Aquella incursión al fin había acabado. Como incursión, al menos. Si quedaba alguien vivo en la fortaleza, haría bien de huir por su vida y no arriesgarla al cruzarse con el vendaval-de-muerte, como decía el pseudo-enano embarrado que se había unido al grupo de héroes/incursores. Habían vencido a los guerreros-esclavos, a los esclavizadores y a los soldados y su señor, así como al mago gris, que en un giro inesperado de los acontecimientos había resultado ser el mismo que les había instado a intentar acabar con él. Desde luego había gente que no estaba bien de la cabeza.
Salvado y curado, al menos parcialmente, por Lluvia, el enano estaba una vez más en deuda con la bárbara de las llanuras.
─Lluvia Estelar, disculpa que no te lo dijera antes, pero gracias. Gracias por no dejar que me fuera como... bueno, por no dejar que me fuera ─dijo el enano desviando inevitablemente la mirada hacia Kylian, o, más bien, el espectro de lo que había sido el "campeón de la neutralidad".
Thorwyn no estaba preparado para irse. Le quedaban demasiadas cosas por hacer. Crear un arma mágica cuyo nombre fuera mayor que el suyo mismo era una de esas cosas. Si tenían tiempo y posibilidades, todos y cada uno de los héroes que le acompañaban tendrían su gratitud en forma de objetos mágicos para ellos1.
─Enrielle, gracias a ti también. No sé qué hubiéramos hecho sin ti. Y tú, pequeño latonado, te has comportado como un valiente. Toooodo el rato. Las heridas sanarán, las heridas que no sanan nunca son las que vienen consecuencia de lo que no hemos hecho... ─añadió acariciando la cabeza de Jilhazhí.
Y eso era todo. Klunurig era demasiado nuevo para él como para tenerlo en cuenta y tampoco había ayudado con el mago gris (aunque sí con los caballeros y los goblins, eso había que reconocerlo) y Kylian, bueno, el espectro que trataba de ocupar su lugar era un ser intangible que dejaba moco en todo lo que tocaba, en ocasiones más que de forma física...
─Esta sala... es aquí. Aquí, sí... ─dijo el arcanista echando mano a la esfera que habían estado negando al mago gris─ desde aquí se debe poder activar la fortaleza. Dejad que la estudie, por favor. No quisiera activar la magia para acabar hundiéndola en el pantano irremediablemente... y a nosotros con ella.
Dicho esto, con el escrito que habían descifrado en su momento en mente y observando detenidamente las marcas, el arcanista del grupo, ayudado de un hechizo de Detectar magica, trató de deducir qué debía hacer cada control, cómo dirigir la fortaleza, ver hacia dónde dirigirse y controlar su velocidad y altitud.
Motivo: Saber arcano
Tirada: 1d20
Resultado: 17(+5)=22 [17]
Motivo: Usar objetos mágicos
Tirada: 1d20
Resultado: 14(+3)=17 [14]
(1) Dejo aquí la sugerencia, por si al máster le apetece recogerla...
No sé si se puede dedicar tiempo extra para obtener un bono a la tirada de Saber (arcano), o que me ayude alguien (¿Kylian?) o asegurar un 20, pero sería mi intención original. Sino, pues me conformo con la tirada...
Algo parecido me gustaría con Usar Objetos, si es que es necesaria la tirada, que lo otro es para saber cómo se utiliza.
También me gustaría saber si es necesario estar "a los mandos" todo el tiempo o se puede poner en "modo piloto automático".
Y si me va a ser posible activar los mandos a mi, dada mi escasa estatura. Siempre podríamos esperar a mañana y yo usar un Alterar el propio aspecto para hacerme de proporciones más humanas (o draconianas, si es menester), pero en ese caso mi capacidad para dirigir la fortaleza sería muy limitada, unos 5 min./día, u otros tantos si renuncio a tirar otros hechizos de 2º nivel (máximo 20 min.).
Por último, dado nuestro estado lastimoso, yo sería partidario de encerrarnos en esta torre y descansar de una condenada vez, antes de que cualquier desharrapado nos tosa un poco fuerte y caigamos moribundos al suelo.
Y luego a ver si me podéis encontrar perlas buenas (100 p.a. o más) para ir haciendo hechizos de identificar.
