Partida Rol por web

Con cara de incredulidad, la arquera asentía mientras escuchaba las palabras del enano. Lo cierto era que le llamó bastante la atención lo del mago vestido de verde.

- ¿Un mago vestido de verde? La verdad es que no he visto a nadie que responda a esa descripción. Es más, he de admitir que solo he visto a un mago en mi vida y pasó de largo en un carromato. Si hay alguno por aquí no me importaría conocerlo y ver si son reales esos trucos que dicen que saben hacer. - Comentó algo más entusiasmada.

- Mmmm la orejas punt… la elfa mencionó que había sido él quien había encantado a los tipos de la taberna. Como habías entrado con ella pensaba que quizás también lo hubieras visto.

Respondió a la pregunta de Mishella para luego otear el firmamento y estimar la hora que sería. No sería mala opción descansar antes del viaje aunque también se podía preguntar a la elfa o a Bregal sobre el asunto.

- Pues bien, quizás debamos reunirnos con … - dudó unos momentos sobre que palabra usar, era evidente que le incomodaba solo la mención de la elfa – ... la señorita Fawn y aclarar que vio antes de ir a descansar.

regresando sobre sus pasos el grupo de héroes regresa a la taberna, los borrachos aun estaban siendo retirados por amigos y familiares mientras la elfa parecía dar alguno cuidados médicos a los beligerantes consumidores, a pesar de la pelea la gente no parecía hostil con el grupo de héroes, pues era una taberna y las peleas era algo no del todo extraño en estos lugares, eso y que para suerte del dueño no habían causado ningún daño a los bienes del negocio .

al verlos entrar por uno de los costados de la tienda esta no pudo esconder la emoción de verlos regresar sanos y salvos: -¿y bien, atraparon al sujeto?- la elfa parecía bastante excitada con la situación, si bien hace tiempo bagaba por las tierras humanas rara vez tenían tantas emociones, *al escuchar la pregunta sobre el mago, ella niega con la cabeza y asegura: -señor enano no se de que sujeto esta hablando, descubrí que los bebedores de esa mesa estaban bajo el efecto de un encantamiento por la manera en la sus ojos se comportaban, era como si tuvieran algo de polvillo brillante, asumo que nos querían poner en muchos problemas, gracias a los dioses ninguno de esos hombres resulto herido de gravedad o muerto, de lo contrario nuestro viaje al norte se habría retrasado hasta salir de la cárcel- . sin embargo las palabras del enano resultaron bastante inquietantes y no dudo en asegurar: seguramente ese tipo que atraparon tratando de escapar tenia algunos aliados en el campamento, me temo que deberíamos asumir que ellos saben que los hemos detectado, me temo que debemos tener mucho cuidado en el viaje o de lo contrario...- la joven se resiste a decir las palabras como si temiese atraer la desgracia a la compañía.

como la situación parecía haberse calmado en la tienda del salmón salado, tanto el semiorco como la elfa buscan una mesa para sus compañeros y escuchan lo que paso en la persecución,* el semiorco se acaricia su rostro con sus manos vendadas y notoriamente preocupado: -el pilar de los reyes muertos es un lugar muy peligroso, es un oasis para delincuentes y esclavistas, sin duda nuestra caravana esta en serio problemas, cuentan los viajeros que este lugar esta escondido en algún lugar de los escarpados caminos que van al desierto, al parecer los bandidos del desierto encontraron una manera de esconder túneles que se mueven por todo el camino y desde allí emboscan a los que se aventuran a atravesar estos parajes. sin embargo escuche que hace algunos meses tropas de tonorkor atacaron este lugar y acabaron con varias de las tribu de asaltantes establecidas.-

con las revelaciones que recibían de sus compañeros apremiaba la creación de un plan lo bastante firme para ganar esta batalla con los asaltantes, y de paso proteger la misteriosa carga de brelgar.

El pilar de los reyes muertos era la base de gran número de bandidos pero al menos parecía que su número se había debilitado según las noticias recientes.

- Va a ser un viaje peligroso pero todos lo son, siempre. No hay gran cosa que podamos hacer salvo vigilar bien y ser cuantos más mejor. Me pregunto si habría alguna forma de mejorar la vigilancia. Estamos a tiempo de preguntar por aquí.

Mucho se temía que tendría que proteger la caravana del modo más sangriento posible, que era blandiendo el espadín dirigiéndolo hacia cuantos cuellos hiciera falta. 

- Fiuuuu. Pues es un alivio oír eso. Prefiero no combatir, si puedo evitarlo. La fama de esas tribus de bandidos es conocida. - Respiró aliviada la arquera al oír al mestizo hablar.

Atendiendo a las palabras del otro mestizo, en esta ocasión el bárbaro del grupo, Nathul, la joven Mishella sopesó sus palabras, pues parecía que sabia lo que se hacia el semielfo.

- Parece que tienes cierta experiencia en esto, Nathul. Yo por mi parte, lo único que he realizado en muchas ocasiones son guardias nocturnas. En la region de donde provengo, cazábamos de noche y a veces teníamos que hacer guardias, de ahí que tenga cierta experiencia en ellas, aunque nada más allá de la lógica. Lo normal sería que los combatientes hicieran las últimas guardias, para que los que necesitan descansar mas para sus rezos o preparar conjuros tenga su tiempo justo. Además, otro factor a tener en cuenta, si se puede, es que las guardias las hagan los que tienen mejor oído y vista. Por lo demás, poco tengo mas que aportar. A si, como veis por mi aspecto, es mi arco con lo que me defiendo. La distancia es mi aliada... - - Concluyó.

El enano no insistió en las preguntas sobre el tipo de la túnica verde aunque él estaba seguro de que algo había visto en la confusión de la pelea.

¿Y bien? Entonces, ¿Cómo procedemos? Por mi parte creo que deberíamos contactar con nuestro empleador.

sin mas cosas que discutir el grupo de héroes se dirigen al campamento de brelgar, al llegar se dan cuenta que sus escoltar los miran con rostro menos hostil y de hecho parecían estar esperándoles, con la mano les hace señas para que se acercan y uno de estos les guía al interior del campamento, este se componía por un pabellón rodeado por enormes jaulas cubiertas por lonas.

en el centro del campamento hay una fogata que esta encendida y frete esta de pie el enigmático comerciante que mira a una persona que esta de rodillas ante el, el hombre esta esposado por grilletes y clavados por cadenas al piso, se trataba de aquel a quien nathul había dado caza, en le piso gemía en terribles alaridos sofocados, en tanto la mirada implacable brelgar contempla en sufrimiento del pobre diablo.

mis queridos héroes, cuando los envié por este hombre esperaba un poco mas de discreción de su parte, sin embargo supongo que pecamos por subestimar a nuestros enemigos, al parece estos bandidos están muy al tanto de los movimiento de mi mercancía, ignoro como habrán dado con mi manifiesto, pero supongo que ahora no puedo esperar a la llegada de mas escoltas, si les parece bien a partir de ahora triplicare sus honorarios y confiando en que lleguemos a nuestro destino les proveeré de un tesoro digno de esta travesía. las palabras del mercader dejaban entrever un cierto aire de furia contenida pero seguramente esta no era contra los héroes.

señorita fawn y señor hakak, sus servicios deberán estar en este asentamiento por un par de días mas, necesito que resguarden y entreguen algo a un noble que pasara por este sendero, el nombre de este es Jozan de Casilius, con algo de suerte aceptara sus servicios de escolta y podan llegar sanos y salvos a casilius. un hombre del mercader entrega a la pareja un caja de un pie de alto y profundidad junto con una carta sellada. es imperante que oculten su presencia en este campamento hasta la llegada de este hombre, en tanto nosotros partiremos esta misma noche y al amparo de las penumbras. Con algo de suerte les aremos creer a los bandidos que han logrado espantarme y no les prestaran atención a su misión.

en ese momento el tipo que estaba de rodillas se contorsionaba en terribles espasmos, levanta su cabeza con una mueca de terrible dolor mientras las extremidades de una araña camello se asomaban por las comisuras de sus labios, sus ojos estaban soltando chorros de lagrimas sanguinolentas y suplicantes de una muerte rápida, su garganta esta hinchada y de color rojo, unos instantes mas tarde sus labios se tornaron azules y muere frente a sus ojos, el comerciante parece deleitarse con el final del bandido y mirando a los aventureros restante les ordena: preparen sus cosas, en cuanto mis hombres terminen de cargar mi pabellón, saldremos rumbo las tierras áridas de anauroush

Esta sería una misión difícil. No le había terminado de gustar las formas de matar a ese desgraciado espía de los bandidos. Era un peligro pero no una amenaza. Sin embargo ya no se podía hacer nada, tan sólo aceptar que la vida era dura en el desierto y la muerte algo común. Tampoco es que Nathul fuera el más legal de los hombres, pues sabía que las leyes las imponían los fuertes sobre los débiles.

- Mañana comenzaremos el viaje. Esos bandidos quizá nos encuentren pero al menos estaremos preparados. Tan sólo hagamos guardias y compremos unos cuernos de aviso, si no cuentan con ellos estas gentes. De hecho veré si puedo comprar elementos para rodear el campamento.

Comenzó a pensar en lo que necesitaría y si no podía adquirirlo ahora, quizá por la mañana temprano.

- ¡Descansemos bien, que mañana comeremos en el infernal desierto!

Esa frase no sabía dónde la había oído antes, pero sonaba bastante apropiada.

Se le había ocurrido aquella idea para lograr unas noches un poco más tranquilas. Si rodeaban el campamento con cuerdas y de ellas colgaban algunas campanas podrían advertirles de alguna emboscada. Era algo sencillo si es que encontraba tales objetos y tampoco debía de ser difícil. Lo más evidente era buscar a alguna tienda de aprovisionamiento en el poblado.

- Podemos comprar lo suficiente como para rodear las tiendas colocando pequeños objetos ruidosos. Esto es, campanas si hubieran y si no cualesquiera objetos metálicos para poner por parejas. Pero para eso va a hacer falta dinero, ¿venís y compramos lo que podamos? 

Había pensado en ir en solitario pero al palpar su bolsa recordó que sus monedas eran más bien escasas.

Yergez asiste sin torcer el rostro a la ejecución del pobre diablo. No hace ningún gesto para salvar la vida al condenado, pues parece que poco puede hacerse para salvar su vida, pero interiormente se pregunta si han escogido buena compañía para hacer este viaje. La paga adicional podía costarles muy caro.

Por fin después de la ajetreada tarde tenía un momento de asueto y no tenía demasiadas ganas de invertirlo en ir de compras.

- Yo me sentaré un rato a descansar.

No tenía ganas de gastar su dinero en las ideas peregrinas de un medio-orejas-puntiagudas, así que se sentó en las cercanías del lugar de descanso de los esclavistas y, con una habilidad sorprendente para sus rugosos dedos, se fabricó un cilindro de tabaco al que prendió fuego.