Partida Rol por web

El plan de Eliza sonaba francamente aburrido. ¿Tunear coches al sol? vaya mierda de vida.

¿Perseguir ratas? no tan aburrido, pero... tampoco divertido.

Sigo fumando hasta terminarme el cigarrillo y me acerco a las entrañas de la limo para ver si entiendo algo de lo que está haciendo la mecánica.

Señala a una de las naves laterales, la izquierda por la entrada.

— Ya que estamos, vayamos a ver que hay en las otras naves, así aprovechamos el viaje y traemos todo lo que necesitemos.

Comprobó que su pistola aturdidora seguía en funcionamiento con un pequeño calambre en la yema de su dedo indice, mientras se dirigía hacia allá.

—Vale— aceptó con resignación— Pero deprisa, que seguro que ese tipo vuelve pronto. Y si un tiro en la cara no le detiene y vienen unos cuantos, estaremos jodidos.

Eve, absorta por la visión del árbol, apenas escuchó a sus compañeros hablar. Se acercó más. Iba moviendo muy lentamente la cabeza de esa forma tan característica suya mientras se acercaba.

Al lado de aquel tronco se sintió reconfortada. Era como si no hubiese penurias en el mundo. Como si las ramas pudieran defendernos de todo mal. Pero, tras echar un leve vistazo a los cadáveres, sabía que eso estaba muy lejos de ser cierto. Y suspiró profundamente.

Tras el momento de, casi, ensoñación, escuchó a las ratas acercarse. El sonido le recordó a la última vez que vivió algo similar. Estaban en un alcantarillado y vio muchísimas ratas correr hacia ella sin saber qué las atraía... Poco después descubrió que las ratas no corren así por sentirse atraídas, si no por huir de algo. Aquella vez fue un loco con un lanzallamas. Esperó que esta vez no fuese lo mismo, pero desde luego no iba a quedarse a comprobarlo.

-Hay que irse.

Abandonáis el ábside para atravesar el crucero y dirigiros a los transeptos, con cierto cuidado de donde pisáis de nuevo en la madera. Al fondo de la nave principal podéis ver los ojillos rojos de las decenas de ratas que se agolpan en las sombras y podéis intuir un enjambre de roedores bastante significativo. Sin acercaros a ellas parecen dejaros tranquilos.

Tratáis de abrir la puerta de del transepto norte, pero está firmemente cerrada. A diferencia de la madera del suelo esta parece recia y haber aguantado bien el paso del tiempo. Sin herramientas adecuadas para forzarla, os dirigís al transepto sur, cuya puerta no está cerrada, pero parece atrancada por algo al otro lado.

En ambos casos pensáis que podríais abriros paso a través de las puertas con las herramientas adecuadas que seguro que lleváis en la caravana, una palanqueta y una pequeña hacha de mano.

—Bueno, ahora sí que debemos volver, ¿no? Cuerdas, imán, linterna... ¿algo más?— preguntó Shatura dispuesta a irse de allí inmediatamente. Intentando calmarse a sí misma dio unos pequeños toques de llamada a la puerta trancada —Porque no creo que nadie vaya a abrirnos aquí, ¿verdad?

Si siempre te ha parecido un coñazo ver currar a Jeremy en la limu, fijarte en los detalles con el pibón de Eliza hace que te resulte imposible concentrarte en la mierda que esté haciendo. Joder, delegas esa mierda en Jeremy por algo. Si el muy cabrón hubiera hecho bien su trabajo y hubiera sustituido la correa cuando tocaba no os veríais en esta mierda. ¿Cuándo fue la última vez que la cambio? ¿Lo sabes? Seguro que se le olvidó a ese viejales, como esa mierda del pozo.

Te vuelves a reclinar hacia atrás disfrutando del cigarro y las vistas del culo de Eliza. Tienes tiempo hasta para pensar, algo que sueles evitar porque lo tuyo es la acción. Las ratas en grandes cantidades solo se mueven por dos motivos: comida o huir de algo chungo. ¿Cuál será la opción en este caso? ¿Habrá comida en la iglesia o estarán buscando refugio allí?

A lo lejos oyes un trueno. Ahora te fijas en una nubes negras que se han estado junto a lo lejos sustituyendo las nubes grisáceas que tenéis sobre vosotros. Parece que la tormenta os va a pillar si os entretenéis mucho.

Jeremy asiente.

— Si si, volvamos. Además este sitio parece que se podría desmoronar en cualquier momento, entre los agujeros y lo mal conservado que está.. Vayamos a fuera con Azotitos y nos planteamos nuestro próximo movimiento. Tengo algunas cosas en el taller que nos podrían venir bien, al menos unas cuerdas para bajar y conseguir mi escopeta..

Se encamina hacia afuera.

Os dirigís hacia la salida por la nave principal. Las maderas crujen bajo vuestro peso. Desde los laterales notáis decenas de pares de ojillos rojos fijos en vosotros. Por momentos pensáis en que puedan ser capaces de saltar sobre vosotros y atacaros, pero mantienen las distancias. Llegáis a las puertas sin más complicaciones, con cierto alivio por dejar atrás esos ojillos rojos.  

- Esto ya está – dice Eliza girándose con una sonrisa limpiándose la grasa de las manos en un trapo – Ve dentro y dale a ver si ya va bien. – te propone.  

Eve, Jeremy y Shatura salis de la iglesia por la puerta principal. Fuera el ambiente es un poco más frío de lo que recordabais. A lo lejos podéis ver el motivo de ello. Unas nubes negras están sustituyendo a las nubes gris claro que os habían estado acompañando hasta ahora. De seguir así la tormenta os alcanzará en no sabéis cuanto tiempo.

La limuvana sigue donde estaba. Eliza está de pie frente al capó girada, limpiándose las manos en un trapo, y parece que diciéndole algo a Azotitos.