Partida Rol por web

Yo me quedo parado ahi donde estoy, cubierto de sangre. Ahora que veo a Duncan muerto, me asaltan las dudas acerca de si en verdad era mi padre y el hecho de que nunca voy a saberlo.

Me quedo ahi quieto más por desorientación que por acatar la orden de los policias.

Antonio , piensa ... mierda la hemos cagado , ya estan aqui los maderos , bueno espero que al menos haya servido de algo ... luego intenta tirarse al suelo y esconderse , para si es posible salir reptando de la habitación y escapar por otra parte de la casa.

es el momento de hacer mutis por el foro trato de ir a la parte de atras de la casa y salir para despues poner tierra de por medio

La situación se vuelve aun más caótica. Todo explosiona en un espectáculo de sonidos de sirenas y ruidos de objetos rotos, sonidos de armas cargadas, gritos de quietos.
María toma el pulso de Antonio Flores y comprueba que efectivamente, la niña de la manera que sea lo ha matado. El cuerpo inerte de vuestro compañero se suma a otros 2 cadáveres.

La policía se abalanza sobre todos vosotros. Estáis desorientados, unos tiran su arma y se rinden como Franc, la mayoría os tiráis al suelo y Jose trata de huir con Elena escaleras arriba, buscando una salida a esta situación. La acción policial es rápida y efectiva. Lo cierto es que todo se resume en una superioridad numérica abrumadora por parte de la policía, que impide que podáis buscar una ruta de escape. Todos sois capturados en un momento o en otro, mientras Teo se va acercando a la casa y puede verlo todo desde la distancia.

Os tratan con rudeza y os tiran contra el suelo de la casa. Desde allí podéis ver los rastros de sangre. ¡Ya no hay sangre verde por ningún sitio! La niña no ha dejado ningún rastro de sangre, como si se hubiera evaporado y tan sólo está allí su cadáver con las heridas abiertas.
Os meten esposados en los coches y os recitan varias frases que deben de ser vuestros derechos. Al cabo de poco tiempo llegáis a la comisaría en donde os tapan los ojos y os dejan lo que parece ser horas.

Puedes ver como el espectáculo que ha montado la policía es digno de un festival de cine. Policías por todas partes, helicópteros, prensa. Todos corren de un lugar para otro y antes de que puedas llegar a darte cuenta de lo que ha pasado, tus compañeros ya han salido de la casa esposados, excepto Antonio Flores, que sale en una bolsa de plástico.

Nadie se ha percatado de tu presencia y eres libre de actuar como desees.
Sabes hacia dónde conducirán a tus compañeros, una comisaría cercana, un lugar normal, en donde los encerrarán, pero lo siguiente, es tan sólo esperar que el mundo no reviente en pedazos dentro de un año.
Pero eso será después. De momento estás de pie, viendo como por lo menos tu te has librado.

La situación ha empeorado por momentos, tras llegar con unas botellas de alchol en mis manos, observo como la policia está arrestando a mis compañeros.

La imagen parece sacada de una película policiaca. Las luces de los vehículos de la policia parpadean incesantemente, la gente se agolpa para ver lo que sucede. Un solo pensamiento recorre mi mente: ¡Mierda y tres veces Mierda! ¡Joder!

Me desplazo lentamente lejos de la multitud, vagabundeo por las calles pensando que hacer. Si yo debo salvar el mundo, creo que el mundo está bien jodido. Sin pensarlo demasiado, entro en unos grandes almacenes.

Caminando por la sección de belleza compro un tinte negro. La dependienta sonrie y me mira con aire extraño, tal vez le resulte algo cómico. Me dice algo que no logro comprender. Bueno la cosa acaba en yo pagando y ella sonriéndome mientra me da el tinte metido en una bolsa.

El tiempo transcurre y yo me afano en comprar todo lo que necesito, un spray negro, una cinta de embalar gris, un cuchillo de cocina, un maletín y una pistola de juguete. Está oscureciendo rápidamente, sólo me hace falta una cosa, ir al aeropuerto.

Anoto un par de localizaciones, supongo que necesitaré recordar algunas calles para poder volver con facilidad. Y pongo rumbo hacia el aeropuerto, llegar a la estación central de Amsterdam no ha sido nada dificil, y más sencillo aún coger un tren hacia el aeropuerto.

Mi entrada en el aeropuerto está guiada por la búsqueda rápida de unos lavabos, encerrado en él comienzo a teñirme el pelo, la cosa no es sencilla y tal vez no sea perfecto, pero puede dar el pego. Pinto la pistolita de juguete con el spray negro tras unos minutos paraece seca la guardo en la bolsa que me dio la dependiente y salgo por la puerta del lavabo.

