Partida Rol por web

Escuchó las explicaciones de Eris y no dijo nada, ya Viv había estado antes con ella y se preguntó así misma lo que sabía la hechicera para ir a plantearle esto a la diosa. No obstante al parecer no era el momento para conversar sobre ello, lo cual le dejó esa duda en su corazón y las palabras de la pelirroja más mella hicieron en la peliverde. Por ello es que decidió asentir a modo de aceptación y dejar pasar esto. Ya pillaría a Aranis solo. 

No le gustaban los secretos, en absoluto y si mañana pensaba reunirse con todos para responder a las preguntas del grupo, no lo veía mal. Aunque siempre quedará en la mente de Marianne, cuánto de aquello era cierto. Por ello es que le permitió ser revisada y luego se despidió de la mujer hablando poco o casi nada. La joven exploradora tenía demasiados interrogantes y no le había parecido bien lo escuchado. 

—Buenas noches, Eris. 

Sin más, abandonó la habitación con tal de ir por su lobo. Quería estar sola. 

La noche finalmente comenzó y la tranquilidad de la casa se hizo más que notable. Los integrantes de la familia durmieron con cada uno sus propias preocupaciones en su cabeza y para cuando las luces de un nuevo día empezaron a asomar por el horizonte empezasteis a despertaros con intención de iniciar un nuevo día.

Al llegar al comedor ya había algunas viandas y preparados sobre la mesa. Acababais de sentaros los cuatro cuando Aranis apareció y tras echar un vistazo a los presentes hablo.

—Parece que estamos todos.—Pronuncio bastante serio mientras os percatabais de que, pese a decir aquello, no había rastro de King.

El hombre se encamino hacia uno de los extremos de la mesa y tras dar un suspiro finalmente habló.

—Lamento informaros de que vuestro compañero King, ha decidido abandonar la familia.—Pronunció solemne sin sentarse.—Ayer, después de una pequeña charla, decidió tomar esa decisión. Aunque ni yo ni Eris entendemos los motivos reales de ello, después de hablar con ella me ha pedido que responda a cualquier pregunta que tengáis o cualquier recelo que sintáis, empezando por vuestras posibles dudas respecto al pasado de la familia Eris las cuales podrían ser motivo de recelo.

Tras un momento de silencio para que asimilarais sus palabras, volvió a hablar.

—Empezare explicando lo principal, Aunque muchos no lo saben, cuando el calabozo apareció tiempo atrás, hubo tres grandes bestias que escaparon de los pisos más profundos al exterior. Hace diez años, había dos grandes familias dirigidas por Zeus y Hera. Eran las mayores casas de la ciudad y tenían una gran cantidad de aventureros muy fuertes, consiguieron perseguir y derrotar a dos de esas bestias, pero la tercera… dio un golpe fatal a ambas familias. Y eso hizo que los cimientos de la sociedad de Orario temblaran.

—Sin las dos grandes familias de la ciudad se formó un grupo de familias de dioses malvados al cual se denominó Devilus, que aprovecharon la debilidad de la ciudad para hacer sus fechorías. Orario se volvió una ciudad turbulenta, en la cual no podías ir por la calle con seguridad y donde muchos temían por su vida.

Hizo una pausa mientras levantaba una mano pidiendo paciencia.

—Eris estuvo en la ciudad hace ya bastantes años. Tenía una familia de asalto al calabozo tal y como la que está intentando formar ahora y manteníamos una relación bastante buena con la familia Hera cuando ocurrió todo. Viendo como parte de la influencia que teníamos desapareció de un plumazo tras la desaparición de la familia Hera, muchos de los miembros de la familia se encontraron frustrados y muchos comenzaron a buscar fuentes alternativas de esa influencia.

El joven dio un pequeño suspiro.