Y sí, por el amor de Reorx, al mago hay que registrarlo, aunque sea para la piedra de comunicación, que vale una pasta y nos puede ir de perlas. Perlas, que gracia...
Motivo: Saber arcano
Tirada: 1d20
Resultado: 1(+7)=8 [1]
Dejó tirada hecha de saber arcano, pero casi mejor no haber tirado XD.
Luego posteo que ahora no tengo tiempo. Día complicado...
De todo lo que encontramos, el lecho del túnica gris es lo que me resulta más atractivo. No porque resulte especialmente cómodo, ni elegante, sino por el mero hecho de que es una cama.
Sin embargo, me avergüenza estar pensando en echarme a dormir cuando no llevamos despiertos más que un par de horas como mucho. Me parece que hayan pasado semanas desde que dejamos la biblioteca para recorrer el resto de la fortaleza. Estoy tan cansada...
Acepto con humildad la gratitud de Thorwyn, sabiendo que lo dice de corazón. Todos hemos dado lo mejor de nosotros mismos esta mañana y de no haber sido así, probablemente ninguno estaríamos vivos para contarlo a estas alturas. Mi contribución solo es una gota más en este enorme oasis de talento que es este grupo de héroes.
No puedo evitar recordar cómo era yo cuando llegué a Belleria con mi mula y compararme con la versión de mí en la que me he convertido en estos meses. Y no solo porque ahora sea co-propietaria de una fortaleza en los Páramos de Nordmaar, sino por todo lo que he vivido, lo que he ganado y lo que he perdido en tan poco tiempo.
Al llegar a la última planta, por fin entiendo qué quería decir el mensaje que descifré en el pantano. Comprendía las palabras, claro, pero eran las instrucciones de un artefacto que jamás había visto. Ahora que lo tengo delante de mí, parecen tener más sentido.
Yo apenas sé nada de magia, Thorwyn es el auténtico experto y yo poco que yo conozco lo he aprendido de él; viéndole, escuchándole... Pero sí recuerdo bien el mensaje después de todo el tiempo que me llevó entender lo que ponía.
—Así que este es el puesto del Capitán del Viento, que ponía la nota que Kylian consiguió de los nerakanos. No me lo imaginaba así, la verdad. Entonces esas huellas marcan el sitio donde el piloto debe poner los pies y esas palancas de ahí, donde tiene que poner las manos. Aunque a esta palanca de aquí le falta algo, una esfera negra como la otra, decía el mensaje encriptado. Y se supone que cuando el piloto esté en su lugar, se levantará un escudo de energía a su alrededor para protegerle, aparecerá un mapa de la zona en el techo y la fortaleza despegará. Al menos, eso era lo que decía el mensaje. Creo que deberíamos probar a ver qué sucede y, a falta de un timonel experto entre nosotros, no se me ocurre nadie más capacitado que tú para hacerlo, Thorwyn —le animo con una sonrisa de confianza antes de darme cuenta de que tal vez le estoy presionando demasiado y recular—. Aunque... si tú no quieres, podría intentarlo yo, claro... O quien se sienta más animado...
Tal vez no sea la mejor idea que he tenido nunca, pero la verdad es que no sé por qué este momento sería peor que cualquier otro. Si no despega, dará igual que lo intentemos hoy o mañana. Y si despega y termina estrellándose contra el suelo, nos mataremos igualmente.
Motivo: Saber (arcano)
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+10)=19 [9]
Motivo: Inteligencia
Tirada: 1d20
Resultado: 20(+2)=22 [20]
Ahí va mi pequeña contribución a la tirada de Thorwyn. Aun así, lo que yo sé de saber(arcano) es más sobre dragones de criar a Jiłhazhí que de objetos mágicos y esas cosas ;)
Hago una tirada de Inteligencia para ver si recuerdo el contenido del mensaje (creo que alguien se comió el papelito). ¡Y saco 20 natural! Así que su pongo que lo tengo memorizado mejor que nadie ^^
De nuevo Kylian hubiera sonreido de haber podido modificar su inamovible mueca facial, pero no pudo. Le fastidiaba bastante aquello. Vivir o no estar muerto, no acababa de saber definir su nueva existencia, era una completa lata. No podía hacer muchas de las fosas que hacía en vida y aunque podía atravesar paredes y era inmune a ataques físicos, no acababa de compensar.
