Parece que ya has solucionado el tema del estadio, pero ahora a ver cómo te libras de este marrón del guantelete-armadura. Lo mejor será intentar engañarlo, decirle que hay una peligrosa célula de adoradores del Caos cercana, seguro que no puede resistirse a eso. Y en realidad lo llevarás a una encerrona en los talleres del clan Skryre... algo tendrán que pueda contener a esta cosa para sacarte de dentro, ¿no?
Coge el manual de instrucciones de la lavadora, ha llegado el momento de leerlo de pe a pa.
El visor de la armadura azul no ha parado de escribir cosas. Como no eres muy de leer no le has dedicado tiempo hasta ahora.
No es que entiendas mucho de lo que pone, pero una palabra llama tu atención. Será Eject lo que crees que puede ser.
Si decides activar la subrutina Eject continúa leyendo por la página 3,2,1...
No puede ser. En un instante tan cerca de lograrlo y en el siguiente metido hasta el rabo en un problema aún mayor. Si alguien puede ayudarte a salir de esta situación ese es la Gran Rata Cornuda. Así que empiezas a rezar tus plegarias, esperando que no se encuentre demasiado ocupado escuchando las súplicas del resto de sus buenos 100 millones1 de ratoniles feligreses.
Golpéate la cabeza con el futuro testamento según San Ratatouille y espera a que te llegue la iluminación (que no las luces).
1 Datos del censo aún por confirmar. Y si no estas de acuerdo, baja tú la próxima vez a las pestilente cloacas del viejo mundo y ponte a contar colas. ¡Nos ha jodio!
Yo creo que ese guante sería un excelente segundo entrenador de los Sesame Sewers Pals.
Pasamos al Sentido de la Vida, del Universo y todo los Demás.
Dale Femto!
-Para el carro, un momento, un momento, un momeeeeeeento.- dices al guantelete que para tu sorpresa se detiene y te pregunta qué quieres. No te lo pregunta porque realmente le interese sino porque los agudos y lastimeros chilliditos skaven que acompañaban tus palabras están interfiriendo con sus sensores acústicos.
- En esa batalla en las estrellas a la que me llevas no eres más que una armadura más. Eres una gota en el océano. No puedes cambiar el curso de la batalla, pero aquí, oh, aquí eres única. Al estadio de los Sesame Sewer Pals constantemente acuden seguidores de los dioses del Caos llenos de mutaciones hasta en el pliegue del frenillo. Cada cierto tiempo las mareas de la magia llevan las hordas del caos hasta la puerta de Aldorf. Aquí serás única, aquí podrás marcar la diferencia. Únete a mí, hazte uno con el estadio y conviértelo en una trampa para el caos. - En realidad esperas que sucumba a la fuerza combinada de nigromantes, sacerdotes del caos, brujas elfas y todo el zoológico de usuarios de magia oscura. Qué demonios, tú mismo eres un iniciado acreditado para realizar sacrificios de nivel 3 dentro el inmundo culto de la Rata Cornuda.
Sorprendentemente de nuevo el guantelete asiente y te lleva a tu despacho para luego separarse de ti e integrarse con tu estadio. Sorprendentemente los usuarios de magia oscura comienzan a sufrir accidentes fatales en las proximidades del estadio. Primero desaparecieron los hechiceros, luego los mutantes, poco a poco las demás razas fueron menguando pero lo más impactante de todo es que los skavens fueron disociando su verdadera naturaleza de la corrupción putrescente con que los bendecía la Rata Cornuda. Tanto fue así que comenzaron a nacer skavens con piel blanca como la nieve, suave, aterciopelada. Los insectos repugnantes y la sarna tan inseparables de los skavens se fueron con sus zumbidos a otra parte. Los nuevos skavens perdieron su apariencia monstruosa y se convirtieron es humanoides ratoniles adorables y francamente achuchables además de sensibles, inteligentes y creativos.
Humanos, enanos e incluso elfos declinaron hasta desaparecer frente a la superioridad de estos skavens luminosos y el caos abandonó el mundo para no volver.
Tras varias generaciones, los nuevos skavens exploraron su sistema solar y mucho, muuucho tiempo después con los restos del que llamaron Guantelete de Titus, o para acortar el Tituantelete, construyeron un ordenador de una potencia inmensa y fabulosa al que llamaron Pensamiento Profundo y al que le pidieron que obtuviera la respuesta al sentido de la vida, el universo y todo lo demás.... y el resto ya todos lo conocéis.
