El tipo este pesa como la mierda, menos mal que fuerza tengo pero joder ya podría haber dejado las donas. No lo puedo evitar, mi cabezoneria puede más que cualquier otra tontería en la cabeza. Así que lo intento, esa sombra es rara de cojones y quiero saber.
Pero el hijo de puta aprovecha esto para coger la escopeta y dispararme. Por suerte la masa de carne me cubre, no suspiro, lo miro mal y con cara de "te haré pedazos", aunque sigo con la labor.
«¡¿Pero que mierda?!»
Protesto mentalmente, no lo puedo creer. Joder no se traspasa y porque el gordo si. No entiendo nada y encima está el idiota apuntando, nos quiere matar. Pero mi compañero interviene, que le raje el cuello al chico así el cabron ese llora.
Gantry... No tenía ni idea de qué carajo le había pasado, pero de un momento a otro el grandullón no estaba allí, como si hubiera atravesado la mancha de la pared. No, eso no podía ser, era una puta locura. Y sin embargo, era lo que había visto. ¿Me habían engañado mis sentidos? Puede que Gantry ni siquiera estuviera allí y fuera una alucinación producto de las drogas o del shock, como el personaje de Brad Pitt en El Club de la Lucha.
-Joder... -mascullé de pronto, al oír la voz de Terry proveniente de la mancha de sangre y, de inmediato, siento deseos de lanzarme contra la macha para salvarlo.
Antes de que pudiera evitarlo, aquel cabrón del cazador me arrebata el revólver y me insta a que me ponga en el suelo. No lo hago. En vez de ello, alzo ambas manos en señal de rendición, pero no me arrodillo. No he suplicado nunca por mi vida y no voy a hacerlo ahora.
-Escuchad, podemos solucionar esto -dije, centrándome en Tom-. ¿Habéis visto lo que le ha pasado al grandullón? La mancha se lo ha tragado, y tengo la impresión de que hará lo mismo con nosotros tres. Solo tenéis que dejar que vayamos hacia esa mancha y nos vayamos. Si no funciona... bueno, siempre podréis llamar a la poli.
Tom, el del revólver, mueve el arma ligeramente ante la propuesta de Morgan.
—¿Es eso cierto? —pregunta con cierta ansiedad—. ¿Eh? ¿Entonces por qué el guapito de ahí no ha conseguido traspasar a ese..? Joder, no tiene cara, estáis locos —se nota cierto tinte de miedo en su voz—. ¿Por qué no ha desaparecido ese también? ¿Es uno de los vuestros? ¿Qué le habéis hecho? ¿Eh? ¡Eh!
—Tom, Tom, tranquilo —le tranquiliza Gene, escopeta en mano, levantándose del suelo con cautela—. Si lo que dice el viejo es cierto, desaparecerán y nos dejarán en paz. Si no, los mataremos nosotros mismos —mira con determinación a su amigo—. Tenemos los medios, y juro que estos no saldrán de aquí con vida. Y tú, calvito —espeta a Douglas—, atrévete a moverte un centímetro para hacerle daño al crío y te vuelo la cabeza —carga de nuevo el arma y el sonido invade toda la habitación—. Juro que te vuelo la cabeza. Es más, ya te estás alejando de él. Tú vas a ser el primero que toque la mancha, ¿entendido? Como intentes algo raro, ya sabes lo que va a pasar. Venga, andando.
Y Gene se acerca cautelosamente hacia Douglas, esperando a que éste haga un movimiento. Tom, por su parte, mantiene el revólver apuntando a Morgan.
Tras el intento de hacer pasar a Dennis por la pared, la voz de la chica vuelve a sonar en tu cabeza, algo ofendida.
No es a él a quien quiero, Marcell, ya lo sabes.
Vuelves a oír la voz de tu padre:
No tienes huevos, Simon. Nunca los has tenido, por eso la gente abusa de ti. Ven conmigo, Simon y haz algo bien por una vez en tu vida. Que se note que eres mi hijo.
Iba a contestar al capullo de la escopeta algo que seguramente hubiera hecho que me volasen la tapa de los sesos pero entonces mi atención vuelve a la mancha, llegando a girar levemente la cabeza y dejo de escuchar al resto del mundo. La mancha atrapa toda mi atención, parece que oigo algo proveniente de ella, algo irreal, no puede ser...mis visiones han pasado el umbral de lo real...¿Qué es lo real? Siento que no...que no puedo distinguirlo.
