Partida Rol por web

El Camino de la Lanza

Resumen de la aventura

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26/08/2017, 18:28
Eban, de la Orden de los Ascetas

Hybardin

Gâlendor, Lexs, Ninian, Gilthanas y Nomscul son recibidos con desprecio e insultos en el Árbol de la Vida y entregados a Arman Kharas, quien les informa de que el Consejo de Thanes se reunirá ese mismo día y de que tengan cuidado pues el thane del clan Theiwar posiblemente tratará de acursarlos de los asesinatos en Puerta Norte llevados a cabo no por ellos, sino por Kraghol y el propio séquito de Arman.

Kraghol se reencuentra con sus antiguos compañeros de viaje y, aunque sostiene que no se arrepiente de haberlos abandonado, les cuenta lo que Arman le ha revelado sobre los clanes de Thorbardin.

Tras algunas horas encerrados en sus habitaciones para que puedan asearse y descansar pero no deambular con libertar por la ciudad enana, los compañeros son escoltados ante el Consejo de Thanes. Allí, Gâlendor toma la voz cantante del grupo para exponer la naturaleza de su misión diplomática. Les expone los términos del pacto propuesto por el Orador de los Soles de Qualinesti y les insta a recuperar Pax Tharkas como lugar de encuentro entre las naciones enanas, élficas y humanas.

Las palabras del solámnico tienen buena acogida entre los enanos, salvo  para Realgar del Clan Theiwar, que le acusa de practicar la brujería para embaucar al Consejo y se pregunta por qué los extranjeros no están encadenados por haber entrado a la fuerza en el reino de Thorbardin.

Se forma una importante trifulca entre los presentes. Kraghol pide al Consejo que Pico sea traído ante los presentes y sanado por Gâlendor para que éste pueda probar que es un enviado no solo de los elfos sino de los dioses. Algunos acusan esa afirmación de herejía. Gâlendor no quiere inmiscuirse y dice que la fe de Reorx debe convencerse a través de las obras del recientemente ordenado sacerdote Nomscul. El thane theiwar acusa al gully de haber robado el símbolo sagrado de algún templo de los daewar. Arman acusa a los theiwars de tratar de matarlos en el Eco del Yunke. Realgar a Kraghol de asesinar a sangre fría a Dhordoug Pie de Granito después de que este se rindiera… Arman es acusado de traicionar a Thorbardin y conspirar con naciones extranjeras.

Para sumar más confusión al caos reinante, Ninian adopta la forma de Augethrym, ordenando a todos que guarden silencio. Les dice que quieran o no su aislamiento ha terminado y les insta a enviar un contingente a la Puerta Norte para recibir los presentes que el Orador de los Soles envía a Thorbarin.

Hornfel de los Hylar parece comprender al menos las ventajas del aperturismo comercial y Rance de los Daergar se niega en redondo a participar en las guerras de otros pueblos aunque accede a no presentar cargos contra los intrusos, entendiendo que actuaron en defensa propia. El thane de los Aghar acusa a Lexs de querer quitarle su puesto y Nomscul explica que tanto el kender como Ninian han sido coronados como reyes de los gullys. Gneiss de los Daewar está emocionado con la promesa del retorno de los dioses y está dispuesto a confiar en los forasteros que tratan de devolver la fe a los enanos.

Arman habla entonces de la profecía sobre el Mazo del Honor, que unirá a las naciones una vez sea reencontrado. El joven hylar se plantea por primera vez la posibilidad de que no sea él sino Ninian la enana designada por la profecía para restituir ese arma legendaria. Incapaz de decidir qué hacer con la propuesta de los Qualinesti, el Consejo de los Thanes autoriza a Arman y a los forasteros a visitar la tumba del rey Duncan en el Valle de los Thanes y tratar de recuperar el Mazo de Kharas para nombrar de entre ellos a un Rey Supremo que dictamine la política exterior de Thorbardin.

A cambio, los compañeros renunciarán a cualquier pretensión sobre Agharbardin, permitirán que Nomscul viaje hasta Daebardin para profetizar en nombre de Reorx y accederán a que uno de ellos se que como "invitado de honor" en Hybardin hasta que los demás regresen.

Gâlendor accede, insistiendo en que se envíe una delegación a recuperar los tesoros enviados por Qualinesti para que Kendra pueda unírseles a la búsqueda del Mazo y proponiendo al hábil diplomático Gilthanas como interlocutor con los enanos en ausencia del grupo.