Es el fin... del Blood Bowl
Motivo: 42 or not 42 that is que question
Tirada: 2d6
Dificultad: 11+
Resultado: 7 (Fracaso) [5, 2]
https://es.wikipedia.org/wiki/El_sentido_de_la_vid...
Ea Tito, elije otro, ese será un éxito automático.
Venga Bilbo, a ver cómo vamos de plegarias ratoniles.
Golpéate la cabeza con el futuro testamento según San Ratatouille y espera a que te llegue la iluminación (que no las luces).
La situación está complicada. Pero que muuuuy complicada. Y si alguien sabe valorar situaciones complicadas, esas son las ratas skaven que cuentan problemas a docenas cada día. El asunto es que en circunstancias normales no tardarías en encontrar a algún pringao a quien echarle la culpa, un agujero por el que escapar o una trampa sucia y rastrera de la que más tarde estar orgulloso. Pero nada de eso se aplicaba ahora, no había un truco barriobajero al que acudir. Y eso te obliga a tomar medidas drásticas. Si alguien puede sacarte de este problemón, ese es tu Dios: La Gran Rata Cornuda (pongase aquí música celestial para representar la iluminación del hijo prodigo). Tendrás que rezarle y pedirle ayuda. Aunque, claro, ¿como coño se hace eso? En todos tus años de miserable vida solo has visto usar el nombre de la Rata Cornuda para amenazar a alguien o para quejarse si algo no salía bien -por qué, cuando las cosas salían bien, no faltaban ratas que querían apuntarse el tanto), así que andas un poco, digamos, desentrenado en el arte de orar.
Te toca improvisar y, poniéndote de rodillas mentalmente, ya que la armadura del Guantelete no te va a permitir hacerlo físicamente, comienzas a hablar con el ser todopoderoso a quien adoran los skaven.
- Yoooo... estoooo... ¿Qué tal te va todo, cuernos? No. Nonononono. No era eso lo que quería decir. Veras. Siento si no me he pasado muy a menudo por tu templo. Lo he intentado un par de veces, sabes, pero el jodido plano del alcantarillado es un verdadero desastre yyyyy. Yo no sé a que mierda de arquitecto contrataron para esas obras. Seguro que fue un zombi de esos, que siempre andan dando tumbos y no son capaces de trazar una línea recta ni que les metan un palo por el culo.
Notas que el tiempo se te empieza a echar encima. Posiblemente se trate de apenas unos segundos hasta que ya no haya vuelta atrás.
- ¡Ah! ¡Sí! Y hablando de culos, yo ahora mismo voy de ídem y necesitaría una ayudita. Un pequeño empujón, si tú me entiendes. Que estoy todo jodido, vamos, y pensé que igual tú me podías...
Si existiera un escriba tomando nota de las peores oraciones jamás oradas, la tuya, sin duda, ocuparía el primer puesto. El caso es que a veces lo que importa no es tanto el método como los resultados y, aunque parezca imposible de creer, ante ti se presenta una figura de tal tamaño que podría tranquilamente soportar el peso de varios mundos sobre sus espaldas. Una presencia titánica con forma de rata, cuya cabeza esta decorada con dos enormes cuernos curvos. Una imponente figura desnuda que esta moviendo la pelvis como sí... ¡LA OSTIA PUTA! Estas siendo testigo de un polvo de dimensiones divinas. La Gran Rata Cornuda está metiendo cacho ni más ni menos que con Lileath, la Doncella, patrona de los magos de los altos elfos.
- PERO, ¿SERÁ POSIBLE? MALDITOS VOAYEURS1. IDOS CON VUESTROS AGUJERITOS A ESPIAR A VUESTRA PUTA MADRE. HABRASE VISTO.
Y, juntando con fuerza los dedos pulgar e índice y soltando este de repente, te suelta tal viaje que describes la parábola contraria al camino que había tomado la armadura hasta ahora y te manda de vuelta al viejo mundo. Más concretamente a las afueras del estadio de los Sesame Sewers Pals, dónde Aguztín Kinielaz se encuentra dando instrucciones a un grupo de enanos con bulldozer, para que tiren abajo el estadio de tu equipo.
En ese momento escuchas una voz metálica que parece hablar dentro de tu cabeza.
- Modo automático desactivado. Pasando a modo manual.
Parece que el impacto divino ha sido demasiado para el Guantelete, cuyas funciones de inteligencia artificial y autocontrol mecatrónico han salido deterioradas. Seamos sinceros, un poco de inteligencia, aunque sea artificial, no te vendría mal, pero al menos ahora tienes tú el control del arma definitiva. ¿O no?
¿Qué harás?
