Lipton con dos nubes de leche será lo correcto - En cuanto la azafata se ausento, Lord Lytton se apresuró a sacar de su estuche su "golden Fish" una pipa nacarada en cuya cazoleta se hallaba pintado a mano un Precioso pez dorado, cogiendola con suavidad, la alzó, acarició su anillo de oro macizo y relleno el hornillo con su tabaco personal. Tras darle fuego aspiró y volvio a sentir los aromas que tanto le reconfortaban - esta visto que Lord Mc Gregor comienza a tener ya achaques dignos de su edad... sino.... ¿como se puede comprender que no haya incluido ejemplares del Daily Post? - una medio sonrisa cruzo su cara y tras esto aspiró de su preciosa y dorada "pipa de la suerte"
Mientras Lyttonn encendía su pipa y la azafata volvía por el pasillo con el té y las revistas, el avión volvió a sacudirse, y esta vez oís claramente un golpe, como si el aparato hubiese chocado con alguna cosa. Unos segundos después, sin casi daros tiempo a reccionar, oís un ruido metálico chirriaante, si no fuera por la altura a la que estáis jurarías que son ramas o algo similar arañando el fuselaje. Pero todo esto queda relegado a un segundo plano cuando a través de los cristales veis a algo que podríasis describir vagamente como una especie de langosta marina con alas que impacta contra el motor derecho haciéndolo estallar.
La azafata cae al suelo y se sujeta de uno de los asientos para ponerse de pie y el avión empieza a derivar hacia un costado perdiendo altura, por suerte los pilotos son muy buenos en su trabajo y el aparato no entra en pérdida, aunque con un motor seguramente tendréis que hacer un aterrizaje de emergencia...
-¿¡PERO QUÉ COJONES ESTÁ PASANDO!? Gritó Marvin ante la sacudida del aparato. Un momento antes la azafata del avión lo había tranquilizado con sus palabras, pero lo siguiente que ocurrió ya no era para nada tranquilizador.
El hombre se agarró con tanta fuerza a su asiento, que casi lo arranca de cuajo cuando la sacudida lo zarandeó, y lo que le pareció ver atravesando la ventanilla por el exterior lo dejó anonadado, aunque lo peor fue la explosión.
-¡Maldición! ¿¡Qué ocurre ahora!? ¡ESTAMOS CAYENDO!
Marvin no se levantó. Sabía que estaba más seguro sentado como estaba si no quería terminar dando vueltas por el interior del aparato como la azafata, y esperó a que está le dijera algo.
-¿Se encuentra bien señorita? ¿¡Qué ocurre¡?
-N...no lo sé señor...- responde la azafata con la mirada cargada de miedo.-Parece que ha explotado un motor..... pero el otro sonido no sé.... no sé que puede haberlo provocado.-
Mientras dice esto se incorpora y comienza a avanzar agarrada a los respaldos de los asientos mientras dice, recobrando un poco el tono:
-Permanezcan todos en sus asientos y con los cinturones abrochados. Iré a la cabina.-
Y continúa avanzando hacia la puerta que divide al pasaje de lso pilotos.
En ese momento suena la voz de uno de los pilotos por los altavoces de la aeronave, diciendo:
"Haremos un aterrizaje de emergencia, permanezcan en su sitio y sigan las instrucciones del personal de vuelo"
Los vaivenes del aparato son ahora menos pronunciados, los pilotos son buenos y parecen estar recuperando el control del aparato.
La tranquilidad que mostrábamos todos se desvaneció de golpe con aquel "incidente". Puedo observar como Marvin grita y la azafata nos intenta tranquilizar, informándonos de que haremos un aterrizaje de emergencia.
-¿De... de emergencia?- se me había secado la boca y mi rostro mostraba una gran palidez. Me hundí un poco mas en el asiento, sujetando con fuerza mi bastón. -E..eso no era una turbulencia...- llegue a decir con una voz que no parecía mía.
-¿Alguien ha visto que ha ocurrido?- dije intentando olvidar lo que me había parecido ver borrosamente tras la ventanilla, "no puede ser verdad... Dios mío, esto no está pasando".
- una langos...alg...algo... ha chocado contra el motor- contestó Lord lytton a Ismael mientras le dirijia una incredula mirada, - Maldiciòn! mi pipa de la suerte! - gritó con fuerza este mientras los reposabrazos de su asiento se liberaban de sus agarrotadas manos a la par que su torso se inclinaba tratando de alcanzar el pequeño tesoro que estaba ahora maltirado a sus pies.
Cuando el pez dorado estuvo nuevamente entre sus dedos, este alzó la vista hacia ambos lados para ver si alguien se habia percatado de su perdida de papeles, se enderezo, se acicaló el pelo con una mano, examino la situación y dijo con voz forzosamente tranquila - Espero que la pericia de los pilotos minimice al maximo la incoveniencia de un aterrizaje forzoso, sea como sea, juro por el espiritu de lord Wenger que no volvere a comer marisco - Tras esto echo mano a sus bolsillos, no era el momento adecuado de fumar.
Mientras el avión sigue perdiendo altura la azafata os indica como tomar la "posición de choque" y todos colocáis la cabeza entre las rodillas y os abrazáiz los tobillos. El vacío que sentís en el estómago os da una ligera idea de la velocidad a la que estáis cayendo y, para colo de males, cuando calculáis que faltarán unos mil metros para tocar tierra podéis pír como estalla el segundo motor y el aparato redobla la velocidad de su caída.
Os estrelláis.
Heridos y aturdidos por el golpe, cubiertos de magulladuras y completamente desorientados, sacáis la cabeza de entre las piernas y os miráis. EL fuselaje muestra una brecha abierta donde ha golpeado con una roca, todos loc cristales están rotos y aalgún pequeño fuego de los aparatos eléctricos ilumina pobremente la escena. Los cuerpos sin vida de los guardaespaldas yacen sobre lo que queda de sus butacas como muñecos rotos, uno de ellos aún empuña un arma.
