Partida Rol por web

No intento atacar a la criatura, por el contrario voy hacia Markele mientras Goio y Luken luchan para tratar de llevarla conmigo aunque sea a la fuerza.

Luken lanza dos ataques acertando uno en el brazo de la criatura que intenta esquivar pero no lo logra. Atanasio se cuela por un hueco a riesgo de llevarse un garrotazo pero se libra por los pelos, pues la criatura arremete contra Luken pero fallando su ataque. Mientras Goio tensa su arco y dispara un tiro preciso a la pierna del Maide haciendo que aulle de dolor, pero todavía se mantiene en pie.

Luken se lanzó contra la criatura, una vez más. Pero las ansias por acertarle no hicieron sino que éste golpeara al aire, sin complicaciones, sin encontrarse el suyo bordón con el cuerpo de la bestia que parecía tener retenido a Markele. ¿Qué diantres andaban haciendo en esa cueva?

Confiado por mi punteria preparo una segunda flecha. Tal vez mi padre tenga tiempo de sacar a Markele de la cueva.

Atanasio se aleja del combate y se acerca a Markele, en parte para consolarla, en parte para preguntarle que es lo que pasa.

Luken lanza dos palazos contra el Maide, pero este se agacha a tiempo y solo logra encontrar el aire. Atanasio por su parte se aleja del combate y se acerca a Markele y le pregunta cómo está. No le da tiempo a mucho más pues la criatura estampa el garrote en la cabeza de Luken dándole muerte inmediata por garrotazo. El amante esposo se desploma con la cabeza abierta. Goio intenta alcanzar a la criatura y vengar a su cuñado pero falla por poco.

El bichejo que no se perdía una de lo que estaba viendo, como si de una profecía se tratase repite los últimos versos de la canción que compuso:

-...y el maide por culo le dió.

Niega con la cabeza y da un último trago a la bota de vino.

¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! grita Markele corriendo a socorrer a su esposo y parando el combate.Est´´a con Luken en sus brazos, llorando intentando contener la sangre con unas manos que no son manos, si no garras. Sus dientes ahora que la véis llorar abiertamente son colmillos de bestia. Es como si se hubiera transformado en una de esas criaturas. Se levanta de golpe y se encara con el maide-¿qué has hecho desgraciao? ¡vete,largo de aquí!¡LAAAAAAAAAAAAAAARGO!-dice mientras le golpea el pecho. El maide la mira, niega con la cabeza, escupe en el suelo y se larga. MArkele se desploma al lado de Luken y allí se queda llorando.

-Markele hija mia, que te ha pasado!?, ven conmigo lo solucionaremos. Deja atrás todo esto no hay nada que Dios no pueda solucionar.- Digo cogiendola del brazo.

Markele se libera bruscamente, parece que la molesta que la toques, y cómo no ha de molestarle si su brazo se ha tornado en el de una bestia. ¡Que he perdido a Luken!¡eso ha pasado! ¡Maldita sea! Teníais que meteros en este bosque maldito y correr tras de mí! Ya me las habría apañado yo para escapar de no ser por lo que me he convertido.¿Qué creéis que me gusta quer me veáis así? ¡LARGO! ¡vosotros también, dejadme sola con mi pena y mi maldición que ya nada en esta vida tiene sentido! Lo dice de rodillas y esperando que os vayáis. Os está gritando...por otra parte es natural dada la situación. No sabéis lo que le ha podido pasar,¿ cómo se convierte uno en medio bestia de la noche a la mañana?¿cómo se libera uno de esa maldición? Quizás la vieja Gurutxe de estar viva podría ayudaros...pero sabéis que eso es imposible.

-Markele hija mia...!-digo con desesperación y lágrimas en los ojos,-como puedes hablar asi, escuchame bien lo que voy a decirte jamás te dejaré aquí, sea lo que sea que te hayan hecho estas bestias infernales lo solucionaremos, te lo prometo por Dios!- y dicho esto me abalanzo de nuevo hacia ella para abrazarla efusivamente y llevarmela de una vez de allí.

Todo pasa con demasiada rapidez, veo a Luken caer pero apenas me sorprendo. Es la transformación de mi hermana lo que me deja perplejo. Echo un vistazo atrás, deberiamos salir de aquí pienso. Y sin embargo mi padre todavia quiere intentar que vuelva con nosotros.

El maide ya no parece ser una amenaza, pero yo no tengo palabras ni fuerzas para tratar de convencer a mi hermana. Un pensamiento oscuro, la hemos perdido, debemos volver a casa...

