-Estoy... bien... no... no es la sangre... es... el olor... es... -la mente de Ingemar estaba aún algo nublada por el aroma y el tropiezo, había cierta tranquilidad ahora que supuestamente la criatura se había ido. Pero había perdido la chance de estudiarla...
-Oiga, Mike... tenga cuidado... eso no es normal -llegó a decirle a su compañero mientras éste abría la trampilla para explorar.
La bióloga se miró las manos. La poca luz que había le impedía ver bien la sangre, pero la olió, acercando a su rostro sus manos, intentando discernir si era realmente sangre o más bien algo exótico como lo que habían encontrado al principio. Parecía que ese día le tocaba ser la que daba alarma por los sangrados de loquesea que habitase el lugar...
Jazzlyn suspiró, aliviada, al ver que su idea había funcionado, consiguiendo primero distraer a la criatura, y haciendo que huyese después. Las preguntas ahora eran, ¿volvería aquel ser a terminar lo que había empezado? y ¿Habría más como él?
Sólo cuando el anticuario confirmó que la zona estaba despejada, la mujer se atrevió a salir al pasillo. Contenía el aliento, como si el simple hecho de respirar pudiese hacer que volviese aquella abominación, y sentía como le latía con fuerza el corazón. Esta situación le sobrepasaba. Lo suyo no era tener que enfrentarse cara a cara con la muerte. Lo suyo eran la pintura y las fiestas a las que asistía varias noches por semana en los clubs más prestigiosos de su ciudad.
- Me alegro de que estén bien- dijo, alzando un poco la voz para poder ser escuchada por sus compañeros, mientras se aproximaba a las escaleras que ascendían al piso superior de aquella casa, y miraba preocupada a la ahora destrozada puerta principal.
- ¿A qué olor te refieres? - preguntó, intrigada por lo que la mujer de pelo cobrizo acababa de decir, mientras comenzaba a subir algunos peldaños para encontrarse con ella y ver si necesitaba ayuda.
Aunque Frederik en principio se queda abajo asegurando que nada entre en la casa, los ruidos y los gritos arriba no tardan en llamar su atención, así que después de haber encontrado material para hacer un par de botellas incendiarias, se encuentra arriba con sus compañeros, la escena ante ellos es macabra, especialmente para Frederik que no tarda en reconocer…
Pero no nos anticipemos, una escena lluviosa y sangrienta recibe a los investigadores que llegan a la sala de la linterna. Dos paneles de cristal de la vidriera se han roto de algún modo; los fragmentos crujen al pisarlos.
La lluvia entra por los agujeros y hace que la tarima de metal se vuelva resbaladiza. Además, el suelo está manchado por la sangre derramada de los cadáveres de dos hombres y dos extrañas criaturas con rasgos de pez que yacen dentro de la estrechez de la sala.
Una de las criaturas se aferra con los dientes, incluso muerta, al cuello de un hombre.
La escena es horrible, Frederick mira sin respiración al hombre que aún tiene a una de esas cosas enganchada en un mordisco mortal a su cuello. En su mano descansa un revolver con todo el cargador vaciado.
Las dos criaturas son idénticas a la que acaban de ver huyendo viva de la casa.
Pero el otro hombre, el cadáver más cercano a la escalera tiene una pinta muy extraña.
El hombre, embozado en un pesado impermeable con capucha, parece tener una cabeza estrecha y unos colgajos de piel pronunciados alrededor del cuello y la mandíbula. También parece sufrir alguna enfermedad cutánea, a juzgar por su color gris y su textura áspera. Sus ojos protuberantes y acuosos miran sin ver hacia el cuerpo del farero muerto.
Todos los cuerpos presentan agujeros de bala, dos en el hombre extraño y uno en cada criatura muerta, y esa parece ser la causa de la muerte, excepto el farero, que claramente ha muerto desangrado por la mordedura en su cuello.
La escena es perturbadora, más allá de la criatura que ya habéis conocido.
Tirada de COR para rtodos (1/1d4+1)
excepto para Frederik, que es peor (1/1d6)
Después de superarlo, aquí hay bastante que ver, por eso os reuno a todos aquí.
- Cassidy...-
Al ver aquel percal algo se rompió en el interior de Frederik y no pudo contenerse. Aun así, tras decir el nombre, la fractura pareció volver a una postura menos dolorosa, pero el daño seguía existiendo.
El anticuario había subido las escaleras con cuidado, cargado con sus dos nuevas amigas especiales: sendas botellas de mezcla incendiaria coronadas por una lazada de tela de una sabana. Tras reunirse con sus compañeros accidentales, posó los recipientes en el suelo y se aproximó al dantesco escenario que se desplegaba en la linterna del faro.
- Diablos. Pobres diablos. ¿Qué diablos es todo esto? ¿Había visto usted referencias a algo parecido alguna vez en su vida, Strand?
Le costaba mirar a los bultos muertos, aún más a aquel individuo grisáceo, de ojos saltones. Puede que aquel se pareciese más a la criatura de la acuarela que el monstruo que habían visto en las escaleras.
Pero aquella cosa, y puede que tuviese compañeros, seguía ahí fuera. Y ellos estaban en una trampa sin puerta, en las peores condiciones, así que tocaba hacer de tripas corazón y tratar de desentrañar aquel misterio cuanto antes.
Sin pensárselo demasiado se puso en cuclillas y observo en detalle la aterradora instantánea que allí les habían dejado, en busca de posibles pistas o algo que les pudiese ayudar en unos momentos tan desesperados.
Señaló al revolver. - Si le queda munición tal vez debamos repartirla entre las dos armas para que todos estemos armados, Mike.- Imaginaba que las señoritas no querrían tener que abordar tal responsabilidad peor la vida les iba en ello. - Todos debemos tener algo con lo que enfrentarnos al terror. Nos guste o no. En el peor de los casos, debemos caer luchando, para que alguno tenga posibilidades de sobrevivir.
Motivo: Cordura
Tirada: 1d100
Dificultad: 53-
Resultado: 97 (Fracaso) [97]
Motivo: perdida cordura
Tirada: 1d6
Dificultad: 53-
Resultado: 1 (Exito) [1]
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d6
Dificultad: 55-
Resultado: 3 (Exito) [3]
Me resto el punto de cordura perdido y continuo analizando la escena.
Creo que ha habido un problema con tu tirada de Descubrir, se quedó 1d6...
hasta mañana puedes repetirla, sino, sin problema antes de postear la repito yo para incluila en la actualización.
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 55-
Resultado: 37 (Exito) [37]
Perdón por el despiste...
Visualizar aquella dantesca escena fue lo que hizo que Jazzlyn finalmente se derrumbara. Su mente había conseguido resistir hasta ahora todos los ataques que aquella horrible noche había lanzado contra ella desde que, desgraciadamente, el barco en el que la mujer viajaba hubiese naufragado, pero lo que se mostraba ahora ante los ojos de la artista, los cadáveres de aquellos hombres y de aquellas criaturas, era más de lo que era capaz de soportar.
La joven sintió como, por unos instantes, su vista se nublaba y como la habitación comenzaba a dar vueltas a su alrededor, lo que la obligó a tener que apoyarse en una de las paredes para evitar desplomarse. Acto seguido comenzó a vomitar.
Motivo: Tirada de cordura
Tirada: 1d100
Resultado: 87 [87]
Motivo: Pérdida de cordura
Tirada: 1d4
Resultado: 2(+1)=3 [2]
Sorry, se me olvidó poner la dificultad de la tirada de cordura :(
Me quito 3 puntos, tras haber fallado dicha tirada :(
Un interruptor hizo ¡clack! en la cabeza de Mike. Los demás náufragos pudieron escuchar el sonido metálico de la pistola del agente al caer al suelo. Aquella visión le ha dejado aterrado. El rostro se le volvió blanco como el mármol y las manos le comenzaron a temblar. Notasteis que comenzaba a respirar con dificultad y acabó sentándose en las escaleras cercanas a la trampilla.
- No puede ser -murmuró completamente ido- más hombres pez no, más hombres pez no...
Todo su entrenamiento, toda su dureza se había desplomado como un castillo de naipes y por un momento pareció que se había vuelto loco. Sin embargo, quizás lo que necesitaba era parar un segundo, tranquilizarse y seguir investigando o luchando después. El estómago le daba vueltas y las ideas fluían en su cabeza como en un torbellino en medio de un alocado mar.
Motivo: Cordura
Tirada: 1d100
Dificultad: 63-
Resultado: 81 (Fracaso) [81]
Motivo: Cordura
Tirada: 1d4
Resultado: 4(+1)=5 [4]
Pues pierdo 5 puntos de Cordura :D
Mike, tienes que hacer una tirada de INT, y en este caso, te interesa fallar, sino... estreanremos reglas de cordura y "locura temporal"
cuando puedas ;)
Motivo: Inteligencia
Tirada: 1d100
Dificultad: 65-
Resultado: 73 (Fracaso) [73]
- Bien, por fin fallar me sirve de algo ;)
Se puso de pie, subió, debía ver eso. Los demás estaban asombrados... se acercó a Jazzlyn y la sostuvo por los hombros, tratando de ayudarla a mantener la compostura. Entonces miró...
Sangre humana, vaya y pase. Sangre animal, era parte de su profesión. Sangre de... ¿qué era eso? Dos iguales al que había logrado huir, y ese otro hombre... la violencia, sin embargo, no la dejaba tranquila. Respiró profundo, solo para empeorar la situación al inhalar el pesado aroma, y se sostuvo de la artista y de la pared.
-Tranquila, tranquila -repetía, ¿para Jazzlyn o para ella?
Apartó la mirada durante casi un minuto. Su mente científica sin embargo ansiaba acercarse y estudiar los cuerpos... había perdido la chance con el que estaba vivo, pero en este caso no habría problemas, ¿o sí? Con la mano aún temblorosa, tomó de entre sus cosas el bisturí que tenía siempre consigo, y se fue acercando a paso lento hacia la escena. Intentaba respirar por la boca para no abrumarse por el olor. Como pudo, se arrodilló al lado de uno de los seres, y lo miró como quien mira a un ejemplar en un laboratorio de disección.
En ese instante reparó en los demás.
-No les aconsejo que miren...
Y avanzó el bisturí para hacer una incisión. Necesitaba saber más acerca de su descubrimiento.
Motivo: Cordura
Tirada: 1d100
Dificultad: 58-
Resultado: 70 (Fracaso) [70]
Motivo: Pérdida de Cordura
Tirada: 1d4
Resultado: 1 [1]
Me quito 2 de Cordura... Guardián, si me extralimito con algo de lo escrito me avisas. Estoy llevando la locura hacia una especie de obsesión científica por entender qué son esos seres, pero tal vez no pueda sostener su estómago o cosas así.
Ningún ser humano se sobrepondría al horror de aquella escena, no lo hicieron nuestros protagonistas, que empezaban a sentir la soga de la locura apretando sus almas, como una amenaza tan letal como los colmillos demenciales de aquellos seres deformes.
Mike apartó la vista, pero mirase donde mirase solo veía la piel de aquellas cosas, y el mar, la piel grisácea… y la superficie del mar, eran la misma cosa, todo el océano y aquellas cosas eran lo mismo, y todo el mar era un monstruo en si mismo, aun tardaría en quitarse esa idea de la cabeza, o al menos, en guardarla lo suficientemente profundo en su psique atormentada.
La obsesión de Ingemar se dirigía en otro sentido, y actuaba de forma extraña, casi como si no pasará nada y estuviera en una de sus clases de biología, estudiaba los cuerpos como desconectada de la realidad de su amenaza.
Brooks y Frederik hacían de tripas corazón, y cómo podían mantenían la compostura aun sintiendo la grieta que se abría en sus esperanzas de salir de esta.
