Partida Rol por web

- Tranquila Lurzka... - La mujer de pelo corto se interpuso entre la mestiza y Alderic. Posó su mano sobre el brazo de la semitrasgoide y hizo resbalar su mano hasta la muñeca de ésta. Fue entonces cuando Lurzka relajó su posición de guardia y posó el mango de su hacha sobre el suelo.

- Mi nombre es Murron, Murron Dra... - Se presentó entonces la soldado y se acercó para estrechar la mano de Alderic. - Gracias por lo que ha hecho, señor. No lo hubiéramos logrado sin su colaboración. Y gracias por la oferta curativa. Nos vendrá muy bien. - Lanzó entonces una mirada hacia atrás. La mestiza la miraba con el ceño fruncido y los labios apretados. La chica rubia se aguantaba la herida dolorida. - Y ella es... - Fue de pronto interrumpida.

- Mi nombre es Thyga Redfrid. - Intervino entonces la chica rubia quien, no sin dificultad, se acercó hasta donde Alderic se encontraba y le ofreció la mano. - Soy infanta del reino, hija del rey Klodar IV de Ultar. - Confesó con voz solemne. Fue entonces cuando las miradas de las dos últimas guardaespaldas con vida de aquella muchacha se unieron y acto seguido se clavaron sobre su protegida con notoria incredulidad. - Cuarta heredera de la corona. - Añadió para más datos. - Hace unas semanas partimos de Lurbier, capital del reino en misión diplomática hacia Umnia. - Confesó con aparente sinceridad. - Se trata de una misión urgente y de vital importancia. Debemos evitar una guerra entre el Imperio y Ultar. Sólo de esa forma se evitarán muchas muertes innecesarias. - Tosió y una arcada le provocó vómitos de sangre. - Perdón... - Dijo al alzar la cabeza. Estaba blanca, parecía a punto de desmayarse. Y entonces se desplomó hacia los brazos de Alderic.

Alderic estaba a punto de responder a Lurzka, había dicho - Alderic - y llegó a asentir apenas cuando la muchacha de pelo corto intervino. Le dió la mano y a punto estuvo de decirle que quizá si el no hubiera intervenido las cosas no se habrían precipitado cuando habló la rubia.

Lurza había sido cautelosa, y Alderic la entendía, Murron había sido confiada pero educada, quizá un par de años de experiencia le enseñarían un par de lecciones. Thyga... Thyga no solo estaba siendo confiada, estaba revelando lo que a todas luces era un secreto. En otros tiempos Alderic hubiera ignorado todo, pero ahora ayudarla tenía prioridad. Le dió la mano, y a punto estaba de pedirle que dejase de dar información cuando se derrumbó en sus brazos, escupiendo sangre.

- Maldición, necesitamos llegar con Guideon lo antes posible - miró a sus compañeras provisionales - Murron, si puedes cargar a Thyga hazlo, si no hazlo tu Lurza. De los tres soy el que está en más condiciones para luchar. Ya habrá tiempo para presentaciones cuando lleguemos al "Marques".