El señor Anderson llega al aeropuerto de Japón tras recibir una llamada de su antiguo jefe y camarada, el detective L.
Tras bajar del avión y recoger las maletas, le suena el teléfono móvil.
Robert coje el teléfono.
¿Quién será ahora?
El señor Anderson olle una voz distorsionada al otro lado del teléfono.
Hola señor Anderson. Esperaba su llegada a Japón. Se preguntara como he averiguado que ya habia llegado. Digamos que tengo contactos en el aeropuerto.-decia la voz, sin dejar tiempo al señor Anderson a hablar.
También se preguntara con quien está hablando, ¿Cierto? ¿O no es así? Le daré una pista; usted trabajó conmigo en un pasado.
Robert se va a una esquina, donde nadie le pudiese escuchar
No....
¿L? ¿Verdad? suponía Robert
¿Qué tienes en mente y que quieres de mi?
¿Que tengo en mente? Mmm...-L titubeó un momento-Eso es algo que aún no puedo decirle, señor Anderson, pero si le diré que no dudaba de su capacidad. Me gustaria que trabajase para mi, por segunda vez.
No diré que no a esa oferta, L.
¿Dondé y cuando? preguntó directo.
Bien, siempre directo al grano señor Anderson. Watari se reunirá con usted a las 4:45 de la tarde, en el centro de Tokio-le decia al señor Anderson por el móvil.
Lo pongo en horario español, porque no se que hora seria en Japón...
Si eso es todo, un saludo. cuelga el móvil.
Bien pues, me dirigiré al centro de Tokio ya mismo, así le doi un repaso a la ciudad.
Robert coje sus maletas y se dirige al centro de Tokio.
Nueva escena.
Que jodido que Shimako se vaya a cargar a Misa, ¿no?