De su cinturón Lyra sacó un par de herramientas y se acercó al panel.
— Parece que tenemos aquí un panel básico básico, un modelo muy estándar, Cargo cobraba bien a sus deudores, pero era un poco rácano — dijo girándose a sus compañeros mientras se deshacía con una de las herramientas del panel que cubría la circuitería.
Devolvió su mirada a la vez que guardaba aquella herramienta mientras se ponía a trabajar con la otra. En silencio hizo dos cortes, y montó una unión de dos cables.
La puerta se abrió como si hubiera introducido el código.
— Vamos — apremió a sus compañeros.
Motivo: Mecánica
Tirada
2 éxitos (3 éxitos - 1 fallo)
3 ventajas (3 ventajas)
Lyra era efectiva en lo suyo, y así lo demostró. Con rapidez logró no solo abrirlo, sino hacerlo sin romper el mecanismo. Una vez dentro se encargó de cerrar para que nadie pudiera seguiros. El pasadizo era estrecho, pero estaba bien iluminado mediante mecanismos de presencia que hacían que las luces se encendieran conforma llegabais a una nueva sección. Después de unos 15 minutos en los que perdisteis la noción del espacio recorrido llegasteis al final del túnel. Una nueva puerta os esperaba, aunque esta tenía un accionador manual que os permitió abrir un panel móvil de una de las bahías del hangar donde varias naves esperaban a ser usadas.
Pudisteis escuchar ajetreo, parecía que desde el gobierno de Aldera no estaban dejando salir a nadie del pueblo, pero si a ciertos VIPs. Jade pudo reconocer a un par de dignatarios y representantes de planetas que habían logrado hacerse hueco en alguna nave y con sus familias embarcaban en aeronaves que salían del hangar a toda velocidad. En ese momento se acordó de Robert, pero sobre todo de William...
Zak no le dio tiempo a pensar, y en cuanto vio la oportunidad inició la carrera hacia la nave que Cargo les había indicado. No tuvieron problemas en llegar, abrirla y subir. Era tal el alboroto que nadie se percató de su presencia. Cuando la nave salía del hangar entró una comunicación desde la torre de control pidiendo identificación. Andur miró a Jade y asintió. Dijo quien era, su voz estaba empañada de las lágrimas que sus ojos trataban de contener, pero su identificación fue suficiente para que las alarmas de la nave indicando que os estaban apuntado desaparecieran.
Ya en el espacio exterior todos pudieron ver la enorme estación espacial a lo lejos. Asombrados por semejante obra de ingeniería no repararon en el láser de color verdoso que comenzó a cargarse y posteriormente impactó en el planeta.
Para cuando se dieron cuenta el planeta entero estalló. Las naves que todavía estaban saliendo de la atmósfera desaparecieron del radar, e incluso Andur tuvo que acelerar al máximo la nave para poder salir a salvo del campo de meteoritos que ahora iba hacia ellos a toda velocidad...
Las tres ventajas te permite cerrar de nuevo por si alguien os estuviera siguiendo... ¿Vanila? En un desafío como este y cerrando con retraso no lo alargaremos, pero en una partida normal seguramente hubiera vuelto a aparecer, quizá en una nave persiguiéndoos después de la destrucción del planeta. Hubiéramos roleado como os montáis en la nave y convencéis a los del puesto de control de que os dejen salir...
Pero creo que el propósito se ha cumplido, habéis estado más que a la altura y creo que ha quedado un desafío curioso e interesante.
Os dejo hasta el lunes por si queréis poner algún post final. Tenéis libertad absoluta, eso sí. Lo que ponga el de antes es "canon" así que seguid con lo que haya dicho :)
Desde que disparara a Cargo, Andur había ido en modo mental automático conduciendo por las calles desiertas hasta la entrada secreta del hangar y quedándose bloqueado ante el desafío que suponía abrir la puerta de seguridad. Apenas escuchaba lo que decían sus compañeros y cuando Lyra franqueó el acceso al túnel secreto del contrabandista, entró sin más en él, aunque dedicó una mirada a Jade que le encogió el corazón: podía imaginarse lo que su compañera estaba sufriendo al no poder reunirse todavía con su hijo. Él mismo no dejaba de pensar en sus tres amigos y en la posibilidad de que el Imperio les hiciera algún daño antes de que pudiera interceder por ellos.
Subir a la nave y abandonar el planeta no fue difícil. Como siempre había ocurrido a lo largo de la Historia, ante un desastre inminente los ricos, los poderosos y la gente sin escrúpulos eran capaces de ponerse a salvo. Además, muchos de los que huían eran sin duda escoria rebelde que había encontrado en Alderaan un refugio seguro frente la Imperio; aunque el chollo se les había terminado.
Una vez en el espacio aceleró para escapar del campo gravitatorio del planeta y ponerse a salvo de cualquier escaramuza que pudiera iniciarse en las inmediaciones de su órbita. Ajustó las coordenadas de vuelo y comenzó a sentirse un poco mejor con aquella sensación de libertad que le proporcionaba navegar sin ataduras planetarias. La nave era una maravilla digna de un malechor como Cargo, un modelo reciente bastante avanzado. Empezaba a hacerse a la idea de que tal vez podría quedársela para la siguiente misión cuando vio el satélite artificial del tamaño de una luna que había aparecido ante sus visores.
Aquella estación espacial escapaba a cualquier rango o mesura; simplemente se trataba de una obra de ingeniería titánica.
—¿Habéis visto eso? —preguntó asombrado a sus compañeros; pero antes de que pudiera asimilar ninguna respuesta, un rayo verde de un diámetro colosal partió del satélite e impactó en algún lugar de la superficie de Alderaan. Segundos después todo el planeta estalló por completo proyectando miles de fragmentos en todas direcciones.
El piloto aceleró al máximo instintivamente. Sabía lo que iba a sucederles si se quedaban cerca. La onda de choque les golpeó con una furia terrible, pero Andur logró finalmente recuperar el control de la nave y, mudo de asombro e incredulidad, puso rumbo hacia la estación espacial del Imperio.
Lyra acompañó por aquel pasadizo a Jade junto a sus compañeros. Se acercaba el final, lo sabía y tenía sentimientos encontrados. Por un lado pensaba en su compañero en el taller ¿habría logrado salir? No lo sabía, intentaría contactar con el cuando hubieran salido de Alderaan.
Llegaron al hangar y se dirigieron al transporte de Cargo. Mientras llegaban a este Lyra observó a los VIPs que seguro que podían huir del planeta.
Alzaron el vuelo y solo tuvieron que dar las credenciales de Jade para evitar se bombardeados sin piedad. Una vez habíamos pasado la estratosfera y nos encontrábamos ya bastante alejados de la fuerza gravitacional de Alderaan, la estación espacial gigante apareció ante sus ojos. Sentada en el asiento del copiloto y comprobando los sistemas de la nave, aquel rayo verde pilló a Lyra por sorpresa y un mal presentimiento recorrió su espinazo en forma de escalofrío, escuchó el golpe sordo de este contra el planeta rebelde y pudo ver el reflejo de la explosión. Andur aceleró para intentar evitar la onda expansiva, aunque esta acertó en la nave, el piloto logró tomar
La mecánica cerró los ojos maldiciendo para si. Debería intentar contactar con su compañero, pero no estaba ya, del todo segura, si este se podría haber puesto a salvo.
— Sí — asentí después de un rato de que Andur hiciera aquella pregunta — ¿Cómo es posible que nos ocultasen este proyecto a todos? — preguntó casi de forma retórica.
Lyra estaba alucinando por todo el trabajo de ingeniería que debía llevar construir y ocultar este monstruoso proyecto capaz de conseguir que un planeta se esfumase en medio del espacio, como si nunca hubiera existido. Mientras se acercaban observaba bien la superficie fijándose en la construcción.
Con Cargo eliminado y vía libre para el hangar sólo quedaba un cabo suelto, Vanila. Pero seguramente lo tendría dificil para escapar y seguramente acabaría palmando en la ocupación Imperial. Ya se encargaría Zak de dar su descripción.
Cuando vio la puerta cerrada ya se estaba temiendo que tendrían que abrirse paso violentamente, pero los jefazos sabían lo que se hacían cuando montaron el equipo. Todos tenían su utilidad y en aquel momento brilló Lyra.
-Muy bien hecho. Ya sólo queda montarse y marcharse.-
No le echó un segundo vistazo a toda aquella escoria que estaba tratado de huir. Si alguno lo conseguía ya les pillarían más tarde. No se podían fiar de nadie de aquel maldito planeta. Era un cultivo de rebeldes y merecían morir. El Imperio era lo único que podía garantizar y mantener una paz estable en la Galaxía, y Zak Atanna estaba orgulloso de pertener a el.
La salida del planeta fue como la seda, le encantaba que las misiones saliesen como estaban previstas. Habian escapado todos y con el paquete. El resto no importaba. Seguramente Jade estaría mal por el tema del hijo, Zak no era del todo insensible. Sabía que aquello debía ser duro, pero había que hacer sacrificios por un bien común. Por eso él no había entablado lazos con nadie, había gente que le caía bien, pero nada más. Si los detenían a todos y los fusilaban sería porque se lo merecían.
Estaba en aquellos pensamientos cuando vio aquella estación espacial. Era una maravilla. Y cuando la vio actuar y destruir el planeta de un solo disparo abrió la boca asombrado.
-Increible. Absolutamente increible. Con eso de nuestro lado nadie se atreverá a oponersenos. Es un gran día para el Imperio.-
El soldado se recostó en la silla y disfrutó del espectáculo. Definitavamente había sido un buen día.
Jade se dejó caer en el asiento, sabía que no había tiempo para buscar a Robert ni a Williams. Intentó no llorar pero no pudo evitarlo. Su hijo había muerto por su culpa, ella podía haberle salvado, al menos eso se decía a si misma.
Cuando se hubo recuperado un poco se acercó a Andur y le señaló hacia aquella estación.
— Allí. Tengo los códigos para subirnos. — explicó y se volvió a sentar en su asiento. — No quise deciros qué era lo que iba a pasar porque sospechaba que intentaríais sacar a alguien del planeta con vosotros. — respiró. — Hasta yo misma he tenido la intención de sacar a mi propio hijo, pero al final, la misión ha sido lo que ha prevalecido. No lo olvidéis. — arengó a sus compañeros. — El Imperio es lo primero, haya lo que haya que sacrificar.
Jade se secó las lágrimas y se recuperó. Era una buena diplomática y sabía ocultar bien sus sentimientos, no le costaba hacerlo. Solo pensaba en Robert y en William. Tal vez se habían salvado, su marido era un hombre importante y Jade confiaba en que le sacaran del planeta como había visto que hacían con unos VIPS. Esperaba que hubiera puesto la vida de William por encima de todo. Jade cerró los ojos intentando descansar, tenía que buscarlos. El Imperio se había destapado como un estado cruel y sanguinario, aniquilando a todo un planeta, cometiendo genocidio. Todo aquello tambaleaba los principios de la diplomática y la pérdida de su hijo... solo hacía todo más inestable.