Partida Rol por web

«Tranquila chica, en unos segundos estarán aquí los porteros, solo tienes que conseguir que estos tíos no arranquen el coche». Pero pasa el tiempo y nada... no aparece nadie. «Mierda, es el momento de ponerme nerviosa de verdad».

Hasta entonces no ha hecho mucho caso de lo que le estaba diciendo Aki, pero ahora que se fija, su tono de voz y expresión corporal tienen un aire tranquilizador. Por lo menos no parece un psicópata dispuesto a violarla con sus amigotes (que por otro lado, sí que dan miedo). Una vez perdida la esperanza de que llegue ayuda, toca prestar atención al oriental.

—No queremos hacerte daño, solo intentamos cerrar algunos flecos de una investigación privada y, si lo que cuentas es lo que esperamos, luego te podrás marchar. Ahora solo tienes dos opciones o hablamos tú y yo, —le dice mientras le señala con el dedo —o hablas con mis amigos y lo cierto, es que ellos no tienen tan buenos modales como yo. No sé si me comprendes... 

Ima no puede evitar echar una mirada al asiento de atrás y la sola visión de B8 le hizo tener un escalofrío involuntario. «Este tío es más frío que un témpano de hielo. Ni siquiera parece humano».

—Vale, vale... dime qué quieres saber y si conozco la respuesta te la diré. La noche no está saliendo como planeaba, así que lo único que me queda es salir de aquí lo mejor posible. —Le responde, mientras fija en él sus oscuros y sensuales ojos. Pero, de repente, cambia su expresión al de una niña de sonrisa pícara —¿Puedo fumar? Es que estoy de los nervios... 

El cambio gestual es tan brusco que los descoloca a todos. ¿Esta tía se está burlando de ellos? Lo que está claro es que los tiene bien puestos.

Enseguida descubres que detrás de su sensual máscara, solo hay una mujer acostumbrada a sacarse las "castañas del fuego" por ella misma. Con los escasos escrúpulos de aquellos que lo han pasado realmente mal y que, pese a todo, tienen la suficiente ambición como para intentar escapar de su mierda. Sabedores de que toda su vida, lleguen a dónde lleguen, va a consistir en seguir huyendo, bien pisando cabezas o bien besando culos (según con quién le toque bailar). Ya no cree ni en príncipes, ni en salvadores, ni en esas zarandajas. En su alma ya no caben más cicatrices, gracias a todos esos tíos que con falsas promesas y bonitas palabras, consiguieron de ella lo que quisieron para nunca más volver o, peor, volver todos los días para destrozarla por dentro y por fuera. Ahora solo cree en ella y en su propia capacidad de supervivencia.

Está asustada, pero como una gata callejera, dispuesta a saltar dónde sea y con quien sea, convencida de que jugando bien sus cartas aún puede caer de pie y vivir un día más. Aunque sea entre los escombros de la vida que, como mujer pobre y japonesa, le ha tocado vivir. 

Bien, si lo que quiere es escapar de esta encerrona, vamos a darle una salida.

—Mira cariño, vamos a intentar no tener problemas, dinos lo que necesitamos y cada uno por su lado. Esto puede acabar enseguida, depende de ti. Sabemos que estuviste implicada en un montaje para chantajear a unos amigos y queremos que nos cuentes todo lo que sepas sobre estos chantajes. Con esto nos vamos cada uno por nuestro lado y nuestro cliente quedará satisfecho.

Cuando se da cuenta que los compañeros de Aki descubren su móvil en modo grabadora y su pequeño táser de autodefensa, se termina de convencer que su única salida es contando lo que quieren saber, a ver si hay suerte y esto no le salpica mucho.

