Llovía en Wolvertown.
Un ford T frenó lentamente a la altura de la puerta de la taberna más concurrida del pueblo. Seguía con el motor encendido, y su ocupante, enguantado, se prendió un cigarrillo con el rostro semioculto por la sombra del ala de su sombrero fedora. La lluvia repiqueteaba contra el cristal, y el sonido de charla y risas dentro no pareció desconcentrarle.
Entonces, vió salir a un hombre con uniforme de policía, la camisa desabrochada y guareciendo a una señorita de la lluvia con un paraguas. El señor del coche bajó de él lentamente.
-¿El sheriff Fuck? -preguntó.
-Sí, ¿Quien es usted?
Sin darle más tiempo, el hombre sacó una pistola de su abrigo y le cosió a balazos, ante la mirada horrorizada de su acompañante, que comenzó a gritar.
Cuando los dos ayudantes del sheriff salieron, el coche ya doblaba la esquina, y Travis Johnson tiró el cigarrillo por la ventanilla, exhalando una última calada. Su próxima parada, sería Canadá.
Hace ya más de un mes que la casa de campo del importante hombre de negocios y arrendatario Walter Wescott apareció calcinada. En su interior, la policía científica encontró el esqueleto de una serie de varones junto al de una mujer, todos de raza caucásica. Los moldes dentales solo pudieron identificar el cadáver de Wescott y el de un doctor en psicología afincado en Boston.
La policía encontró también restos de tentáculos calcinados, algo muy extraño. ¿Quizá el señor Wescott se dedicaba a diseccionar calamares gigantes en sus horas libres? Sea como fuere, los forenses encontraron casquillos de bala y escopeta quemados en el sótano del edificio, lo cual arroja nuevas dudas. ¿Quien está detrás del asesinato del señor Wescott?
La señora Harriet Wescott, viuda del hombre de negocios, no ha divulgado nada al respecto, y el secreto de sumario sigue. La policía ha afirmado que la investigación está en punto muerto, ya que el principal sospechoso ha huido del estado, y tal vez del país.
¿Que secreto escondía el señor Wescott?
Lotario Granger. 22-05-1924