—Todo esto es culpa mía— Naomi no se atrevía a posar a Natasha en ningún lado, a pesar de que ella misma se encontraba mentalmente agotada. La visión de su amiga fundiéndose con el Faro ya había sido demasiado para ella y, aunque sabía que estaba viva, no sabía que consecuencias podía tener.—Me lo advirtió. Me obligó a ver vuestras pesadillas y me dio tres esferas para ayudaros. Solo tres, tenía que abandonar a uno. Y además, cada vez que ayudase a uno, haría daño a otro. Pero no podía hacerlo, no podía dejar a ninguno... Intenté ser más lista que el farero para salvaros a todos. Nunca debí intentar ser más lista que otro
Naomi explicó aquello en voz baja, sin fuerzas siquiera para levantarse, pues tendría que soltar para ello a la joven hechicera. Tras unos segundos en silencio miró a Cyrus.
—Lo siento Cyrus. Siempre pensé que... Nunca imaginé que estar al otro lado del fusil y el látigo era tan terrible.
Finalmente, la mujer se levantó y, con la hechicera todavía en brazos se dirigió a la enfermería. Allí la posó en una camilla, esperando que se despertase. Naomi entrecerró los ojos. Lo cierto era que ella había llevado esas esferas antes de dárselas. Quizás, de algún modo, su presencia dentro de la esfera también la había protegido, aunque fuera lo mínimo para que el daño no fuera irreversible.
–¿Nate?
Pues venga. Gasto mis cinco puntos en inventarme:
"Secreto del ave onírica". Una vez por sesión, puedes absorber daños o ceder tu reserva o parte de ella a alguien con quien tengas un vínculo.
Me parece que pega con el concepto de guardaespaldas y que, aunque seguramente se despierte ahora por guion, le pega gastar ahora. Le cedo la mitad de mi reserva.
Kale miró la situación y dijo seguro que el camino nos llevara donde el amante de la mujer.
-Snargles vámos, sigue ese camino, llevemos a esta mujer donde su amado, no sé si ha de morir o no, pero hemos hecho este viaje para que ella se encuentre con él, posible, si ambos se encuentran ella despierte, o pueda morir en paz.
Dijo Kale seguro, pues el no había olvidado la misión de llevarla a ella con él.
-Vamos no esperemos más, llevemola donde su novio, no arriesgue tanto para que no fuera así... vamos.
Clave de la misión.
El capitán se quedó de rodillas, parapetado contra la silla con un sudor frío corriéndole copiosamente por el rostro. Estaba temblando, totalmente superado por lo que había visto y las manos le fallaban con el rifle que había agarrado de los dioses sabían donde.
Naomi estaba totalmente ida y se acercó casi a gatas de su pobre refugio hacia la pareja de mujeres. —No... no te pr... eocupes, Naomi—. la voz de Cyrus temblaba como su dueño, algo totalmente diferente para lo habitual en él. La prioridad ahora era su protegida y seguía siendo ese su objetivo final.
—Natasha, ¡Natasha! Escucha, no hemos llegado hasta aquí para que no lo cuentes: ¡despierta!
El goblin alzó el vuelo, volcando la nave en el interior del haz de luz blanca, y por un instante quedó cegado por la luminosidad que llenó el interior de el Búho. Cuando volvió a abrirlos, ya no estaba solo. ¡Habían regresado! ¡Y enteros! Su reflejo en el cristal no lucía la frondosa barba que le había crecido durante el naufragio, ni su rostro las arrugas de la desesperación. ¿Qué diablos había pasado? ¿Había sido una pesadilla?
Los primeros segundos que siguieron a esa realización los pasó concentrado en seguir el camino pero, en cuanto pudo comprobar la luz los guiaba por una ruta sin obstáculos, se dio el lujo de mirar hacia atrás, claramente emocionado. Estaban todos, sí, pero... ¿lady Blackbird...? La noble permanecía en el suelo, dormida al parecer. Gota a gota, conforme los demás intentaban despertarla empezó a comprender que algo le había ocurrido, y la alegría de haber recuperado a la nave y a la tripulación se diluyó un tanto. ¿Habría sido pedir mucho que llegaran sin más problemas a la guarida de Flint? Parecía que sí.
Sin sentirse capaz de aportar nada más que su habilidad al timón, Snargle volvió la vista al frente y se puso las gafas. Sus ojos saltones empezaban a hacer aguas, y no quería que los demás le vieran.