1 Que mucha Rata Cornuda y mucha ostia, pero los dioses si que saben idiomas y escribir palabros como este.
Nueva dificultad: "¡Muerete ya! ¡Anda!" (12)
Te sigue quedando un culillo de mañocaos con polvo de piedrabruja... y lo sabes... y ahora que la autoridad del guante ha sido desactivada tienes unas ganas locas de esnifarla toda y arrancar cabezas enanas, goblinoides y de todo lo que se te ponga por delante.
Echa polvos de talco sobre la mesa y ellos se agruparán para formar el texto que podrás leer y luego esnifar... recuerda, primero leer.
Los bulldozers se están poniendo en marcha. De la forma más heroica que una rata puede lograr, te pones delante de uno de ellos para sujetarlo y detenerlo, gracias a la poderosa armadura que portas.
Apoya las manos en la pared más cercana y mueve los pies como si te resistieras a un avance imparable mientras lees las grietas que se han formado con el paso del tiempo y las humedades.
Aguztin Kinielaz debe morir, igual que todo aquel que ose tocar tu estadio. Salta sobre su cuello y muerdele la yugular.
Abre el libro de cocina "Recetas con sangre" y lee la receta nº 15
Te quitas el casco y te acercas para hablar con Aguztín Kinielaz como individuos civilizados. Qui'cir... seguro que la chapa esta vale un pastón, ¿no? Estoy seguro de que esos enanos sabran apreciar el nivel armamentistico que esta cosa azulada puede alcanzar en una subasta.
Y total, te la has encontrado tirada en el suelo, quenora de naidie...
Ve al final
---- Final fuera de carta. ----
Echa polvos de talco sobre la mesa y ellos se agruparán para formar el texto que podrás leer y luego esnifar... recuerda, primero leer.
La superioridad de la anatomía skaven queda una vez más patente. Eres capaz de llegar con tu alargado y flexible morro donde ninguna otra raza podría (sin mutaciones claro). Esnifas el interior del guantelete, esnifas los pocos jirones que todavía quedan colgando de tu camisa y tus pantalones, esnifas el hueco entre tus nudillos, esnifas por toda tu piel y en una contorsión gimnástica de tu morro eres capaz de esnifar el polvillo que queda tras los plieges de tus orejas.
Oh sí, algo quedaba, algo quedaba. Polvo de bruja, mañocaos y quién sabe qué mas porquerías has ido acumulando desde que saliste de casa. Quien sabe la roña divina que tenía la Gran Rata Cornuda entre las garras cuando te propinó esa toba. Sea lo que sea el añadido, está claro que potencia el efecto y una vez más sientes que creces y desarrollas músculos y miembros que antes no tenías, ¡Oh! has sido obsequiado con mutaciones benditas de la Gran Rata Cornuda en comunión con el caos primordial (que es Nurgle, por supuesto).
Pero entonces algo ajeno a la escena llama tu atención. Tus oídos son ahora capaces de percibir una llamada a decenas de kilómetros de distancia que pasa a todos desapercibido. Es la sensual y excitante llamada de un congénere en celo. Suena así.
-HEEEEEEEEENK.
No puedes reprimir la excitación y te giras a la llamada volcando involuntariamente uno de los bulldozers con tu cola... ahora tienes una cola mucho más grande y musculada. Vuelves a escuchar la llamada.
- HEEEEEEEEENK.
Sientes de pronto un gran apetito en la anticipación de la próxima y vigorosa cópula. Lanzas tu lengua, ahora mucho más grande y , sobre todo mucho más larga y pegajosa, a la que queda adherido un enano que pronto engulles con gran deleite.
Aguztin Kinielaz y el resto señalan en tu dirección gritando algo que no entiendes y que viene a ser como- ¡¡Una bestia de nurgle!!!- para después alejarse corriendo. Pero nada de eso te importa. Solo piensas en la sensual llamada a la que contestas con un
-HAAAAAAAAAANK. HAAAAAAANK
Seguro que te espera, seguro que está deseando que llegues tanto como tú llegar. Comienzas a deslizarte en la dirección de la llamada. Por un momento recordabas lo que era caminar, pero pronto se te olvida. Reptar parece una forma de movimiento mucho más natural y buena.
Dejas a tu espalda el estadio de los Sesame Sewers Pals que tan pronto te hayas ido será demolido, aunque ya nada sabes ni recuerdas de eso. En tu mente solo hay cabida para la llamada, la respuesta y la anticipación lujuriosa del ayuntamiento bestial.
-HEEEEEEEEENK.
-HAAAAAAAAANK.
-....
Es el Fin del ... decoro.
Sabía que había una palabra para el golpe de la Rata Cornuda a Tito, así que la he buscado.