Frederik cogió el arma, y pidió algunas balas a Mike, que no le oía. Mientras sus ojos iban de aquí para allá encontrando detalles. Se dio cuenta de que había cuatro tiros en los cuerpos, pero también que un disparo mas debió romper el cristal de la mampara y que otro disparo había estallado la lámpara del faro, por eso no brillaba su luz aunque la electricidad llegaba y todo parecía funcionar bien, no había ninguna de esas lámparas aquí, debían estar en otro lugar fuera de la casa, igual que las piezas para poder arreglar la radio.
Ingemar se adentraba en las profundidades del horror, de una forma literal, víscera a víscera. Confirmaba que las partes vulnerables eran los ojos y el abdomen, pero descubrió algo más, las aletas tenían unas especies de espinas, había algunas en el cuerpo de Cassidy, parecían venenosas y quizás fueran capaces de lanzarlas como hacen algunos animales.
En algún momento salió de su propia coraza mental y se vio así misma, arrodillada, empapada en sangre y con las manos enredadas en las vísceras de aquella cosa.
Todos estaban aterrados, pero sabían en su interior, que el miedo no les sacaría de este islote, iban a necesitar algo más que miedo.
Ingemar, todo perfecto.
Mike, hablamos en privado ;)
Todos, pasamos por el OFF antes de seguir.
- Cassidy... Cassidy... Cassidy... ¿Qué diablos? ¿QUE DIABLOS, MUCHACHO?
Pero Cassidy ya no era un muchacho, tanto en el sentido de que había envejecido como en el de que era simple y llanamente, un cadáver. Frederic no podía apartar de él los ojos, viéndose así mismo en su lugar, pero el resto de la gente, ya fuese dedicándose a vaciar sus entrañas sobre el suelo o investigando las entrañas de uno de esos seres grises, como las focas, como el mar, le devolvieron al presente. Algo había arañado las defensas de su psique, y era muy consciente de que, una vez que se abre la más mínima grieta en una presa, la presión y fuerza de la locura tendrían más fácil acabar de reventarlo. Podía mantener la calma, disimular, tal vez mentirse a sí mismo, durante un tiempo, pero a nada que otra de esas criaturas asomase, respirando (O haciendo lo que hiciesen para mantenerse vivas) por el horizonte, sabía que sucumbiría con más facilidad a la desesperación.
Mike era quien parecía más estático e impactado, eso nunca era buena señal, y el hombre estaba armado, así que convenía confirmar su estado.
- Mike, ¿Está usted bien?- Mientras esperaba su respuesta no podía deja de desgranar sus impresiones en voz alta, un asidero artificial que le permitía avanzar mentalmente, a unos pocos minutos en el futuro, más allá solo había dudas y oscuridad.- Mike, creo que no hay un recambio para la linterna del faro y tampoco creo que haya aquí nada con lo que arreglar la radio. Necesitamos pensar rápido en cómo continuar. ¿Está usted mejor, Jazzlyn? Ingemar, creo que no es momento para, para... Eso.- Trató de contener una arcada al ver los brazos de la bióloga hundidos en el interior de aquella criatura.
Mike siguió encerrado en sus pensamientos un rato más. No vio a Jazzlyn vomitar ni a Ingemar dispuesta a abrir en canal a uno de esos seres. En su cabeza se oían las olas del mar chocándose contra su psique. El olor a salitre y a pescado, que antes algo le agradaba, ahora le parecía nauseabundo y asqueroso. Cualquier tipo de pez le repugnaba sobremanera. Solo veía olas de oscuridad líquida en un medio que había engendrado a aquellos seres... En ese momento, un eco amigable se escuchaba en la lejanía...
- Mike, ¿Está usted bien?
¿Quién es Mike? Yo soy Michael, joder, ¡qué preguntas haces! No se encontraba en medio del mar ni oía las olas, aquello era un faro. Una de sus manos estaba manchada de sangre. La otra sostenía una pistola, no, el arma ya no estaba ahí. Se arrastró a recogerla y guardarla de nuevo. Otra vez ese eco:
- Mike, creo que no hay un recambio para la linterna del faro y tampoco creo que haya aquí nada con lo que arreglar la radio. Necesitamos pensar rápido en cómo continuar.
