persona que vamos a sacar.—Dije intentando conseguir más datos.—Por eso de que si mi nombre acaba en un prestamista al menos sepa por quien lo hago... —Comento mientras acompaño a todos a aquel partido improvisado. Quería estirarme un poco después de aquel dormir tardío.

— Bueno, si necesitamos pagarle la fianza, y no tenemos dinero... eso nos deja solo dos opciones: La primera es intentar conseguir algun trabajo, y esperar que ni Georg ni Alamune nos den caza antes de cobrar los honorarios. Pero las experiencias recientes nos dicen que estos tipos estan al acecho en cualquier esquina

— La otra es pedirle el dinero a-quien-tu-sabes — digo esto agitandome la piedra del hogar.

Bueno, vamos a jugar al Voleyball. Recuerdo un partido peculiar en el instituto, en el que Noriko y su onee-san Kazumi estuvieron jugando durante varias horas sin ceder y sin permitir que la otra puntuase. Dicen que el partido se tuvo que suspender porque al árbitro le dio un ataque por el sobreesfuerzo ¡Y eso que el juez sólo estaba sentado, y siguiendolas con la mirada!

— Por cierto, el Archiduque, el Obispo y usted antes hablaron con consternación acerca de Georg, sobre que no es un caballero negro y varias cosas más ¿Que podría decirnos acerca de ellos? — digo poniendo la pelota en juego

—Ah, ah, ¡ah! ¡AH!— alternaba la exclamación mientras miraba a un lado y otro, sin saber cómo íbamos a formar los equipos. —¿Pero quién contra quién? ¿Y qué usamos de red?— estaba ilusionada. Hacía tiempo que no jugábamos a nada, y la búsqueda por parte de los hombres del rey nos habían chafado toda la diversión en la playa.

Me posicioné junto a Sojiro para hacer equipo con él mientras separaba las piernas y ponía los brazos semi-flexionados, bien preparada ante lo que viniera.

Moses pone una mueca con las palabras de Fleriel.
—Un poquito feo llamarla así, por más que tengas razón —explica—. Estás hablando con su abuelo. Johnathan Grilloc es mi yerno. Bueno, supuestamente hablando...

—¡Me apunto al volley! —Argento se acerca al grupo, luego de haber estado izando las velas con la ayuda de Jay-Jay.
—Esto quizás sirva. —La timonel viene trayendo una cuerda, atando un extremo a cada mástil, después, tomando una tiza, traza un rectángulo de buen tamaño en el suelo.

—Claro que no lo es. Ni es caballero ni es negro, no entiendo tu razonamiento, chico.
Moses se pone a ayudar a amarrar esa cuerda mientras responde a Kei.
—Georg es un excelente soldado y Alamune una hechicera de cuidado, ambos muy amigos desde la infancia, siempre han estado juntos. Desde pequeños el muchacho demostró un gran talento para la espada y el combate y la joven una inteligencia y habilidades tácticas abrumadoras, han llevado toda una vida de puro esfuerzo para llegar a donde están ahora y ser prácticamente las manos derecha e izquierda del rey. Pero tenemos el problema de que son leales a él, no hay nada que pueda cambiar eso, es un juramento. Lo que esté pasando por las pobres cabezas de ellos en estos momentos es un misterio que ignoro.
Da una mirada ahora a Sojiro, que fue el iniciador de este juego del que van a disponer.
—Pero bajemos un poco los humos, a este amigo aquí lo noto más apurado que un cojo en un tiroteo, me parece que es el único de los "engendros" que realmente se está haciendo idea de lo complicada que está la situación y del peso que debe cargar sobre sus hombros. Tratemos de pensar en otra cosa por ahora.
Se acerca al rubio, tomando además el hombro de Kokoro, quien ya había decidido y se había puesto allí, y los trae hacia él.
—Mi equipo —dice, poniendo una cálida sonrisa.

—Eso. Tenemos una semana antes de llegar a Okuplok, preocupémonos sobre lo preocupante después, ¡haré de juez!

Eso deja al otro equipo conformado por Jay-Jay, Fleriel y Kei.

—Sobre ese dinero, no se molesten, sólo quise probar suerte, pero ya veo que están todos más pobres que yo. Ya me las apañaré.

— Le llamaba 'Caballero Negro' por la armadura, nada más. Parecía un noble caballero, y vestía de oscuro. Hasta hace unas horas no sabiamos como se llamaban así que tirabamos de apodos — Luego pienso que es mejor que los apodos que ponían en la serie de Aang ¿El Chispeante Hombre Bomba? ¿En serio?