El hecho de no haber dejado el mundo por completo eran sin duda una buena noticia. Aún le quedaban muchas cosas que hacer antes de desaparecer para siempre y pasar a un nuevo plano de existencia, si es que Gilean su dios patrón, le aceptaba en su reino de equilibrio y neutralidad. No obstante, no sabía cuanto tiempo podría soportar su propia inutilidad. Una eternidad atrapado en ese cuerpo inmaterial podía llegar a ser muy desagradable. Necesitaba resucitar para acabar de recorrer la senda.
Y aunque no sonrió al no poder, se alegró internamente de haber llegado al torreón del Capitán del Viento. Allí se encontraban los mecanismos para mover aquella fortaleza por los aires y al ver que faltaba una piedra mágica para que aquella construcción se elevase, hizo que un sentimiento de satisfacción le recorriera por dentro.
- El Alférez Abrena me entregó la piedra negra que hace volar este lugar. - Afirmó con tono solamente. - Juntamente con el documento que explicaba el funcionamiento del asiento del conductor. - Asintió varias veces con la cabeza. - La senda, como siempre os digo, está marcada y se encamina hacia el equilibrio y la neutralidad. - Hizo una breve pausa. - Todo lo que nos ha sucedido, lo que hemos percibido como "malo" y también como lo que hemos percibido como "bueno", nos ha conducido hasta este punto. Hemos asaltado y conquistado está fortaleza y sabéis tan bien como yo, que era una hazaña imposible antes de iniciarla. - Miró a todos los cada uno de los presentes. - Estoy orgulloso de vosotros, pues aunque no lo sepáis, estáis contribuyendo a un fin superior. Nuestra obra será recordara y perpetuada mucho más allá de cuando nuestros nombres hayan sido olvidados. - Se mantuvo en silencio unos momentos. - Debo recuperar mi cuerpo. Debo resucitar. - Habló con dolor en sus palabras. - No poder ser de utilidad me está corroyendo por dentro. Necesitamos conseguir a alguien que me devuelva a la vida. - Miró entonces al thiewar, a la silla de control y de nuevo al enano. - ¿Haces los honores? Yo no puedo... - Concluyó con agritud.
Después de lo cerca que ha estado Thorwyn de morir esta mañana, es comprensible que la prudencia se imponga en él y que prefiera esperar a haberse recobrado un poco antes de ponerse a experimentar con la magia de este lugar.
Probablemente sea incluso lo más juicioso, aunque en estos momentos me preocupa más lo que haya fuera de la fortaleza que lo que quede dentro. La niña reina de los goblins nos previno de que un ejército de su gente vendría a rescatarla y este lugar es demasiado grande como para que podamos frustrar un asalto si un grupo suficientemente numeroso se lo propone.
Este pensamiento trae a mi memoria a los dos goblins que tenemos como "invitados" en sus aposentos. Les prometí que les conseguiría algo más de comer y la verdad es que a nosotros también nos vendría bien. La despensa de este lugar tiene que estar en alguna parte, por el momento no la hemos encontrado y eso significa que cada vez nos quedan menos sitios donde buscarla. Ese será mi principal objetivo para las próximas horas y aceptaré la ayuda de quien quiera ofrecérmela.1
—Kylian, imagino que no encontrarías comida en el torreón que has estado explorando hace un rato, ¿verdad? Voy a ver si localizo las cocinas en alguna parte. Los nerakanos acampados aquí tendrían que comer algo, digo yo.2
Motivo: Sanar Enrielle a largo plazo
Tirada: 1d20
Dificultad: 15+
Resultado: 17(+11)=28 (Exito) [17]
Motivo: Sanar Thorwyn a largo plazo
Tirada: 1d20
Dificultad: 15+
Resultado: 18(+11)=29 (Exito) [18]
Motivo: Sanar Jilhazhí a largo plazo
Tirada: 1d20
Dificultad: 15+
Resultado: 9(+11)=20 (Exito) [9]
1: Voy a empezar a buscar la despensa en las tres puertas que no hemos explorado al sur de la fortaleza, recorriéndolas de Oeste a Este. Me queda todavía un conjuro de nivel 0 pero no lo voy a gastar en un "detectar magia" para registrar al mago, sino que me lo voy a reservar para lanzar "purificar comida y bebida" sobre lo que encuentre comestible (si es que encuentro algo). Si detecto cualquier amenaza, gritaré y saldré corriendo (acción de retirada que no provoca AdO) para avisar a mis compañeros. En ningún caso me enfrentaré a nadie estando sola (ni aunque sea un solo goblin de aspecto penoso).