Ajeno a todo lo que ha ocurrido hasta el momento, Kraghol insiste con machacona insistencia que se permita a Gâlendor sanar al enfermo Pico. Así lo hace el solámnico, para asombro de todos, tras determinar que el infeliz enano no padecía enfermedad alguna sino que había sido envenenado. Arman exige al Consejo que se tomen medidas para descubrir y detener a los responsables.

El Consejo expide autorizaciones a los forasteros para moverse, escoltados, por Hybardin y para comerciar con ellos y se les da alojamiento en la posada "El hacha y el martillo". Arman ultima los preparativos para la expedición. Gilthanas hace turismo por la ciudad. Ninian comercia con los enanos, cambiando dinero por gemas y comprando algunos artículos de seguridad. Gâlendor, recordando que tiene en su poder los fragmentos del Hacha de la Hermandad de Axel Broadblade, aprovecha la ocasión para buscar un herero que vuelva a forjarla, localiza a Zanhorn un mago rúnico dispuesto a intentarlo. Con la ayuda de Lexs, el solámnico escoge una pieza de joyería para regalarle a Laurana a su regreso a Qualinesti.

Kraghol, al frente de un grupo de hylars, regresa a la Puerta Norte a recibir a la caravana de elfos acampados en el exterior. Kendra, Brom, From, Nathan y los cinco escoltas elfos supervivientes (de los 8 originales) entran en Thorbardin, junto con las mulas y el caballo de Gâlendor. Axel regresa a Casacolina y los carromatos se quedan fuera.

Una vez todos están nuevamente reunidos, Ninian, Kraghol, Gâlendor, Lexs, Arman y Kendra son escoltados hasta el muelle que lleva al Kalil S'rith, el Valle de los Thanes, donde son despedidos con improperios y abucheos por buena parte de la ciudadanía.

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26/08/2017, 18:28
Eban, de la Orden de los Ascetas

Kalil S'rith

Los seis compañeros llegan hasta el Valle de los Thanes y descubren a lo lejos la impresionante Tumba de Duncan que a pesar de sus enormes dimensiones se encuentra flotando sobre un gran lago. Entre las tumbas Ninian descubre las de Marlamin y Thoian Fireforge, posiblemente antepasados del viejo Khoren de Casacolina.

En la lejanía, Kraghol descubre a una figura momificada que avanza hacia ellos. Arman lo reconoce como Rakthar, una trágica figura de los relatos antiguos de su pueblo.

Ninian saluda al muerto viviente con la esperanza de que les ayude a encontrar una forma de llegar hasta la tumba flotante y, aunque Gâlendor desea acabar con esa aberración, Kraghol le insta a ser paciente y prudente.

Rakthar pide que se escuche el relato de sus crímenes y se le perdone. En vida fue un noble que, aunque por dentro quería a su mujer, no dudaba en ir de flor en flor. Incluso con su mujer enferma terminal, Rakthar continuó con su lujuriosa vida, hasta el punto de que ella murió mientras él yacía con otra. Tras esto, según la leyenda, el alma de Rakthar fue maldecida para que nunca pudiera dejar el mundo de los vivos mientras no hubiera sido perdonado por un alto número de personas. Todavía le faltan 46 más.

Gâlendor afirma que solo los dioses pueden perdonar al no-muerto por sus crímenes y que su actual penitencia no es más que una burla de Chemosh para torturar su alma. El solámnico le desafía en combate singular. Arman, aun estando convencido de la culpabilidad de Rakthar, trata de impedirlo decidido a obtener a toda costa del no-muerto información sobre cómo obtener el Mazo de Kharas. Ninian y Kraghol, conociendo la testarudez de Gâlendor, le permiten actuar como estime oportuno. El duelo es largo y sangriento pero finalmente el solámnico consigue imponer la fuerza sagrada de Gormlaith sobre la impía de Rakthar y acabar con su existencia.