Es la tercera acepción de Toba
~Final fuera de carta no sexualizado~
Apoya las manos en la pared más cercana y mueve los pies como si te resistieras a un avance imparable mientras lees las grietas que se han formado con el paso del tiempo y las humedades.
Poco te ha durado el alivio de ver a la inteligencia artificial de la armadura apagarse, pues la maquinaria pesada de Derribos Beger se está poniendo en marcha para derruir tu estadio mientras Aguztín Kinielaz se frota las manos con malicia.
—¡Noooo! —suena tu grito con ecos metálicos al ser proferido al exterior del traje.
Sacando fuerzas de flaqueza (lo más habitual en la raza skaven) avanzas a duras penas con la pesada armadura que ahora que no es manejada por la misteriosa voz parece mucho más lenta y chirriante, menos imponente. Una de las máquinas de demolición suelta un garrapato-bola enorme enganchado a una cadena, que cocha primero contra tí haciendote girar 1080º pero sin darte ningún punto de bonificación, que esto no es un historia del Tony Hawk Pro Skater. Tras pasar de largo, impacta contra las paredes del estadio derribándolas así como toda la zona de vestuarios. De entre el esqueleto del estadio se puede ver a uno de tus hijos sorprendido en el cagadero.
—¡Basta! —lloriqueas más que gritas, viendo cómo tus oligofrénicos sueños de ser alguien importante algún día se vienen abajo con el cemento de mala calidad.
Consigues plantarte delante de uno de los bulldozers y sujetarlo con los guanteletes de la armadura. ¡Ja! ¡Estás consiguiendo impedir su avance! Es sólo entonces cuando te das cuenta de que el orco a los mandos se pone las gafas de seguridad y arranca el motor, y tus pies se empiezan a mover hacia atrás, hundiéndose en la tierra anegada de los alrededores del estadio.
—No, no, no, no, noooooooooorrrggghhhh... —mascullas mientras el bulldozer te empuja al suelo y te pasa por encima— *cough cough* —al menos sigues vivo... hasta que llega la apisonadora que venía detrás.
Con estruendosos chirridos la armadura, y tú en su interior, se ve reducida a una compacta lámina azulada de una figura cuya pose recuerda a los antiguos grafos que se encuentran en las ciudades perdidas de Khemri.
Aguztín Kinielaz se acerca, curioso, y recoge la lámina del suelo.
—Esto va a quedar precioso en la pared de mi oficina —exclama fumando un puro.
Es el comienzo... de los vinilos decorativos.
Bueno. Pues, tal y como están las cosas, elijo la propuesta de Sabueso como primera opción (la que a estas alturas tiene que palmar igualmente): Abre el libro de cocina "Recetas con sangre" y lee la receta nº 15
¡Tito! Vete calentando que en seguida sales. XDD
Tu sangre negra como la noche más oscura hierve en tus venas mientras ves como la asquerosa cosa-verde de la casa de apuestas ordena que empiecen a derribar tu estadio. Con una simple orden desactivas la armadura, esta responde dividiéndose en centenares de pequeños trozos que se comprimen por arte de ciencia científica dentro del guantelete liberándote de su peso y volviendo a recuperar la agilidad característica de tu raza.
Loco por la rabia, corres hasta Aguztin y saltas sobre su cuello dispuesto a enseñarle cómo funcionan las cosas. El impacto derriba al goblin que cae al suelo bajo tu peso. Con solo bocado desgarras su cuello y tu boca se llena de deliciosa y caliente sangre verde. Kinielaz está acabado pronto morirá desangrado y todos los que se reúnen a vuestro alrededor lo saben.
La cuadrilla de operarios enanos, prácticos donde los haya, ven claro que quién debía pagarles no va a poder hacerlo y con un - Vamos chicos se acabó el trabajo aquí.- empiezan a recoger sus máquinas y herramientas.
Has acabado con el Juez Dredd, has acabado con Aguztin Kinielaz y has conservado el estadio de los Sesame Sewer Pals, todo ha salido tal y como lo había planificado un intelecto como el tuyo, ¿Qué más podría pedir un skaven?
La laringe de Kinielaz está a la vista, tan verde, tan sangrienta, tan cruda y apetitosa, con tantas burbujas que borbotean directas de sus pulmones. Te mereces un premio y qué mejor que laringe al punto. Otro mordisco y es tuya, dos más y la estás engullendo cuando se queda atravesada. No pasa, ni para delante ni para detrás, empiezas a asfixiarte, desesperado buscas alguien para que te practique la maniobra de herr heinlich, famoso cirujano barbero, pero la plaza ha quedado completamente vacía.
