El año 1873 marca un momento clave en la historia de España: en febrero de ese año, abdica el rey Amadeo de Saboya y, tras ello, se proclama la Primera República Española. Será un régimen de muy corta duración, pues a finales de 1874 un pronunciamiento militar restaurará la monarquía de los Borbones en la figura de Alfonso XII.
¿Y esto qué importa para la partida? La verdad verdadera: poco o nada, aunque siempre puede haber algún que otro PNJ que haga referencias a la República, a la política y demás zarandajas. Anécdotas. ¿Y para qué nos lo cuentas? Ah pues...
En realidad, hay un evento histórico de esta época que importa muchísimo más para la partida: la tercera guerra carlista. Junto a esto, conviene hablar también brevemente de la importancia del ferrocarril y del bandolerismo en esa época, ya que vuestros personajes son, en definitiva, bandoleros que asaltarán un tren.
¿Quiénes son los carlistas y por qué hicieron TRES guerras contra el Gobierno de España? En resumidas cuentas, el carlismo es un movimiento tradicionalista en lo político, lo social y lo moral. Su nombre proviene de Carlos María Isidro de Borbón, pretendiente al trono español en los años 1830. Para decirlo rápidamente: los carlistas no querían que gobernara una mujer, la reina Isabel II, y prefirieron apoyar a Carlos de Borbón. Esto desencadenó una guerra civil entre los partidarios de Carlos y los de Isabel, guerra que sería conocida después como la primera guerra carlista (1833-1840). Sin embargo, tras esta disputa dinástica se esconde algo más: una disputa entre los valores absolutistas y tradicional-católicos (carlismo) y los valores liberales y laicos (partidarios de Isabel).
Hay un ingrediente más que añadir a este cóctel explosivo y que se relaciona directamente con la partida: las regiones de las Vascongadas1 y Navarra apoyaron mayoritariamente al pretendiente carlista, ya que este defendía los fueros (para los no españoles de la partida: los fueros son un trato especial históricamente reconocido a esas regiones). Esto hizo que las guerras carlistas tuvieran sus principales focos de actividad en estas regiones. Justo, justo, justo la región en la que transcurre nuestra partida: Ormáiztegui está en País Vasco. ¡Más aún! Ormáiztegui es el lugar de nacimiento de Tomás de Zumalacárregui, el más brillante general carlista, que luchó en la primera guerra carlista. ¿Veis que al final íbamos a llegar?
Tras la derrota del carlismo en la primera guerra, aún hubo dos guerras más, una entre 1846 y 1849 y la última entre 1872 y 1876, ambas muy centradas en las regiones del norte del país: Vascongadas, Navarra, Aragón y Cataluña, sobre todo. Como veis, en la época de la partida (1873) estamos en plena tercera guerra carlista.
Ah, por cierto, el lema de los carlistas era «Dios, Patria, Rey». Lo digo por si llegáis a escucharlo durante la partida.
El ferrocarril no estaba tan desarrollado en España como en otras regiones, pero desde mediados del siglo XIX se empezaron a extender varias redes ferroviarias a lo largo y ancho del país. En lo que respecta al tren que viajaba entre Madrid e Irún (para los no españoles: entre el centro geográfico del país en el cual está la capital y el norte extremo, en frontera con Francia), se concluyó en el año 1864, fecha en la cual el rey consorte (Francisco de Asís, marido de la reina Isabel II) hizo el viaje inaugural. Esta línea Madrid-Irún sería conocida como Línea Imperial. En el viaje inaugural en el que viajaba el rey consorte, el tren hizo una parada especial en un lugar: el viaducto de Ormáiztegui, una gran obra de ingeniería que está en la portada de la partida y junto a estas líneas.
Durante la tercera guerra carlista, la Línea Imperial sufrió constantes sabotajes al cruzar una de las zonas más conflictivas de la guerra: Navarra y las Vascongadas.
La presencia de delincuentes y asaltantes (bandoleros) en los caminos y carreteras españoles fue un problema endémico durante varios siglos. Durante el siglo XIX se produjo el mayor apogeo de este tipo de criminales, pues tras la guerra contra los franceses (1808-1812), muchas cuadrillas de guerrilleros decidieron que, si ya no había franceses, bien podrían hacer botín de los caminantes. Por supuesto, muchos bandoleros no eran veteranos de guerra o exguerrilleros, sino simplemente delincuentes más o menos organizados con ganas de hacer unos dineros.
El final de este tipo de delincuencia se produjo a fines del siglo XIX y se debió, en buena medida, a la creación de un cuerpo especial de policía, militarizado y encargado de la protección de los caminos: la Guardia Civil (creado en 1844). Cuidadín con los picoletos2.
1 La región hoy conocida como País Vasco fue conocida como Vascongadas en todos los documentos oficiales hasta el año 1979.
2 Para los no españoles: picoleto es el nombre en jerga que se le da a un miembro de la Guardia Civil, quizá por alusión al peculiar gorro de tres cuernos (o tricornio) que visten. Véase: