Partida Rol por web

Gaia localizó un ratoncito cerca de uno de los conductos de ventilación. La joven le hablaba con un lenguaje simple, mirándole a los ojos, como si la pequeña criatura le comprendiese.

- Busca al cazador peligroso..., al que se esconde de todos.... Es malo y quiere comeros pero yo lo voy a impedir... Yo mataré a ese cazador que se esconde... No te hará daño... - le decía con una suavidad y delicadeza que casi podía suponer un abrazo dialéctico, creando una imagen femenina aún más chocante, por un lado era fría, dura, peligrosa, y por otro con aquella frágil criatura mostraba su lado más tierno y delicado.

El roedor comenzó su carrera por los conductos, desapareciendo de la vista de todos. Gaia se levanta del suelo y se vuelve hacia Holtet, con una pose calmada.

- Posiblemente Linn y Billy se hayan arrepentido de traerte, pero si te quieren como miembro de la manada aceptarán tu error... Aunque quizás debas pagar el precio de no haber actuado correctamente... - dijo la mujer, así era cómo en su propia manada se solucionaban las cosas.

La bonita mujer quedó escuchando casi con admiración cuando oía la descripción de Oslo, estaba claro que a los gangrel le iba la naturaleza -...Fiordos... Montaña y mar... Definitivamente sí..., me gustaría conocer el sitio... Seguro hay muchos refugios donde descansar... - y cierto era, ella había pasado muchas horas en los puertos buscando alimento, pero le encantaba el refugio de los bosques, la descripción de un fiordo en su mente asemejaba como un paraíso natural que esperaba su propia llegada.

- Anarquistas.... Sí, mi sire me ha hablado de personas que no creen en los sistemas... y en parte puedo comprenderlo, puesto que yo misma quiero considerarme libre... Pero..., por otra parte en las manadas hay una clara obediencia hacia el líder... y es necesario que se cumpla para la supervivencia de todos... - y ahí radicaba su controversia mental, entre los de casa las reglas debían cumplirse, sin importar mucho lo que fuera sucedía, aunque Raider jugaba de forma distinta y ella por obediencia, simplemente cumplía -...¿Tú no obedeces a tu sire?...¿O sí lo haces?...

-Exácto- le vuelvo a sonreír y me acerco a él -Alejémonos- le digo susurrandole al oído -En algún momento tendrán que salir de aquí. Vámonos y usa tus perros para rastrear al intruso cuando salga.- 

Era una ventrue, sí. Era una estratega nata, también. Y por supuesto no me importaba mancharme las manos, oler a perro o meterme en las alcantarillas con un nosferatu, quedándome a solas con él. Podía ver en mi mirada que lo estaba poniendo a prueba. Era fácil prever que no esperaba esta situación en contra de los antiguos de la Camarilla y aunque su actuación fue impecable, sin resquicios ni motivos de dudas, su pasado me inspira cautela con él tanto o más que con Linn.

Raider corrió poseído por la caza; Linn y Billy salieron y, tras cruzar miradas y sonrisas con Hyde el primogen salió tras ellos. Nadie salvo nosotros queda en el almacén.

-¿Abres como buen caballero?-

-Busquemos a Øystein y salgamos de aquí- comenté a Billy nada más abandonamos la sala. -Luego hablaremos en privado de...- Percibí una presencia detrás nuestra. Hyde salió con nosotros y nos seguía de cerca. Sonrió cuando miré hacia atrás.

Gaia enviaba a su diminuto rastreador respondiendo al brujah, pero cuando se incorporó y repasó la estancia se dio cuenta de que Lucano ya no estaba entre ellos. Aun así, le llamó más la atención la mirada del anarquista.

Øystein, observas cómo Raider se pone nervioso en la reunión, como si su pelo se erizara. Intercambia unas palabras con Hyde husmeando la atmósfera. El primogen malkavian asiente y el gangrel sale disparado por la puerta. Tras ello, Linn y Billy abandonan la estancia seguidos de cerca por Hyde. Alexandra se queda junto al nosferatu Krampus y ambos avanzan hacia la trampilla.

Gaia identificó los movimientos de Raider -está de caza-.

En la reja donde se sospechaba que había accedido el posible intruso, dos hombres fuman mientras intercambian impresiones mirando la verja. Los identificáis como miembros de la guardia de Hyde por el mono vaquero y el uniforme de seguridad, idénticos a los que se encuentran en la habitación con vosotros.

En tu mente dibujas el mapa de los túneles de ventilación con precisión. Sabes por dónde tienes que regresar y recorres las superficies metálicas a buen ritmo y en silencio. No tardas en llegar a la trampilla de salida cuando escuchas voces desde el exterior...

Te escurres por la pasarela, eludiendo el encuadre de las cámaras y usando las sombras a tu favor. Sin problema, llegas al despacho de Hyde. Al mirar atrás no ves a Aguilar por el techo... no importa, estás donde querías estar.

Abres la puerta, entras y cierras tras de ti.