Partida Rol por web

Llevaba un rato Peter listo, con el arma entre sus manos aguardando el momento ideal, en cuanto Speedy se puso al nivel del otro vehículo, supo que el momento había llegado y sin dudar apretó el gatillo con suavidad.

—¡Ahora, písale! —gritó con la esperanza de poner tierra por medio antes de que devolviesen el fuego.

—Gira a la derecha por la siguiente y luego verás un callejón a la izquierda. Es un giro muy rápido... si eres lo suficientemente rápido podemos ganar ventaja por ahí. Puede incluso que lo pierdas un rato, maniobrando para entrar por el callejón. Es una entrada muy rápida... zig, zag. ¿Entiendes?

Frog le hizo una señal con la mano a Speedy indicando el movimiento rápido que tenía que hacer con el coche. Speedy era rápido y manejaba el coche con agilidad.

—Después del callejón, otra vez a la izquierda y vuelves a la principal.

Había atrapado al cabron. Ahora tenía que superarle. Apretando los dientes y el culo, Speedy siguió acelerando a Betsy. Al pasar junto al coche perseguidor intentó pega fin volantazo para sacarlo del asfalto. 

Casi se la  pega acelerando, pero su habilidad le hizo corregir a tiempo. Eran muchas carreras ilegales a su espalda...

Rambo no tenía su día. Maldecía y miraba su arma como si la culpa de todo fuera de ella. ¡No podía creérselo! ¡No acertaba ni de coña! ¡Menuda sombra negra llevaba encima¹! Sorprendentemente fue Peter quien alcanzó el motor del cadillac² haciendo que saliese un humo blanco constante por el capó que, como mínimo, dificultaba la visión del siempre sereno Luca, que se limitó a mostrar un gesto de desagrado en su rostro.

Por su parte Speedy intentó embestir a su oponente pero el coche de Flames se interpuso en el medio y tuvo que cancelar la maniobra³. Negando con la cabeza pisó el acelerador y se metió por el carril contrario. A punto estuvo de estamparse con un coche que venía hacia ellos pero en el último momento fue capaz de colarse por un hueco y sacar ventaja a sus perseguidores⁴. Frog se quedó mirando el desvío que acababa de recomendar y que ya quedaba por la parte trasera del coche, ignorado totalmente por el conductor.

Flame se dispuso a realizar su parte del trabajo e intentó embestir contra el cadillac pero Luca fue más rápido y se apartó a tiempo. El acompañante del mejicano sacó su recortada para apuntar al coche con la esperanza de causar algún destrozo en su motor. Por desgracia el vaivén los coches hizo que el disparo alcanzase el asfalto.

Luca no iba a dejar escapar a su presa. Pegó un acelerón para no perder de vista al coche fugitivo⁵ a la par que intentaba usar el tráfico que se apartaba de aquella carrera desenfrenada como cobertura contra posibles disparos⁶. Al ver eso Flame sacó lo mejor de si mismo para adelantar a su oponente y, aunque se situó a la vera de Speedy, le hizo una seña para indicarle que intentaría sacar de la carretera a Luca⁷.

Los matones de la mafia dispararon contra el coche de los ladrones, que era el que para ellos tenía mayor importancia. Dos de ellos intentaban alcanzar a los pasajeros que iban en la parte posterior mientras que el tercero apuntaba al vehículo. La lluvia de balas pasó sin alcanzar a nadie ya que los movimientos evasivos de Luca también afectaban a sus propios pasajeros a la hora de apuntar.

Speedy se permitió una sonrisa. Estaban llegando al punto donde estaba la cadena de pinchos que ahora mismo estaban a punto de desplegar dos mecánicos que habían trabajado con él en carreras ilegales y que sabían del tema. Era increíble lo que se podía conseguir en las Vegas con algo de dinero y algunos contactos. Ni siquiera las luces de sirenas de policía que veía al final de la calle le podían amargar el momento: estaban a punto de salirse con la suya.

Flame vio que era el momento de intentar interceptar a Luca y para ello redujo la velocidad para intentar cruzarse en su camino⁸. ¡Vaya maniobra! Cruzó el coche de forma horizontal y Luca, simplemente, no lo vio venir. La embestida fue tan brutal que ambos coches salieron disparados cada uno para un lado distinto. El coche de los mafiosos dio varias vueltas de campana para acabar estampado contra un local de apuestas cercano, entrando por el ventanal y arrasando con las máquinas tragaperras.

El vehículo de Flame tampoco se libró de la brutal colisión y fue dando vueltas como una peonza. En un momento dado se temieron lo peor pero el mejicano recuperó el control y pese a que el coche estaba casi destrozado lo vieron tomar una calle lateral alejándose del jaleo. Y bien que hacía porque ahora la policía estaba casi encima de ellos, aunque era seguro que alguno se pararía en la sala de apuestas accidentada.