2: Si encuentro comida, o si termino de registrar el edificio sur y el torreón suroeste (lo que suceda antes de las dos cosas), dejaré de buscar. No tengo intención de ir al torreón noroeste porque parece en ruinas y ahí no creo que haya comida, a menos que Kylian diga específicamente que allí hay comida.
Si consigo comida, lo digo, "purificar comida y bebida" e intentaré cocinarla para todos (incluidos nuestros prisioneros goblins). Y, la consiga o no, estableceré una enfermería en el nivel 1 de la torre de la biblioteca, donde están los cuerpos de Lowen y Kylian y donde tenemos camas de sobra para todos. A los que se queden descansando allí les aplicaré cuidados a largo plazo para que recuperen el doble de PG por descanso (dejo hechas tiradas de Sanar para ello).
En el mapa de la herrería me parece que he visto una carretilla. Como no necesitaré estar en la enfermería todo el tiempo, aprovecharé los ratos libres para ir cargando cadáveres y sacándolos de la fortaleza para echarlos a las chozas goblins en ruinas el exterior, empezando por los cultistas de Zeboim que todavía tenemos metidos en el despacho de la biblioteca. Hay que empezar a limpiar esto o se nos va a llenar de fantasmas vengativos. Si alguno se ofrece a ir a buscar madera montamos una pira de tres pares...
Enrielle jugaba con Jilhazhí y el telescopio. Cuando escuchó el agradecimiento de Thorwyn alzó la cabeza y le dedicó una sonrisa y un rápido gesto de mano, restando importancia. Cada uno hacia su parte, al fin y al cabo. Sin su magia no podría haber disipado la lentitud y quizás estuviera muerta. No le faltaba mucho por como se sentía, pero aún no lo estaba.
Dejó el telescopio interesada en los mandos de la fortaleza que sus amigos examinaban. No dijo mucho. No sería ella la que condujese la fortaleza. De hecho, no le hacía ninguna gracia volar. ¿Se desmoronaría nada más despegar? ¿Se hundirìa como decía Thorwyn? ¿Se estrellarían y morirían? Así al menos la fortaleza no caería en malas manos.
—Como sea, pero antes de echarla a volar, aseguraos de que no acabemos arrepintiéndonos. Hay libros en la biblioteca, quizá alguno hable de conducir castillos...— sugirió.
Giró la cabeza para mirar a Kylian mientras hablaba de la piedra negra. Ajá, así que en efecto la tenía Thorwyn. No hizo demasiado caso al asunto de la neutralidad , pero sí se compadeció al ver que deseaba volver a la vida.
—No te preocupes, Kylian. Encontraremos a alguien que pueda ayudarte. Seguro que damos con alguien antes de que se pudra tu, eh... tu cuerpo... Porque supongo que lo necesitas, claro, aunque este calor y los bichos no ayudan.
Al ver que Lluvia se disponía a bajar, Enrielle no pudo sino incorporarse con una mueca de dolor y acompañarla, arco en mano.
—Voy contigo, amiga. No debemos movernos solas por aquí. No aún.
Voy a acompañar a Lluvia Estelar en todo momento. Cuando Lluvia haya terminado de explorar me instalo en la enfermería y me dejo curar, como y pienso en Nudillos.
Pero antes ayudo a quitar los muertos de esa torre, incluyendo la cabeza del pobre nerakano que Lowen lanzó por el ventanuco xD
Thorwyn negó con la cabeza. El arcanista enano no intentaría alzar la fortaleza por los aires sin aprender todo lo posible sobre lo que había que saber para tratar de hacerla volar con seguridad. Quería estar preparado. Quería sobrevivir a la experiencia. Quería que todo aquel sufrimiento que habían pasado sirviera para algo. Le apetecía entrar en los libros de historia, sí, incluso que se hicieran monumentos de él ─a mayor gloria de su repudio a los suyos y sus retorcidas vías─, pero no como aquel que había logrado un breve vuelo de uno de los mayores artefactos mágicos jamás creados precediendo a un catastrófico accidente que acabara con el susodicho, su propia vida y la de los demás a bordo de la fortaleza...