Emocionado ante la posibilidad de encontrar grandes tesoros, Lexs se adentra en el mausoleo del destruido no-muerto, a pesar de que Kraghol y Arman se esfuerzan ambos por disuadirle. Inasequible al desánimo, el kender entra en la tumba y los 18 guerreros muertos vivientes que la protegen le salen al encuentro. Los compañeros logran desembarazarse de ellos y llegar hasta el sarcófago de Rakthar. Ayudado por los Discos de Xak Zar'koc, Gâlendor disipa la magia que imbuye el lugar y descubre la existencia de una puerta secreta donde se encuentra el tesoro de la momia. Mientras sus compañeros lo investigan y descubren grandes cantidades de oro y plata, él vuelve a dar sepultura a los destrozados guerreros enanos.

Con los anteojos que consiguió en la Biblioteca de Khrystann, Lexs lee la siguiente inscripción en la tumba: “Que los restos de Rakthar vaguen sin lugar de descanso hasta conseguir el perdón de 77 almas. De sus cenizas a los 7 años renacerá, y su tarea habrá de continuar.”

Además de los tesoros, los compañeros encuentran un trozo de piedra que debió pertenecer a un arco arquitectónico en el que está grabada en enano la palabra "Vigilo". Tras saquear la tumba, los compañeros siguen adelante en busca del Mazo de Kharas. Una densa niebla desciende sobre el Valle de los Thanes y el grupo llega hasta un obelisco situado en la orilla del lago y rodeado por un conjunto de ruinas. Cuando se detienen a examinarlas son atacados por una pareja de necrófagos, de los que se desembarazan fácilmente. Sin embargo, antes de que tengan ocasión de recobrarse, los compañeros son atacados por un trío de lobos terribles furiasangrienta, que a punto están de acabar con la vida del solámnico.

Ninian hace una hoguera con los cuerpos destrozados de los lobos infectados y los compañeros acampan a su alrededor para comer algo y descansar de su fatigoso camino hasta aquí. Kraghol aprovecha el descanso para afear a Gâlendor su insistencia en perder el tiempo purificando el Kalil S'rith mientras que los elfos se están jugando la vida defendiendo su patria.

Tras comer algo y dormir unas horas, los compañeros investigan un mausoleo cercano que ha sido abierto, temiendo que en su interior pueda haber más no-muertos. En su lugar, lo que encuentran son tres temibles ankheg que se han instalado en su interior. Acaban con ellas sin demasiado problemas. En el interior del mausoleo encuentran una dovela similar a la de la tumba de Rakthar que pone "regresará".

Inspeccionando otras criptas abiertas en todo el Valle de los Thanes, encuentran otras tres piedras similares donde está grabado: “; él no”, “lloro” y “Ay,”.

De vuelta junto al obelisco, Arman cuenta que está construido en honor al príncipe Grallen, el hijo menor del Rey Duncan que fue asesinado por sus hermanos durante las Guerras de Dwarfgate y cuyo cadáver jamás fue recuperado. Junto al obelisco hay una estatua con una placa que reza “Erigido en honor del príncipe Grallen, héroe del asalto final contra la fortaleza de Fistandantilus”.

Las dovelas halladas hasta la fecha son de obsidiana, el mismo material que el obelisco. Junto a este hay unas ruinas entre las que Ninian encuentra lo que parecen ser los pilares del arco derruido, mientras que el minotauro encuentra la piedra de clave.

Tras echar las cartas de la baraja Talis, la enana determina que todo esto es una pérdida de tiempo y, adoptando su forma dracónica, emprende el vuelo en solitario hacia la tumba flotante.

Mientras sus compañeros buscan un modo de alcanzar la Tumba de Duncan, Augethrym llega en solitario al lugar y comienza a explorarlo. En una puerta encuentra un grabado que reza: “Fraguar buscó el gran Huma, lanzas en el corazón del dragón. Así, con el Brazo de Ergoth y un estanque de pura plata, Gracias al martillo se forjó, de los dragones la condenación.” Augethrym explora el lugar de arriba abajo, sin encontrar a nadie en él.

Gâlendor cree que la Tumba de Duncan en el cielo no es más que una ilusión y que realmente se encuentra en el fondo del lago, pero ninguno de sus compañeros están dispuestos a respaldar su loca teoría. Lexs sí se aventura a probar y aunque no descubre allí la tumba, sí que encuentra otras dos piezas del arco incompleto.