Motivo: Pilotar
Tirada: 9d6
Dificultad: 4+
Resultado: 6, 6, 3, 4, 6, 2, 2, 3, 5 (Suma: 37)
Exitos: 5
Pilotar + Audaz + Estable + Maniobrar + Vuelo arriesgado + dado gratis + 3 dados
Kale se derribó en un asiento mirando la situación. Sus ojos estaban humedos si bien no había tratado mucho con la noble. Pero el corazón de Kale entendía lo que era la perdida.
Lo único que esperaba es que apareciera el navío del capitan Flint, pero era conciente que posible eso no pase. Se lamentó por aceptar ir al faro para encontrar el camino. Nada sería igual luego de esta misión, nada lo sería, Kale no olvidaría esto que ocurrió.
-No soy un hombre religioso- musitó- pero si en esta galaxia existe un Dios espero que - se le entrecortó la voz al hombre- ayude a Natasha de algún modo.
Era claro que no había mucho que hacer, solo navegar. De repente se levantó:
- ¿Eso que veo es una nave?
Miró a sus compañeros
- Naomi...¿esa es el navio del capitan Flint?...¿ es ese?
Por un momento sus ojos se llenaron de esperanza...¿lo habían encontrado?
Entonces lo vieron: al final de la luz. Un espacio oscuro, casi siniestro, del que nadie se habría percatado si no fuera porque el rayo del faro enfocaba directamente aquel punto. Poco a poco se fueron descubriendo las formas de una suerte de satélite gigantesco, del tamaño de una pequeña luna, que en lugar de orbitar flotaba libremente empujado por un sinfin de propulsores distribuidos alrededor de su superficie.
A medida que recortaban las distancia descubrieron una bahía de aterrizaje externa. También vieron los cañones que estaban enfilando al Búho. Una luz roja advirtió a Snargle que llegaba una comunicación del interior.
—Atención instrusos. No sé de que va esta movida de la luz blanca pero si seguís aproximándoos os reventamos en mil pedazos.
La voz mezclaba un tono de cierta incredulidad con la determinación de quien tiene unas defensas en las que confía sin reservas.
Todos miraron por las escotillas: si no les dejaban atracar estarían a merced de los Restos.
Snargle volvió la vista en cuanto la comunicación empezó a sonar por el intercomunicador, y decidió proyectarla por los altavoces de la nave, para que todos se enteraran. Después agarró el micrófono.
—¡Ni se te ocurrrra disparrar, mendrrugo! —exclamó, cerrando la frase con un carraspeo más sonoro si cae que el tono que había utilizado—. Les habla Snarrrrgle, piloto de el Búho, nave librrre comandada por el capitán Cyrus Vance. Buscamos al capitán Urrrrrriah Flint.
El goblin volvió a mirar hacia atrás. No sabía qué más decir. No le gustaba dar las malas noticias a nadie, y en ese momento las cosas pintaban muy negras.
—Maldita sea... ¡Pero dile con quien vamos!
Naomi vio como todo se venía abajo: Natasha, su mejor amiga, inconsciente; Cyrus, Kale y ella heridos; el Búho pilotado sin remedio hacia un nada prometedor futuro... Cualquier persona normal, ante aquel hundimiento, se deprimiría y rezaría a todos los dioses. Pero Naomi, normal, lo que se dice normal no era mucho... y en lugar de hundirse en una depresión dejó escapar su furia. Ni dioses ni lágrimas le habían sido nunca de utilidad.
—¡Despierta de una vez Nate!— gritó zarandeándola— ¿¡Te vas a comportar como una niñata vaga toda la vida o vas a mover el culo?! Esto no es el puñetero palacio de los Blackbird. Si quieres ir con tu amado, despierta y MUÉVETE DE UNA MALDITA VEZ.
La voz de la gladiadora era lo suficientemente potente como para que llegase hasta el micrófono de Snargle y que, al otro lado del intercomunicador, pudiesen oír la bronca que estaba cayendo sobre la pobre Natasha. Y no es que Naomi quisiera mal a su señora o tuviese muchas ganas reprimidas de gritarle. Aquella era la única forma que conocía de motivación.
—¡Si no te despiertas y vas al puñetero micrófono ahora mismo, te juro que quito a Snargle de los mandos y te llevo de vuelta a tu puñetera jaula de oro!