-Eres un...un...-empiezo a decir sin encontrar las palabras adecuadas, comienzo a caminar hacia la mancha, con el cuchillo bien apretado en la mano...camino...camino...y empiezo a correr los ultimos centímetros y me lanzo contra la mancha esgrimiendo mi cuchillo pienso traspasar esa puta cosa...- ¡un hijo de puta!- grito al tiempo que, en teoría, mi arma se clava en el centro de esa puta mariposa.
«Esa maldita voz, la puta mierda... ¡Calla de una vez joder!»
En pensamientos tengo voz, también los huevos hinchados de tanta mierda. No entiendo porque la escucho, porque ahora me reclama atención. ¿Acaso estoy delirando? ¿He perdido la cordura? Joder.
Estamos hasta las narices con esta situación y esos tíos se creen los puros amos de esto. Estoy cansado y como no puedo hacer una mierda, hago un gesto de que me meto ahí y se vaya a tomar todo por culo. No voy a morir en manos de estos desgraciados.
«Ya voy. »
No sé porque diantres le respondo, pero ya decidido estoy por cruzar la mancha y lo hace mi compañero. Una ceja se alza y le indico al viejo que se venga con nosotros. Así que no lo dudo y la cruzo también. A lo que sea.
Douglas y Pfeiff desaparecen uno detrás de otro de la misma forma en la que lo ha hecho Gantry minutos antes. Ni rastro de ellos. La sangre de la pared reluce, parece cada vez más fresca, más carmesí. El olor a sangre ahora mismo en la habitación es horroroso, impregnando cada centímetro de superficie, metiéndose por cada poro. A Morgan, la boca le sabe a metal.
—Me cago en la puta, han desaparecido de verdad —exclama Tom, todavía apuntando a Morgan.
—Venga, andando, ya lo has visto, tu turno —añade Gene, también apuntándole ahora con la escopeta.
Oyes la voz de Terry desde la sangre de la pared, más fuerte por cada uno de tus compañeros que la atraviesa.
¿Quién es esta gente, Harry? Se suponía que íbamos a ser tú y yo. ¡No vuelvas a fallarme, Harry!
Enhorabuena, has seguido la senda abierta por Gantry. En manos de Morgan queda que él quiera unirse a vosotros o simplemente largarse de allí. De cualquier forma, tú ya has trascendido.
¿Dónde está ahora Douglas? Eso es algo que la mente humana tal vez nunca sea capaz de comprender. En otro plano, en otro universo, quizás en ninguna parte, pero me temo que la aventura ha terminado para ti.
Es un final un tanto abrupto, pero todo tiene su explicación. En breves abriré una escena contando La Verdad.
Enhorabuena, has seguido la senda abierta por Gantry. En manos de Morgan queda que él quiera unirse a vosotros o simplemente largarse de allí. De cualquier forma, tú ya has trascendido.
¿Dónde está ahora Pfeiff? Eso es algo que la mente humana tal vez nunca sea capaz de comprender. En otro plano, en otro universo, quizás en ninguna parte, pero me temo que la aventura ha terminado para ti.
Es un final un tanto abrupto, pero todo tiene su explicación. En breves abriré una escena contando La Verdad.
Podía escuchar la voz de Terry, cada vez más fuerte, proveniente de la sangre de la pared. Gantry había desaparecido, del mismo modo que ahora lo hacían Douglas y Pfeiff. Aquella mancha en la pared me daba mal rollo y la voz de Terry se hacía más fuerte con cada recluso que se tragaba. ¿Y si estaban muertos? ¿Y si había enviado a mis dos compañeros de lleno hacia la muerte?
-¡Ya voy, Terry! ¡Aguanta! -grité, dirigiéndome a toda prisa hacia la mancha de sangre que había en la pared, tratando de atravesarla, poniendo el codo por delante.
Finalmente Morgan, siempre con el control de la situación, termina cediendo y andando los pasos de sus compañeros y siendo tragado por la mancha de sangre de la pared. Tras ello, la sangre parece perder densidad y, como líquido, termina por deslizarse hasta el suelo, formando un largo charco.
Los dos hombres se miran anonadados mientras se agachan para comprobar el estado del chico inconsciente. Todo ello entre muerte, sangre, locura y confusión.
—FIN—