Partida Rol por web

-¿No nos considerarán su presa? -pregunta Marcus sin esperar respuesta mientras monta inseguro a la bestia.
No le hacía ninguna gracia subirse a lomos de un depredador con el que no estuviese familiarizado.

Los deseos por finalizar el viaje aumentaron en Marcus. Solo quería llegar a su hogar y terminar con este contratiempo.

-Os consideran mis amigos, darán su vida por vosotros.- te responde amablemente Brua.

En el ascenso Tomeu cae de la montura, precipitándose al vacío, pero la enorme pantera se impulsa hacía abajo con sus potentes patas y consigue aferrar a su caído jinete con sus fauces salvándole de una muerte segura, a cambio de una mordida interesante en el torso, afortunadamente el animal se contiene con una habilidad impresionante y la valiosa prenda de plumas de eskarvo absorbe indemne el daño.

-Maldita sea, eso estuvo cerca.- comenta Baltua. -Procurad aferraros más fuerte a estos seres cuando adquieren este aspecto.

Mucho después, volviendo al encuentro con el enorme animal astado y su jinete.

-Se nos acerca, y es rápido.-dice Vilia mientras monta en el arco una larga flecha con extremo de hoja.-En breve lo tendré a tiro.

-Esperad, no le perdáis de vista, no aparenta ser agresivo. -les digo con la mano sobre el pomo de mi espada envainada mientras miro alrededor por si nos están rodeando.

-Ufff, si, eso estuvo muy cerca, muchas gracias compañero-digo mientras acaricio el lomo y la cabeza del animal con delicadeza.

No tengo ni idea de que es, pero mas nos vale estar preparados.

Dicho esto una lona sale de la mochila por si misma y comienza a extenderse delante mía

El jinete y su montura se aproximan cada vez más. Vilia mantiene el arco en tensión y mantiene una postura erguida y firme, pero no llega a disparar.

-Confía en que no saldrá herido.-dice impresionado Baltua. -No ataquéis, tomad una posición ventajosa.

-Tranquilo Baltua, se trata del espíritu de la pradera.-aporta Malatei. -No nos hará nada malo, solo quiere saber que hacemos aquí. Malatei acaricia la empuñadura de una de sus dagas, no la habíais visto hasta ahora, y sin embargo ahora no podéis quitarle ojo, es como un lobo hambriento que te mira con las fauces entreabiertas, no puedes dejar de mirarle.

-¿Y qué hacemos aquí? -pregunta despacio y con ironía Marcus

Finalmente el ente llega hasta vosotros, la figura que lo cabalga es como sería un niña, si esta tuvise la estatura de un hombre alto.

-¿Cómo habéis cruzado las barreras de mi santuario? -os pregunta un voz que es dulce como el aroma de las flores que pisáis. -Tranquilo joven, no necesitarás las armas. He de pediros que abandonéis estas tierras, pues vuestra presencia las corrompe, y eso es algo que no puedo permitir, pero antes que eso, respondedme.

Estaba ensimismado mirando la daga, cuando una voz me arranca de mis pensamientos.

Al principio no podía ver lo que ven mis ojos, parece un ser astral, pero no está invocado de ninguna forma que yo conozca.

Tranquilos chicos, no ataquéis, por favor-y, girándome hacia la figura desconocida añado- ¿Tu eres un ser astral, verdad? No sabía que había barrera alguna en la zona, siento no poder darte una respuesta satisfactoria. Pero, antes de irnos de tu territorio, ¿Puedo preguntarte como has llegado a nuestro mundo? no tengo la sensación de que estés aquí porque ningún humano solicitase tu ayuda.

-Los humanos son seres fascinantes, he de reconocer que mi existencia se debe a ellos, y por ello mi apariencia es esta. Pero os encontráis en un reino que no pertenece a los hombres, un bastión de pureza, y me temo que habéis traído la guerra a mi tierra. Desconozco como o por que, pero la protección ha caído y ahora me pregunto, ¿he de reclamaros justicia o he de pediros que reparéis el daño?.

Pradera clama su poder y al momento comprendéis que en esté lugar no tenéis opciones contra ella.

En ese momento Malatei se adelanta

-Dinos como salir de aquí por el camino que más nos conviene, pues no tenemos todo el día, nuestra misión es urgente y me estás desesperando. Vuelve a resultar amenazadora y este lugar se pudrirá junto a ti. -percibís un terrible presencia asesina, como si el grito de mil agonías resonase en vuestras almas, Malatei ha desenvainado la hoja derecha.

Maletei! No!-digo interponiéndome entre ella y Pradera- Envaina ahora mismo esa daga. No es una amenaza, salvo que la ataques. En ese caso moriremos todos.

No te dejes dominar por tu miedo, ¡Contrólate!

Pradera-digo sin girar del todo la cabeza- por favor, perdónale, desconoce tu naturaleza. Hemos venido a terminar con la guerra que tanto os perturba. Por ese motivo llevamos días viajando sin descanso.

Me alegra poder ayudar a restaurar el equilibrio entre nuestros mundos.

-No mientas, no puedes haber venido a librar una guerra que no existía hasta que llegaste. Responded con la verdad, ¿Qué os ha motivado a invadir estas tierras?

Malatei envaina el arma e inmediatamente desaparece esa atmósfera tan cargante.

-Viajamos a las Tierras de Liaen Barmao, las cuales se encuentran bajo amenaza, somos sus amigos y hemos viajado desde muy lejos para socorrerla, si embargo aún estamos a dos días de llegar y cada instante que perdemos aquí puede significar nuestra derrota, por ello os ruego que nos dejéis proseguir. -dice un calmado Caemus. -Si nos ayudas te prometo que contarás con nuestro favor, y si alguna vez nos necesitas vendremos. Sé como hablarte y como oírte.

-Barmao, una joven con ese nombre visitó estas tierras hace casi dos décadas, bien, tenéis mi permiso para cruzar las tierras, pero deberéis volver, y librar mi santuario de la corrupción que se ha abierto camino por la brecha que habéis cruzado. Para ello os obsequio con esto que los hombres llaman lágrimas de ninfa.

Las flores que os rodean crecen suavemente y pierden los pétalos para convertirse en un rocío de bello aroma, luego se juntan en la mano de Pradera quedando una gota del tamaño de una uva grande.

-Esta sustancia os sanará de cualquier mal, pero solo será útil hasta que cambie la luna y eso ocurrirá en cuatro días. Suerte.

-Muchas gracias, Pradera-digo con voz sincera- Prometo volver a reparar el mal que te hemos causado. Y Muchas gracias por el regalo, vuestro obsequio nos será de gran valía en los próximos días.