Se me cambia la cara al oir lo de Moses.

El suegro del rey Jonathan J. Grilloc. Padre de una hija asesinada por los pielesverdes, abuelo de un nieto asesinado por los pielesverdes.

Y aun asi, aquí está. La venganza no le ha consumido, sino que deja atras una vendetta por su querida hija, con tal de proteger el reino y a todas sus gentes. Y de hecho viene a protegerlo con sus propias manos, tomando sus armas y exponiendose al peligro.

Pienso en Ozax el profeta, en Selina la lider del gremio, en Punyuru el nekomata, y en este Moses. Pienso tambien en la misma Durandal. Incluso el pequeño Vastin es bravo a su manera, sabiendo que es solo un niño pequeño. Y entonces me pregundo: Si este mundo esta lleno de gente tan valiente ¿Que necesidad tiene de una gente tan común como nosotros?

Pero voy con mi grupo, sera una ocasion genial de conocer a mas gente... Y de medirme con este guerrero de otra era.

(¡Y si de paso acabo en un equipo con dos chicas monas, mejor!)

— Vale chicas, las reglas son las de siempre ¿No? Que el balon caiga al suelo en el lado del rival. Fleriel, hemos luchado juntos, eres tan sutil como yo soy fuerte... Jay-Jay ¿Como te describirias? ¿Rapida, precisa, demoledora...?

Y si, se que Moses esta midiendome. Me siento como Light contra L en su partido de Tenis.

—A ver a ver— no habíamos empezado el partido, pero coloqué las manos como pidiendo tiempo muerto, una palma horizontal sobre la otra vertical. —Eres yerno... eso significa...— empecé a contabilizar con los dedos. Todo lo relacionado con la rama familiar me costaba pillarlo. —¿Tu hija era la mujer del viejo verde? ¿Pero por qué ese "supuestamente"? Ay, qué lío— me llevé la mano a la frente mientras recalculaba la ruta más corta a la respuesta.

—Mira, no lo entiendo. Los adultos complicáis demasiado las cosas.

Mira que se supone que es la mas pequeñita del grupo, que la tenemos que proteger, peeeeero...

Creo que esta es la mejor manera de defenderla, así que me pongo al lado de Kokoro, respiro profundamente, cuento hasta tres y...

— Keiiii-Chop — y le doy un pescozón de campeonato. A lo que te susurro — Koko-chan, que estos suelen ser temas SENSIBLES. Y si salvamos a la chica, estaremos hablando de la nueva reina ¡No la llames 'Cria azul' ni nada de eso, que nos va a faltar reino para huir!

Entrecierro los ojos con cara de "no me lo puedo creer" mirando a Kei cuando le da el pescozón a Kokoro y le susurra eso, cosas que yo escucho ya que estoy cerca.

—Kei, de aquí el que más probabilidades tiene de causar un lío eres tú. Koko, devuélvele el pescozón— suspiro —Anda, vuelve a tu lado de la cancha de una vez que voy a sacar.

Y en cuanto Kei vuelva a su lado sostengo la pelota, miro hacia la cancha contraria, vuelvo a mirar la pelota, la lanzo hacia arriba y procedo a sacar de forma sencilla. Esto me hace recordar el año en el que estuve en el equipo de voleibol en secundaria, en el que acabé siendo el líbero del equipo.

Me encogí de hombros cuando Moses me fijo que no hacia falta llamarla de esa forma

—La llamaremos ilegitima entonces.—Dije sin intención de discutir sobre aquel asunto.—Pero aun no nos contaste qué hizo exactamente para quedar entre rejas.

Mire como se habían dividido los equipos. Hacía tiempo que no jugaba a este tipo de deportes, pero confiaba en manejarme bien.

—Por la fuerza que te gastas… Creo que lo idóneo sería que ¿Jay-Jay?—Dije recordando el nombre de la timonel.—… y yo la coloquemos para que tú remates.—Me quede pensativa durante un momento cuando Sojiro sacó.

Con un pequeño salto golpee la pelota para que se elevara y dejar un buen tiro a Kei. Mientras la pelota subía volví a hablar.

—¿Os parece si lo hacemos más interesante? Los que ganen pueden pedir un favor a alguien del equipo perdedor.—Mis ojos brillaron durante un momento. Llevaba un tiempo pensando en pedirle algo a uno de ellos y si todo iba bien con el partido no tendría que dar muchas explicaciones.

