He puesto acciones en condicional por si eran demasiadas.
has hecho un buen post :)
Se llevó la manos a la boca para evitar gritar cuando Tania golpeó a Willy de manera violenta.
!Tani...!
Debería haber intervenido, el viejo no había hecho nada, no pretendía hacerles daño, a ella tampoco le gustaba Kellan, y Rux podía dar miedo, puede no hubiera usado la cabeza de la mejor forma, pero pretendía ayudarlas... pero no había intervenido porque tuvo miedo, miedo de Tania, miedo de enfrentarse a ella y de que la abandonaran, no estaba en Lakecoast, no estaba en el sitio que había sido su mundo y que conocía a la perfección. No, estaban en otro lugar, cerca pero tan remoto que ni siquiera le parecía posible, y allí ella ya no era un fantasma, sino alguien real, alguien al que se podía tocar, matar o algo peor, y eso la aterraba.
Optó por la opción cobarde, agachar la cabeza y recoger sus cosas que ya tenían preparadas y ayudando a los niños con las suyas. No era estúpida, sabía lo que iba a pasar y la culpabilidad se alojó en su pecho mientras colocaba a los niños y su equipaje en la barca que el pescador había arrastrado hasta la orilla.
Cuando Tania llegó hasta ellos, Brandon y Carola estaban en el centro de la embarcación, y ella, en proa, mirando hacia atrás, con la capucha de su abrigo completamente echada. Era una cobarde, y lo peor de todo es que era muy consciente de ello.
entre post y post de diálogo ir poniendo que hacéis. La barca es útil para las dos, los niños y el perro... un poco justa y precaria pero suficiente para una hora de travesía aprox hasta el barco
Tania empujó la frágil barca mar adentro, subió a bordo y echó un vistazo a Hannah. Imaginaba o quería suponer los pensamientos de la chica. Ahora no había tiempo de explicaciones ni eran necesarias. Había hecho lo que debía hacer, Willy resultaba un peligro, ahora y en el futuro, en diversas maneras: como testigo de su presencia, o como un tipo que mañana querría más del grupo, tal vez Colega acabase molestándole y le cortara el cuello, o si ella no le cocinaba una sopita o le daba un besito de buenas noches, se enfadase como una pasa agria.
Daba igual.
Entregó la brújula a Carola:
-No apartes la vista de la aguja. Cualquier oscilación me avisas.
Tomó los remos y comenzó a bogar en la dirección que creía podía encontrarse el yate. Miró a Hannah.
-Necesito que me ayudes. Coge los otros remos, por favor. No es difícil, intenta sincronizar el movimiento, despacio, con fuerza. Probaremos de encontrar el barco; si no es así, nos dirigiremos a la otra orilla.
Se levantó con cuidado y se posicionó en el sitio adecuado para manejar los remos. Todo ello sin abrir la boca y con la cara semioculta por la capucha. No tenía nada que decir, ¿que podía decirle a la persona que le había salvado la vida en más de una ocasión?
Antes de coger el remo, se colocó unos guantes, no quería dejarse las manos en la madera, sus dedos eran ágiles, pero poco acostumbrados a este tipo de esfuerzos, así que era mejor tomar precauciones.
La barca no le ofrecía demasiada confianza, pero una vez en el agua, sus opciones ya estaban decididas, y aunque el lago no estaba frío, no las tenía todas consigo en caso de que tuvieran que abandonar el cochambroso bote y lanzarse al mismo. Prefirió no pensar en ello, ni tampoco en lo que acababa de suceder, así que utilizó su fabulosa capacidad para aislarse en si misma, o más bien en sus recuerdos, algo que siempre le resultaba mucho más placentero y satisfactorio que la realidad en la que vivía. Su hermano siempre era el primero en aparecer, le reconfortaba su imaginaria presencia, y aquel sitio habían pasado buenos momentos, casi podían sentir el calor del solo sobre sus hombros desnudos...
Sólo intentaba seguir el ritmo de Tania, el chapoteo de los remos al entrar en el agua era el único resquicio que la mantenía anclada a la realidad en estos momentos.
La peculiar familia se adentró en la niebla remando cautelosamente, no querían atraer con un ruido de remos innecesario a exploradores de la Legión Negra... en pocos segundos les engulló la bruma del lago volviendoles invisibles desde la orilla... era difícil orientarse, tal vez con la ayuda de Willy esta travesía hubiese sido más sencilla, pero esa ya no era una opción.
Hannah era algo torpe con los remos, quien lo diría de alguien criada junto al lago, pero Tania podía intuir en esos pequeños gestos con la cabeza y esa aparentemente arrítmica bogada como la muchacha reorientaba la Sofía hacia su destino, el Santa Caterina.
Aun tardarían casi una hora en llegar
-Aguanta, Brandom.
Sonó seca y borde. Bogaban con cierto ritmo equilibrado, suficiente para no dar bandazos. Lentos, no podía ser de otra manera. La barca aguantaba. La niebla los envolvía igual que una gasa mortuoria.
Miró al crío.
-Sigue sentado. Baja la cremallera y mea aquí dentro. No pasa nada.