—Más de la mitad de la familia Eris, siguiendo a Maelis, la capitana de nuestra familia, se unieron al Evilus a espaldas de nuestra diosa. El resto podéis imaginarlo, los pocos que aun teníamos algo de... integridad.—Pronuncio aquella palabra con cierto tono amargo.—Intentamos hacerles ver lo que estaban haciendo, pero sin ningún resultado final acabamos combatiendo. No fue hasta que la familia Loki, Ganesha y Freya tomaron cartas en el asunto que todo acabo, pero para entonces habíamos pasado de una familia de más de setenta personas a unos pocos.

—Aunque Eris no lo fuera, se la señalo como perteneciente de aquella congregación de dioses malvados, así que decidimos abandonar la ciudad para no enturbiar más los asuntos. Quizá el resto estaban demasiado devastados por lo que había ocurrido, pero fui el único que decidió seguir acompañando a Eris a un a fuera de Orario.

Finalmente e hizo el silencio y Aranis se quedó callado, como si esperara ver que tipo de respuesta generaría la historia en vosotros.

Tras las palabras de Aranis, de un brinco, me levanto para decir: 

Siento mucho la pesada carga que habéis sostenido. No sé lo que opinarán mis compañeros pero yo personalmente ya prometí hacer lo que nuestra diosa disponga para mi y eso no cambiará ni aun que tuviésemos a la ciudad entera en nuestra contra.

Miradas curiosas, espías de otras casas, acérrimos detractores... No importa tenga sus ojos puestos en nosotros, si al final se dan cuenta del valor que tenemos es cosa suya. La única mirada que a mi me importa está en esta casa y haré todo lo que pueda para que pueda sentirse orgullosa.

Una vez proclamado mi férrea devoción, y con las miradas puestas en mi, comienzo a ponerme rojo por, quizás, haber sonado demasiado apasionado y cursi. Unos incómodos segundos después me siento raudo de nuevo intentando contenerme.

Fui la última en aparecer, completamente despeinada, bostezando, trayendo a Vilfain de la manito. Me había puesto como pude el vestido, estando medio dormida, para bajar a donde nos llamaron. Espero poder conseguirme un camisón o una bata cuando salgamos hoy de compras, es muy incómodo tener sólo una prenda de vestir.
—Ños ñíaaas... —saludo, restregándome los ojos con el puño—. Ah... ¡Ah! ¿Y eso?
La noticia de King me espabila, aunque no tan del todo, sólo hasta que me siento a la mesa y apoyo los brazos en la superficie para que hagan de almohada.
—¿Por qué se fue? ¿Qué pasa con la falna de alguen que abandona? ¿Estará bien?
Después de preguntar esas cosas, caigo dormida de nuevo.

Logré escuchar a medias lo que explicaba Aranis. Por suerte tuve una pequeña charla con Eris anoche y eso me ayudó a terminar de comprender la historia. Me siento horrible por haber pensado mal de ella.

Al ratito, Vilfain me acerca una taza de café, que acepto con una gran sonrisa.

—Gracias, hermoso.
Y me ayuda bastante a terminar de abrir los ojos. Pillo por allí alguna galleta de avena y cosas livianas, nunca tengo mucha hambre por la mañana.
—Tranquilo, Aranito —le digo, ahora ya siendo completamente persona—. Prometí serle fiel a Eris y ayudarla en todo lo que necesite. Pueden ustedes dos contar conmigo. Además, Vilfi y yo te agradecemos muchísimo todo lo que hiciste por él ayer, no tengo palabras, de verdad. ¡Mira, si está en la mesa con nosotros!

El pequeñín mira a Aranis, todavía masticando su galleta y con la boca llena de migajas. Le esboza una sonrisilla tímida, pero sinceramente alegre.
No puedo evitar estrujarlo con un abrazo bien grande, para después limpiarlo con una servilleta y que pueda beber su leche con chocolate.
—Pasando a un tema más alegre, ¿hay buenos sastres por aquí? Yo... em... siempre tengo problemas para conseguir cosas a medida y suelo tener que mandarlas a hacer especialmente. Tengo miedo de que cueste caro, pero dado lo bien que nos fue ayer, no creo que eso sea un lío en el futuro. Espero.