—¿Acaso tengo que explicarlo con palitos? ¿Qué son? ¿Párvulos?
Moses finge estar molesto por la falta de entendimiento, pero por dentro no lo parece, su sonrisa no se borra y ahora atiende al juego. 
—Ah, sobre eso... pues... —Y ahora está nervioso por la duda de la ladrona—. Digamos que tiene un carácter un poco fuerte. Estábamos en una taberna en el muelle y... ya ves cómo son algunos marineros, a algunos se les escapa la mano y... bueno, la fianza es técnicamente para pagar por las reparaciones y el salario de ese pescador, que no podrá trabajar por un tiempo.

—Supongo que no hay problema con eso de pedir un favor, por mí está bien.

—¡Aprobado! —exclama Argento, feliz, y sin consultar a nadie.

—¿Hm? —Ella ladea la cabeza con las preguntas de Kei y le responde sonriente—: Jay-Jay es Jay-Jay, supongo.
Cuando Fleriel deja un pase en el aire, el rostro de la marinera cambia radicalmente, se ensombrece y se tensa, con los ojos furiosos y enseñando los dientes. Da un potente salto y, gruñendo, le da un manotazo a la pelota con una potencia abrumadora, de tal manera que se deforma completamente mientras sale despedida como una bala hacia el campo contrario.

Al ver el tiro asesino de Jay-Jay flexiono las rodillas y empiezo a lanzarme hacia donde se dirige para hacer una rodada.

—Rolling...— logro golpear la pelota para lanzarla hacia arriba en dirección a Kokoro, dejándosela facilita mientras empiezo a rodar en el suelo —THUNDEEER...— termino de rodar en el suelo, me incorporo de un salto con agilidad y pongo una pose guay, de espaldas al equipo rival —¡¡¡AGAIIIN!!!

Me quedo quieto con la pose para ver si Kokoro pilla la referencia. Lo tiene que pillar, que le presté mi colección de mangas de Haikyuu el mes antes de acabar aquí.

Contemplo a Kokoro. Tampoco es que le haya hecho daño, aunque lo que ha dijo Soji es cierto: Mis especialidades son meterme en lios, y sajar y rajar para salir de los lios en los que me he metido.
¡Pero para que Kokoro me de un pescozón va a necesitar una escalerilla, la pobre!

De vuelta al combate, Jay-Jay me deja de piedra ¡Menudo golpe!
Soji lo devuelve con maestría.

Y yo no me voy a quedar atrás: veo venir el Rolling Thunder Again y respondo con lo que aprendí en el colegio:
— ¡Arte secreto del deporte Macarra!: ¡GOLPEAR MUY FUERTE!

Y de un movimiento que apenas es perceptible al ojo humano, de pronto me he desplazado varios metros y golpeo la bola de tal manera que casi parece dejar un estallido sónico al moverse. 

¡Como esto siga así, y machaquemos el balón de esta manera, vamos a tener que pagarle Daños y Perjuicios a Argento el Marino!

Cuando Moses dio la razón del encarcelamiento de su nieta sonreí divertida.

—Pero entonces no necesitas fianza. En Okuplok esas cosas ocurren, solo hay que hablar con la persona correcta y te aseguro que tendrás que pagar menos que la fianza que le hayan impuesto para que se descubra que es inocente y no fue ella quien lo hizo. —Hice un momento de pausa encogiéndome de hombros antes de volver a hablar.—A decir verdad, si lo hubiera hecho antes de que la metieran en prisión, lo mismo seria el pescador quien tendría que pagarle a ella.

No pude empezar a reir cuando Jay-Jay hizo su movimiento.

—Definitivamente es mejor definrlo como “Es jay-jay”—Dije aludiendo a su respuesta de como jugaba.

Sin querer distraerme mucho más me centre en el partido.

—¡Aich!— no esperaba el golpe por la espalda, ¡a traición! Me giré con cara de moco fastidiado y señalé a Kei. —¡Esto no va a quedar así! Ya pensaré una venganza...— me alejé con pasos bastante poco femeninos, intentando parecer muy machote, preparándome para empezar el partido.

El saque de Jay-Jay fue tremendamente sorprendente. Mis ojos apenas atinaron a verlo llegar. ¡Pero Sojiro fue rápido! —¡TOMA YA!— exclamé mientras aplaudía con entusiasmo. —¡Te ha quedado clavado!— y yo no pensaba ser menos.

Empecé a mover los brazos como aspas, en todas direcciones y a gran velocidad, dispuesta a golpear lo que viniera por donde viniera, ¡incluso si tenía que darle con la cara!

