Partida Rol por web

Aunque tengo bastantes dudas de si aguantará el corrosivo contacto del "drac" despedazado, despliego un saco y voy echando dentro los trozos de cuerpo más grandes que conseguimos rescatar con cuidado de no quemarme con la sangre (si es que es eso lo que provoca las abrasiones).

Me gustaría poder guardar los restos en un contenedor más seguro pero desconozco qué efectos tendría meterlos en mi nueva mochila encantada y me da miedo que la deterioren de alguna manera. No por primera vez desde que salimos de Robann echo de menos tener mi carreta pero soy consciente de que hubiera sido imposible transportarla hasta aquí.

—Fuera está atardeciendo —comento, echando una mirada al agujero del techo— y caminar en la oscuridad por el pantano no es algo que me apasione. Si no encontramos en las inmediaciones a la naga que nos contrató, tal vez sería buena idea hacer noche aquí, al resguardo de las inclemencias del tiempo y de los animales salvajes y continuar nuestra búsqueda de la naga y nuestro viaje hacia Mem cuando haya amanecido, ¿no os parece?

Siempre me fascina todo lo que sabe Kylian y no puedo evitar preguntarme cuántas más cosas sabrá. Entonces un recuerdo vago me viene a la mente y miro al clérigo de Gilean:

—Kylian, ¿no nos dijiste que los caballeros de Neraka estaban construyendo o recuperando... una fortaleza flotante en unas ruinas élficas? Esas ruinas deben de ser las de Mem, ¿no? Imagino que no habrá muchas más antiguas ciudades élficas en los Grandes Páramos. Yo no sé nada de fortalezas flotantes, ¿vosotros sabéis algo? Y creo que dijiste también que tenías un mensaje cifrado para los cultistas de Zeboim. Si pudiéramos descubrir lo que pone, tal vez nos sería de ayuda.

─Sí, es una suerte que no se decidiera a usar su arma de aliento ─dijo el enano desviando la mirada hacia Lowen, que incluso sin haberla sufrido ya había recibido lo suyo... Y él mismo también, tenía quemaduras de ácido que atestiguaban que el proceso de acabar con el monstruo no había sido nada divertido.

Thorwyn se giró hacia Lluvia cuando ésta intervino. Sus opiniones siempre tenían peso para el enano. Lluvia era no sólo una gran ayuda para el grupo, además era una suerte de líder espiritual, irónicamente mucho más que el civilizado clérigo que les acompañaba.

─Creo que lo más sencillo sería salir al exterior, hacer una hoguera y que los bakali cantaran una canción de la victoria o algo así. De esa manera sea lo que sea que nos escuche pensará que son los hombres-lagarto. Si son otros hombres-lagarto no hay problema. Si es la naga sabrá que hemos acabado con el "minotauro" y si les escuchan los nerakanos pensarán que son los "esclavos" hombre-lagarto con sus pintorescas costumbres... Si queréis puedo disponer un hechizo de alarma¹ que suene para todos cuando alguien entre en este cubil, de manera que pudiéramos descansar unas horas.

La perspectiva de encender una hoguera, descansar a salvo de los peligros del pantano y esperar que la naga viniera a buscarles resultaba hasta cierto punto reconfortante. Hasta cierto punto, sí, porque la naga no era lo que se dice una persona en la que confiar ciegamente. Aunque el enano estaba convencido que cumpliría su palabra, entre otras cosas porque seguramente no le suponía demasiado esfuerzo.

─Respecto de la fortaleza flotante, creo que si unimos todas las piezas sería algo así como que con el fruto de los saqueos en solamnia el ejército nerakano está pagando no sólo el soborno necesario para obtener el beneplácito del gran dragón que domina Nordmaar, sino también la reconstrucción de una fortaleza flotante por parte de draconianos en las ruinas de una ciudad élfica abandonada, Mem, de la que no estamos lejos. En cuanto al mensaje cifrado, aunque tengo un hechizo de comprensión idiomática, no sirve para descifrar códigos. Pero nada quita que eso no lo pudiera hacer yo. ¿Me dejas ese mensaje, Kylian?²

- Si, muy posiblemente las ruinas élficas estén de Mem, sean la propia Mem o estén en sus alrededores. - Afirmó el sacerdote. - Eso es algo que desconocía. - Se encogió de hombros. - Pero es algo que podemos descubrir si vamos hasta allí. - Sonrió de forma pícara. 

Kylian extrajo el extraño mensaje cifrado de un estuche para pergaminos que colgaba de su espalda. No tuvo que busca demasiado para hacerse con éste y le lo entregó de buena gana a Thorwyn.

- Aquí lo tienes. - Asintió con la cabeza. - Suerte.