Kraghol se sumerge en el lago para tratar de recuperarlas. Arman trata en vano de ordenarlas esperando obtener algún resultado pero, cuando esto no se produce, se dedica a combinarlas hasta dar finalmente con el orden correcto: “Aguardo y vigilo; él no regresará. [Clave*] Ay, lloro por Kharas.” Ayudado por sus compañeros, el enano vuelve a restaurar el arco sobre sus pilares originales. Arman se muestra muy nervioso ante la posibilidad de que sea Ninian y no él quien recupere el Mazo del Honor e impaciente por restaurar el arco; está dispuesto a hacer cuanto sea preciso para llevarse el mérito del hallazgo.

El arco es restaurado, pero en vano trata Arman de activarlo, leyendo una y otra vez la frase grabada en piedra y cruzándolo por uno y otro lado. Pierde la paciencia, la emprende a martillazos con el arco y le pide a Kendra que resuelva el misterio dado que ella es una maga.

Por puro azar, Arman logra activar el portal al pronunciar en lengua enana: "Ay, lloro por Kharas" al mismo tiempo que lo cruza. Se teletransporta entonces a la Tumba de Duncan, pero no logra activarlo en sentido inverso para regresar con sus compañeros. No le cuesta mucho trabajo resignarse a no tener que compartir la gloria con los demás y ponerse a registrar el lugar en busca del Mazo.

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26/08/2017, 18:28
Eban, de la Orden de los Ascetas

La Tumba del Rey Duncan

Kendra se ofrece a enseñarles a Lexs, Gâlendor y Kraghol cómo decir la frase en enano para activar el portal y seguir a Arman. Los cuatro compañeros se reencuentran con el impaciente enano. Las prisas y la impericia hacen que el grupo vaya activando una tras otra las trampas dispuestas en el lugar hasta que finalmente dan con un viejo enano dormido.

Arman se presenta, declara su intención de recuperar el Mazo del Honor y pregunta al anciano sobre su identidad y sus motivos para estar en este lugar. El viejo afirma ser el auténtico Kharas y obliga a Arman a confesar que su verdadero nombre es Picazo Kytil y que Arman Kharas es un nombre que se puso a sí mismo. Kharas no entiende para qué quieren el Mazo, ni las prisas por que otro enano se siente en el trono del fallecido rey Duncan, a pesar de que han transcurrido más de 300 años desde entonces.

Gâlendor informa de que el Valle de los Thanes ha sido profanado por no-muertos y le pide a Kharas que si sabe quién está detrás les ayude a detenerlos, aunque sea el propio rey Duncan. Arman recrimina al solámnico su insinuación y le pide al anciano enano que demuestre de algún modo que es quien dice ser.

Kharas dice que si quieren encontrar el Mazo del Honor, deben hacerlo por su cuenta, pero tranquiliza al solámnico afirmando que no es ningún siervo del mal y que si desean presentar honores en su cripta él puede guiarles hasta allí. Todos los compañeros acceden a ser guiados por el viejo enano, aunque Kraghol manifiesta abiertamente que no confía en él.

A través de pasadizos secretos, Kharas conduce al grupo ante el sepulcro de Duncan. Arman suplica ante la estatua del difunto rey que le permita recuperar el ansiado Mazo del Honor y le envíe a Kharas una señal que le haga escoltarlos hasta el lugar donde lo tiene oculto. Nada ocurre. Kharas le dice que su tiempo ya pasó y que es hora de que surjan nuevos héroes; pregunta a Arman si hay alguien más en la tumba flotante y qué pasaría si encontrase el Mazo del Honor en su lugar. Arman no duda en desvelar no solo la presencia de Ninian sino también su dragontina identidad. Arman confiesa que se siente tentado a golpear y robar a cualquiera que le prive del honor de recuperarlo pero tras haber conocido al legendario Kharas, está dispuesto a transigir siempre y cuando sea él quien pueda atribuirse ante el Consejo el mérito de haberlo recuperado.

Entretanto, Augethrym ha recorrido de punta a punta y sala por sala toda la fortaleza hasta que finalmente, cuando ya pensaba darse por vencido, ha logrado localizar el legendario artefacto. Cuelga suspendido de un gran pozo central pero cuando trata de llegar volando hasta él, una fuerza invisible le impide alcanzarlo. Abandona la torre y regresa al patio superior del torreón central, que explora piedra a piedra en busca de un pasadizo secreto que debería estar allí. Sus esfuerzos son finalmente recompensados y llega hasta un pequeño vestíbulo en el que descubre el esquelético cadáver de un enano, desarmado pero con una brillante armadura ceremonial y un anillo con un sello rúnico en su mano derecha. Augethrym coge el anillo para tratar de contrastar que se encuentra ante el legendario Kharas y conseguir que se le entierre en el Kalil S'rith con los honores debidos. Acto seguido, cruza las puertas dobles y recupera el Mazo del Honor.