Tu piel adquiere el mismo tono violáceo azulado que ya tiene tu pelaje mientras recuerdas las palabras de la criadora que te alumbró durante los primeros días de tu vida.- Mastica con cuidado o te atragantaras, maldita rata de alcantarilla.
Ya es tarde para hacerlo, has estado cerca de tenerlo todo, pero la falta de oxígeno produce tu
-FIN-
Gracias Sabueso. Genial.
Y ahora ha llegado la hora del gran final... (redoble de tambores). ¡Tito! ¡Tú turno! ;)
Cierras el libro, algo decepcionado por los finales. Todos gustamos de finales felices, en los que los Skaven ganan y este grupo de finales ha sido... displicente.
El caso es que cierras con tanta fuerza que se sale una de las solapas y... ¡oh sorpresa! Ese forro roido que protege la integridad de las tapas tiene un final alternativo escrito. ¿Lo leemos?
Venga...
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Que fue lo que realmente pasó en la plaza, delante del estadio...
Te quitaste el casco. No por demostrar servilismo, que también, sino porque te impedía ver.
Caminaste hacia Agustín quinielas y la gente de la cuadrilla de enanos enarbolando un trozo de algo gris claro que encontraste con sospechosas manchas marrones. Al llegar a Agustín Kinielaz te arrodillaste ante el.
No por demostrar sumisión. Que también.
Es porque el golpazo que te había dado su Divina Kornudez te ha dejado los tendones rotulianos para el arrastre.
Le miras. Agustín te mira. Y como no tienes detrás a un maromo sacado de un equipo de Norses a punto de saltar sobre tu chepa para ofrecer a ese cretino una muerte rápida de un tajo en la garganta, pues buscas el plan B. Que suele ser el plan A en muchos casos. Servilismo.
- Aguztin... te traigo un regalo. Mira, lo llevo puesto.
- ¿Eza chapa azqueroza...? tengo montonez...
- Ziiii, pero no como ezta...
Apuntas a una de las excavadoras con el puño y aprietas. El puño escupe un terrible cañonazo de plomo y hace explotar la maquinaria, de la que solo queda el logo... CN Pases y Demoliciones.
Agustín parpadea asombrado.
- ¿De donde haz zacao eze cañonaco?
- ¿Y que maz da? Eztaba tirao quenora denaidie... Ademaz, ze de buena tinta que Hodrum lo buzca... Zeguro que lo revendes enzeguida.
- Y zi me lo daz... quedamoz en paz...
- ¿Y mi puñetera excavadora quien la paga? -gruñe el capataz de los enanos.
- Ya haremoz cuentaz tu y yo luego -le riñe Aguztin.
- Y le pongo zu nombre a mi rata ogro -añades a tu oferta- Y paze de temporada en placo VIP sin pulgas.
El enano se cruza de hombros, no parece muy convencido pero coge una piedrecita y desde no menos de 60 yardas, te la lanza y pega limpio en el botón que parpadeaba en tu pecho. La armadura se abre y sales con un suspiro de alivio.
- Buen tiro zeñor.
- CN. Espero ver una rata ogro que se llame asi la semana que viene. Aguztin, ese chapón vale más de lo que vale el estadio.
Aguztin te mira, mientras se rasca la barbilla, se encoge de hombros y se baja de su matón para estrechar tus garras.
- Que diabloz... Trato hecho. Eztamos en paz. Disfruta de tu eztadio. Y no te lo vuelvaz a jugar a lo tonto.
- Lo intentaré. Grazias, grazias...
- Y ya que estamos... ¿Que coño te ha pazao en el pelo Tituz?
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- Y esa es la razón, queridos niñoz, por la que el abuelo Titus tiene este zaludable tono azulado en su pelaje.
- Pues la mama dice que es porque te atiborrabas de bebidas energeticas radioactivas en tu epoca de jugador de Bloodbowl -dice tu nieto el mayor que es un insolente descarado.
- Los chicoz dicen que la rata cornuda no tajunta y te puzo eze color raroo -dice el pequeño, con la zarpa metida en la nariz.
- ¡Zabran ezooz! Tomaz, id a compraroz unaz golozinas. Y tomaz ezte billete y la traeiz al aguelo el Playbowl, que viene un ezpecial equipoz de Amazonaz... Con la foto clazica del equipo de las Valkirias Rumble al deznudo... ¡Pero no lo abraiz! ¡En una bolza marron o me lo quita vueztra madre!
- FIN -
Declaro que todos estos conocimientos son canon del Equipo Sesame Sewers Pals y de su entrenador.
:D