Un pitido doloroso en el oído le hizo volver a la razón, aunque seguía sintiendo miedo del reino de Poseidón y todas las criaturas que allí moraban. Una idea clara pasaba por su cabeza: hay-que-ir-se-de-a-quí-ya.
- Perdone, Frederick -dijo en cuanto se recompuso un poco, aún tenía la respiración agitada-. Siento haberme ausentado de esta manera. Si esta gente se dedicaba al contrabando, seguro tienen un bote o embarcación. ¡Tenemos que irnos de aquí, diablos! Yo... Yo no puedo estar en medio del mar con, ¡eso! -señaló a una de las criaturas.
Ahí vio lo que Ingemar pretendía hacer. Su mente decidió ignorar esa imagen por completo.
- Vayámonos a buscar un medio de transporte -comentó más sereno-, creo que será lo adecuado.
-Espinas... parecen venenosas. Parecen proyectiles, debemos tener cuidado. -Cortó un trozo que incluyera lo más posible, espina, el sitio donde estaban insertadas y parte de los tendones y músculos que formarían parte del mecanismo de proyección. No tenía cómo conservarlo adecuadamente... quizá al bajar encontrara en la cocina un frasco y con aguardiente pudiera preservar la muestra un tiempo prudencial.
Entonces miró alrededor y vio el espanto ennel rostro de sus compañeros.
-Escucharon, ¿verdad?
Y miró sus propias manos pegajosas, las tripas de aquel ser regadas por el suelo y decidió que había sido suficiente.
-Ok, si sigue suelto el colega de estos dos -dijo señalando los cadáveres-, tenemos que ponernos a resguardo. Sabe que estamos aquí y podría regresar. Bajemos... una pasada por la cocina y la despensa nos dará algunos recursos para el viaje de regreso. Me gusta la idea de buscar un bote... quizá si trabajamos en equipo podamos seguir... seguir... -con vida, pensó Ingemar, pero no pudo pronunciar las palabras. ¿Se había puesto a diseccionar a esa criatura en medio de una tormenta en un islote perdido después del ataque de una bestia monstruosa en un faro abandonado que mostraba signos de violencia...?
Se puso de pie, aferrando la muestra de aleta, espina y músculo, y caminó nerviosamente hacia la trampilla.
-¿Vamos?
- Sí, estoy mejor - respondió Jazzlyn, con apenas un hilo de voz, a la pregunta del anticuario, mientras continuaba apoyada en la pared, a pesar de que hacía tiempo que la habitación había dejado de dar vueltas a su alrededor. A sus pies, había un charco de vómito, compuesto principalmente de bilis y alcohol. Pocos alimentos sólidos podían encontrarse en él.
Poco a poco se incorporó, evitando mirar a los cadáveres que estaban tirados en el suelo, deseando poder salir de aquella habitación. Aún sabiendo el peligro que podía estar esperándoles abajo, no deseaba permanecer en aquella sala ni un segundo más.
- ¿Un bote? ¿Creéis que conseguiremos llegar a algún lado en él con esta tormenta? - Aunque se encontraba todavía algo mareada, pudo pensar con la suficiente claridad como para formular aquellas preguntas ante el plan propuesto por sus compañeros. Estando como estaba, no se acordó de preguntar cómo estaban ellos, o que habían estado haciendo mientras ella se encontraba indispuesta, aunque, tendiendo en cuenta lo afaenada que había estado Ingemar, diseccionando los cuerpos de aquellas criaturas, quizá fuese mejor que no supiera nada. Hacerlo hubiese hecho que la artista se sintiera peor.
De repente, todas las luces se apagaron al unísono.
Un ligero chasquido eléctrico y la oscuridad absoluta los envolvió en un abrazo frio de silencio y muerte.
-Fin de la escena-