Tras escuchar toda la historia, asintió por momentos con un gesto amigable pero no esbozó palabra en ningún momento. Marianne no era ese tipo de persona que depositaba su fe ciega en el otro y necesitaba escuchar más voces en esta historia, más aún considerando que Viv había tenido su charla con Eris. No obstante lo dejó pasar y se mantuvo atenta a las reacciones de los demás porque al fin de cuentas les tocaba a ellos redimir a esta familia. 

—Está bien...

Fueron dos palabras vagas, incluso puso los ojos en blanco cuando su compañera pensó en comprarse ropa tras haber obtenido un poco de dinero ayer. 

—Espera a ver como nos va hoy—comentó un tanto seria—. ¿Cuándo regresamos?

La noticia de la partida de King fue inesperada, pero tampoco demasiado extraño si uno se paraba a pensar en su personalidad y las ganas de enfrentarse a todo ser viviente, tal vez simplemente buscaba ir por su cuenta y no le parecería raro encontrarse al salvaje desafiando solo al laberinto en alguna de sus incursiones…

El guerrero permaneció en silencio mientras Aranis relataba la historia, acomodando la información y desayunando, sopesaba todo lo que suponía para el mismo aquello,  aunque al final, no había demasiado a lo que dar vueltas..

-Un par de espectadores que nos odian no cambian mis objetivos. No necesito que otros me digan que debo pensar de Eris o de ti, si quiero repudiaros la haré cuando me deis razones para ello.-Lance había dejado claro que le importaba poco como otros etiquetaran a su diosa, tenía pensamiento propio para sacar sus propias conclusiones y nada le incitaba a largarse de aquella familia, al menos de momento.

-Hoy será mejor que descansemos y consigáis lo que necesitéis sin pasaros con el precio, tal como dijimos ayer. Mañana volvamos al laberinto y veamos como funcionamos sin King.- Respondió a la peliverde-.Aunque si alguno cambia de opinión sobre lo de bajar que me avise, no queremos que nadie acabe como el garrote de un goblin y perder otro miembro del equipo- Un comentario de mal gusto sobre las aventureras del día anterior, pero no por ello falto de razón.- Ahora si hemos acabado, Aranis me debe unas rondas.

Aranis asintió ante las palabras de Gerda y espero la respuesta de todos vosotros.

—Si, si Orario se caracteriza por algo es por poder encontrar de todo. Aparte de las familias como la nuestra, que se dedican a explorar el calabozo, también hay familias de artesanos y tienen sus propios prodigios entre sus filas. Aunque sus precios son bastante elevados.

—La mejor opción es buscar a algún miembro de familia que al igual que vosotros este creciendo. Sus creaciones serán más baratas ya que para el también son parte de su aprendizaje.—Explico Aranis a la elfa.— No tendrán la misma calidad, pero posiblemente serán mejores que lo que se obtenga fuera de la ciudad.

Cuando Lance, el ultimo en hablar expreso sus pensamientos sonrío, pero levanto una mano para pedir paciencia por el momento.

—Antes de concederte esas rondas de entrenamiento, hay otro asunto a tratar.—Dijo mientras ahora si se sentaba en la silla y entrelazaba las manos.—Explico. Habitualmente subir de nivel la falna que otorgan los dioses suele ser difícil.  Costando como mínimo un mes y en los casos más excepcionales varias semanas. Esto depende de las vivencias previas antes de obtenerla. Y cabe decir, que hay muchas personas que incluso no consiguen subir de nivel, quedan estancados en el estado en el que están.

Os miro a todos durante un momento más antes de volver a hablar.

—Ayer a la noche estuve hablando con Eris. Hay algunos de vosotros que parece que ya habéis roto esa primera barrera en un solo día. Quiero saber vuestra opinión sobre comunicar esta información al gremio.—Dijo lentamente mientras os miraba.—Antes de que me preguntéis el por qué, hay dos razones principales.

—La primera es que, si bien Eris y yo esperábamos un progreso rápido, habéis superado las expectativas con creces. Anunciar una subida de nivel en un solo día seria centrar todas las miradas en nosotros. Tanto para bien como para mal. Bien podría hacer que artesanos interesados en esa rápida progresión quieran tener contratos exclusivos de equipo con vosotros, pero también llamara el recelo de otros, la envidia y los problemas.