Speedy lo tuvo fácil: pegó un volantazo y tras pasar por la zona indicada sus compinches desplegaron la barrera de coches. En esos momentos no podrían darles caza por carretera pero fijo que todo aquel destrozo y tiroteo haría salir un pájaro⁹ a buscarlos. Tenían que hacer el cambio de coche cuanto antes.

—¡Sí! —gritó Peter totalmente exhultante—. ¡Ha sido la hostia, ahora podemos decir que somos ricos, estamos podridos de dinero ohhhh yeah! 

Sneaky hasta ahora pesimista se veía con todos los problemas superados una vez se metieron en el parking.

- Joder, joder - dijo Jon después de haber maldecido su arma con todos los insultos que conocía, que no eran pocos. 

Salió pitando de allí siguiendo a Sneaky hacia el parking. Se puso a la altura de Antonio y fue a darle una palmada en la espalda pero recordó su herida y no lo hizo - Joder, te has lucido, joder qué adrenalina - dijo visiblemente excitado por la persecución de la que acababan de escapar. 

Miró el arma que tenía en su mano - maldita traidora - volvió a maldecir el arma que tan oportunamente había fallado momentos atrás. Por suerte eran un equipo y de momento, iban ganando. Si conseguían salir de ahí con la pasta, Rambo sería un hombre muy feliz.

- Ahora voy. Dijo speedy

Speedy estaba exultante con su carrera, pero tambien tenia un nudo en el estómago. Por ello aun no le dolía el hombro como sabia que le dolería en breve. Se tomó medio bote de calmantes que tenia en la guantera y se lo tragó con una golpe de gin que había también en la guantera. Bleh.

El coche nuevo estaba donde lo había dejado. Nadie parecía haberlo tocado. El descampado que se hacia llamar “parking” no era más que una parcela de tierra sin construir entre la autopista y la 55, una zona sin demasiado valor económico o social, compuesto por almacenes pero relativamente cerca de transporte, por lo que, al igual que otros descampados similares, mucha gente lo usaba para dejar el coche antes de ir a trabajar al centro. Este tenía la gracia de que era un terreno de los Bonano, así que tenía su mala hostia el haber aparcado el coche aquí.

Tras coger las bolsas del maletero, Speedy se quedó mirando el coche con pesar. Era la última vez que vería a Betsie. Le esperaba el desguace. Su mejor coche hasta la fecha iba a ser triturado sin contemplaciones. Después de este golpe seguro que había imágenes de Betsie en varias cámaras de seguridad, y hasta la corruptísima poli de las Vegas no iba a hacer la vista gorda con semejante caso de alto perfil en sus calles si veía uno de los coches implicados. No después de esa persecución.

Sus compañeros le dejaron un cierto margen para despedirse de su vehículo avanzando hacia el nuevo coche. Un Cadillac gris y con el aspecto lo más mundano posible que había podido conseguir.

- Adios, colega - dijo acariciando el capó - Muchas gracias por todo. 

Para Sneaky las ceremonias no tenían lugar, fue el primero en salir para después abrir el capó y sacar una de las pesadas bolsas con las que había huido del casino.

—Venga vámonos. Vamos bien pero tampoco hay que confiarse... Utilicemos a esta pequeña para salir del estado.

El rostro de Frog era serio. Estaban a punto de consolidar el golpe pero no se fiaba. Cogió una de las bolsas del maletero de Betsie y la metió en el otro coche.

—Todavía no hemos ganado, no bajéis la puta guardia —dijo con el ceño fruncido.

Una vez estuvieron sentados en el nuevo coche Frog miró a Antonio.

—Buen trabajo —dijo sin elevar demasiado el tono de voz.

Venga venga, joder Antonio, ni que fuera tu novia - le dijo intentando no perder los nervios. 

Se aseguró de que no quedara ninguna bolsa en el coche viejo y se metió en el nuevo, una vez más pegado a la ventanilla. 

- Písale.

Antonio se subió en el cadillac tras despedirse de Betsie y arrancó el coche.

¡Lo habían logrado! Habían salido de allí con toda la pasta y el pellejo casi intacto si no fuera por la herida de Speedy. Había salido todo tal como lo planearan pero aún quedaba el tema de desaparecer del mapa. El tipo de las fichas les había visto la cara y habían pedido favores a cierta gente para trabajar en el local. Era sólo cuestión de tiempo que los Bonano empezasen a apretar tuercas y la mafia italiana comenzase la caza. Eso sin contar que la policía estaría ahora buscándolos por todo el lío que se montó en la carrera por el bulevar. De hecho escuchaban un helicóptero lejano que probablemente ya estaría buscando a Betsie.

¿Qué harían ahora?

Frog estaba sacando una de las mochilas del coche que Antonio había dejado en la parte trasera del piso franco. El grupo subió al piso y Arnold dejó la mochila sobre la mesa. Tras el reparto del dinero, desapareció yendo a una habitación. En unos minutos volvió y dejó sobre la mesa cuatro pasaportes¹, uno para cada uno. En el que aparecía la foto de Arnold tenía destino Suecia y los otros tres tenían, cada uno, direcciones distintas.