—Lo primero que quiero dejar claro, es que yo soy una mandada, de hecho somos solo 3 o 4 las chicas del club que hacemos estos trabajos extras para Kichiro, el gerente. No es habitual, ya que la mayoría de los clientes VIP son auténticos profesionales y es muy difícil sonsacarles algo, pero de vez en cuando hay suerte o el tío que te has llevado a la cama es un novato afortunado y obtienes algo de información o, mejor, resulta que es un cabrón que le está poniendo los "tariles" a su mujer (o a su marido si es una tía) y conseguimos un ingreso extra. De cualquiera de las maneras, si obtenemos algo sustancioso, Kichiro nos lo agradece un incentivo, pero ahí acaba mi trabajo. Yo no sé qué hacen con esa información, ¡la mayoría de las veces ni siquiera sé si vale algo!

Entonces, como si al hablarlo cayese en algo importante, su cara se torna en una mueca de miedo y unas pocas lágrimas empiezan a correr por su rostro. Son demasiado pocas como para que sean de mentira, incluso podría decirse que les cuesta salir de las cuencas, quizás debido a la falta de costumbre. —Si esto sale a la luz, no solo cerrarán el local. Matarán a Kichiro y a todas nosotras por abrir la boca, ni siquiera se van a molestar en averiguar quién ha sido. 

—¡Tenéis que sacarme de aquí! ¡Me tengo que largar de Seattle antes de que se den cuenta! Me lo debéis... la información es buena y es importante... sacarme de aquí por favor, ya no puedo ir a casa, solo me queda lo puesto —Coge las manos de Aki suplicante y antes de que pueda decir nada, se gira hacia JayJs, mientras con la izquierda intenta tocar la rodilla de B8. Está desesperada, aterrorizada.

—¡Me van a matar! ¡Por favor sacarme de la ciudad! Iré a donde queráis, haré lo que digáis... ¡Por favor, sacarme de aquí antes de que me encuentren!

Una mirada entre los tres basta para confirmar que vais a ayudarla. Cada uno tenéis vuestros motivos, viejos recuerdos, simple empatía o una mera aceptación de lo que quiere la mayoría, pero así son las Sombras: unas veces matáis sin más motivo que una botella y otras os metéis en un lío para ayudar sin esperar nada a cambio.

Tras un rápido análisis de la situación, decidís que Aki e Ima sigan simulando su prevista noche de desenfreno para que nadie en el club sospeche y por la mañana ella se marche, como siempre hace con sus "clientes". Pero esta vez, en vez de volver a su casa, se irá directa al puerto y comprará un billete al Estado Libre de California aunque tampoco subirá al barco y se marchará andando hasta un punto de encuentro que le indiquéis, alejado de cámaras de seguridad y curiosos. Allí la recogeréis para la llevarla al refugio de Aki, hasta encontrar a un contrabandista que la saque de la ciudad.

Bueno, pues vamos allá. Realizo las dos tiradas... que ambas parecen complementarias. Ocultas, que me gusta no saber si fallo y que el fracaso me pille por sorpresa jajja

Jay se parte la cabeza pensando en un callejón tranquilo... “Aunque... no me habló Casey de un almacén del puerto?”

B8 y JayJs se parten la cabeza repasando el callejero holográfico de Seattle y más en concreto el cercano puerto comercial y de pasajeros que Ima pueda utilizar y tenga un lugar seguro dónde recogerla. Parece que su estudio da frutos, cuándo pocos minutos antes de que Ima se tenga que marchar, camino del puerto en busca de un billete que nunca utilizará, encuentran por fin un lugar y una ruta seguras para recogerla y esconderla en el refugio seguro de Aki.

Pocas horas después os encontráis en la destartalada discoteca, Kings of the Night, en uno de los antiguos almacenes del puerto de Everett, en una zona abandonada desde la crisis del 64. Si ella no se ha equivocado, todo saldrá bien: en cuánto llegue a la puerta la recogéis y en marcha hacia el refugio. Por si acaso, JayJs lleva dando vueltas por la ciudad desde hace dos horas, siguiendo una ruta que a cualquier vigilante le parecería la típica post-fiesta nocturna que se ha alargado más de la cuenta.