—Por otro lado están los impuestos del gremio. A mayor nivel medio tengan los aventureros de una familia, los impuestos a tributar son mayores e incluso se requerirán informes de exploración de la mazmorra a pisos cada vez más profundos. Esto os forzaría a un avance más apresurado sin que podáis acostumbraros a estar allí abajo. Por el momento, sin contar lo que hayáis conseguido o vayáis a conseguir, tenemos ahorros para este mes… siempre y cuando no hagamos pública esta subida antes.

—Tras hablarlo con Eris, decidió que se tomara la decisión entre todos. Creo que mi opinión es clara, pero dado que actualmente no pertenezco como miembro a la familia por estas mismas razones, no tomare voz y voto. Dependerá exclusivamente de vosotros.

Agacho la cabeza al dar Aranis la importante noticia, sin duda suena a que es un hito increíble por parte de mis compañeros y que podría suponer un aporte de valor a la casa Eris. Sin embargo, los logros de mis compañeros me hacen sentir insignificante. Como con mis hermanas, de nuevo, me quedo atrás y soy superado por todos a mi alrededor. "Soy débil. ¿Seré un estorbo?" 

Yo quería darlo todo para aquella que ha confiado en mi para ser integrante de su casa y siento que ya la he fallado. "Si no fuera así ¿Por qué revelarlo delante de todos?. ¿Para que nos esforcemos más el resto, para hacernos ver que no hemos hecho lo suficiente o simplemente para que veamos que no somos lo suficiente fuertes como para aportar lo mismo unos y otros...? ¿Acaso no me he esforzado igual?"

Cabizbajo y pensativo doy un suspiro que se escucha claramente en el silencio que el planteamiento de Aranis ha expuesto. Después, miro a mis compañeros y digo: No me siento intimidado por ninguno de los lados de la balanza por lo que apoyaré la decisión de la mayoría, pero me abstendré de aportar mi opinión a una situación en la que, como Aranis, aun que por distintos motivos, creo que no debería tener participación. Trago saliva para intentar ocultar mi frustración y, cambiando mi expresión para parecer más alegre añado: Pero eso no significa que me vayáis a dejar atrás eh. Pienso alcanzaros en la próxima bajada ¡QUE LO SEPÁIS¡ Termino con una sonrisa mirando a todos mis compañeros expectante a como se desarrolle esta reunión.

Quizás es solo una brabuconada decir eso último, pero mi intento de ser jocoso al menos quitará algo de tensión de las posibles dudas que están ocupando mi mente (y quizás la de algún otro).

—¿Quienes se han superado?—preguntó curiosa. 

Primero quería saber cuántos del grupo lo habían logrado, obviamente por si ella estaba incluida aunque lo dudaba. De todos modos el asunto era complejo porque anunciar esto implicaría desde la mirada de Marianne, que surja una disparidad incómoda. No todos lo habían logrado, eso significa que pudieran sentirse menos. 

Por esa razón es que emitió su opinión de todos modos. 

—Prefiero que se oculte hasta que todos estemos igualados. 

No dió razones de ello, aunque con su frase ya estaba dejando claro el motivo. Luego se mantuvo expectante para ver qué decían los demás, por regla la peliverde no tenía mucha voz en el grupo, generalmente se hacía lo que decían algunos y no todos. Por ello es que prefirió aguardar silencio para escuchar a Lance y Viv. 