—Bueno, me parece que me estoy poniendo viejo.
El partido había empezado parejo, todos haciendo gala de sus proezas y movimientos, hasta que la cosa se empezó a poner seria. Ya no era un ratito de deporte normal y se notaba en las habilidades increíbles que demostraban los participantes, excepto tal vez Kokoro, que por más buena voluntad que le puso, recibió un par de pelotazos en la cara. Sojiro se cansó muy rápido, luego de efectuar su espectacular jugada definitiva, se quedó demasiado fatigado como para seguir dando el cien por ciento y acabó Moses prácticamente solo contra los otros tres, que no eran para nada poca cosa.

De cualquier forma, el juego sirvió para que el trío de amigos notara una cosa: se habían vuelto más atléticos. Llevan meses yendo de aquí para allá sin descanso, sin comer porquerías y moviéndose constantemente. La que lo ha notado particularmente es Kokoro, que ha ganado fuerza en sus piernas y su barriguita ya es algo menos pellizcable. Kei y Sojiro no estaban realmente en mala forma, pero ahora sus músculos se ven apenas más definidos que antes. El cambio es muy sutil.

—Y aquí hemos acabado —finaliza Argento, lanzando serpentinas y confeti que a saber de dónde habrá sacado, sobre el equipo victorioso—. ¿Y bien? ¿Qué favor pedirán?

—Yo quiero jalarle el bigote al señor, es tan recto que no puede ser de verdad.

—Oh, ¿acaso estás dudando de la técnica de estilizar bigotes de la familia Monet? —replica el viejo, peinándoselo entre los dedos—. Osado de tu parte, niña. Osado.

—Pero es que... ¿dónde acaba y empiezan sus patillas? Me desconcierta.

Moses cruza los brazos, cerrando los ojos con una sonrisa.
—Ese es un secreto que no revelaré hoy.

— Jeje... ¡Victoria! — digo haciendo una pose con Fleriel y con Jay-Jay ¿Quien lo iba a decir? En verdad ambas son increibles — Oye Jay-Jay, al principio hablabas con un acento marcado, pero ahora ya no ¿Que te ha pasado?

Bueno, sea como sea, hemos ganado y ahora estos tres estan a nuestras órdenes. Pero hay una cosa que necesito saber

— Soji, Koko... Cuando el MegaCangrejo cortó a Koko por la mitad ¿QUE es lo que pasó? Sin secretos, anda.

—¡Buen trabajo!.— Dije a mis compañeros de equipo con una pequeña sonrisa en el rostro por la victoria. Me había dedicado a poner en una posición correcta la pelota para que ellos golpearan con fuerza, así que casi todo el mérito lo tenían ellos, quienes habían estado marcado los puntos.

Aquel partido me había desentumecido y me encontraba mucho mas despierta y de buen humor en ese momento, pero tenia que aprovechar aquella oportunidad, con algo de suerte…

—Kokoro, eres maga ¿Verdad? ¿Por casualidad no conocerás algún hechizo para eliminar magia? Quiero eliminar cierto... "encantamiento".— Hice una pequeña tos.— Un tatuaje con tinta mágica del que me arrepiento.

Empecé fuerte con esa recepción espectacular, pero poco a poco al estar corriendo de un lado para otro del camarote fui agotándome. Luego Kokoro será todo lo adorable que quieras, pero siempre ha sido más de ver voleibol que de jugarlo así que al final dejamos a Moses como el único en condiciones para competir.

—Arf... arf... lo siento tronco, ya estoy reventado.

Finalmente perdimos con claridad, pero eso para mí ha sido lo de menos pues he podido liberar estrés y se nota por mi claro mejor humor. He notado que estoy en mejor forma que cuando hemos acabado en este mundo de espadas y magia.

Miro fijamente a Kei ante su pregunta, recordando que aquello me había intrigado mucho. Voy rápidamente hacia Kokoro para levantarle un poco la camisa para revisar su cintura, el punto por donde ese cangrejo la partió por la mitad.

—La verdad es que tampoco comprendo mucho qué mierdas pasó. Solo sé que pasó por mi deseo de salvarla y que alguna especie de poder surgió de mí obrando ese milagro. No sé nada más, tronco, no tengo ni puñetera idea. Si Ozax, Zellos o Selina estuviesen aquí, o incluso Vastin o Delfine, les preguntaría.

Esbozo una sonrisa cabrona al escuchar la petición de Fleriel.

—¿Y ese tatuaje no será por casualidad el nombre de un ex-novio? ¿Eeeeh?