Partida Rol por web

El pequeño duende deja de llorar casi en el momento... Y se fija en nada menos que el pecho de Emmel,
los ojos grandes como platos.

De una pequeña mochila, saca una zanahoria y se pone a comer, sin mover su mirada...

Romeo Montesco abre de nuevo los ojos al ver que lo que intentaba hacer es completamente inutil y futil para luego agregar:

-Lamento no haber prestado mas atención pero quise probar una teoría mia y por eso me equivoque cuando deberia haberme concentrado en ayudaros,espero que me podais disculpar vosotros

Con esto Romeo Montesco daba a entender que deberia prestar mas atención a lo que hacia sus compañeros

Palaiss viendo y escuchando un poco las conversaciones, pudo ver que el intrepido duende no solo que se dejo ver sino hasta se golpeo...  Viendo la buenavoluntad de curar de la Semielfa al duende y el pobre mago Romeo, lamentandose de su pocas practicas magicas....

"bueno.. bueno! escuchemos al pequeño amigo duende...!" dice Palaiss mientras se pone hacia unos de los lados  del duende, poniendo una ligera sonrisa, entre cuclillas y sentado...  Con lo cual decide hacerle unas ligeras preguntas "mientras tu nueva enamorada te cura... podria contarlos que es todo lo que nos rodea, en especial el puente, las aguas y todo lo demas? que es lo que hace que una Naturaleza magica de tal tipo aparezca en estos caminos?" Asi mientras hecha unos guiños de ojos o levantada de cejas entre bromiando pero a la vez, interesado en todo esto, ya que no tiene mucho que perder ni ganar, pero ya poniendose en actitudes de escuchar y concentrandose para poder entender mejor

Ëmmel arquea una ceja, su cara es de sorpresa, pero no deja que se refleje. Suspira, cansada de tanta palabrería, pero se acerca al duende.

-Escuchame bien, te daría una buena tunda, no conviene posar los ojos en sitios prohibidos, pero las promesas se cumplen. Así que, más te vale estarte calladito. Y eso incumbe al resto.-

Dice girándose a los presentes, aunque no deja de tener una expresión suave, Al fin y al cabo, su belleza nunca ha pasado desapercibida. Así que se decide por curar al duende, ya que parece que sólo así responderá a las preguntas

El duende sigue mirando fijamente al pecho de Emmel.

"Eres tu... Una verdadera mujer?"

Sin apartar su mirada contesta a Palaiss:

"Soy el contador. Cuento quien pasa por el puente. Y me dormí. - Es esa una mujer?! Y vosotros dos?
Me han hablado de que hay humanos tan feos que algunas de sus mujeres se parecen a sus hombres,
pero vosotros no lo sois, no?"

Sonriendo, de una oreja a la otra, sigue mirando a Emmel.

"Una mujer... Una mujer!!!"

Palaiss, sin embargo, se va sentir distraído.

Un lejano sonido, traído por el viento...

Algo se acerca.

Palaiss se queda en un estado de concentracion al escuchar a sus allegados pero tambien mirando a los lados, escuchando y sintiendo que hay alguna presencia de mas, que no es tan Natural... Los elementos del viento y aire tienen una ligera presion....

 Antes de eso, el Elfo Explorador comenta en broma pero bueno, dejando pasar la cuestion "Emmel, en la Naturaleza nada esta prohibido... y amigo duende, mas bien muchos de nosotros tenemos mas que ver con ustedes que con los Humanos y tranquilicese, quien la cura, tiene algo de humana y algo de elfa... La Naturaleza nos guia hasta unirnos y ser bellos en el mejor caso!"

Haciendo unas pausas, tan naturales y necesarios comenta a lo cual dijo el alegre enamorado duende "asique que vigila quien pasa y quien no eh? y que le hicimos nosotros de malo para que asi sea con nosotros?"

Palaiss luego de lo preguntado, decide mirar hacia sus alrededores, presentido por lo contado anteriormente, decide volver a investigar los aires, escuchar, entre otras cosas que le sirvan para saber de lo que pasa... Entre medio da un ligero comentario "siento algo especial en el aire... ojala el duende y Emmel o el amigo nuestro el mago sepa de donde viene..." y sigue abriendo sus sentidos ligeramente, concentrandose en su alrededor, mirando hacia un lado y al otro, lentamente

Ëmmel se aparta un poco de la cura del enano, y lo mira contrariada y extrañada.

-Sí, soy una mujer, una medio-elfa. Y ellos, magos, elfos e hijos de la piedra, a los que nuestros pasos nos han llevado hasta aquí. ¿Qué ocurre? ¿Nunca antes había pasado por aquí ente como nosotros?-

De repente sus palabras mueren en los labios..Mira a Palaiss, que parece notar algo, tenso. Agudiza los oídos, sus sentidos alerta, intentando percibir lo que ya ha notado el elfo.

Muy asustado, pero también asombrado sigue el duende:

"Tenemos que irnos, y ahora! Hace... Mucho tiempo... Qué no se ha visto una mujer humana por aquí.
Irán a por ti. TODOS."

El duende se pone de pie, y señala qué le sigáis.

"Daos prisa. Si EL nos encuentra, esta todo perdido. EL, el cazador oscuro."

Os parece como si el agua del río se esta enfriando aún más... Y el calor del sol ya no toca vuestra piel como antes.

No estáis seguro por que, pero las palabras del duende provocan un miedo en vosotros que no podéis explicar...

Romeo y Palaiss sienten qué algo va en contra de la naturaleza, aquí...

Palaiss paso de tener una ligera sonrisa a una cara cercana a seria... "si, Emmel, hagamosle caso al Duende... Podriamos quedarnos y ver que pasa pero creo que aca hay algo mucho mas poderoso y maligno de lo que parece... si puede ser, quel mago Romeo intente investigar esta fuerza poderosa viniente..." Todo dicho de una manera bastante seria, ya no hay tanto juego ni ironias...

 Palaiss se para y se camino ligero hacia al lado del Duende, luego hacia el lao de Romeo, mirandolo un poco de reojo y los brazos cruzados para saber si se hara un poco de investigacion magica o arcana o si ya todos se iran...

-¿Qué quieres decir?- Ëmmel siente que se pone en tensión, no alcanza a comprender todo esto. El calor que hacía ha descendido, el ambiente mismo se ha enfriado. Comienza a seguir al duende, sin poder evitar echar miradas por encima del hombro.

No es una medio-elfa que se asuste con facilidad, pero sus sentidos le dicen que algo maligno se aproxima...-No hay tiempo para averiguaciones, vamos con él, no se porqué, pero creo que debemos seguirlo..- Dice a Palaiss.

Mientras piensa a qué se refiere el enano, ¿tal vez una profecía maligna sobre una mujer? Ella no es humana del todo.

Viendo que perder el tiempo ahora puede resultar muy peligroso, seguís las suplicaciones del duende y crucéis el puente hacia el bosque cercano...

FIN DE LA ESCENA.

CONTINUAD EN "Capítulo I: Cecinas blancas", POR FAVOR!