—Creo que nuestros caminos se separan... al menos por un tiempo —dijo apesadumbrado—. Le pedí un favor a Charlie y me ha preparado estos pasaportes para salir del país. Tenía confianza en que esto saldría bien y... no me he equivocado. Habéis hecho un gran trabajo. TODOS. Espero que os vaya bien y que nuestros caminos se vuelvan a encontrar.

Yo me voy a Suiza - dijo Rambo - He escuchado que allí pagan bien a quienes trabajan en seguridad y preguntan poco si llevas pasta a un banco. 

- Que la vida os vaya bien. Yo por mi parte espero no volver a veros, significará que nadie nos ha jodido. 

John cogió su pasaporte y se lo metió en el bolsillo.

–Yo al Caribe… Sol, playas y unos cuantos países sin tratados de extradición con los Estados Unidos de América. No creo que eche de menos esto, ni siquiera vuestra fea cara – añadió con una sonrisa. Subrayó su expresión tendiéndoles la mano.

- Lo mio va a ser el sur. Aun no sé qué pais, pero me quedo en un lugar donde el clima no se aun asco y las mujeres sean bonitas! Jaja! Encantadod enhaber trabajado con vosotros. Dicho lo cual.... - señaló la botella - parece qur tengo que ir a la licoreria. Ahora vuelvo. Antonio desapareció por la puerta con un sombrero y ropa que eran muy poco propas de él, una medida de seguridad que el grupo habia adoptado para evitar sorpresas de ultima hora. 

Al cabo de unos minutos Peter, fumando en la ventana vio algo que le hizo fruncir el ceño. 2 coches negros aparcando en la puerta del bloque de pisos y 8 tipos bajando. Con gafas de sol a las 7 de la tarde y trajes. Mierda!

—Maldito hijo de puta. Sabía que haría algo así —dijo ladeando la cabeza—. Vamos, no hay tiempo.

Les hizo un gesto para que le acompañaran y les metió en una habitación de aquel piso. Cerró la puerta con el cerrojo por dentro y levantó una alfombra que decoraba aquella pequeña sala de estar. Bajo la alfombra había una trampilla que daba a una vía de escape¹ por la cual tenían que salir de rodillas.

—Cuando encuentren este lugar y consigan abrir la puerta ya estaremos muy lejos.

Una vez estuvieron dentro Frog cerró la trampilla y colocó un pasador por el interior. Eso les retendría lo suficiente.

EPÍLOGO

La cámara muestra una aldea mexicana. Un 4x4 blindado, de cristales tintados, se detiene frente a la cantina y se ven unas botas elegantes que pisan el suelo arenoso. Se oyen portazos del coche y la cámara sigue a la persona que, vista de espaldas, no es todavía reconocible. Hay otras figuras alrededor del 4x4 que se atisban brevemente.

La siguiente toma es desde la cantina, a contraluz contra la puerta. La luminosidad hace que los rasgos de los que entran se vean claramente pero ya se intuye que son tres de los protagonistas de la historia. Se enfoca ahora una mano que pone una moneda sobre la barra y la hace girar con gracia. Los dedos tamborilean siguiendo los giros de la moneda.

—¿Qué va a ser señores?— pregunta en español el camarero.

—Whisky, una botella. Y una indicación.— responde en inglés.

Es la voz de Frog. La cámara asciende hasta su acara y luego se aleja un poco para tomar un plano donde se ve acodado en la barra, junto a él, a John. Sneaky está encendiendo un pitillo. Todos van vestidos con ropas caras y no se parecen en nada a los personajes iniciales. Parecen de los que cortan el pastel.

—Estamos buscando al señor González. ¿Lo conoce?

—Claro señor.— el camarero le contesta en inglés — Todos aquí conocen al señor González.

—Eso nos han dicho.

—Su hacienda está al sur. Villa Betsie. No tiene pérdida señor. ¿Pueden pagarme por adelantado señor?

Frog saca un fajo de billetes y deja uno sobre la barra. Suena un móvil en su bolsillo y lo saca, lo cual indica que ha pasado mucho tiempo desde el atraco. Arnold abre la tapa (es todavía un móvil con teclado) mientras pregunta al camarero:

—¿Por qué tanta prisa por pagar?

Una voz habla por el móvil. Es la de Antonio:

—Hola Arnold. Cuanto tiempo...

—Porque los muertos no pagan señor, siempre dejan deuda.— contesta el camarero mientras se agacha tras la barra.

—Pues espero que le hayas cobrado todo a Speedy, mamón.— dice en ese momento John mientras desenfunda una uzi mirando a Sneaky.

—Que empiece la fiesta.— contesta Sneaky sonriendo mientras aprieta un botón.

La cámara enfoca el exterior del local donde varios individuos armados rodean la puerta. En ese momento estalla el 4x4 mientras se oyen disparos desde el interior.

Fundido a negro y salen los créditos...