Otro golpe de remo. Esbozó una sonrisa.
-No queda mucho, chicos. Lo tenemos. Podéis conseguirlo. Sabéis, mi abuelo me contaba que la niebla es el aliento de un dragón que vela por nosotros. Su manto es parte de su espíritu, nos cubre con él y nos fortalece.
Era un intento torpe de animar a los niños. No se le ocurría otra cosa. Debían mantener el silencio.
El niño sacó su pistolita y comenzó a miccionar un arqueado chorrito que colega empezó a lengüetear haciendo que el niño riese y apartara el chorro para mojarle la cara al chucho, a pesar de lo supuestamente asqueroso del asunto esta situación rompió por unos instantes la tensión y por un momento muchos de los ocupantes del bote parecían tener un momento de felicidad...
Ponnng, un golpe sordo en el casco advirtió que algo había topado con el casco maltrecho del Sofia, algo que flotaba, nada que pudiese hacerles naufragar.
Hannah no estaba llevando demasiado bien el viaje en barca. Ni siquiera la situación de Brandom consiguió sacar a la muchacha de su aislamiento. Había estado pensando en lo sucedido, en las prioridades de cada uno de los ocupantes de la barca, y en que elegiría Tania si se daba el caso de que tuviera que elegir. Puede que ahora fuera seguro viajar con ella, la había protegido, pero no las tenía todas consigo en un futuro, y las dudas comenzaron a instalar en la mente de la chica de manera inevitable.
Dio un pequeño sobresalto cuando sintió el golpe, aliviada al ver que, de momento, no iban a hundirse.
Incorporó el cuerpo para echar un vistazo, sin llegar a levantarse, y tocó con el remo el objeto con el que habían chocado para comprobar de que se trataba.
La falta de luz y la densa niebla hacían dificultosa la tarea de identificar aquel bulto que flotaba a escasos centímetros del maltrecho casco de la Sofia... Hannah se atrevió a usar el remo como medio de tocar y remover aquello hasta conseguir darle la vuelta... horror, aquello no era nada más ni nada menos que un cuerpo humano en un altísimo estado de putrefacción.
Tania ayudó con su remo a Hannah para empujar y alejar de la barca el cadáver en descomposición. Le dijo a Carola que comprobara y se centrara en la dirección que señalaba la brújula. La niña asintió, sonriendo, todavía divertida por la escena anterior del perro y Brandom.
Entonces comprobó que un poco de agua había entrado en Sofía. Nada de qué preocuparse de momento. Se preguntó si podrían cruzar el lago si no había otra opción, y se contestó a sí misma que lo harían. Su determinación no desfallecía, no podía permitirse la duda delante de los chicos ni Hannah.
Continuó remando.
-Ya casi estamos. Hannah conoce bien este lago, no nos perderemos. Y con nuestra piloto Carola no hay posibilidad de desviarnos del rumbo fijado. Vamos.
Una vez el cadáver putrefacto había sido apartado el grupo empezó a retomar su rumbo guiados por la brújula que portaba Carola y el instinto de la joven Hannah, pero un extraño burbujeo llamó la atención de ésta haciendo que dejara de remar y mirase a un lado de la barca sobresaltada... el fiambre se había hundido solo y desaparecido, algo que no era nada normal... unos segundos después, es mismo trozo de carne que habían apartado de la barca aparecía por sorpresa a las espaldas de Carola arrastrándola al agua como lo haría un cocodrilo. La niña apenas tuvo tiempo de gritar.
bueno que os empezabais a aburrir jijiji
antes de postear nada pasaros a describir lo que pretendéis hacer en la escena Y... ACCIÓN!!!
Resultó un ataque inesperado. Carola estaba allí, frente a ella, y al siguiente latido era arrastrada hacia las oscuras aguas.
Tania nunca había querido pensar qué decisión tomaría si había de elegir entre la vida de los niños y la propia. Despiadada superviviente, era probable que se decantase por salvar su culo en primer término. Pero ahora esa no era la cuestión; llevaba meses cuidando de los críos, luchando con la vida, los vivos y los muertos, y no cesaría de combatir mientras tuviera fuerzas, uñas y dientes.
Soltó los remos y se zambulló cuchillo en mano. Las aguas no estaban heladas, sí bastante frías. Agarró de la muñeca a Carola y hundió la larga hoja de acero en la cabeza del zombi. La extrajo con dos bruscos estirones, y eso les dio unos segundos para impulsarse hacia la superficie. La sorpresa fue cuando esa cosa la pilló a ella con manos huesudas y fuertes como tenazas. Tal vez no acertó por completo en su cuchillada.
Se debatió y forcejeó. Sacó la cabeza del agua y alzó a Carola en el bote.
-¡Cógela, vamos, Hannah!
Notó que algo rozaba su pierna. Pateó y se revolvió, golpeó de nuevo con las botas. El infectado o lo que fuese no se daba por vencido, mientras estuviese vivo sería una amenaza para todos. Tania se preparó para la siguiente acometida, acelerado el pulso, la respiración agitada, y todos sus instintos asesinos en alarma.
-¡Hannah! ¡Cuando asome la cabeza golpea con el remo!