Así que el enano, tozudo, ignoró al fantasma de Kylian. Igual o más que cuando estaba vivo. Ni siquiera hizo el esfuerzo de sonreirle de forma paternalista (el fantasma de cara petrificada en expresión moribunda no le despertaba buenos sentimientos), pero tras examinar la sala y los controles todo lo que pudo, de registrar mentalmente todos los comentarios que la sabia que-shu le había proporcionado, abandonó la misma (con la piedra oscura acompañándole en su bolsa de componentes) y se dirigió a la biblioteca.
─Kylian, voy a buscar algún libro en la biblioteca que nos ilustre sobre las características de las fortalezas volantes de la Guerra de la Lanza. Creo que es lo más provechoso que podemos hacer mientras las demás exploran. Y creo que tú todavía tienes alguna capacidad de consultar libros pese a... tu condición. Agradecería la ayuda.
Como buen enano no voy a abandonar la seguridad de la tierra bajo mis pies sin estar seguro de poder recuperarla con ciertas garantías.
Por supuesto, puedes irte a la biblioteca a estudiar los libros para conseguir tu bonificador de circunstancia o conseguirlo mediante la ayuda de alguno de tus compañeros.
O incluso combinarlos. Como de todas maneras mi personaje no entiende de bonificadores de circunstancia o ayuda de compañeros, narrativamente se dedica a tratar de amasar la mayor cantidad posible de conocimientos y recomendaciones llenas de sentido común al respecto del tema en cuestión.
Entre los efectos personales del difunto hechicero encontráis, aparte de su ensangrentada túnica gris, un estoque de buena calidad y un manojo de llaves que probablemente abrirán la mayor parte de las cerraduras de la fortaleza.
Con este botín entre manos, retomáis el registro de los restantes edificios de la fortaleza en compañía de Jilhazhí, preparadas para cualquier nueva emboscada que pueda sorprenderlos.
El primer lugar al que os dirigís es hacia la puerta situada frente a la torre del homenaje, donde habéis dejado al resto. La puerta está cerrada, pero tras probar varias llaves, conseguís abrirla sin tener que subir de nuevo a por la ayuda de Thorwyn.
Al otro lado descubrís un gran salón dividido en dos secciones claramente diferenciadas. La mitad occidental, en la que os encontráis, tiene todo el aspecto de ser un improvisado taller de carpintería, donde los cultistas construían cofres y cajas para guardar el saqueo a juzgar por los contenidos de algunas de ellas, a medio llenar. La zona oriental, en cambio, ha sido acondicionada como comedor, con dos dos largas mesas rectangulares con sillas para una decena de comensales cada una.
A parte de la puerta que habéis cruzado, hay otra más también en la pared norte del comedor que lleva de vuelta hasta el patio de armas, pero no os molestáis en buscar la llave que la abre puesto que podéis llegar hasta el otro lado dando un rodeo por detrás de la torre del homenaje. Y, además de esta puerta, descubrís otras dos situadas a ambos lados del gran salón.
La del extremo oeste debe llevar al torreón suroeste y está cerrada con llave. La que se encuentra en el extremo este, en cambio, solo está entornada y, al abrirla, descubrís lo que estabais buscando: una cocina, con el suelo de madera y un fogón de hierro en un rincón.
Peroles y sartenes hechos de hojalata cuelgan de ganchos en las paredes, junto con los restos sin vida de algunos animales cuya carne no huele demasiado apetitosa. En un armario estrecho, junto a un lavadero, encontráis escobas y trapos. Y en varias cajas y barriles repartidos por toda la estancia descubrís una buena cantidad de comida no perecedera: aceite, cereales, patatas, queso, vino, cecina, especias, frutos secos...
Para una fortaleza de este tamaño es una cocina pequeña y su despensa todavía más reducida. No es de extrañar que dependieran de los cazadores bakali para surtirse de forma continua. Pero para vosotros, que sois muy pocos, hay comida más que suficiente para una semana sin pasar apuros.
Además de la puerta que acabáis de cruzar, hay otra más situada al norte de la cocina. Está cerrada con llave pero cuando encontráis la adecuada, os conduce directamente junto al torreón de la biblioteca, donde os aguardan vuestros compañeros.
Botín salón: 80 ppt, 450 pa, 520 pp, 22 piedras semipreciosas (por un valor total de 1115 pa) [21 lb]
Botín cocina: ración de viaje x30 [30 lb]
NOTA: Como habéis encontrado lo que estabais buscando, asumo que no seguís explorando más y volvéis a reuniros con vuestros compañeros.
Cuando Enrielle, la mística que-shu y el pequeño Jilhazhí se marchan en busca de la despensa de la fortaleza, el resto os quedáis en la torre del homenaje pero no lo hacéis durante mucho tiempo. Solo el necesario para hurgar en los cajones del Túnica Gris y entre sus pertenencias.
Si esperabais encontrar un manual de instrucciones detallado para hacer volar la fortaleza no tardáis en desengañaros pero, en cambio, encontráis una pequeña fortuna en piedras preciosas dentro de una bolsita de terciopelo negro entre las que se encuentran unas cuantas perlas lo suficientemente grandes como para que Thorwyn pueda emplearlas como componentes materiales para sus sortilegios de identificación.
Con vuestro valioso tesoro, regresáis a la biblioteca. Allí el arcanista enano trata de poner orden entre los libros tirados por todas partes, descartando rápidamente aquellos que no tienen nada que ver con la materia que busca y deteniéndose en los que podrían tener algo de información relevante. Mientras tanto, Klunurig y Kylian están enfrascados en una apasionante conversación acerca de la propuesta del druida de traerle de vuelta a la vida bajo una forma determinada por los designios del pantano.
Botín: 2000 pa en piedras preciosas + 7 perlas blancas (100 pa/ud.)
Tras haber invocado la bendición de sus antepasados para purificar una parte de los alimentos encontrados, Lluvia Estelar y Enrielle se reunen con el resto de vosotros en la biblioteca con comida más que suficiente para aplacar vuestro apetito. No traen con ellas un gran banquete, pero sí quesos, frutos secos, embutidos y unas cuantas galletas de trigo bastante duras.
Cuando la mística que-shu se dirige a los aposentos de los goblins para compartir con ellos parte de las provisiones halladas, descubre que estos han huido. No encuentra sus restos mortales hasta mucho después, cuando empieza a sacar cadáveres fuera de los muros de la fortaleza y reconoce la corona dentada de la reina Ozjura entre los cuerpos sin vida de la barbacana. Lo que queda de ella y de su valeroso acompañante es casi irreconocible y ambos parecen haber sido parcialmente devorados por alguna bestia del pantano que ahora ya no se encuentra allí. Cómo consiguió entrar el animal a través de la puerta cerrada de la fortaleza, es un misterio. Las pertenencias de la niña trasgoide están desparramadas por toda la planta baja de la barbacana y son un batiburrillo de perfumes, joyería de plata y electro, espejos de mano, peines de concha, horquillas para cabello y broches con piedras semipreciosas.
Mientras Lluvia Estelar va y viene con su carretilla cargada de cuerpos a medio descomponer y a medio descuartizar, Klunurig ha salido de la fortaleza volando nuevamente bajo la forma de una gaviota y ahora anda por los alrededores tratando de reunir leña para la hoguera y algunas hierbas y flores que, según ha asegurado, necesita para revivir al fantasmal Kylian.
Por su parte, Thorwyn, Enrielle y Jilhazhí, cubiertos con gruesos vendajes en varias zonas del cuerpo, disfrutáis de un merecido descanso y de las atenciones que la chamana que-shu os prodiga de forma esporádica. La exploradora de la Legión ha escogido una habitación con buenas vistas al lado sur de la fortaleza y ha movido su cama para poder observar desde allí cualquier aproximación indeseada a la barbacana. Thorwyn, cómodamente repantingado entre los mullidos cojines de la cama que una vez perteneció a Lizbet Valanta, lee en voz alta respondiendo lo mejor que puede a las interminables preguntas que el pequeño dragón de Latón no deja de formularle cada poco.
Y Kylian, arrodillado en la alfombra a los pies de su propio cadáver, reza para que el pagano ritual de Klunurig tenga éxito y consiga devolverlo de nuevo a la vida.
Por ahora, la paz reina en vuestro nuevo hogar.
Botín de Ozjura: objetos varios por valor de 1.376 pa.