Tras escuchar a Aranis, dejo de mimar a Vilfain para ponerme un poco más seria, si bien aún con sueño. Aún me cuesta levantar los párpados.
—Aquí, primero que nada, sería necesario saber, comprender, que nadie es más que nadie. Por más que algunos evolucionen más velozmente que otros, todos valemos lo mismo como personas, con nuestras fortalezas y debilidades, y entre todos nos ayudaremos a salir adelante. Nadie se va a quedar atrás, este camino lo recorreremos todos lado a lado.
Los miro uno por uno, a los ojos, pero mi cara de dormida no me ayuda.
—Sepan que pueden contar conmigo para lo que sea —continúo—. Opino que es más sabio no decir nada y esperar al momento oportuno, si nos cuidamos, nadie tiene por qué enterarse y entonces no se nos impondrán complicaciones demasiado antes de tiempo. Me gustan los inicios lentos, aprender, experimentar, descubrir. Si todo se vuelve demasiado rápido, es tal como dice Aranito, nos vamos a abrumar. Tomémoslo con calma, ¿sí?

Agacho un poco la cabeza, sonriendo con timidez.
—Digo, aunque no se note por mi aspecto, prefiero ir de perfil bajo además. No quisiera que estemos en boca de todos cuando ni aún hemos probado el quinto piso—. Y bajo más la mirada, con el pelo cayéndome por encima de los hombros, hacia adelante—. Puedo soportar miradas feas y comentarios dañinos, sí, pero, em, preferiría no tener que hacerlo, por supuesto, al igual que cualquiera de nosotros, me parece.
Finalizo la frase bajando cada vez más la voz, hasta acabar en un murmullo y luego guardar silencio.

El guerrero estaba confuso, nadie le había informado de ninguna subida de nivel, y claramente él no se sentía identificado o al menos, al igual que cuando había recibido su falna, no se sentía especialmente más fuerte.

El mero echo de subir de nivel en un día era absurdo por lo que había escuchado, parecía tan irreal hacía que uno dejase atrás la frustración de no ser el primero y se centrase más en el cómo diablos había ocurrido. Incluso si ignoraba esa parte, parecía que además de miradas envidiosas había multas y responsabilidades por ser demasiado fuerte…Aquella mañana estaba teniendo demasiado que digerir.

-Demasiada mierda para pensar en la mañana…reduciéndolo es un problema de dinero, si dependiera de mi pospondría el anuncio un poco, pero si hubiera batido el mejor tiempo me jodería no llevarme el mérito por ello, al menos lo anunciaría en una fecha que siguiera ganando al que ostenta el record…Asique ¿Quienes son los afortunados?

Aranis sonrio un momento ante las palabras de Gerda antes de hablar.

—Esa no es la actitud correcta Gerda. Por lo que me dijo Eris, despues de la sorpresa inicial no os comentó quienes habiais subido... No es bueno que sin saber quienes fueron asumas que tu no subiste. Los regalos de los dioses son caprichosos y esa misma clase de pensamientos pueden ser los que frenen tus posibilidades.

Era evidente que Aranis estaba en cierto punto reprochando aquel pensamiento de inferioridad que habia espresado. Sin haber dicho nada, el enano ya pensaba que ra de los que se habian quedado atras.

Fincalmente dio un suspiro antes de responder.

—Vivienne y Lance son los que han pasado la barrera, aunque por lo que me comento,—Dice girando su mirada a Marianne y Gerda.— vuestras estadisticas habian subido enormemente, no duda que los alcanzariais en poco tiempo.
A la opinion de Lance siguio un asentimiento del compañero de la diosa mientras se levantaba.

—La idea era anunciarlo a comienzos del mes que viene. Lo suficiente para que durante este mes no haya problemas.—Miro a todo el grupo entonces.—Supondre entonces que todos estais de acuerdo en que, hasta entonces, esta conversacion no ha ocurrido y nadie ha subido de nivel.

—Ahora...—Miro a Lance durante un momento.—Creo que si puede empezar ese entrenamiento podeis uniros quien querais claro, aunque mientras ocurre me gustaria que me contaras todo acerca de lo que ocurrio durante vuestra incursion. Incluso siendo Eris la diosa de la discordia y con ese poder de atraer la atencion no deseada, es increible subir en un solo dia... A no ser que vuestras viviencias anteriores fueran realmente dificiles, y pareceis demasiado jovenes para eso.