Por su parte el falso anciano Kharas reconoce ante los compañeros que ha sido él quien les ha estado poniendo trabas en su camino pero, a cambio, está dispuestos a guiarlos hasta Ninian. A través de nuevos pasadizos secretos lleva al quinteto hasta el patio superior de la tumba flotante y allí se reencuentran con Augethrym armado con un martillo de bronce y oro y un pesado libro de poesía élfica.

En ese momento, la ciudadela flotante comienza a descender hasta tocar tierra y un enorme dragón Rojo aparece en el cielo, con un jinete escarlata sobre su lomo, vomitando fuego sobre los presentes. Sin embargo, el viejo enano se transforma entonces en un enorme wyrm Dorado que cubre con sus alas a los compañeros protegiéndolos del aliento flamígero del Rojo. El Rojo, Gema de Sangre, toma tierra y su jinete desmonta antes de que éste vuelva a emprender el vuelo y el Dorado se lance tras él.

La jinete resulta ser Phair Caron, a quien Lexs, Gâlendor y Kraghol reconocen por los tapices de Pax Tharkas. Exige a los compañeros que le entreguen el Mazo y a cambio les ofrece unirse al Ejército de los Dragones bajo su mando.

Augethrym le entrega a Arman el Mazo del Honor y le advierte de que desde el cielo ha visto un ejército enemigo avanzando rápidamente hacia la Puerta Norte. Le insta a escapar a toda prisa con el kender y a avisar al Consejo de Thanes antes de emprender el vuelo en ayuda del patriarca de los suyos.

Arman desoye el consejo de Augethrym y, junto con Kraghol, desafían a Phair Caron, a quien el solámnico ofrece la oportunidad de entregarse y le promete un juicio justo. La esclavista se niega a rendirse y a su vez, Gâlendor se niega a atacar a un enemigo que ya combate simultáneamente contra cuatro oponentes a pesar de las amenazas de Kraghol de vengarse de él.

Augethrym trata de distraer a Gema Sangrienta para que Estrella Vespertina pueda imponerse finalmente en el combate. El Rojo lo derriba con un golpe de su cola y el pequeño Dorado se estrella contra el suelo, moribundo. Gâlendor corre en auxilio de Augethrym antes de que muera a causa de sus letales heridas y a duras penas consigue estabilizarle.

Estrella Vespertina, llevado por la cólera, acaba con el Rojo, que se estrella sin vida contra el torreón central de la Tumba de Duncan, donde queda empalado. Gravemente heridos, Kraghol y Arman logran finalmente imponerse a la diestra y sanguinaria espadachina, a la que el enano aplasta la cabeza con el Mazo del Honor.

Gâlendor agradece a Estrella Vespertina su providencial ayuda y le pide que se sume a su causa para unir a todas las naciones libres contra los ejércitos de Takhisis. Mientras el solámnico habla con el gran wyrm Dorado, Kraghol se lanza sobre él, golpeándole y acusándole de traidor y de cobarde. Gâlendor opta por mostrarse misericordioso con el enajenado minotauro.

Estrella Vespertina les explica que no puede acompañarlos a ninguna parte porque los suyos le han condenado a un exilio de 300 años y teme que si toma una participación activa en esta guerra su destierro se prolongue a perpetuidad. Cuenta que al final de la Tercera Guerra de los Dragones, tantos los metálicos como los cromáticos se alejaron del mundo y se sumieron en un profundo sueño. Pero los segundos despertaron, asaltaron los nidos de sus antagonistas y robaron sus huevos. Obligaron a los metálicos a prestar un juramento de no intervención so pena de destruir sus nidadas. Estrella Vespertina no quería aceptar semejantes condiciones y por eso fue exiliado por los suyos. Gâlendor se compromete a rescatar los huevos de los dragones metálicos.

Estrella Vespertina vuelve a tomar la forma de Kharas y conduce a los compañeros hasta el interior de la Tumba de Duncan donde les aguarda un banquete y la posibilidad de descansar. Arman pide que se le lleve hasta los restos del verdadero Kharas para recuperar sus pertenencias.

