Miró de forma fulminante al joven aprendiz de samurai.
-Solo vuestra juventud os exculpa de vuestra indecencia...Aún no sois digno de mi hija, he sido generoso conociendo vuestros sentimientos al concederos el favor de partir a Miyako para ganaros el derecho a mirarla siquiera. No diré mas sobre el tema. escuchó a Chikazumi con atención.La difunta Yukinai Nita, la madre de ese infame pirata, era una Kunoichi retirada que sirvió lealmente a Chosokabe-dono... Ella sabía quien eras y me informó de que estabas aquí y que eras un hombre honorable. Siempre supe quién eras y guardé con respeto y honor tu secreto... No es necesario que pidas mi perdón, siempre lo tuviste.
Se giró hacía Uemi y Nene
-Hemos de partir, inmediatamente... preparaos para el viaje.
Aún arrodillada, asentí a las palabras de mi padre. Me levanté con lágrimas en los ojos, que intenté rápidamente ocultar. Miré de soslayo a Kotaru-san, grabando en mi mente esa imagen para siempre. Me giré y vi a Nene.
- Vamos Nene - le dije en voz baja, casi inaudible, mientras en el fondo me alegraba de corazón que estuviese viva.
Hice una reverencia a Chikazumi y empecé a andar por el pasillo camino de mis aposentos.
- Mi señor - Haciendo una reverencia y arrodillándome en el suelo 3 veces como símbolo de respeto - Si se me permite hablar me gustaría decir unas palabras...
Relativamente impaciente, pero en deferencia a la criada de su hija le indicó con un gesto que prosiguiese y dijese lo que quería decir.
Yabu Ogawa, impaciente y poco dispuesto a esperar mira a la criada y con aspereza indica.
-Ayuda a tu señora y me diras lo que debas decir en el viaje de vuelta... Hay mucho trabajo que hacer
Yabu-Dono parte hacía su caballo mientras unos criados preparan la silla de mano de Yabu-hime. Kotaru acompañará a la comitiva de vuelta. Mientras tanto Takeda Uetsugui parte al mando del ejercito de su señor a un destino incierto en una guerra cruel pero que tiene un final a la vista.
Esta es la historia de las personas que vivieron en un periodo convulso, donde la vida valía poco y el honor lo era todo. Esta es la historia de las espadas que forjaron la leyenda de Japón y unificaron su nación bajo el mandanto del Shogunato. Las tradiciones nunca se perdieron y durante cuatro siglos más se viviría una nueva era. Esta es la historia de todo lo que hay entre el cielo y la tierra, esto es Tenga.
¡FIN DE PARTIDA - APLAUSOS!