El hombre habia vuelto a borrar el rostro serio de hace unos momento para tener el afable con el que le habiais conocido. Parecia esperar ver cuales eran los planes de cada uno de vosotros y si alguno mas se unia a la practica fisica que habia sido solicitada por Lance.

De alguna manera no le cayó bien todo aquello, más que nada porque Viv se lo había pasado arriesgando su propia vida en todo momento y el resto en más de una ocasión le había salvado el pellejo. No le restaba virtud a la hechicera, ella era poderosa, pero no logró entender la joven exploradora como se abría esa brecha entre ellos. ¿Qué la hizo tan diferente a aquellos dos? Más que nada porque estuvo en combate durante todo el rato y ningún rasguño había recibido, siempre supo cuidarse en todo momento. 

Cabizbaja y sin ganas de conversar con nadie, abandonó la sala un tanto decepcionada. Más consigo misma, no le apetecía contar las vivencias, en realidad no quería hablar con esta gente porque su intuición le decía que algo no iba bien y quizás la mujer que se encontró anoche, le sembró la duda. Por ello es que acompañada de su lobo, se fue a los exteriores para compartir tiempo con él. Era lo mejor. 

La reprimenda de Aranis me hizo sentir otra vez decaído. "¿Me he acostumbrado tanto a ser el que se queda atrás que ahora ya lo doy por asumido?" Quizás Aranis tenga razón y eso sea lo que me ha frenado. Si tan solo una pequeña parte de mi tenía un pensamiento de que era posible, ese pensamiento podría ser un ancla que refrenara mis esfuerzos. Tengo que librarme de toda duda y dar el 100% absoluto si quiero hacer que esta familia se sienta orgullosa de mi. 

La salida tan apresurada de Marianne de la habitación me pilló desprevenido. Era la única allí que podía sentir lo mismo que yo y debíamos apoyarnos si queríamos mantenernos fuertes y no caer en los pensamientos negativos (como el de ser un lastre). Sin embargo, en vez de seguirla, quedé a la espera de que Lance y Aranis fueran al entrenamiento para seguirles y estar pendiente de curar las posibles heridas que se causasen. Además... tengo algo de interés por escuchar la versión de Lance de lo que ha sucedido, quizás aprenda la diferencia que ha separado nuestras acciones, quizás hay algo que yo pasé por alto...

Contra sus propios pensamientos resultaba que si era uno de los afortunados, lo cual desembocaba en una mezcla de orgullo y decepción. Habría esperado que cuando llegara el momento pudiese fardar de aquella subida, decir que se había retado a si mismo llevándose al limite. Subir en un día era un reconocimiento a su esfuerzo y la fuerza que había construido sin duda, pero…

-Supongo que soy jodidamente genial…pero sigue siendo tan anticlimático que cuesta disfrutarlo.- Rascándose la nuca observó a la peliverde irse, aunque ayer parecía querer hablar con el, ahora parecía necesitar su tiempo a solas para asimilar toda la información de la mañana, y si estaba molesta por no romper la barrera tal vez no quisiese verle mucho.

La mañana sin duda había empezado fuerte y había mucha información nueva, pero no era momento de quedarse quieto, no es como si fuera a detenerse en subir un nivel, o como si no esperara dificultades en su camino, tocaba seguir moviendose hacia delante.

-No sé si la historia de cómo hemos matado goblins y kobolds puede resolver el misterio, pero si tanto quieres oír que tan bueno soy te haré el favor- Recuperando la sonrisa arrogante y dejando atrás el momento seriedad, Lance siguió a Aranis dispuesto a ver de lo que era capaz.

La noticia de Aranis me puso muy colorada, aunque ya supiera desde ayer lo mío. Fue más por el hecho de que no todos avanzamos por igual, pese al montón que nos esforzamos. No es nada justo. No quiero que nadie esté triste, nadie se lo merece.
—Mari, no...
Estiro una mano con timidez mientras se está alejando, pero no digo nada más. Me parece que no saldremos juntas a pasear hoy y eso me pone más triste. Pero no, no debo ser egoísta, debe sentirse muy mal y querer estar a solas.
—Todos somos geniales —respondo a Lance, con el ceño un poco fruncido y los ojos humedecidos—. Tonto. ¡Todos todos! ¡Muy jodidosamente genialisísimos! ¡Somos el mejor equipo!
Sin darme cuenta me había levantado de la silla, golpeando la mesa con las manos. Y me vuelvo a sentar.
—Perdón.

