La N6 la habitación maldit.
Estaba el de recepción, totalmente palido y una chica de la limpieza.
No parecía estar en sus cabales ninguno de ello, mas bien fuera de sí.
El de la recepción había subido con la tarjeta llave maestra tras el aviso de la mujer de la limpieza.
(...)
En la habitación había el cadáver de Dionisio y trozos de vestido y de haber sido forzada una mujer tal vez su compañera. Pero esta estaba desaparecida o Raptada ¿Quien Sabe?
Igual esta Sammuel estoy esperando que me narre para ver su acción
Harlan pensó que lo mejor era irse a su habitación asignada por ULISES para poder leer un rato y descansar. Se levantó, inclinó ligeramente la cabeza a modo de despedida y se alejó sin mirar atrás. El ambiente se había relajado un poco, a su parecer, aunque no tanto como para sentir que todo marchaba como le hubiese gustado. ¿Habría alguna manera de conseguirlo? Y, más aún, ¿era tan importante?
Pronto estaría en el espacio, el lugar de donde su admirado Erich von Däniken afirmaba que habían llegado los dioses a la Tierra en la antigüedad. Criaturas maravillosas de poderes inconcebibles que pertenecían a razas que ya eran antiguas cuando el mundo era joven. ¿Habría en la actualidad más seres en el espacio cercano que visitasen nuestro mundo? Este tipo de gustos y reflexiones nunca las hubiera compartido con nadie.
—Soy un científico —murmura para sí—. Creo en lo que puedo ver y medir.
-Interesante -su voz ausente parece negar su afirmación. Se gira para mirar a Tryss, la única que queda. Parece que han vuelto a la misma escena del comienzo del día. Diríase que Amara está incluso un poco relajada pero permanece sentada en el extremo de la mesa.
Suspira.
-No tiene sentido. Nada.
Levanta la mano llamando a la camarera.
-Tequila, blanco, por favor. ¿Quieres algo?
La chica deja de reponer las bandejas, se quita el delantal y os acerca una botella con dos vasitos, rodajas de limones, sal pimentada.
-Esta la fabricamos aquí, tengan cuidado es fuerte. - os dice la chica antes de marchar a su faena.