Partida Rol por web

Tas, según hablas con Mitev te das cuenta de que lleva el rostro descubierto y él mismo es "uno de esos seres", y te das cuenta justo en el momento en que te dice.

Esos seres son mis hermanos... y el plan era entrar a palacio. Ahora vamos a tomarlo... ¿estás con nosotros o contra nosotros?

Y al ver que el grueso de su ejército ha entrado a palacio, sigue también avanzando.

- Se me estaban quedando las llamas en brasas Tas... y siempre es buen momento para asaltar una ciudad. Más aún cuando han sido los guardias del Rey quienes nos han atacado en aquel antro. Y además, Mitev está en su derecho de desmembrar al Rey por las afrentas sufridas. Así que yo, por mi parte, sigo el instinto de mis llamas y me uno en su lucha contra el Rey opresor- dice sonriente, como si no se creyese del todo sus propias palabras pero tampoco le importase en absoluto.

Bien... qué dices Siath?  Cuando fue la última vez que peleamos en una invasión del mismo lado?  Reí y miré a mi alrededor.  Y dónde está Cyna?

Silvé fuerte para que mi ave viniese a mi brazo.  Al cabo de unos minutos estaba allí.  Le puse un pergamino en la pata que decía "ven al palacio antes de que todo se valla al diablo... bueno, más al diablo".

Ve, encuentra a Cyna y tráela.  Le dije a mi halcón.

Tas mira a sus compañeros y a Mitev... Vale, perdoname si te he ofendido por llamar así a tu raza... Pero Mitev... ¿Que es lo que buscas en el castillo?... Más que nada porque es más sencillo encontrarlo en oculto que ir destrozando familias que a lo mejor no tienen nada que ver con las ideas que tiene el Rey... Tas mira de reojo a Solus... Estoy con vos Mitev... Pero no desenvainaré mi daga hasta que no sea totalmente necesario... ¿Entonces, podéis concretar para que este asalto?...

¿Para qué? Poder,dinero y justicia. Ahora, no hay tiempo de cháchara. Y si no vas a desenvainar la daga, mejor será que te quedes a un lado. Sí hay algo de utilidad que puedes hacer... encuentra al rey, pues imagino que se habrá escondido.

Tras decir esto Mitev se interna en el palacio.

Tas se mete en las sombras sin decir nada... No le parecía mal lo que pretendían hacer, pero el método de conseguirlo no le parecía el más adecuado... Se quedaría en las sombras esperando que pasaba... A lo mejor podría sacar provecho de la situación... Tas va en dirección de los aposentos del Rey...

Ves a un halcón volar hacia ti, lo reconoces, es el halcón de Casio, se detiene en el suelo, frente a ti, sobre un cadáver. Jurarias que el halcón lleva algo en la pata, similar a un pergamino.

Acerco mi mano con cuidado al halcón hola pequeño, no te haré daño... Le digo con voz calmada para no asustarlo y, si puedo, cojo el trozo de papel y lo leo.

En el pergamino, a mano, está escrito: "ven al palacio antes de que todo se valla al diablo... bueno, más al diablo"

Después el halcón emprende el vuelo y parece querer guiarte, pues no vuela demasiado rápido.

Sigo al halcón tratando de no despistarme con nada por el camino....esperaba que no estuvieran en problemas. Con este pensamiento me pongo la capucha.

El halcón surca el cielo y se posa sobre el brazo de Casio. Cyna aparece a las puertas del castillo que está siendo asaltado. Se encuentra, en mitad del caos, con us compañeros que la estaban aguardando, a excepción de Tas, a quien hace unos minutos han visto entrar corriendo al castillo.

Vas avanzando hacia los aposentos reales avanzando entre el caos que supone una invasión a un castillo. Ves que algún guardia opone resistencia y ante la superioridad numérica es derrotado y ensartado por múltiples espadas. Los asaltantes aprovechan para saquear cuanto ven y toman el control de todo. Entonces, justo antes de llegar a los aposentos reales, en la planta superior, donde están los dormitorios, oyes gritos femeninos, hay varias mujeres asustadas y también algunos niños. Los soldados las acorralan y parecen deseosos no ya de sangre. También oyes de pronto cómo alguno de los inquilinos del castillo cae por la ventana.

En el interior del castillo oís gritos, veis llamas, escucháis cómo algunos caen por las ventanas y se aplastan contra el suelo, no parece un escenario agradable.

Solus se acerca a uno de los cadáveres humanos (dato importante, pues no quiere que sus artes puedan enfadar a los horripilantes seres con los que se ha aliado) e invocando todo su poder lo levanta como servidor no muerto a su mando.

- Bienvenido. Soy Solus, tu maestro. Si puedes hablar con que me llames "amo" será suficiente.

No cabe duda de que un cuerpo más será de gran ayuda en la batalla que se avecina.

Tas intenta ver lo que sucede entre las sombras dentro de la habitación, busca la mejor forma de entrar en ella para parar los pies de los que dentro estaban... 

Entras sin problema a los aposentos donde donde están las mujeres y ves a Mitev  que ordena que las aten y se centren en lo importante, buscar al rey. Los soldados usan cortinas, cordones y cuerdas para atar a mujeres y sirvientes y aprovechan para saquear cuánto pueden meter lo que tenga valor en las alforjas y sobar y manosear a quien les resulta mínimamente atractivo. En ti parece que no reparan.