Tras salir de los lavabos busco un punto de internet. Lo primero acceder a la página del consulado de España en Holanda, recojo algunos datos y nombres, así como el horario de oficinas. traducir algunas palabras como Nombre, dirección, vengo a ver a unos ciudadano sespañoles y abogado con un traductor online y ... ahora toca correr hacia una máquina de hacer tarjetas de visitas. Sencillo elegir el nombre adecuado, poner el nº de teléfono, y abogado/abogado (en Holandés)

Ya estamos preparados... Miro entre os taxis y elijo uno que lleva navegador (el 99,9% de los yaxis de Holanda lo llevan). Nos alejamos lentamente del aeropuerto, y en el momento en el que nos metemos en la autovía saco la pistola y grito STOP

El sudor frío no te impide razonar y así es como te pones en marcha. Tal vez sea la mezcla de tensión y las ganas de sobrevivir lo que te lleve a hacer la locura que piensas acometer, pero ahora ya no importa.

Preparas todo. La compra ha sido sencilla, nadie pregunta, tu rostro no aparece en ningún sitio, qué suerte llevar ese casco de astronauta y después prender fuego a la joyería. Nadie te inculpa de nada.
Coges el taxi. La cara del taxista es la de alguien que no sospecha absolutamente nada de nada (evidentemente). Cuando estás en la autopista le sacas la sorpresa y apuntas a su nuca.

Ésta es la típica situación que cuando te toca rememorarla te cuesta y no eres capaz de recordar ningún detalle.
Con la pistola en la nuca, el hombre pierde toda la labia de taxista y saltándose alguna que otra norma viaria se dirige hacia la comisaría. Permanecerá callado.
Las escaleras de piedra de la comisaría llevan a su interior. Has trazado una ruta de escape medianamente segura hasta España a través de carreteras secundarias y caminos de cabras. La puerta de la comisaría se hace más y más grande. Es la hora de que actúes.

Amordazo al pobre taxista y le ato de manos y pies. Me vuelvo al taxi y miro por el retrovisor como el pobre insensato queda postrado en el campo alejado del arcén. Anoto la posición del gps del navegador y salgo hacia el edifico de la policía. Nadie me para o intenta pararme, sólo he tenido que apagar la luz verde del taxi y bajar la bandera. En fin el navegador no para de señalarme donde he de ir y finalmente llego junto a la comisaría. Busco un aparcamiento justo debajo de la esquina y pago el parquímetro. Con aire solemne entro al edificio.

Miro a mi alrededor, y me dirijo hacia el mostrador. saco unas de mis tarjetas y me presento con el nombre falso. Con cierto esfuerzo repito las palabras que he venido memorizando en le trayecto, en resumen que soy el abogado del consulado de España en Amsterdam (la embajada está en La Haya, :p) y vengo a ver a los ciudadanos españoles.

-"Ai am de espanis loller from de spanish consulate. I guon tu si the espanis citicens"

Miro detenidamente, al policía en cuestión, palpo mis bolsillos y saco el movil (apagado) y simulo una llamada, con el fin de evitar extrañas preguntas.

Con cautela me pongo una pastilla (las modelo ultra red bull, no quiero dormirme) bajo la lengua. En unos quince minutos empezará el efecto, o eso supongo.

Sigo disimulando la llamada, cuando dejo el maletin sobre la mesa y miro inquisitivamente al policía

Venga va o no va.

Tienes la suerte de tu vida y el policía no está por la labor. Te mira de arriba a abajo y por tu aspecto elegante sospecha que eres un policía. La verdad es que sabe que las personas a las que quieres ir a ver son potencialmente peligrosos y famosos por haber causado delitos graves, pero está en su momento de cambio de turno. Es el momento en que lo mejor es dejar que las cosas fluyan y que el muerto lo pague otro.

Flash-back:
Dejas al taxista amordazado. No mueve ni un pelo y tiene ambas pelotas de corbata. Lo haces todo un poco rápido y cuando vas por los pasillos ...
Vuelta al momento actual:
... Cuando vas por los pasillos te das cuenta de que has dejado amordazado a un taxista muy cerca de una comisaría de policía, pero no es el momento de pensar en lo malo, es momento de actuar. Además la pastilla empieza a hacer su efecto.
El policía levanta la mano haciendo un gesto de señalar hacia donde puedes ir si no le molestas.
Vas hacia el lugar y sin preguntar a nadie más, ves que te ha mandado a las celdas. Suena un zumbido y las puerta de seguridad que lleva al pasillo de las celdas se abre. El policía te hace un gesto para que esperes y corre a tu lado. Te da un poco de cháchara en un idioma que no comprendes mientras baja por las escaleras al sótano, a las celdas. Parece bastante cabreado y hace muchos gestos con la mano. Bueno, todo pasará.

Llegáis a las celdas, en donde hay un montón de borrachos y adictos a otras sustancias. Seguís caminando y bajáis de nuevos otras escaleras. Más profundo. Llegáis a un pasillo repleto de cámaras de vigilancia. Frente a ti hay una gran celda empotrada en la pared, en donde están todos tus compañeros, excepto Angus. Están hablando unos con otros y parece que Antonio Gutiérrez y Bernardo están un poco más apartados del resto.