El goblin apretó los párpados con fuerza cuando Naomi le gritó, y agarró el micrófono para añadir, cuando se hubo desquitado:
—Trrraemos a lady Blackbirrrrd —con voz débil, impropia de él.
El capitán estaba intentando ayudar a Naomi a despertar a Natasha, pero se encontraba demasiado impactado por lo ocurrido como para realmente hacer algo de utilidad. Pero cuando escuchó la amenaza a través del comunicador una rabia le comenzó a corroer por dentro. ¿Cómo se atrevía ese desgraciado a pasar por algo de manera tan flagrante todo lo que habían sacrificado para llegar allí? Les iba a dejar pasar, vaya si lo iba a hacer.
Se levantó del lado de la noble como una exhalación, arrancándole el micrófono al goblin justo cuando había terminado de informar de a quién llevaban a bordo. —No se quién cojones eres, pero esta mujer está entre la vida y la muerte sólo porque quería encontrarse con su amado Uriah Flint. Quizá no lo cuente, pero vas a ayudarnos a que se encuentre con él por lo que le pueda ocurrir y no vas a cargar con eso en tu conciencia, ¿¡DE ACUERDO!?—
Kale se tocó la cara nervioso. Es más, sacó un poco del licor asqueroso que habia por ahí y se tomó un sorbo haciendo cara de asco, y pensando en la escena del capitan encontrando a su novia en un estado de princesa durmiente. Los gritos de Naomi, y los constantes peligros de los piratas quienes no eran exactamente los más amables.
No hablo nada en ese momento, solo observaba todo preguntandose si todo eso habría valido la pena.
Fue entonces que vió que la nave grande estaba dando señales de querer abordarlos.
Kale le hizo una señal al goblin para que se diera cuenta de eso. Ambos estaban preocupados.
Sabía que Flint estaba allí, al final del camino. Ahora que había llegado, un sinfín de emociones encontradas recorrieron su alma. El recuerdo de lo acontecido en el faro, aún se recortaba en sus recuerdos como algo más que tangible. Empujando sus temores a lo más profundo de su ser, se replegó en sí misma y dejó que su alma se reencontrase con su cuerpo material. Veía el dolor desgarrado de su amiga, el temor de Cyrus que la conmovió profundamente, el desasosiego de Snargle y la impotencia de Kale. Todos y cada de esos sentimientos tocaron una fibra en la noble que los acomodó en su seno y los hizo parte de ella. Usando una vez más la magia del orbe se proyectó en el corazón de cada uno de ellos para hacerles comprender que estaba bien, tranquilizándolos, devolviendo la confianza depositada en ella. Cada uno percibió algo que fue íntimo y personal.
Tras unos instantes que parecieron eternos, Natasha abrió los ojos de golpe y sonrió. Se incorporó, aprovechando la estupefacción de sus compañeros y se acercó al comunicador. Tosió un poco para aclarar la garganta y que las palabras consiguiesen salir audibles.
—La nave el Búho solicita permiso para aterrizar. Clave de aproximación: Jaula de oro abierta. Digan a Flint que el pajarillo por fin voló y busca su lugar en el nido-rememoró las palabras que Flint le susurrase años atrás. Nunca les dio mucho crédito. De hecho, y si era sincera consigo misma, ahora veía que de no haber sido por el compromiso pactado con el vejestorio cebolleta, jamás habría buscado a Flint. Que había disfrutado de su compañía (en todos los sentidos), sí. ¿Amor? No estaba tan segura. Pero desde luego, había una base sobre la que construir, sino una relación romántica, tal vez una buena relación de amistad y negocios. Y esto último era algo muy, pero que muy interesante.
Y es que, mientras estuvo unida al Faro, fue consciente de todos los que habían pasado por el mismo camino y el capitán pirata era uno de ellos. Por eso intuía que podía estar esperando su llegada. Si ella había percibido a Flint, había muchas posibilidades de que hubiera sido recíproco. Observó cómo les franqueaban el paso y se giró para dirigirse al resto de la tripulación del Búho.
—Ha sido un largo camino. Gracias. Gracias a todos por los esfuerzos hechos para llegar hasta aquí. Ahora estáis a salvo. Sin importar lo que ocurra en un futuro entre Flint y yo, el Faro nos ha guiado a puerto seguro, a salvo del Imperio-Natasha había ido fijando la vista en cada uno de ellos, de frente y con la mirada y la conciencia limpias-. Saldré la primera y, no, Naomi. Esto es algo que tengo que hacer yo sola.
