Partida Rol por web

Aún así, la semiorca se acercó a él. Estaba vacío, con la tapa echada a un lado, pero daba repelús solo de verlo. Teníamos que volver raudos junto al conde de Miramonte y contarle las nuevas que habiamos encontrado, ya que estábamos todos en peligro. Nos iban a chupar la sangre, a despedazar en cachitos para cocinarnos y darnos a comer a las huestes de no muertos que tendñria este tipo, porque seguro que tenía un ejército de no muertos.

-"Bien, deja ya de ojear la alcoba, no es momento para ponerse seductora. Vayamos rápido a ver a mi señor y comentarle lo que hemos descubierto."

Miré al desgraciado de DelCojon sintiendo que su proximidad era como un insulto para cualquiera, pero al menos llevaba razón y debíamos no perder tiempo en informar de nuestro descubrimiento.

-Sí, será mejor que vayamos en busca de los demás y les digamos lo que hemos descubierto. Cogeré el diario, vaya a ser que alguien se atreva a decir que es una invención nuestra. Además, alguien va a tener que dar explicaciones sobre lo que aquí se relata -dije, agarrando el diario y dándome la vuelta para salir de la habitación.

Al hacerlo, volví a mirar la "cortina" que tenía enrollada el criado.

-Bonito atuendo. Claro que es mejor que ver lo que hay debajo. Eso solo lo he visto en niños orcos recién nacidos, aun poco formados.