Partida Rol por web

De barro estamos hechos...

Eva_Sueños

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14/11/2010, 05:57
Director

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15/11/2010, 03:29
Director

Se oyó un golpe sordo cerca tuya. Al mirar, descubriste que era una espiral con colores del arcoiris que te perseguía. Sin embargo, no podías caminar. Esa vorágine sabías que te alcanzaría de un momento a otro pero estabas clavada en el suelo como si te hubieran pegado a esa colcha de tableros de ajedrez.

Empezaste a llorar y cuando limpiaste las lágrimas, toda tu mano estaba cubierta de sangre, toda teñida de color carmesí. Entonces el miedo real se apoderó de ti. ¿Que te sucedía?

De rodillas intentabas escapar de ese mundo que se abatía sobre tí. De repente, como si fueran cuerdas de una guitarra, las rayas negras de la colcha se tensaron y caminabas por una serie de hilos delgados hasta la infinidad, parándote en unos puntos blandos que hacían que te hundieses.

Una melodía triste, de tercetos, sonaba monótona y repetitiva aumentando un tono en cada uno que pasaba. Pronto comenzaría a resultar insoportable. Tienes que seguir corriendo, con el cabello al viento y sin mirar atrás. Hasta que al final de las líneas, no había más que un símbolo de repetir.... El camino acababa y no podias quedarte estática en ese lugar, te resbalabas...caias, oscuridad....

 

 

Sobresaltada te despertaste. Tenías el corazón acelerado y el pijama pegado a la espalda sudada. Era la tercera noche que te despertabas de la misma manera. Con una pesadilla. Además, era una pesadilla recurrente, siempre la misma.

Esperabas que esta noche todo terminase. Por la tarde era el recital de piano en el conservatorio. Te había traído de cabeza la digitalización de la mano derecha y eso que deberías haberlo solucionado hace unos meses. Nunca había sido tu problema colocar los dedos para las piezas, mas esta era inusitadamente difícil. Ni siquiera estaba metida dentro de los estudios superiores, pero tu profesora te había pedido que la tocases.

El reloj digital de la mesilla marcaba sus números en rojo. Eran las 6:33 de la madrugada. En menos de una hora tendrías que levantarte a practicar. Habías decidido no ir a clase para ensayar la actuación. Nunca lo pasaste bien siendo el centro de atención y sin prueba no hay aprobado. Es tu examen final para acceder a la carrera.

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16/11/2010, 15:55
Eva

 Al principio, tocar el piano había sido un desahogo para mi, un hobby, algo con lo que descansar y meterme en mi propio mundo ... pero desde hacia unos meses, era una autentica pesadilla.

 Mi padre había decidido meterme en un conservatorio hacía unos años ... al principio, había sido una gran alegría para mi, porque iba a poder disfrutar de algo que me apasionaba, pero últimamente, no estaba tan feliz, y en los últimos días, pensaba que iba a enloquecer.

 El mismo sueño, cada noche ... pero quizás hoy acabara todo.

 Aún, agitada, me levante de la cama, lo que mejor podía hacer era ir al baño, darme una ducha, relajarme, des ayunar y ponerme a ello, estaba segura de que iba a conseguirlo, nunca me había faltado esfuerzo ni ganas de trabajar, lo daba todo al 100 % aunque la gente no siempre supiera apreciarlo, hoy, todas aquellas personas que dudaban de mi, callarían sus bocas y apreciarían mi trabajo, todas me felicitarían, todas reconocerían mi talento ... eso esperaba, esperaba que mi padre pudiera venir ... que no faltara a algo que era tan importante para mi.

Después de ducharme y desayunar, cuando pensé que estaba preparada, me acerqué al piano que tenía en el salón ... lo miré desde la distancia, hacía tiempo, era mi amigo y aliado ... ahora, casi era un enemigo, ¿y si no lo conseguía? ¿y si fallaba? ... no, no podía fallar, no podía decepcionar a la gente que esperaba ver en mi un futuro prometedor, si es que alguien esperaba eso.

Me senté en la banqueta y mire las pulidas teclas blancas y negras ... sin si quiera tocarlas, ya oía su sonido, reconocía cada tecla, sabía que cantaba cada una, sabía como componer, como hacer que sonaran ... y sin embargo, estaba aterrada...

 

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16/11/2010, 16:05
Director

La pesadilla te había dejado trémula y apenas el agua caliente del baño había hecho poco para mejorar tu estado.

Todavía recordabas en tu mente, esa espiral de negrura y color, esa vorágine. ¿Creías en los sueños? En el instituto estabais estudiando a un tal Freud. En filosofía. De hecho hacía poco más de tres semanas que habías dado esa lección y poco menos de una que soñabas con esto.