Pensé que saldríamos más pronto que tarde a recorrer la ciudad, pero este nuevo ambiente me deja abrumada y sin saber qué hacer. Sólo puedo dedicarle una miradita triste a Vilfain, confiando en que su sonrisita hermosa me de algo de ánimos.

—Son todos muy buenos y los admiro mucho, de verdad.

Marchando Marianne por su lado y Aranis junto con Lance y Gerda, te quedaste un momento en silencio en el comedor  con Vilfain a tu lado el cual terminaba lentamente de comer con cuidado.

El pequeño se había alterado un poco al igual que tu, incluso había tirado del lateral de tu ropa para llamar tu atención cuando habías acabado levantada, peor ahora parecía estar más tranquilo. Viéndole, incluso podrías pensar que la enfermedad que le afectaba no existía.

Tras terminar de desayunar finalmente decidiste ir a comprar como tenías pensado y que mejor que junto a Vilfain para explorar la ciudad. Las puertas hacia el exterior se abrieron y te situaste en la casa, el sol empezaba a aparecer por encima de los edificios más bajos y aunque aún hacia algo de fresco era agradable notar como los rayos de sol calentaban tu piel.

Eras libre de tomar la dirección que gustases.

Decepcionada a la par de confundida y recelosa acerca de aquella nueva familia de la que habías empezado a formar parte, saliste al exterior de la casa de la familia mientras Nieve acompañaba tus pasos. Como si identificara lo que pasaba por tu cabeza, el can avanzaba junto a ti con paso tranquilo pero mirando a los alrededores alerta, quizá porque notaba tu intranquilidad.

El sol empezaba a aparecer por encima de los edificios más bajos y aunque aún hacia algo de fresco era agradable notar como los rayos de sol calentaban tu piel. Eras libre de tomar la dirección que gustases.

Decidida a estar un poco lejos de aquellas personas, instó a Nieve para abandonar el lugar con la clara intención de recorrer las calles. No se sentía parte del grupo, no sólo porque sintió que había cierta preferencia en el grupo y no quería sentirse menos que nadie. De esta manera es que Marianne eligió recorrer las calles de los alrededores, conocer un poco más y pensar porque no estaba cómoda allí. 

Asi, dos de vosotros acompañando a Aranis os encaminasteis hacia la sala de entrenamiento. era una sala amplia con paredes acolchadas y con algunos distribuidores de armas de madera en uno de los laterales. En el suelo, sin colgar, tambien habia algunas dianas de paja con aspecto de haber pasado tiempos mejores.

—Por lo habitual, para pasar de un nivel a otro suele requerirse realizar algo especifico, y no siempre es lo mismo. Una criatura mas fuerte de lo que te correspondia, una accion realmente dificil, una decision realmente dura... Ya me entendeis.—Explico el hombre mientras tomaba una espada corta de madera del espositor.— Y puede ser cualquier cosa. Hay incluso aventureros que rompieron la barrera con una partida de cartas en la cual tuvieron una suerte inedita.

—A veces esas acciones son dificiles de averiguar pues incluso cuando las vives, puede ocurrir que no rompas esa barrera en el momento si no cuando tus estadisticas y experiencias hayan avanzado mas.—Miro un momento a Gerda mientras se posicionaba en el centro de la sala.—Es decir, posiblemente todo el grupo habeis roto esa barrera del primer nivel, pero aun os falta algo de experiencia. El que hayais subido en un dia, acorta mucho el lapso de tiempo, no deberia ser dificil averiguar que fue lo que os hizo superar la barrera.

Aranis se coloco en posicion con la espada levantada esperando a Lance.

—Veamos como te manejas entonces. Ataca sin miedo.