Esta vez Markele se deja abrazar por su padre y termina de perder la poca compostura que le queda llorando efusivamente. Parece dispuesta a acompañaros, a buscar una solución, a seguir viviendo.-No ....no podemos dejar a Luken aquí.-dice secándose las lágrimas con el brazo. SI lo dejáis ahí será pasto de las bestias, gusanos y quien sabe que criaturas, demasiado para Markele que se aferra a él como si pudiera devolverle la vida.

El bichejo que no ha perdido detalle se incorpora(estaba sentado en una roca presenciándolo todo)y os hace una seña para que le sigáis, no compone ninguna cancioncita, hasta él entiende que no es el momento.

Parece que las palabras de mi padre tranquilizan a Markele.

Miro el cuerpo de Luken sin vida y a la criatura. Me acerco al cadaver y trato de levantarlo. Si veo que no puedo pediré ayuda a mi padre. -Padre, tenemos que llevarnos Luken de aquí como nos dice.

Asiento con la cabeza lo que me dice Goio y agarro a Luken por los pies, -vamos Markele, llegó la hora de marchar-

Markele asiente a su padre y se pone en marcha. El camino de vuelta es triste y silencioso. El bichejo os guía también en silencio. Al atardecer llegáis al rio, donde estaba Gurutxe muerta, ya no hay nadie ahí, sólo un montón de flores donde debería esta la bruja. El bichejo se despide y se niega a cruzar el rio.

Cruzáis el rio con más o menos dificultad y llegáis a casa de Markele, tampoco está el cuerpo de la lamiñak. Sólo estáis vosotros, Luken muerto y Markele que por fín parece recompuesta. Parece dispuesta a vivir sola en su casa, enterrar a Luken y alejarse de la gente hasta el fin de los tiempos. No tenéis ningún plan mejor...¿o tal vez sí? Sea como fuere, Markele sigue siendo mitad bestia.

Una vez llegados a casa, hago todo lo posible para que Markele esté a gusto, y después de mucho pensar decido no llamar a cura alguno, pues no quiero que se la lleven y levhagan sufrir. Pues todos conocemos como se las gasta la iglesia con estos asuntos.

Pero sigo teniendo fe, y rezo a Dios todos los dias para que todo llegue a buen fin.

Hay dias que no quiero cumplir con la promesa que hice, pero tengo miedo que se la vuelvan a llevar y entonces la cumplo sin falta.

Dios me castigó por alguna razón que no llego a comprender pero al menos tengo a Markele y con eso me conformo.

Al poco tiempo quise alejarme de mi padre y Markele. Queria olvidar todo lo sucedido, terminé mi cabaña a marchas forzadas y me evadia cazando durante largas jornadas.

Pero las pesadillas llegaban cada noche, me despertaba sudando y acordándome del trato con el gigante. Tal como pidió llevaba alguna pieza de caza al rio, por prudencia y miedo. El bosque ya no era solo un lugar de caza, a mi alrededor todo era extraño y sabia que habia cosas que no podria comprender nunca.

Markele cavó la tumba de Luken al lado de la casa, en un sitio bonito. Poco a poco fué acostumbrándose a la idea de estar sola, de vez en cuando venía su padre, pero ella prefería la soledad. Al pueblo, como es lógico no bajaba y se fué convirtiendo en una hermitaña. A los ocho meses de todo lo sucedido nació una niña, una niña normal. Se crió sana y fuerte. Los años fueron pasando y su madre la iba llevando al "otro lado del rio" no se sabe muy bien porqué. El asunto es que la niña creciendo sabiendo más de lo fantástico que de las cosas de los mortales, solo su abuelo representaba una especie de ancla con los mortales. Cuando cumplió trece años ocupó el lugar que dejó Gurutxe y se convirtió en la bruja del pueblo, su madre y su abuelo le habían enseñado los secretos de las plantas y lo que ellos no sabían lo sabían las "criaturas " del bosque, de este modo se convirtió en una figura importante en la vida del pueblo, pues a ella iban a preguntar por potingues, quitar mal de ojos, o curar el ardor de estómago.

Goio se independizó, y no le fué mal, pues cumplía la promesa dada a Basajaun y nunca le faltaron presas a su arco. Tal fué la fama que logró en la comarca de gran cazador que no hubieron de faltarle mozas para elegir que estuvieran dispuestas a poner su mundo patas arriba.

Atanasio envejeció viendo crecer a su nieta y con la idea de "curar" a su hija, pero no lo consiguió. Su nieta le daba alegrías y quebraderos de cabeza constantes y su hija le ayudaba con las cosas de la huerta a medida que envejecía. Que te ayudase una lamiñak tenía ciertas ventajas, esta nunca parecía estar cansada y la carga de trabajo que podía soportar era enorme. Y además, mientras vivió y cumplió su promesa a Basajaun sus cosechas fueron abundantes.

                                                                   FIN