Partida Rol por web

Toryth maldijo para si, al mismo tiempo que se ponía una nota mental: "conseguir soldados".

Su inexperiencia se la había jugado, consideraba que, a mayores de repeler un posible asalto, también tendría un grupo de marineros que se defendieran bien luchando en tierra. No solo eso, si no que se mostrasen voluntariosos.

Resoplando, decidió hacer el solo lo que había pensado para un pequeño grupo. El que algo quería, algo le costaba. Eso si, asiendo fuertemente el mango de su hacha, a modo preventivo.

Tras un rato dando vuelta, escuchando al Gran Oso rugir y berrerar, y como no, levantando cosas encuentras a una mujer inconsciente. Te das cuenta de casualidad que está viva. Estaba bajo unos pesados troncos y vigas que sostenían el Edificio Comunal o la Casa del Jefe, porque era el edificio más grande con diferencia, y no tenía pinta de almacén o granero. Los mismos maderos que casi la matan, le habían servido de protección. Tenía un bebé en lo brazos, pero tenía más tripas fuera que dentro, incluidas cerebrales. La sacaste arrastrando con cuidado. Tendría unos 20 años como mucho, pelo largo negro, piel del mismo color. Una pequeña herida en la frente que ya ni sangraba relucía de un enorme chichón. La mujer vestía un trajes que no era más que un lienzo grueso, que le llegaba de los sobacos a las rodillas, enrollado en su cuerpo, afianzado con dos cinturones, uno en la cintura y otro sobre los pechos, bajo los sobacos. Te llamó la atención que también lucía unos pesados pendientes dorados y una colección de collares del mismo color. No eran otra cosa que unos grandes aros, en los que metía la cabeza y descansaban en los hombros.

Una vez puso a salvo a la mujer la dejó allí. Y la contempló, por si reconocía en ella algún rasgo que le pudiera recordar algún conocimiento sobre gentes extrajeras. Luego busco algo de agua y se la tiro en la cara, para espabilarla.

Intentaría hablarle y pedirle información, si conseguía despertarla y entendía su idioma. Aunque tenía un presentimiento de que le confundiría porparte de sus agresores, espera hacerse entender y si no, pues el hacha seguramente intimidaria lo suficiente:

¿Entiendes mi idioma?

Los rasgo de la chica eran negroides. Era la raza que se suponía que moraba en estos lugares, más que otra cosa, unos hombres que se les consideraba una raza menor. No eran simios pero casi. Se les menospreciaba en todos los sentidos, y te pudiste dar cuenta que los momentos de su vida ya habían terminado. Tu ayuda le dio paz, pero, fue un sentir corto, ya que no lo disfrutó más que por unos segundos.

El bebé lloraba.

También te diste cuenta que su piel era diferente. Más parecida a la tuya que a la de ellos. Era un mestizo, y no sabías como había llegado allí, pero no era de la raza autóctona. O al menos no puro.

Mirando al pequeño ser y planteándose las opciones y destinos, se apiadó del mismo y de la vida que le esperaba clavándole su daga para acabar con su vida con el menor sufrimiento posible.

-Buen viaje a donde quiera que vayas. Quizá allí tengas mas suerte.

Malhumorado recogió las joyas de la madre de la criatura y volvió a la orilla, donde esperaban sus marinos.

-Nos volvemos. Aquí ya no queda nada.

No habías podido realizar un saqueo como tal, pero habías encontrado unas joyas y tenías información de que un grupo, o estaba en guerra con otro, o andaba exterminando o "unificando" las otras tribus.

Realmente no tenías claro si a eso se le podría sacar partido, pero, ahora mismo era información. Por otro lado tenías unas joyas que se le podían dar buen uso, como repartirlo entre la dotación, venderlo y sacar dinero para muchas cosas, guardarlas para la familia o incluso para entregarlas a la corona.

Ya se te ocurrirá algo.

En unos minutos estábas en el barco, y el Capitán de A Bordo comentó que ya que estaban f....:

- ¿Qué te parece, ya que estamos fondeados, y es una noche con poco viento, si nos quedamos a descansar en esta bahía, y al alba zarpamos?

Me parece buena idea- dijo el Pykaraidense- de hecho, hay una criatura en un foso que si somos capaz de sacar (tras darle caza) nos puede proporcionar una buena cena, abundante carne tiene. Y su pelaje puede dar una buena alfombra, sin duda. Además, está todo completamente saqueado, no creo que nadie venga a molestar, aún así, que todo el mundo porte arma y se harán guardias. Toda precaución es buena.

Empezó a organizar con gestos las Guardias de Fondeo. No había mucho que decir, estaban ya en esa situación, y sólo había que prolongarla por la noche, para tener un buen descanso.

- Pues así haremos. Y mañana, al alba, formaremos una partida de caza, y traeremos ese bicho para acá, troceadito y saladito, para comer un buen festín.

Frente a la costa norte de Dorell. (Al Sur de de Pikarayd y de las Colinas Muertas). 
06:37Hs. 12 de abril de 729.  Amaneciendo (Buena Luz)
Viento Noroeste (3km/h) 18 grados y pocas nubes (1 octa). (Mar Plana).

Todos los botes y demás embarcaciones auxiliares se hicieron al agua, algunos incluso con herramientas para el "despiece", sogas, toneles vacíos y otros con sal, y, extraño, el cocinero del barco también.

Se empezó a desembarcar todo, y excepto algún ave que escapabas de vosotros en la distancia, estaba todo silencioso. El único ruido que había era el que vosotros, las "flotilla" y el agua al romper generaba. El sol rompía en el horizonte, sobre el mar, y aún no terminaba de ser día de verdad, pero había buena luz.