Son las 11:00 de la mañana y el sol ya molesta en los ojos, es una mañana agradable para ser invierno. Todos lleváis gafas de sol y ropas arrugadas, sois la viva imagen de unos "fiesteros" esperando a vuestro camello o algo así. Nadie podrá sospechar nada y menos la gente de este lugar: pandilleros, chorizos, noctámbulos empedernidos en busca de una última copa, una penúltima raya y de la chica o chico que llevarse a la cama-. Y entonces la veis, ahí está, nerviosa a vuestros ojos, pero segura de sí para cualquier otro que no la conozca. Así que, antes de que a ninguno de los "borrachuzos" que pueblan la zona le de por entrarle, los dos os acercáis a ella. Aki prefiere ser prudente y quedarse en el coche —no dudo de vosotros, pero más vale prevenir, —dice.

Cruzáis la callejuela con las manos cerca de las pistolas, escondidas bajo vuestras chaquetas. B8 va echando miradas de soslayo a todos lados en busca de cualquier señal de emboscada, de policía, de yakuzzas o de cualquier clase de peligro, mientras JayJs, con su eterna sonrisa, termina de dar los dos últimos pasos hasta ella con los brazos abiertos —¡Por fin has llegado, empezábamos a pensar que no vendrías y se nos estaba acabando el tema ya! —Una frase manida, que restará importancia a todos los presentes, como él sabe.

Por fin, subís al coche y os marcháis a vuestro refugio dando otro largo rodeo y mientras ella se da una ducha relajante, comenzáis a dilucidar cuál será vuestro próximo paso.

Una vez en el refugio de Aki, un almacén abandonado hace ya muchos años en el distrito de Everett, Ima más tranquila y consciente de que va a pasar varios días aquí, se pone a buscar entre la ropa que su dueño guarda en un armario del único dormitorio que hay en este almacén enorme. Eso sí, no puede evitar lanzar una exclamación de sorpresa al descubrir lo poco que se parece a la que lleva Aki.

—¿Seguro que este lugar es tuyo? Nadie lo diría... esta ropa parece sacada de un vertedero. —Pero sin hacer muchos ascos, coge una camiseta lo suficientemente grande para no necesitar nada más y se marcha a la mohosa ducha. Aunque antes de meterse, con un suspiro de resignación, se desviste y comienza a limpiarla con su propio vestido de noche y con la sucia agua que sale de las cañerías, tanto tiempo cerradas por falta de uso, que rugen de satisfacción al volver a notar el correr del líquido vital por su interior. —Ufff... pues sí que hace falta una limpieza, en fin... Esto es mejor que nada... —murmura para sí, parece decidida a hacer de este lugar un sitio en el que vivir, aunque sea unos pocos días.

Mientras tanto, estáis decidiendo qué hacer con ella y cómo y cuándo terminar vuestro contrato. Al fin y al cabo hay que vivir y sin nuyens eso es imposible (o por lo menos, no como vosotros queréis). Cuando parece que ya está claro que vais a dejarla encerrada en el almacén, avisándola de que ni debe ni puede salir, Ima sale desnuda del aseo —¿Hay lavadora? Hasta la toalla tiene moho y he tenido que secarme con la camiseta... ¿Te puedo coger otra? Prometo dejarte esto limpio antes de irme a cambio.

—Sí, claro... claro que puedes coger otra, puedes usar lo que quieras de aquí. La lavadora está en ese otro lado del almacén, hace un poco de ruido y la alejé todo lo posible de aquí. —responde Aki, sorprendido, que para nada se esperaba esta actitud de la chica.

—Joder, ¡Pues sí que está buena la tía! —piensan todos a la vez, aunque por respeto hasta JayJs se calla.

Después de ponerse otra camiseta, esta sin mangas y con el escudo de "Los Rangers de Seattle", Ima se reúne con ellos y sin preguntar ni lo que es, le da un trago al primer vaso que encuentra en la mesa dónde están los tres. —Me temo que no os puedo ayudar a encontrar una forma de sacarme de aquí, sí que tengo algunos amigos del club que sé que no me van a fallar, pero no me gustaría ponerlos en peligro. Serán a los primeros que vigilen y hasta que no pase un tiempo prudente no me gustaría acercarme a ningún conocido, lo siento.