Aturdido, ella luego lo remataría.
El inicial sobresalto apenas duro un par de segundos, después lo siguió una sensación mucho peor, mucho más desapacible, el miedo, el pánico que sintió al confirmar que realmente era una cobarde, muy lejos del valor que demostró Tania al arrojarse al agua sin pensarlo siquiera para ayudar a la niña.
El grito de Brandom la hizo reaccionar, lo agarró y lo arrastró hasta el centro de la balsa, un gesto no demasiado útil, pero la ayudó a centrarse, a no pensar en lo que sería verse arrastrada al interior del agua. Le pareció que pasaron horas hasta que el silencio fue roto por la aparición de Carola y Tania en la superficie. Prácticamente se tumbó sobre la barca para agarrar a la niña y meterla dentro del bote, sin tiempo para asegurarse de que estaba del todo bien, rebuscó en su interior el coraje para intentar hacer lo que Tania le pedía.
Sal por favor...
Agarró el remo y lo sacó del agua, dispuesta a golpear a aquella cosa en cuanto la viera aparecer. La improvisada arma pesaba una tonelada en las temblorosas manos de la joven.
Bobby se habría lanzado, Bobby no fallaría el golpe.
Tenía que ser como él, tenía que ser él y no la niña cobarde que sentía que era en estos momentos.
Poco después de que Carola consiguiera subir a la barca y que Tania emergiera dando instrucciones a Hannah, aquel ser ya intentaba sujetar a la exsoldado para llevarla al fondo como lo hubiese hecho antes con la niña que temblaba a terrorizada y acurrucada en un rincón de la embarcación. Con un sonoro Crack la cabeza del tipo podrido se abrió como un melón tras el golpe de remo que la muchacha había asestado con los pocos miramientos que podía tener a aquellas alturas de su vida. Lejos de acabar con la criatura ésta solo dio tregua como para que Tania lograse subir al bote y para coger una de sus pistolas... aquel ser intentaba ahora subir a la Sofia con la cabeza destrozada por varias cuchilladas y el golpe de remo.
el que hacéis en la escena Y... ACCIÓN!!! como siempre
Empapada de agua, calada hasta los huesos, sin tiempo apenas a reaccionar, Tania tomó varias bocanadas de aire, mientras de un vistazo observaba a los chicos frente a ella, aterrorizados, agazapados en el abrazo férreo y protector de Hannah. La muchacha había propinado un buen golpe a esa cosa, que se resistía a morir de una maldita vez por todas, como lo mostraba el hecho de que sus agarras de nuevo atenazaban los bordes de la barca amenazando con subir y acabar con todos ellos.
-¿Pero qué puta mierda eres? , le gritó a la cara, como si el monstruo pudiera entenderla.
Buscó y agarró el mango del machete con determinación. Colérica, enfebrecida por el combate, se afianzó con una mano a la embarcación y con la otra asestó un golpe, dos , cortando una de aquellas zarpas de pesadilla. Miró con intensidad hacia la zona donde deberían encontrarse los ojos de la bestia, apretó los dientes y descargó la pesada hoja de su arma contra el cuello. La arrancó con un aullido gutural y una vez más golpeó en el mismo sitio. Sintió los dedos como zarpas que intentaban cogerla por las botas, hasta que un fulminante tercer machetazo acabó por desprender la horrible cabeza del torso. El cuerpo se deslizó con lentitud bajo el agua; la cabeza quedó dentro de Sofía. La pinchó con el machete y con la ayuda de su pie la tiró por la borda.
Se quedó mirando hacia la oscuridad , todavía vigilando, con la respiración agitada , el corazón saliéndosele por la boca. Detrás suyo, escuchó el llanto de Brandom y los gemidos apagados de Carola.
Aún mantenía el remo agarrado con todas sus fuerzas, su cuerpo interpuesto entre el de aquella cosa y los niños mientras observaba como Tania peleaba. Los lloros no la tranquilizaban, ella tenía las mismas ganas de soltar sus propias lágrimas, pero no podía permitírselo. Miró a la mujer que tenía delante cuando arrojó la cabeza por la borda, asintiendo ligeramente con la cabeza, sin saber muy porque, un gesto de agradecimiento, era fuerte, decidida y sabía pelear, sabía tomar decisiones, sin dudar se había arrojado tras la niña...
...le gustaría ser como Tania, pero a la vez, le daba mucho miedo serlo.
¿Estás bien?
Le preguntó a Tania mientras se giraba hacia Carola para revisar que no tuviera ninguna herida, nada que hiciera que pudiese enfermar, mientras le apretaba la mano y se sentaba junto a ella medio abrazándola para darle calor y tranquilidad. Tendría que cambiar de ropa, por lo menos de muda interior.
Ya está muerto, estamos a salvo...
Su mirada dubitativa interrogó a Tania de manera silenciosa.
Tras resolver el fatigoso encuentro con aquel ser que se negaba a morir el grupo pudo intuir que tras escasos metros a través de la niebla había algo grande, quizás el Santa Caterina, quizás aun estuviesen allí sus compañeros "queridos".
cierro escena y unifico grupo de nuevo