Abrazó a todos, demorándose quizá un poco en Cyrus, algo consternada por los sentimientos que le revelase y que suponía no le debían hacer que la situación fuese cómoda. Desde luego, cuando Naomi la abrazó más de la cuenta, no dudó en darla un fuerte pisotón mientras sonreía por su lealtad inquebrantable, pero siendo firme en su petición.
Después, abrió las compuertas de la nave y salió.
Hubo celebración y regocijo. Flint apareció en el puente de esa enorme nave que los abordó y los cañones no dispararon. Todos respiraron aliviados e incluso Snargle aprovechó la euforia para abrazarse a Naomi y espetarle un sonoro beso al más puro estilo marinero llegado de la guerra. Cyrus lanzó un suspiro y se dedicó a revisar el estado del Búho mientras el enorme capitán Flint llevaba en brazos a Natasha hasta la base. Y Kale, ya que nadie se ocupaba de ello, dirigió al Búho en la misma dirección.
Luego hubo celebraciones y brindis. Alcohol y sexo. No desvelaremos de quien con quien, somos caballeros y damas respetuosos con la intimidad. Además no queremos que los Cuervos nos empaqueten un +18 en la última escena.
¿Y después? Pues seamos sinceros: mantener una llama cegadora para siempre es complicado. Los más reputados cuentacuentos recomiendan siempre dejar la historia en el momento más álgido, cuando las codornices pierden la cabeza y todo el mundo tiene el azúcar subido.
Y así lo haremos nosotros....
... o no ...
Porque seamos sinceros: a todos nos importa una mierda el amor verdadero. Y Natasha no tiene pinta de princesita de Disney que se diga, por mucho que ahora las princesas de Disney se las quieran dar de guerreras. Nosotros queremos saber que fue de la tripulación del Búho y como acabaron con el Imperio.
Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión...
No me quedaba yo sin poner el guiño musical final :D
***Unos meses después.***
Naomi miraba unos planos con auténtica pasión, preparándose para apuntar la ruta en un cuaderno. Había tenido acceso a los datos de un montón de trabajadores del imperio y su sorpresa había sido mayúscula al encontrar entre ellos al desgraciado que la cazó como si fuese un animal. Ahora era ella la que se preparaba para la caza. Sabía que aquel despreciable hombre continuaba ejerciendo su profesión y no estaba dispuesta a dejarlo pasar.
Tenía claro que, incluso sola, iría a por él, pero esperaba que Cyrus y el resto le acompañasen, y para eso había prometido no matar al cabronazo a no ser que fuese estrictamente necesario. Pero bueno, seguro que al final lo acababa siendo... los accidentes ocurrían. También esperaba que Snargle no opusiese mucha resistencia ni malas caras. Al fin y al cabo, las cosas habían evolucionado entre ellos. El goblin había tardado más de un mes en hacerla entender lo que buscaba en ella mediante indirectas tan sutiles como el puñetazo de la gladiadora. Había costado, pero al fin lo había comprendido y, tras muchos titubeos, enrojecimientos e innombrables interacciones, habían "fortalecido" su relación. Y superado juntos las agujetas. ¿Cuánto duraría aquella extraña relación? Aquella era una respuesta difícil en una relación normal, pero en dos personalidades tan dispares y disparatadas la pregunta era aún más compleja. Lo que estaba claro es que mientras durase, habría fuego.
Y hablando de fuego... Naomi no había pasado ni dos páginas del cuaderno donde estaba apuntando todas las ubicaciones a las que iba Thedory Ghlynto, el cazador cuando el sus ojos se convirtieron en carbones al rojo. Las hojas del cuaderno estaban llenas de huellas, manchurrones y corazoncitos, y solo había un responsable.
–¡¡¡¡¡SNARGLEEEEEEEEEEE!!!!!
El grito resonó por todo el Búho, sobresaltando a todos sus ocupantes. Las cosas volvían a la normalidad
Aquello había sido todo un viaje de sentimientos, tensión y momentos en los que el capitán estaba bastante seguro de que no lo iba a contar, pero ahora mismo se encontraba sentado en su camarote, con las piernas sobre el escritorio y éste lleno de papeles con infinidad de dibujos. El tremebundo grito de Naomí le hizo saltar de su sitio con el corazón a cien por hora, ya que se había quedado dormido mientras fantaseaba con sus planes de futuro y provocó que todo su material se desparramase por el suelo a su alrededor.