Tus dedos se deslizaron solos por el piano. Era la rutina de mas de ocho años de práctica. Se movían con vida propia sobre el marfil de las teclas. Eran ágiles y sueltos como gamos, recorriendo por entre las notas y los pentagramas casi sin mirarlos.

A tus oidos llegaba una música de altos que en las noches de soledad te consolaba. Era una melodía triste y continuada, de estilo romanza y en compás seis por ocho que le daba una vigorosidad a la pieza.

Tus padres estaban acostumbrados a estos arrebatos de melancolía que te daban. Apenas debían ser las siete de la mañana o siete y media. Por suerte, insonorizaron el salón hace cinco años.

Al terminar de tocar, te quedaste laxa sobre el piano.

Notas de juego

Estaba terminándotelo, pero no se me pega bien la canción. Te dejo el link por si acaso

 

http://www.goear.com/listen/4cb3bc0/bea-la-sombra-del-viento-carlos-ruiz-zafon

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16/11/2010, 16:14
Eva

 Escuchaba la música a la perfección, pero mi mente parecía estar en otro lado, por mucho que quisiera concentrarme en ello, mis dedos volaban solos sobre las teclas, pero mi mente volvía una y otra vez a aquel suelo, porque, porque soñaba eso una y otra vez, nunca me había pasado, ¿tenía un significado?.

Mucha gente creía en esas cosas, yo no es que no creyese, pero ... solo quería volver a dormir bien, solo quería volver a no sentirme insegura ni temerosa por como me saldrían las cosas.

Respiré profundamente tratando de volver a concentrarme plenamente en la melodía, me gustaba aquella canción, pero sentía que no era mía. Era una melodía hermosa pero ... no me sentía ligada a ella, ¿por eso mis sueños? ¿por eso mi agobio? 

No detenía de mover mis dedos sobre las teclas, cuando tocaba el piano, yo era el piano, la melodía, las teclas, éramos uno solo ... y aunque desde fuera parecía que dominaba la canción, en según que compases, aún tenía que pensar donde colocar los dedos, de ahí mi temor, ¿y si confundía un compás con otro? o me adelantaba?

Tocaría toda la tarde, todo el tiempo hasta que sintiera que por fin, esa melodía era parte de mi. Gire la cabeza y mire mi reflejo en el espejo. Había pedido a mi padre que me colocase uno frente al piano, para poder verme, para poder saber como me veían los demás cuando me tocaba.

Pero no veía nada mas que a mi, mirándome sin sentimientos en los ojos. Me sentía ... triste, aunque sabía que no tenía porque.

Desee que la imagen del espejo, mi reflejo, saliera y me abrazara, me consolara y me dijera que todo iba a salir bien, que era buena en lo mío y que no iba a fallar. Pero mi mente no tenía suficientemente poder como para decírmelo a mi misma y dudaba que mi reflejo me trasmitiera algo.

Cuando quise darme cuenta, había parado de tocar.

Enfadada conmigo misma por mi despiste, volví a comenzar.

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16/11/2010, 16:22
Director

Al terminar, reconfortada te pusiste con la pieza que ibas a exponer, algo duro y difícil que te quitaba el ánimo. Ni siquiera era algo conocido. Al menos no por tí y habías hecho muchos años de Historia musical.

Demasiadas fusas en el papel pautado, te estaban mareando a pesar de que te sabías de memoria la composición de compases, la digitalización que te había dado problemas y ... todo en sí.

 

El despertador de tu padre pitó justo a las ocho menos cuarto, como todas las jornadas. Se levantó y la actividad del día comenzaba a resurgir. Las calles se habían poblado hace más de media hora larga, pero tu eso no te habías percatado por la concentración. La imagen que te devolvía el espejo, era la de una muchacha cansada y triste.

Con un acorde estridente y disonante, bajaste la tapa. Casi que preferías ir a clase. Casi.

 

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17/11/2010, 14:36
Eva

 Fui al baño a humedecerme la cara. Me sentía mal, casi con ansiedad, no me salía, yo sabía que algo fallaba, pero ir a clase no iba a ayudarme, ¿que estaba haciendo mal? la partitura me la sabía, me sabía las notas, los sonidos, donde colocar los dedos, el tiempo ... y sin embargo, no era perfecto, algo estaba saliendo mal.

Mi padre se levantó, como siempre a la misma hora. Ahora me preguntaría si ya estaba todo perfecto, que esta tarde debía ser la mejor, que no podía fallar ... pero nunca me daba apollo, ni animos, ni me decía que todo iba a salir bien o que no me preocupara ... ¿porque me torturaba? porque no podía abrazarme como un padre normal y darme tranquilidad ... sinceramente, no tenía ganas de verle, pero no era una mala hija, desayunaría con el, aguantaría sus palabras y cuando se fuera, volvería a practicar.

Camine hacia la cocina para prepararle el café y un par de tostadas. Trate de poner buena cara y mostrar que todo iba bien.