Cuando despiertas ves a pocos cientos de metros una gran montaña de troncos cortados, la altura de esta podria triplicarte en tu forma humanoide. tambien ves dos forjados terminando de puntalar unas cuerdas para que los troncos no se mueva.
- ¡Rayos y tentáculos! ¿Pero qué diablos? - pienso cuando talan el árbol en el que duermo. Recupero el equilibrio en el aire y compruebo con resignación como son un grupo de forjados los que están talando la zona. Me elevo más en el aire y me fijo en el tamaño de la arboleda, el tipo de árboles, y la cantidad de tala que están haciendo. Intento deducir si es una tala responsable o no, si el bosque se regenerará bien o no, y si el bosque es natural o plantado.
Me acerco a donde los forjados están amontonando los troncos. Me fijo mejor en el apuntalamiento, para intentar deducir la razón del mismo. ¿Sólo para amontonarlos? ¿Una posible trampa? También me fijo en si hay casas o alguna otra estructura cerca de esta zona, o si por el contrario está apartado de la zona "urbana" del poblado.
Después de haber hecho mis pesquisas, aterrizo, retorno a mi forma humanoide y me acerco a paso ligero a alguno de los forjados y le hablo con mi voz de orco rasposa al que acaban de despertar bruscamente en mitad de la noche - ¡Ey! ¿A ti no te han enseñado a avisar antes de tirar de hacha? ¡Que casi me matas allí arriba, por Eberron! ¿Y esto? - continúo señalando el montón de troncos - ¿También es esto para las misiones de aventureros? Para carros no serán, ¡porque a mí me toca ir andando! ¿Quién es tu superior? No será cosa de Bárendd, ¿no?
Después de gritarles un rato más, me digan o no me digan lo que les pregunto, me vuelvo a transformar en águila y me subo al tejado de algún edificio alto. Lejos de alguna ventana y si es posible que no se me vea mucho desde la calle. No quiero que otro de estos forjados me confunda con una mala hierba e intente talarme.
Mientras vuelvo a coger el sueño no puedo quitarme de la cabeza la visión de los forjados talando y trasladando los troncos, toda la noche, incansables, como esclavos.
Por la mañana vuelvo a echar otro vistazo a la arboleda y al montón de troncos, y luego me dirijo a la plaza, donde aterrizo, retorno a forma humanoide y espero a que lleguen el resto del grupo.
El capitán llega junto a Bárendd y otros soldados y nos dice unas palabras. Si puedo, antes de que se ponga a hablar con Bárendd (y si no, lo interrumpo) - Capitán. ¿Para qué necesita Nueva Cyre tanta madera?
Motivo: Tirada de Saber (Naturaleza) para saber el posible efecto de la tala
Tirada: 1d20
Resultado: 3(+10)=13
Motivo: Tirada de Supervivencia para saber el propósito del montón de troncos
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+16)=23
¿Entonces al final me ha salido todo gratis? Mola xD
Una vez que el capitán dio sus indicaciones y todos los aventureros se prepararon para el viaje, reúno al grupo con el que voy a viajar.
Al estar todos reunidos, le comento a Kurgul
- Realmente no se para que tanta madera. Ayer cuando me fui vi un par de forjados con algunas hachas, pero dada la situación de la cantidad de gente en la zona no les preste atención.
Después de aclararle las cosas a Kurgul, a media, el Bárendd les hablo a todos.
- Espero que ya estemos listos para iniciar el viaje, pues este va a ser largo y pesado. Después de eso, me coloco la mochila en la espalda y les digo a todos.
- En marcha.
Nose orco, pensaran venderla mas adelante, aveces hacen eso, cogen recursos, los apilan a las afuera y luego o nos lo venden o lo venden a otros lados.- Luego se acerca a la posada- Estos forjados son un tanto raro.-luego entra dentro de esta.
Duke
El humano había descansado bastante bien a pesar de haberlo hecho solo, aunque como siempre decía su maestro "la noche antes de una misión lo mejor es centrarse en meditar y descansar. Los placeres son para una vez terminada la misma".
Bajó a la puerta de la posada esperando al resto de compañeros y cuando todos estuvieron un guardia los llevó al centro de la plaza donde se hallaban tanto el capitán como el resto de grupos y curiosamente también estaba el orco.
-Buenos días y gracias por las vituallas. Cuando quieran podemos partir. Eso sí, me darán un momento para poder buscar mi caballo que siempre será bueno para cargar algo de peso.
Tras esas palabras, Duke se colocó a un lado esperando que el grupo se ponga en marcha y seguirlos. Mientras, observaba los diferentes grupos para saber de que se componían cada uno y de paso buscar a la muchacha que ayer le había informado de que debía hacer.
Urzara se levantó con la sensación de que no había pegado ojo en toda la noche. Sólo el nebuloso recuerdo de las pesadillas le hacía suponer que había dado alguna cabezada. Se le iba haciendo cada vez más difícil de digerir lo que había sucedido; según iba pasando las horas, la negación iba dando paso a la angustia y a la depresión. Aquel estado de nervios le hacía recordar aquella sensación de euforia que proporcionaba la Sangre de Dragón. El recuerdo la hizo temblar, y agradeció que los camellos del Daask no estuvieran a su alcance. Ahora estaba limpia, y quería seguir así.
Bajo al salón de la taberna con las ojeras marcadas y un humor de mil demonios. Apenas tocó el desayuno y evitó hablar con nadie. Un gruñido fue todo lo que salió de la boca de Urza antes de dirigirse al exterior de la taberna.
El amanecer se antojaba cruel aquella mañana, y echó una mirada asesina al sol. ¿Como podía seguir Eberron dando vueltas después de lo que había pasado? Se cogió los codos con las manos y esperó a que se pusieran en marcha.