Partida Rol por web

EPÍLOGO 1. LA LLEGADA DE LOS HÉROES.

Ya había amanecido cuando los seis valientes regresaban del Encinar malheridos y cargando con gran cantidad de armas y armaduras encontradas en las ruinas del templo de Rorion.

A esas horas la actividad de Viecas no era de demasiado ajetreo. Esa mañana las calles estaban desiertas salvo por unos pocos campesinos que estaban montando sus puestos de venta de fruta, verdura y hortalizas en la plaza del centro de la aldea.

De los siete aventureros que partieron hacia la caza del lobo faltaba uno de ellos, precisamente el único miembro de pleno derecho de aquella pequeña población del norte de Jasania. Wynloc no había regresado y eso fue lo primero que notaron los aldeanos que vieron regresar a sus salvadores.

Uno de los aldeanos se acercó a grupo, se trataba de un hombre mayor que se apoyaba en un bastón para caminar. Les miró de forma inquisitiva, se rascó la nariz y escupió en el suelo sin dejar de clavar su mirada sobre ellos.

- ¿Sois vosotros los que fuisteis a matar al lobo? - Preguntó entonces con una voz amarga como la cerveza.

- ¡Así es, villano! - Respondió el Conde con orgulloso. - ¡Nos hemos terminado con la amenaza que se cernía sobre esta villa! - Exclamó.

En ese momento se escucharon voces de aprobación entre los pocos congregados en la plaza a esas tempranas horas del día. No obstante, muy pronto se vieron rodeados por una veintena de curiosos y aliviados vecinos.

- ¿Y dónde está el bueno de Wynloc? - Preguntó una moza entrada en carnes.

- ¡Sí! ¿Dónde está el bueno de Wyn? - Preguntó un joven esmirriado.

- Biff nos dijo que marchó con una partida al Encinar. - Afirmó una muchacha de buen ver. - ¿Dónde está nuestro héroe?

... había estado dándole vueltas a este momento, desde que abandonamos el Encinar. ¿como encajarían las gentes del pueblo que uno de los suyos actuase de tal modo?
Por lo que pudimos descubri, Wynloc atraía presas hacia su amada... lo que no sabíamos era como fue el proceso que la convirtió en licántropo; quizá un arte druídico fallido. En todo csso, ella, en forma de bestia, era lo suficientemente capaz de tener conciencia de sí, como para actuar junto con Wynloc sin revolverse contra él.

Ahora, ante los paisanos de los fallecidos, tenemos tres opciones... la cruda realidad, mentir abiertamente, o, sencillamente, no contarlo todo...

-Wynloc no sobrevivió a las heridas del combate, al igual que Willmer. Luchó por su vida, pero ahora descana en paz, con Serenya. Les hemos enterrado en el mismo sitio, así como los restos de otras personas que encontramos allí. La batalla fue dura, como pueden ver por el estado en que volvemos. Tal vez puedan reconocer a alguna otra de las víctimas por los enseres que hemos recuperado

... se como es la gente de los pueblos, la desconfianza hacia los desconocidos; malamente aceptarían la verdad. Miro a los demás; de todo cuanto he dicho, no hay falsedad ninguna, y no me gustaría ver una turba intentando lincharnos por hacer lo que debíamos hacer

Godofredo, quien caminaba apoyado en Ruff debido a la gravedad de sus heridas, se limitó a asentir a las palabras de su compañero.
-Así es... lamentablemente nada pudimos hacer por ellos... más lucharon valientemente, os lo aseguro.

Elenair arrastraba la espada con la sangre seca de La licántropo mientras seguía los pasos de Ruff y Sir Godofredo -Parece que ya te has buscado una pareja de baile ¿no?- La elfa sonrió al ver como Sir Godofredo se apoyaba en el semiorco. Ella como siempre trataba de quitar algo de hierro al asunto. Estaban agotados, toda la noche sin dormir y después de ser “traicionados” además de ser atacados. Las últimas horas habían sido una locura.
Elenair sacó su flauta para amenizar algo la caminata mientras en su cabeza ya comenzaba a dar forma a la historia que narraría en todoas las posadas - Esta noche, Timmy, beberemos juntos. Tenemos que dar forma a una gesta...

Timmy caminaba alegre tras la gesta realizada, sin duda había sobrepasado las expectativas de su Conde, el cual en primer momento le quiso entregar a un hospicio; por suerte se fugó para aprender a ser el gran explorador en el que se había convertido, pudiendo unirse al grupo como uno más.

- Claro Elenair! Beberemos y lo que quieras! Con lo de hoy ya puedo decir que soy un hombre!!!

Dijo orgulloso el niño a su menuda compañera.

Al llegar al pueblo escucho la versión falsa que el orco contó, estuvo a punto de decir la verdad al ignorar los motivos para defender a la pareja de asesinos, pero un gesto de Godofredo le hizo continuar la farsa.

Buenas gentes! No teman más! Traigo las pieles de los lobos que os atormentaban! Os sirve de prueba de que estáis a salvo? Alguien en este pueblo me puede hacer una capa con éste?

El niño enseñó las pieles de todos esos lobos, con sus dentaduras y todos, sin duda se quería hacer un recuerdo con ellas.

Vuelvo la mirada al oir le chascarrillo de Elenair sobre Sir Godofredo y yo. La verdad, debemos parecer más bien dos borrachos apoyándose mútuamente en su andar vacilante, más que dos bailarines... No, si al final conseguirá que intente aprender a bailar... esta elfa suele ser más persuasiva de lo que cabría imaginar. Se que mucho de lo que dice es una máscara, una forma de defensa, para que los hechos que hemos vivido no la salpiquen emocionalmente..., pero la forma de llevar a rastras la espada, la delatan. Cuando podamos descansar, se la limpiaré a fondo.

Miro a mis compañeros... cansados, heridos en distinto grado, pero con ganas de hacer chistes si pueden, y eso me hace sonreir. Incluso el gran Timmy, que por derecho se ha ganado el respeto de los demás hace ya tiempo; haremos bien en intentar mejorar nuestro equipo de cara a futuras aventuras, ya que esto ha sido un aviso de lo que nos pueden hacer unos pocos rivales poderosos.

Yo por si acaso, he ido echando el ojo a alguna pieza de malla de las que hemos encontrado, y me pregunto si el hacha que esgrimía el lupus horribilis me causaría problemas si la llevo sujeta a la espalda...

Volviendo al pueblo le doy apoyo a la dama enana para que sus heridas no le duelan tanto, al ser de estaturas baja vamos un poco más lento que los demás miembros del grupo, por lo que al llegar nosotros ellos ya estan reunidos con los pueblerinos y explicandoles lo sucedido. Aún quedando varios pasos para llegar al resto de la gente me paro con ella -Parecese que esto se ha acabado por fin; esta vez casi no lo cuentas ¿eh?- suelto una risotada -¿Donde te apetece ir primero, a que te curen esas heridas o a la posada a celebrarlo?, no me gustan las multitudes, ¿hacemos mutis por el foro?- Sabiendo como era ella, me imaginé que su respuesta sería la segunda.

Las explicaciones de los aventureros fueron convincentes. No obstante, desataron sentimientos enfrentados entre los allí congregados. Por una parte sintieron alegría, pues la amenaza había sido neutralizada, por otra parte sintieron lástima por los que se habían ido. Buenos vecinos y buenas gentes de la aldea de Viecas.

Cuando preguntaron por Ismail Braxxen y el grupo respondió que también había perecido, algunos no se sorprendieron, otros sintieron un nuevo mazazo en su corazón y la mayoría ya conocía la noticia, pues Gardal Riley y Daiser Ater regresaron anoche con los restos de aquel infeliz.

Tras las preguntas y las explicaciones, una mujer que dijo ser peletera se acercó a Timmy y le ofreció trabajar las pieles de lobo para hacer con ellas una capa. No le iba a cobrar por el trabajo ya que estaba muy agradecida por su hazaña. Ella era madre y estaba mucho más tranquila ahora.

Menos de diez minutos después se presentaron ante Biff Mason. El jefe de la guardia de Viecas les invitó a pasar al interior de su pequeño cuartel y fue allí dónde recibió las pertinentes explicaciones de lo sucedido.

Aquel hombre se sintió muy contrariado cuando supo de la muerte de Wynloc y de Serenya. Aquellas dos personas eran dos miembros muy importantes de la comunidad. Wilmer era un buen hombre y muy valiente. Era también una verdadera lástima, pues dejaba viuda y dos hijos.

Finalmente invitó a los valientes salvadores de Viecas a descansa en el cuartel. Había catres para todos y se estaba caliente. Después de tomar un caldo que uno de los guardias preparó para ellos y que les revivió por dentro, finalmente se fueron a descansar.

Dormirían casi todo el día, pues por la noche se había preparado una celebración por los héroes y en memoria de los caídos. Un buen banquete, música, danza, cerveza y las historias contadas de boca de Elenair les esperaban. La joven elfa tenía una nueva leyenda que empezar a contar y esa sería una muy buena noche para empezar a divulgarla.