A Marvin no le tranquilizaron en absoluto las palabras de la azafata, y estiró el cuello todo lo que pudo para observar lo máximo posible el exterior del avión, viendo que lo inevitable estaba por llegar al ver pasar las nubes a toda velocidad.
Se preparó para el brutal zarandeo que esperaba sufrir pero este no llegó. en su lugar lo que recibieron fue un golpe salvaje que sacudió el avión de arriba a abajo, e hizo sentir a Marvin que los huesos se le iban a desmontar dentro del cuerpo.
Marvin se aferró la cabeza entre las piernas con fuerza y creyó po un momento que el mundo se acababa, pero tras unos segundos de infernal caos, todo fue silencio.
El detective levantó la cabeza poco a poco y se frotó los ojos para aclarar la vista.
-¡Arf! ¡Joder! ¿A esto lo llaman un aterrizaje de emergencia? Yo lo llamo un aterrizaje de mierda, joder. Marvin se palpó el cuerpo, allí dónde había sufrido algún golpe o corte por cristales despedidos. Se encontraba bien, confuso y dolorido, pero bien. ¿Cómo estáis? ¿Alguien necesita ayuda? Preguntó a todo el avión, luego su mente siempre alerta recordó el maletín, y miró a las esposas buscando el preciado objeto
- Yo es..estoy bien - me incorporo visiblemente mareado, echo mano del pañuelo que se haya en el bolsillo junto a la solapa de mi chaqueta, con un hábil movimiento lo despliego y me lo llevo a la boca cubriendo esta, el denso aire cargado de particulas debido al impacto es ahora ligeramente filtrado.
me levanto y miró cual es la situación que me rodea, veo los cadaveres un bufido agradece suerte, tras esto busco a mis compañeros, a la azafata - Hay que salir de aqui cuanto antes... - dos rapidos pass me llevan al guardaspaldas muerto, tomo prestada su arma. - Disculpe pero creo que lamentablemente ya no le sera util - Tras esto busco una salida con la vista.
// salida? como estan los demas? la azafata esta en inconsciente y sin ropa?
Doloridos y aturdidos, os cuesta un poco poder orientaros en medio de la catástrofe, los guardaespaldas están muertos y, justo en el momento en que Lyttonn toma el arma de uno de los casáveres un sonoro gemido atrae vuestra atención hacia una de las filas de asientos. La azafata está atrapada allí y no hay nada que podáis hacer para liberarla; podríais tratar de sacarla pero ¿Y si tiene las piernas atrapadas o se quiebra aún más huesos?
Hayes descubre con cierto pánico que de su muñeca cuelga la cadena hasta un eslabón roto y empieza a mirar desesparadamente hacia todos los sitios posibles.
En ese momento oís un ruido desde fuera, parecen motores y voces, mientras unas luces entran por las destrozadas ventanillas iluminandolo todo.
-Ooooh, joder, mierda. Se lamentó Marvin. El puto maletín ha desaparecido.
Marvin no dejaba de apartar cosas destrozadas de su camino buscando el maletín al que la habían dejado por custodio, pero este no aparecía.
-Tenemos que encontrarlo si queremos cobrar. Dijo. ¡No puede andar muy lejos, joder! El hombre se quedó medio atascado al intentar pasar a través de varios asientos desplazados de su posición, pero su enorme tamaño le ofrecía serias dificultades. Entonces reparó en las luces que empezaban a colarse por entre las ventanillas del avión. Por el ruido, diría que ahí vienen nuestros rescatadores. Tranquila señorita, si no la sacamos nosotros, pronto encontraremos a alguien que sea capaz de hacerlo sin que sufra más daños. Le dijo a la azafata para intentar calmarla. Venga, jodeeeeeer... Marvin hizo un último esfuerzo, y con un sonido de tela desgarrándose, y de hierros forzándose, logró atravesar el lugar en el que se había quedado encallado. Vamos a ver si encontramos ese puto maletín mientras tratamos de salir para que nos vean los de fuera.
Probablemente por su corpulencia, y aún más seguramente por estar acostumbrado a los golpes y las situaciones más o menos violentas, fue Hayes el primero en reaccionar, inmediatamente notó la falta del maletín y, mientras tranquilizaba a la azafata lo buscó con la mirada por lo que quedaba del pasillo del avión.
Al cabo de muy pocos minutos las puertas se abrieron y desde fuera entraron varias personas con aspecto de pueblerinos. Eran los habitantes de Halpin (el poblado donde os estrellásteis) que habían venido en camiones la ver el desastre. Entre los pobladores estaba el médico quien admisnistró algunos sedantes a los aun aturidos Lytton y Montesco (quien aún no había reaccionado) y el resto de la gente los empezó a sacar del aparato. El médico llegó hasta donde se encontraba Marvin y le administró un sedante sin admintir un no por respuesta, hayes se relajó casi de inmediato y al menos el cuerpo dejó de dolerle, meintras lo scaban del avión, pudo ver al médico inclinarse sobre la azafata para atenderla y, de camino, le pareció ver el maletín que había ido a parar debajo de uno de lso asientos delanteros, aunque no pudo hacer ningún movimiento para cogerlo (de hecho el sedante estaba haciendo efecto y estaba a punto de desmayarse)
Todos notáis cómo os acomodan en la caja de los camiones junto con el médico y la azafata y el resto se suben en el otro y se ponen en marcha, lo último que oís antes de desmayaros es la radio del camión que os transporta, que está emitiendo música....
Y con esto cerramos la escena. Mañana abrimos la nueva, con el médico en Halpin.