Partida Rol por web

Me limpio el sudor de la frente mientras reflexiono. Es verdad, nos arriesgamos mucho siguiendo ese plan. Pero al menos es un plan. Espero que los antepasados lo entiendan. Finalmente asiento con gesto sombrío y luego me agacho para recoger mi espada y voy hasta la piedra donde me había sentado para recoger su vaina.

Si todo sale bien estaremos en deuda contigo. Si necesitaras ayuda para liberar a tu gente, podrías contar conmigo. Y si es una trampa al menos moriremos destripando imperiales.

El explorador tiene las palmas ensangrentadas por las heridas de sus propias uñas clavándose por la fuerza e su puño cerrado. Aprieta los dientes. 

- ¿Colaboración ¿En deuda? - Thorfinn está rojo de la ira contenida - ¿Es qué os habéis vuelto loco, hermanos?

Lanza una fuerte patada a una piedra para descargar tanta ira acumulada. No podía creer lo que estaba oyendo.

- ¿Podemos confiar en un traidor? Nos delatará a la primera oportunidad, no es digno de fiar. ¡Cortémosle la garganta y no perdamos más tiempo. Nuestro jefe está malherido por culpa de ese mal nacido y ahora le debemos gratitud! ¡Oh no por favor! 

-Thorfinn, ya sé que es un plan descabellado, pero creo que si no corremos riesgos no salvaremos a los nuestros. Por otro lado, no hace falta que vayamos todos, con que entremos varios ya será suficiente y, si logramos escapar con nuestras familias, los que hayan quedado fuera pueden ayudarnos a huir, con un ataque de distracción por otro lado, por ejemplo.

El plan que propuso Garnath antes también me parece bien. ¿Qué te parece a ti? -digo mirando al líder traidor.

El explorador frunció el ceño. Por un momento parece que su furia se aplaca.

- Algo de razón tienes, hermano - se rascó la barba de la barbilla - no me queda familia que rescatar, pero por mis hermanos...si hay que dar la vida me ofrezco voluntario, pero que quede claro que no confío en este perro.

Se giró hasta el lider traidor y añadió con gesto amenazador:

- Si nos la juegas más te vale que yo no salga con vida pues te juro que iré a por tu cabeza aunque sea lo único que que haga. No tengo nada que perder.

- Es vuestra decisión, no la mía - a Ashart - yo hice mi oferta. 

Recogió las riendas del caballo que seguía en pie

- Esperaré junto al camino, tras la colina... cuando el sol empiece a ponerse partiré al campamento imperial tanto si alguien ha acudido como si no - montando el caballo

Os dejó solos, discutiendo en intimidad

Espero a que el orlanthi traidor se aleje y entonces me dirijo a mis compañeros en voz baja:

-Bueno, ¿qué os parece todo esto? ¿Hacemos lo que el traidor propone o seguimos el plan de Garnath? En los dos casos corremos el peligro de que nos traicione, pero el plan de mi hermano me parece un poco menos arriesgado. Además, no creo que los lunares nos dejen entrar armados en su campamento. Como mucho, nos aceptarían como batidores, igual que a la tribu del traidor.

- Yo voto por arriesgarnos con el plan del traidor, y Garnath también lo apoya. Moriremos matando si es una encerrona, y si no lo es tendremos la oportunidad que buscamos.

Y dicho esto Wulfric se cruza de brazos esperando la opinión de los demás.

Con la mirada fija en algún punto  entre los árboles, intento recordar alguna historia de guerra de mi padre que nos pudiera ayudar en esta situación, pero lo único que se me viene a la cabeza son las veces en los que, en medio de una de esas historias, se quedaba absorto en sus pensamientos, con una expresión a medio camino entre la melancolía y la lacónica aceptación. Ahora por fin, creo que entiendo un poco esa expresión.

La verdad es que no somos muchos y los imperiales serán unos perros, pero su acero corta tan bien como el de cualquiera. Si podemos ir en la expedición que transporte a los nuestros  y atacarles por sorpresa, tal vez vivamos lo suficiente para reparar nuestro honor, y habremos salvado a nuestras familias. Si no vamos en esa expedición, irán otros de esas tribus subyugadas. Quizá incluso ése mismo -señalo con la cabeza en la dirección en que se fue Khalep-. En ese caso serán más y ni siquiera tendremos por seguro cogerles por sorpresa. Seguiría siendo una mejor opción que entrar en el fuerte, pero nuestras posibilidades de vivir serían pocas. No sé vosotros, pero yo no pienso presentarme ante los ancestros y decirles que he permitido que nuestra tribu acabe en la esclavitud por anteponer mi honor al suyo. Como bien dice Wulfric, yo creo que merece la pena arriesgarnos.

Me encojo de hombros. Esa es mi opinión. En cualquier caso deberíamos mirar la herida de Thorfinn, que no tiene buena pinta.

Harold escuchó a sus compañeros atento antes de levantarse

- Deberíamos mirar esa herida y no hacer esperar a Khalep... - tragó con amargor - ... estemos o no de acuerdo, confiemos o no en él... lo cierto es que no tenemos otra opción -

Bien, será mejor que nos pongamos en marcha cuanto antes. Thorfinn, enséñame esa mano. No prometo gran cosa, pero haré lo que pueda.

Rasgo un poco de tela de las ropas de uno de los exploradores caídos, murmurando una disculpa en el proceso, y compruebo que quede bastante agua en mi odre. Luego, espero a que Thorfinn me tienda la mano para ver qué puedo hacer por ella.

El explorador tiende las manos abiertas a Garnath y con una leve inclinación de cabeza agradece el gesto.

- ¿Estáis seguro de lo que hacéis? - dice el explorador enarcando las cejas - No estoy de acuerdo con este descabellado plan pero tenéis mi apoyo.

Esperó pacientemente que su compañero examinara las heridas.

- Tengamos o no opción, parece que los dioses hoy reclamarán nuestras vidas - una sonrisa cínica asomó a sus labios - yo estoy más que dispuesto a darle pero a un alto precio.

Miro la herida de Thorfinn. Está sangrando abundantemente. La lavo con un poco de agua e intento taparla con la tela que he rasgado, pero no consigo colocarla bien y con cada mínimo movimiento de la mano la tela se vuelve a mover. Gruño.

Maldita sea, esto es muy difícil. ¿Alguien me echa una mano?

Harold se proximó a la pareja tan pronto vio la técnica de Garnath

- Vamos a ver esa mano... lo último que deseo es perder otro hermano o verlo tullido- comentó al tiempo que remendaba el improvisado vendaje

Empezaba a caer la noche, habíais tomado una decisión...