Joder.
A toda prisa se encargó de recoger las cosas, tratando de evitar que se mancharan con la tinta que se había vertido en el suelo metálico de la nave. Si alguno de sus compañeros hubiese estado ahí para ojear o se hubiese colado mientras dormía hubiera podido ver que estaba dibujando una especie de satélite orbital, una especie de Bolóxido venido a más que, por las anotaciones que traían sus papeles, parecía un plan para crear una especie de refugio bien protegido para crear una comunidad que pudiera acoger a todos aquellos que quisieran esconderse del Imperio, pero sin la absoluta libertad de Mundorrefugio que a veces implicaba demasiados problemas asociados a que cualquiera pudiese entrar allí, pese a la prohibición de esclavitud.
Y mientras los guardaba a toda prisa con el rostro algo azorado por la posibilidad de que hubieran encontrado su utopía quién sabe si inalcanzable, Cyrus Vance se dirigió al puente de mando para evitar la quincuagésimo sexta pelea entre Naomi y Snargle: estaba harto de tener que hacer reparaciones cada vez que una tenía lugar. Y, entre los pensamientos que maldecían el trabajo que esos dos le iban a provocar también le acompañó una sonrisa al pensar que, el día que estrenara su sueño, nadie más tendría que pasar por lo que Natasha pasó.
Mientras tanto Kale estaba fuera de la nave en el hangar de la base pirata. Estaba algo ebrio, porqué los piratas sabían como divertirse a pesar de ser supremamente salvajes. Una parte de este ladrón disfrutaba la compañía de los bandidos, porque él también lo era, y en noches de copas y canciones aprendió un poco más de trucos sobre el arte del buen robar. Aunque tenía que aceptar que los piratas no eran muy confiables y que posible trataron más de una vez de robarle y devolverle un poco lo que el mismo hacia.
Debía aceptar que si bien hace unos meses gustó de Naomi a primera vista, luego de que se ligara con Snargle y comenzaran las peleas románticas, Kale había agradecido que ella nunca le hubiera prestado atención, él era un hombre que gustaba de su independencia, y aunque se molestó en aquella oportunidad que le dijeron que un goblin ligaba mejor que él, dejó su ego a un lado y se dedicó a disfrutar su estancia en las instalaciones piratas.
Y vaya que la disfrutó, solo qué como es sabido, siempre terminó metiéndose en líos más grandes, y ahora producto de su encantador perfil y su lengua fácil terminó enamorando a la hermana menor del capitán Flint, quien resultó ser un poco más dominante y celosa que cualquier novia que hubiera tenido, sumado a que el ahora esposo de la noble Lady Bird le hubiera amenazado con cortarle los testículos si llegaba hacerle daño. Y si bien la relación iba bien, Kale no sabía si terminaría arruinándolo todo como siempre solía hacer en las relaciones.
Cyrus le había comentado de la idea de la base independiente en contra del imperio, y él se ofreció ayudarlo, pero para llevar a cabo este sueño era necesario buscar un buen lugar, encontrar mucho metal y encontrar aliados que ayuden a formar la base. Posiblemente robar algo millonario lograría financiar ese proyecto, y Kale estaba pensando como lograr el mayor robo de la historia, sin víctimas y sin ser vistos.
Clavado en su poltrona, Snargle jugaba a disparar con la punta de los dedos pequeños trozos de fruta, que iban y venían rebotando entre los botones y palancas de mandos hasta que una criatura semejante a un roedor las cazaba y devoraba. La primera vez que lo vio, rumiando el cableado de la caja de mandos de la nave, el goblin había intentado aplastar a Midas de un zapatazo. El bicho, sin embargo, probó ser tan astuto y avezado como su perseguidor, y el duelo entre los dos, imposible de resolverse de forma que no fuera mediante un empate tras otro, duró tanto que el resto de la tripulación a punto estuvo de abandonarlos en uno de los peñascos de los Restos. Una cosa llevó a la otra y Midas, al que Snargle había bautizado así por la afición que tenía de robar a Kale los objetos brillantes que él se encargaba de robar a otros, era ahora la mascota oficial de la nave.