Cuando Ninian despierta interroga al Dorado, que responde al nombre de T’holoth aunque ahora le gusta más llamarse Estrella Vespertina. Éste confiesa que el libro de poesía élfica de la tumba lo escribió él y está encantado de regalárselo a Ninian porque ya no lo necesita. También le lleva a Arman las pertenencias de Kharas y anuncia que pronto partirá para disfrutar de su recuperada libertad.

El cuerpo de Phair Caron está junto al restaurado arco de obsidiana, pero el cadáver de Gema Sangrienta no se ve por ninguna parte. Gâlendor oficia un sencillo funeral por el alma de Phair Caron y con la ayuda de Ninian y Arman procede a enterrar su cadáver y a consagrar su tumba.

Ninian le entrega a Kendra un pergamino de teleportar que encontró en el tumba de Duncan. Los compañeros reúnen todos sus tesoros y se ponen en camino de regreso a Hybardin.

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26/08/2017, 18:29
Eban, de la Orden de los Ascetas

El Eco del Yunke

Los héroes regresan victoriosos con el Mazo de Kharas del Valle de los Thanes y ahora, donde a su partida fueron abucheados y vilipendiados, ahora son aclamados por los habitantes de Hybardin.
El Consejo de Thanes se reúne para darles la bienvenida. Arman afirma que ha recuperado y traído el Mazo del Honor, aunque olvidándose de mencionar que no ha sido él quien lo ha conseguido realmente. Se advierte al consejo de que los enemigos tratan de invadir Thorbardin a través de la Puerta Norte. Gâlendor excita a los enanos a prepararse para la guerra, recuperar Pax Tharkas y marchar hacia Qualinesti en auxilio de sus aliados elfos.

Se produce un intento de golpe de estado por parte del thane Realgar de los theiwars y sus seguidores, que irrumpen en la sala del Consejo armados y arrojando bolas de fuego. Augethrym protege a los thanes interponiendo su cuerpo dorado mientras el resto se ocupan de asesinar a los golpistas, incluido a su líder. Arman asegura a Ninian que siempre estará en deuda con ella por haber salvado la vida de su padre, aunque nuevamente olvida mencionar el Mazo del Honor, que entrega a los Thanes.
A la espera de su coronación, Hornfel de los Hylar es nombrado Rey Supremo de los enanos por Gneis, thane de los Daewar, Tufa de los Klar y el Gran Bulp de los Aghar. Rance de los Daergar está ausente. Hornfel promete acudir en ayuda de los elfos cuando hayan acabado con la amenaza que se cierne sobre su propio hogar.

Kraghol decapita al difunto thane del clan Theiwar, con el beneplácito de Arman a pesar de que Gâlendor hace un tímido esfuerzo por oponerse a que el cadáver sea profanado. La cabeza de Realgar es paseada por las calles del Árbol de la Vida y la rebelión de los theiwars aplastada sin piedad, para espanto de Ninian.
Los héroes son convocados entonces al Cuartel General de la Guardia, en presencia de los thanes y de sus generales: Garhun de los Hylar, Tormyl de los Klar y Reggas de los Daewar. Ninian decide entonces, para sorpresa de todos, solicitar la sepultura del legendario Kharas, dado que Arman se había contentado con obtener sus pertenencias personales pero no de darle un entierro digno.

Gâlendor apoya la sugerencia, aduciendo que el funeral de Estado alentará la moral de las tropas enanas. Arman increpa públicamente y con dureza a Ninian por no haber revelado antes dónde estaban los restos del heroico enano y asegura que tendría más que palabras con ella si no fuera porque le debe la vida de su padre. Obliga a la enana no solo a entregarle el anillo sino a llevarle hasta el difunto Kharas.

Gâlendor trata en vano de mediar y el Rey Hornfel reclama para su pueblo el sello de Kharas ofreciéndole a la enana una réplica. Ninian se siente traicionada por Arman y robada por el ingrato monarca que no solo le debe el Mazo y por extensión su corona, sino también la vida. Ninian abandona la reunión, airada, mientras el resto llega al compromiso de tratar de detener a los ejércitos invasores de Ariakas tomando la fortaleza situada sobre el puente conocido como el Eco del Yunque. Gâlendor pide que se les proporcione un guía que conozca la zona.
Gâlendor y Kendra convencen a Ninian para que revele la ubicación del cuerpo de Kharas y que pueda ser finalmente enterrado. El solámnico ofrece a Augethrym los fragmentos del "Hacha de la Hermandad" para que pueda reforjarla con la ayuda del viejo mago rúnico Zanhorn y, de este modo, aplacar su justa cólera contra la nación de Thorbardin.