«Es obvio que es una tía dura y una superviviente, pero también es leal a los suyos. ¿No será una de los nuestros?» Piensa atónito B8.

—Bueno Ima, nosotros tenemos que cerrar el contrato y cobrar, así que nos vamos a marchar unas horas. No intentes salir de aquí, además de que no podrías, fuera corres peligro. En este barrio cualquiera te vendería por un vaso de nutrisoja. Cuándo volvamos con nuyens, pensaremos cómo sacarte de Seattle ¿Te parece bien?

Ima, por un momento parece que va a replicar, pero empieza a hacer sus cálculos mentales y se da cuenta que si hubiesen querido traicionarla ya lo habrían hecho, así que calla y asiente con una pose tranquila. —No te preocupes, no os fallaré. No soy una niñata que piense que puede salir de esta sin ayuda. Os necesito y espero que algún día os pueda devolver el favor. 

Pocas horas después os reunís con Darius McCuligham, el entrenador de los Rangers de Seattle, en su despacho. Le explicáis como Osam Mirto -el jugador de fútbol- cayó en una red de pequeños chantajes a personas VIP, en el Club Ambrosía que se acostaban con camareras del local. Pero tuvo la mala fortuna añadida, de que se enteró Jeremías Blossom durante una conversación de negocios con Kanaye Tomuro, el extorsionador que también hizo que Aki tuviese que desaparecer, y le propuso un plan más ambicioso: exprimir a Osam y cuándo ya no pudiese más y cometiese varias irregularidades, Jeremías acusaría al equipo a la Federación de Fútbol Universitario y aportaría las pruebas de que estaba dejándose perder para que tuviesen que cerrar y así, una de sus empresas lo compraría mucho más barato.

—Creemos que la Yakuza no está implicada directamente, así que damos por hecho que Kanaye, a estas horas ya está muerto y su cuerpo no aparecerá, porque saben lo que ha hecho y también es posible que el gerente del club también acabe igual, aunque eso aún no está claro, depende de lo que hagamos nosotros. Pero si dejáis de ir al club y lanzáis una campaña de mala imágen desde el club, como mínimo, tendrá problemas. Con Jeremías no hemos hecho nada, es un pez demasiado gordo que requiere de muchos más recursos. Eso queda a vuestra decisión. Así que parece que el tema ya está resuelto y con la discreción que debía. A no ser que nos digas otra cosa, podemos dar el contrato por terminado.

Darius, os mira complaciente, no puede ni quiere evitar la gran sonrisa de satisfacción que muestra su rostro y echa mano de su pequeño ordenador, coge un credistick vacío y en voz alta empieza a ingresar dinero: los 20.000¥ prometidos, 10.000 en pago y 10.000 para gastos más 20.000 más por la prima prometida, hacen un total de 40.000¥. 

Una vez os entrega el credistick y dando por finalizada la reunión, os da una información que ni habéis pedido, ni un cliente suele dar a sus shadowrunners -evidentemente está muy satisfecho-.

—Aún no sé que escarmiento tendrá Osam, pero no quiero perderle para el equipo y si esto lo elevo al consejo de dirección o a la universidad, lo echarán de inmediato. Así que, por ahora, creo que me debe “una pasta”, —comenta sonriendo, sería una pena estropear un trabajo tan discreto, haciéndolo público ahora. Creo que tendré una reunión muy seria con él y si su mujer no lo mata y cambia de actitud, le daremos la segunda oportunidad que tú no tuviste. —Termina de decir mientras mira a los ojos, con evidente tristeza, a Aki. Hoy habéis ganado dos amigos, no sé ni en qué ni cuándo, pero si nos necesitáis contad con nosotros para lo que sea. ¡Un millón de gracias!

—Ah, y dentro de unos días hablad con Osam: tiene que saber gracias a quién sigue siendo un jugador de fútbol afortunado. —Tras lo cual, abre la puerta de su despacho y amistosamente os invita a salir.