—¡Juá! ¡Buen trrrrrrabajo, pequeño! —exclamó, muy contento.
El espantoso berrido de Naomi, sin embargo, puso fin a la fiesta y provocó que el roedor saltara y corriera a esconderse en uno de los bolsillos del piloto. El goblin intentó tranquilizarlo rascándole el lomo a la vez que suspiraba como un adolescente. Aaaaah… Música para sus oídos. Parecía que su pastelito había encontrado las notitas que le había dejado. ¡Juá! ¡Era tan fácil! Al principio de su relación, cuando la gladiadora se ponía de mal humor, él recurrió a esconderse hasta que el tiempo y la experiencia le enseñaron que lo mejor, para desgracia de todos los demás, era plantarle cara a la rubia. No sabía si eran almas gemelas, medias naranjas o si estaban hechos el uno para el otro, pero lo cierto era que, de una forma un tanto curiosa, el extraño carácter de cada uno de ellos parecía ser lo único en todo el Gran Azul capaz de doblegar y calmar al otro. Después de varias horas de gritos, peleas, magreos e insultos, claro está.
—¡NO GRRRRITES, MUJEEERRRR, QUE YA VOY! —respondió, justo cuando el interfono le empezaba a pitar— ¡KAAAAAAAALE! ¡TELÉEEEEEEEEEEEEEFONOOOOO!
El recibimiento que le hizo Uriah fue genial. En un instante, las dudas que había dejado la pesadilla en el Faro se volatilizaron. No fue solo puro romanticismo, que también, sino que por fin sintió que encajaba en su sitio. La celebración fue sencillamente magnífica y apoteósica durante el tiempo que permanecieron en su celebración personal.
Pero claro, la vida sigue y los piratas también tienen que ocuparse de cosas tan prosaicas tales como alimentarse, beber... vamos, lo normal que hace cualquier hijo de vecino. Pronto se vio enfrascada en una rutina que le resultó un soplo de aire fresco, aprendiendo (y mucho) del mejor. Que, dicho sea de paso, distaba muy mucho de ser un príncipe azul. Menos aún de necesitar un florero a su lado y no dudó en compartir con Natasha conocimientos y entrenamiento. No habría llegado donde estaba por limitarse a mirar las apariencias. Y la otrora noble del Imperio aprendió, sobre todo a "morder el polvo" y muchos y variados trucos de combate y otras lindezas.
Pero eso no hizo que se alejase de sus amigos, aunque entre la relación incipiente de Naomi y Snargle, las escaramuzas amorosas de Kale que recalaron en brazos de su cuñada (pocas veces se había reído cuando Uriah, haciendo el perfecto papel de hermano mayor le puso "las cosas" en su sitio a Kale) y la obsesión de Cyrus por ciertos estudios, unido a su propio trabajo en la base pirata, dejase pocas ocasiones para reuniones "familiares". Y fue en una de ellas cuando al capitán Vance se le escapó, tras una buena y copiosa cena bien regada con vino y licores, sus planes de la estación. Los ojos de Nate brillaron entusiasmados por aquel bosquejo de plan. Pero no dijo nada y calló. Sólo con su marido habló largo y tendido, sopesando ambos los planes de Cyrus. Que Flint apoyase la idea fue cuestión de horas. Que aceptase que su mujer se embarcase costó un poco más, pues llevaban poco tiempo juntos y aún estaban en una eterna luna de miel. Pero estaba claro que lanzar semejante proyecto minaría de manera sutil, pero constante, al Imperio y pronto establecieron una hoja de ruta en la que el apoyo de los piratas comandados por Flint al nuevo enclave estaba garantizado y les darían la cobertura necesaria para que no fuese saboteado antes de tiempo.
Con semejantes noticias entraba en la nave, preparada para reunirse con la tripulación y embarcarse en la nueva aventura, cuando el berrido de Naomi llamando a Snargle, éste contestando en el mismo tono, Kale entrando a trompicones jurando en un extraño idioma por tener que abandonar su descanso y Cyrus dirigirse a minimizar daños colaterales de la pasión de sus amigos.
De vuelta en casa, pensó.
—¡¡Chicos, estoy en casa!! Y traigo excelentes noticias...
Y cuando por fin todos se calmaron, le expuso la propuesta de Flint para que desarrollaran su propia base.
Pero, amigos, esto es secreto. Ya se sabrá a su debido tiempo.