Gneiss, el viejo Thane de los Daewar, da órdenes para que un grupo de devotos vayan a la Sala de Guardia del Valle de los Thanes y se ocupen del difunto una vez que los compañeros hayan recuperado el cadáver. Gâlendor y Arman recuperan el cuerpo de Kharas y descubren como su posible asesino el exoesqueleto de un escorpión cuyo aguijón permanece clavado en el talón del enano.

Todos los compañeros se reencuentran en la posada "El hacha y el martillo", todos menos Ninian que decide alojarse en secreto en una taberna en los muelles llamada "El hall del estibador" temiendo  que Hornfel y los suyos traten de asesinarla mientras duerme y robarla como el atajo de ladrones traicioneros que son todos los Kytil.
Al día siguiente, Gâlendor, Lexs, Arman, Kraghol y una reticente Ninian, con la guía del enano Sílex, toman la barbacana de la Sala de Justicia Norte, asesinando a las arañas gigantes que viven allí.

Tras esto, el grupo continúa su camino hasta llegar al complejo de la Puerta Norte. Es allí donde se topan de nuevo con el cantarín y enloquecido theiwar Krothgar, quien se ofrece a guiarles si antes se deshacen de la presencia de Sílex del clan Klar. Ninian, que no simpatiza con el actual guía, está decidida a adoptar al theiwar frente a la firme oposición de Kraghol y Arman, que rara vez están de acuerdo con ella. En esta ocasión ni siquiera el solámnico apoya la perspectiva de despedir al enano enviado por Hornfel y se limita a ofrecer al theiwar la posibilidad de sumarse al grupo en lugar de intercambiarse por Sílex.

Como en la ocasión anterior, Krothgar se niega a unirse al grupo si no se respetan sus condiciones. Ninian decide confiar en él y abandona a sus compañeros, con quienes últimamente no está nada satisfecha. Krothgar conduce a la "enana" directamente a una emboscada, es atacada y adopta su auténtica forma para repeler la amenaza. Los rugidos de Augethrym alertan a sus compañeros que, espoleados por Gâlendor, acuden en su ayuda; sin embargo, también atraen la indeseada atención de un contingente theiwar. Ampliamente superados en número, los compañeros deben luchar por sus vidas mientras se retiran derrotados.

El alboroto formado impide la captura de la fortaleza, de modo que las tropas de los thanes no pueden hacerse con el control del Eco del Yunque y los ejércitos enemigos entran en Thorbardin a través de la Puerta Norte.

Impulsados por el recuerdo reciente del funeral de Kharas, en un esfuerzo heroico por detener a las fuerzas invasoras, los generales Garhun de los Hylar y Tormyl de los Klar acuden al Eco del Yunque con el grueso de sus fuerzas. Desde lo alto, los caóticos y divididos theiwar hacen llover la muerte sobre defensores e invasores por igual, contentos con la perspectiva de una carnicería.

Para cuando finalmente el general Reggas de los Daewar logra tomar por la fuerza la fortaleza y dispersar a los theiwars, ya es tarde para los combatientes del Eco del Yunque. Lo cierto es que, movidos por el odio natural hacia el resto de los clanes, los theiwars defendieron con ferocidad el puente, deteniendo la invasión a costa de causar en el proceso estragos en las fuerzas Hylar y Klar y presentando una firme resistencia a los daewars.

A pesar de su fracaso a la hora de tomar la fortaleza, los compañeros son reconocidos por su coraje durante la batalla en el Eco del Yunque. Gâlendor y Arman lograron mantener las líneas defensoras incluso después de que ambos generales cayeran en combate y Kraghol se destacó por la gran mortandad que causó entre los invasores. Hasta ser herido por las rocas lanzadas desde lo alto por los theiwars y verse obligado a retirarse, Augethrym desempeñó un papel remarcable aunque no decisivo acosando desde el aire la retaguardia del enemigo con su aliento flamígero y su presencia pavorosa.